El Reino Unido abre una nueva ¨¦poca marcada por las heridas internas
Boris Johnson evita una gran celebraci¨®n y define la ruptura como ¡°un momento de renovaci¨®n nacional¡±
Boris Johnson tiene a partir de este s¨¢bado un reto de dimensiones colosales: recuperar la unidad de un pa¨ªs dividido entre los que reciben el Brexit como una ¡°liberaci¨®n¡± y los que lo consideran ¡°una tragedia y un error hist¨®rico¡±. El primer ministro brit¨¢nico ha hablado este viernes del ¡°amanecer de una nueva era¡± y ha presentado la salida del Reino Unido como ¡°un momento de cambio y renovaci¨®n nacional¡±. Las celebraciones oficiales, sin embargo, se han reducido a la m¨ªnima expresi¨®n, para no reabrir las heridas a¨²n frescas despu¨¦s de m¨¢s de tres a?os de rabia y bloqueo.
Como el corredor que llega exhausto a la meta del marat¨®n o como el esquiador que deja finalmente de dar volteretas despu¨¦s de un gran batacazo, solo los partidarios m¨¢s furibundos del Brexit ten¨ªan ganas de celebraci¨®n. El resto se ha quedado sin fuerzas para celebrar nada. Y los defensores de la permanencia en la UE se han limitado a expresar su tristeza, resignaci¨®n, casi su alivio, ante un hecho consumado.
El Reino Unido abandon¨® oficialmente en la medianoche de este viernes (hora peninsular espa?ola) las instituciones comunitarias, despu¨¦s de 47 a?os. ¡°La tarea de este Gobierno ¡ªmi tarea¡ª es volver a unir a este pa¨ªs, y llevarlo hacia adelante. Y lo m¨¢s importante que debo decir esta noche es que esto no es un final sino un principio¡±, ha dicho Johnson en un mensaje a la naci¨®n, grabado un d¨ªa antes en Downing Street y retransmitido por las televisiones nacionales una hora antes de la culminaci¨®n del Brexit. Contuvo el primer ministro su naturaleza entusiasta ¡ªla que le llev¨® en un primer momento a anunciar que repicar¨ªan las campanas del Big Ben¡ª y orden¨® que las celebraciones fueran modestas y alejadas de cualquier triunfalismo. Reuni¨® a sus ministros por la tarde en Sunderland, al norte de Inglaterra. All¨ª se anunci¨®, en el refer¨¦ndum de 2016, el primer resultado a favor del Brexit. A su llegada, un grupo de manifestantes se encarg¨® de gritarle que no era bienvenido. ¡°Se trata de usar este nuevo poder, esta soberan¨ªa recapturada, para dar a la ciudadan¨ªa los cambios por los que vot¨® (...) Vamos a redescubrir m¨²sculos que no hab¨ªamos usado durante d¨¦cadas¡±, ha dicho Johnson en su mensaje a la naci¨®n.
Downing Street ya ha anunciado que ser¨¢ el lunes cuando Johnson se dirija a los brit¨¢nicos, en vivo y en directo, para explicarles cu¨¢les son sus planes para los siguientes once meses, cuando se abran las negociaciones con Bruselas para definir la relaci¨®n futura entre los dos bloques. No ser¨¢ un camino f¨¢cil. Cuenta con una mayor¨ªa abrumadora en la C¨¢mara de los Comunes y un Partido Conservador aparentemente unido en torno a su figura. Los tories ya no se acuchillar¨¢n entre ellos por la ¡°cuesti¨®n europea¡± pero corren el riesgo de resucitar otra vieja guerra. La de los partidarios a ultranza del libre comercio, que aspiran a romper cualquier atadura con las reglas de la UE, y la de los proteccionistas que comiencen a ver en los pr¨®ximos meses las consecuencias del Brexit para los agricultores, ganaderos, pescadores o empresarios de sus respectivas circunscripciones electorales.
¡°Gran Breta?a est¨¢ ante una encrucijada. Al abandonar la UE, tenemos la oportunidad de definir nuestro futuro papel en la comunidad internacional para las pr¨®ximas d¨¦cadas. Cambiar¨¢ el lugar que ocupamos en el mundo. La cuesti¨®n est¨¢ en saber qu¨¦ direcci¨®n tomamos¡±, ha dicho este viernes el a¨²n l¨ªder de la oposici¨®n, Jeremy Corbyn. Acert¨® finalmente en el diagn¨®stico el veterano pol¨ªtico que, con su ambig¨¹edad respecto a la crisis m¨¢s grave vivida por el Reino Unido en las ¨²ltimas d¨¦cadas, condujo al Partido Laborista a una cat¨¢strofe hist¨®rica.
