¡°Ahora no se nota el da?o, pero ?qu¨¦ va a pasar despu¨¦s?¡±
Gibraltar vive con normalidad su primer d¨ªa pos-Brexit y mira ya de reojo al fin de las medidas transitorias que garantizar¨¢n la calma hasta final de a?o
¡°El sol ha salido y el Pe?¨®n sigue estando ah¨ª¡±. Tommy, taxista en la frontera de Gibraltar, alza la vista y se?ala el enorme e identitario risco. Toni, que tambi¨¦n espera un cliente al que llevar en su veh¨ªculo, le replica: ¡°Todo est¨¢ igual¡ Hasta que pasen los meses y cambie¡±. Su aparente conformismo en la fulgurante ma?ana del s¨¢bado, primer d¨ªa pos-Brexit, contrasta con la pompa f¨²nebre con la que la ciudad arri¨® la bandera de la Uni¨®n Europea, just¨® ah¨ª pero la medianoche anterior. En ese m¨¢stil ya ondea otra ense?a azul y amarilla, la de la Commonwealth que recuerda al reci¨¦n llegado que la colonia brit¨¢nica ya est¨¢ oficialmente fuera de la zona comunitaria.
La linense Lara Becerra va y viene detr¨¢s del mostrador de una tienda de tabaco y alcohol que se llena de peatones que aguardan a que se restablezca el paso interrumpido por el aterrizaje de un avi¨®n en el aeropuerto gibraltare?o. Es el ¨²nico bloqueo ¡ªbreve, previsto y habitual¡ª que ha experimentado el paso fronterizo en la c¨¢lida ma?ana de este hist¨®rico 1 de febrero. ¡°La gente pregunta si hace falta el pasaporte o el DNI para entrar o salir, pero todo est¨¢ igual que antes. Llevan tres a?os mare¨¢ndonos y sin informarnos¡±, se queja Becerra, inquieta por lo que ocurrir¨¢ a partir del 31 de diciembre de 2020.
En el divorcio en diferido que se ha convertido el Brexit, Gibraltar cuenta con otros 11 meses de plazo para resolver demasiadas cuestiones pendientes. Es el plazo fijado para aplicar los memorandos transitorios que Espa?a y el Reino Unido firmaron para el Pe?¨®n, en el marco del acuerdo de retirada de la UE. ¡°Ahora no se nota el da?o, pero ?qu¨¦ va a pasar despu¨¦s?¡±, se pregunta Juan Jos¨¦ Uceda, portavoz de la asociaci¨®n de empleados transfronterizos Ascteg. Y enumera una larga lista de posibles fricciones: la fluidez en la frontera, los derechos de los 9.000 empleados espa?oles en La Roca, los posibles aranceles a las mercanc¨ªas e incluso los cambios en el permiso de conducir.
A partir del pr¨®ximo 26 de febrero, tres comit¨¦s ¡ªmedioambiental, de cooperaci¨®n policial y aduanera, y sobre los derechos de los trabajadores¡ª analizar¨¢n el funcionamiento de lo establecido en los memorandos. Gibraltar se sentar¨¢ en la mesa con la intenci¨®n de que el resultado de esas reuniones ¡°forme las primeras piezas del puzle de la relaci¨®n futura¡±, seg¨²n explican fuentes cercanas al Gobierno de la colonia brit¨¢nica, y con el deseo de conseguir mayor fluidez en una frontera que, en el marco del a UE, nunca fue zona Schengen. ¡°Si Espa?a lograse dejar la soberan¨ªa de lado y negociar todos estos temas¡ Est¨¢ claro que a Gibraltar nosotros le interesamos. Y ellos a nosotros. Es una simbiosis¡±.
Que se lo digan al sindicalista Manu Gil, que ha atravesado la frontera consciente de estar haci¨¦ndolo en un d¨ªa hist¨®rico. ¡°En 1982 vine cuando, tras el cierre, la Verja se reabri¨®. Y hoy [este s¨¢bado] vengo tras salir de la Uni¨®n¡±, explica este ma?tre residente en La L¨ªnea, pero enamorado del Pe?¨®n. Gil sigue en la batalla por los derechos laborales en Gibraltar, aunque hace ya 35 a?os que se busc¨® un trabajo en C¨¢diz, escarmentado por las condiciones de trabajo para los espa?oles. ¡°Lucharemos para que estos trabajadores tengan los mismos derechos que otros transfronterizos. Ojal¨¢ sea ahora. Esto es una f¨¢brica para la comarca¡±, zanja Gil esperanzado.
A un lado y otro de la frontera, todos parecen contener el aliento, conscientes de que, ahora s¨ª, el Brexit es real y no tiene marcha atr¨¢s. ¡°Vamos a estar expectantes por el tema humano. La L¨ªnea y Gibraltar est¨¢n totalmente emparentados, hay relaciones familiares que ning¨²n Brexit puede limitar ni coartar¡±, asegura Loren Peri¨¢?ez, presidente del Grupo Transfronterizo. La gibraltare?a M¨®nica Licudi lo sabe bien. Acompa?ada de su marido y una amiga, ha atravesado la Verja para cumplir el rito semanal de ir a hacer la compra al mercado de La L¨ªnea. ¡°Ayer [este viernes] vi lo de la bandera en la tele con una sensaci¨®n rara, de pena. Somos dos pueblos hermanos, iguales, y ambos ganamos estando juntos. Lo que queremos es seguir igual o mejor¡±, explica esta enfermera de 42 a?os. Solo restan 11 meses para saber si el deseo se queda en quimera o se hace realidad.
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