Buttigieg y Sanders se colocan a la cabeza de los ca¨®ticos ¡®caucus¡¯ de Iowa
Con 62% escrutado, el joven pol¨ªtico de Indiana da la sorpresa y se sit¨²a primero (26,9%), seguido de cerca por el veterano senador de izquierda (25,1%). Biden sufre un duro golpe al quedar cuarto
Pete Buttigieg, un joven pol¨ªtico de Indiana de perfil rompedor, y Bernie Sanders, el veterano senador izquierdista de Vermont, se colocan a la cabeza de los caucus de Iowa, primera cita de la larga campa?a de primarias dem¨®cratas, en una jornada desconcertante por el fiasco del recuento. El pistoletazo de salida hacia la presidencia m¨¢s poderosa del mundo se convirti¨® en una fiesta de la confusi¨®n, un fracaso sideral. Los resultados de los caucus, las asambleas vecinales celebradas el lunes, llegaron con casi 24 horas de retraso por problemas t¨¦cnicos e ¡°incongruencias¡± en los datos recibidos. Cuando lo hicieron, supusieron una sorpresa fenomenal.
Con los datos del 62% de los distritos electorales disponibles, el tercero en los sondeos de Iowa, Buttigieg, se erig¨ªa vencedor (26,99%), seguido de cerca por el favorito, Sanders (25,1%). El primero es el m¨¢s joven de la carrera, de 38 a?os, y el segundo, el mayor, con 78. Les separan cuatro d¨¦cadas y muchas ideas (Buttigieg se enmarca en el lado moderado del espectro dem¨®crata, Sanders es un declarado socialista), pero ambos comparten un perfil at¨ªpico, outsiders en los c¨®digos no escritos de las carreras presidenciales.
El Partido Dem¨®crata busca al hombre o mujer con quien superar el trauma de 2016, cuando una candidata de manual, Hillary Clinton, cay¨® derrotada frente a un lo que parec¨ªa un imposible, un chiste recurrente de los programas de humor. El pa¨ªs ha cambiado en estos cuatro a?os. Entonces, Donald Trump y Bernie Sanders eran, pese a las abismales diferencias en ideas y estilo, dos heterodoxos que hab¨ªan llegado para sacudir la pol¨ªtica estadounidense. Hoy, uno se sienta en el Despacho Oval y el otro ha pasado de moverse en los m¨¢rgenes ideol¨®gicos del partido a representar una corriente central y situarse a la cabeza en las encuestas.
Buttigieg no es una criatura de Washington, se present¨® a las primarias sin m¨¢s experiencia en la Administraci¨®n que ocho a?os de alcald¨ªa de una ciudad de 100.000 habitantes, South Bend (Indiana). Si ganase, ser¨ªa el primer presidente millenial, tambi¨¦n el primero abiertamente homosexual. Forjado pol¨ªticamente en un territorio eminentemente conservador, es religioso, exmilitar y muy culto, con un discurso de aire obamaniano que habla de unificar el pa¨ªs, de lograr una gran coalici¨®n de votantes. Sanders es el viejo roquero de la izquierda, un independiente que hace cuatro a?os empez¨® a sacudir los cimientos del partido dem¨®crata, al enfrentarse con fuerza a Hillary Clinton, y ahora espera dar el golpe definitivo al tablero pol¨ªtico.
Los resultados, de consolidarse con el 100% del recuento, revelan el hambre de cambio del partido y son preocupantes para las expectativas de Joe Biden, el vicepresidente de la era Obama, que encarna la apuesta continuista y se ha situado cuarto, aunque sigue liderando los sondeos de ¨¢mbito nacional. La progresista senadora Elizabeth Warren quedar¨ªa tercera con un 18%.
Pero Iowa no decide la nominaci¨®n, solo elige a 41 de los 1.991 delegados necesarios para ganarla. En los caucus de 2016, el senador texano Ted Cruz derrot¨® a Donald Trump, y Sanders y Hillary Clinton quedaron empatados. Si este trozo de Am¨¦rica importa tanto en las largas primarias dem¨®cratas es por el empuje medi¨¢tico que representa ganar la primera batalla y por el efecto criba que supone para los que sacan peores resultados, pues pierden donaciones y atenci¨®n medi¨¢tica. La senadora de Minnesota Amy Klobuchar ha quedado quinta, con el 12,6% y el emprendedor de origen asi¨¢tico Andrew Yang solo ha obtenido un irrisorio 1,1%.
A los primeros, los ganadores, este fiasco les ha robado su momento en la historia ante los ojos de medio mundo, pendiente de lo que ocurre en este trozo de la Am¨¦rica agr¨ªcola. Iowa es un caso fascinante en la democracia estadounidense. Un peque?o Estado, de poco m¨¢s de tres millones de habitantes, donde los ciudadanos votan en asambleas a mano alzada, tras un debate en voz alta. Pero este lunes, ese modelo arcaico mostr¨® sus inconvenientes.