Johnson ha decidido celebrar en privado, con una cena repleta de productos ingleses en Downing Street, la llegada de la nueva era. Ha reunido a sus ministros y a todos aquellos asesores y estrategas que colaboraron en los tres ¨²ltimos a?os para que el abandono de la UE fuera una realidad. Un proyector digital ha reproducido en las fachadas de algunos edificios gubernamentales la cuenta atr¨¢s del reloj. La Union Jack, la bandera roja, azul y blanca que representa un pa¨ªs que hoy corre un serio riesgo de romperse, onde¨® en The Mall, la avenida que une Trafalgar Square con el palacio de Buckingham. Los defensores del Brexit han celebrado su victoria frente al Parlamento brit¨¢nico, con discurso incluido del ultranacionalista Nigel Farage, el ¨²nico protagonista de esta historia que ha sostenido su histrionismo hasta el ¨²ltimo minuto. ¡°Concluye un importante cap¨ªtulo de mi vida. Es como el ¨²ltimo d¨ªa de escuela. Te gusta cuando llega, pero te produce cierta aprensi¨®n el mundo que hay afuera¡±, ha explicado este viernes a la cadena ITV, en una de las m¨²ltiples entrevistas que concedi¨® para reba?ar un protagonismo que se diluye a toda velocidad.
Porque hasta los euroesc¨¦pticos m¨¢s recalcitrantes mostraron cierto pudor. ¡°No queremos ser triunfalistas, pero creo que, en un gesto de simpat¨ªa hacia Europa, se nos puede permitir a algunos de nosotros que este viernes [por ayer] bebamos algo de vino espumoso franc¨¦s¡±, ha dicho Jacob Rees-Mogg, el pol¨ªtico que m¨¢s ayud¨® a endurecer el discurso conservador desde su European Research Group (Grupo de Investigaciones Europeas).
Los brit¨¢nicos partidarios de la permanencia en la UE han mostrado su resistencia pasiva, casi m¨¢s bien su resignaci¨®n, con vigilias por todo el pa¨ªs y velas encendidas. Se ha convertido en el tenue grito de guerra de los perdedores de esta batalla. ¡°Por favor, mantened una luz encendida para Escocia¡±. As¨ª conclu¨ªa la carta abierta que la ministra principal de esa comunidad, Nicola Sturgeon, ha dirigido este viernes a los ¡°amigos y vecinos europeos¡±. ¡°La mejor opci¨®n para Escocia es ser una naci¨®n independiente, dentro de la UE. Mientras, seguiremos hombro con hombro con el resto de Europa en torno a unos valores e intereses compartidos¡±, ha asegurado.
El Brexit ha debilitado la unidad de un pa¨ªs ¡°formado por cuatro naciones¡±, en el que dos de ellas, Escocia e Irlanda del Norte, rechazaron romper amarras con Bruselas y comienzan a contemplar seriamente las ventajas de romper amarras con Londres.
No puede perder de vista estas amenazas, le urgen ya a Johnson algunas voces conservadoras. El primer ministro, sin embargo, se ha obsesionado con un ¨²nico objetivo: afianzar a todos aquellos votantes del norte de Inglaterra abandonados a su suerte en las ¨²ltimas d¨¦cadas y que el pasado diciembre renegaron del laborismo para dar una oportunidad al Partido Conservador. Quiere convencerles de que la rabia que expresaron al respaldar el Brexit estaba justificada, y volcar todos los recursos p¨²blicos a su alcance para relanzar la econom¨ªa de esas zonas. A eso se refiere Johnson cuando habla de ¡°renovaci¨®n nacional¡±, y se traduce pol¨ªticamente en el deseo de que los tories consoliden ese cambio de paradigma y retengan el poder durante una d¨¦cada.
Johnson prometi¨® a los votantes que un Reino Unido liberado de las ¡°cadenas¡± de la UE crear¨ªa cientos de miles de empleos nuevos. Su esperanza reside ahora en comenzar a cerrar nuevos tratados comerciales con pa¨ªses como Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda o Jap¨®n y compensar as¨ª la perdida de las ventajas adquiridas durante 47 a?os de pertenencia a la UE.
¡°La UE ha tomado en los ¨²ltimos 50 a?os una direcci¨®n que ya no conviene al Reino Unido¡±, ha dicho Johnson en su mensaje grabado a la naci¨®n. Londres tom¨® finalmente otro camino.
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