La noche del lunes todo apuntaba a un fallo en una nueva aplicaci¨®n que se utiliz¨® para recoger la informaci¨®n, que este a?o por primera vez iba a incluir diferentes tipos de datos: grosso modo, en lugar de informar solo del vencedor final por n¨²mero de delegados, aportar¨ªa tambi¨¦n las dos primeras rondas de votos individuales. Este martes, los dem¨®cratas especificaron que ¡°mientras la aplicaci¨®n estaba recogiendo los datos de forma precisa, solo estaba informando de datos parciales¡±, algo que, seg¨²n la investigaci¨®n llevada a cabo, se debi¨® a un ¡°problema en la codificaci¨®n¡± ya identificado.
El Partido Dem¨®crata de Iowa aclar¨® ya el lunes por la noche, al revelarse el desastre, que no se trataba de ning¨²n pirateo o ataque inform¨¢tico, pero tard¨® en poder explicarse de forma clara. Hab¨ªa detectado "incongruencias" en la informaci¨®n recibida de los caucus. "La integridad de los resultados es primordial", ha se?alado el portavoz, Mandy McClure. "Hemos experimentado un retraso en los resultados debido a los controles de calidad y al hecho de que el partido est¨¢ informando de tres grupos de datos por primera vez".
El ganador de los caucus de Iowa se elige mediante un sistema proporcional entre el n¨²mero de votos y de delegados obtenidos tras la votaci¨®n (algo similar al sistema de colegios electorales). Hasta ahora, el ¨²nico resultado que la organizaci¨®n conoce era el final, el del total de delegados, pero, por primera vez, con la intenci¨®n de reforzar la transparencia, este lunes planeaban publicar tambi¨¦n otros datos, como el n¨²mero de votos individuales recibidos en la primera ronda o los obtenidos en la segunda. Las asambleas funcionan as¨ª: los votantes se agrupan por candidatos y van pasando cribas en las que los aspirantes que no logran un m¨ªnimo de votos van cayendo y sus seguidores pasan a apoyar a otros candidatos.
El lunes por la noche, aunque sin los resultados, los precandidatos salieron a los escenarios de sus respectivas sedes electorales para dar discursos sorprendentes, m¨¢s propios de un mitin que de una reacci¨®n a los resultados, pues no hab¨ªa datos oficiales a los que reaccionar. Sin embargo, Warren y Buttigieg se dirigieron a sus seguidores como vencedores. La senadora de Massachusetts se declar¨® ¡°un paso m¨¢s cerca¡± de la victoria y Buttigieg enfatiz¨® en que ¡°una esperanza improbable se ha convertido en una realidad innegable¡±. El martes por la ma?ana fueron m¨¢s espec¨ªficos. ¡°Por todos los indicadores, vamos a Nuevo Hampshire victoriosos¡±, asegur¨® Buttigieg, en referencia a la pr¨®xima cita de primarias, el martes.
La exasperaci¨®n era palpable entre los seguidores de Sanders. Reunidos en el hotel Holiday Inn cercano al aeropuerto, abandonaban el establecimiento pasada la medianoche del lunes, con sus banderas y pancartas. No pod¨ªan cantar victoria con todas las de la ley y, sin embargo, cantaban. Un grupo, ya muy tarde, se puso a corear ese triunfo a¨²n gaseoso. Pasada la medianoche, expulsaron a la prensa del recinto porque el alquiler hab¨ªa expirado. Era tarde para todo, pero el senador de Vermont asegur¨® que sent¨ªa que les estaba ¡°yendo muy bien¡±. ¡°Hoy [por el lunes] marca el principio del fin de la presidencia de Donald Trump¡±, enfatiz¨®.
Este no perdi¨® la oportunidad de ironizar en Twitter. Sujeto a un impeachment en el Senado, a punto de lograr el esperado veredicto absolutorio, se creci¨® ante el caos de sus adversarios: ¡°?Cu¨¢ndo empezar¨¢n los dem¨®cratas a culpar a Rusia, en lugar de a su propia incompetencia?¡±. La campa?a de Trump, en medio del desconcierto, celebraba la victoria del presidente en sus primarias. Porque s¨ª, hay dos republicanos que han intentado disputarle la candidatura para noviembre con unos resultados irrisorios. Joe Walsh, un locutor de radio conservador, y William Weld, el libertario exgobernador de Massachusetts. Trump sigue siendo presidente y el l¨ªder de su partido. Esa fue la ¨²nica certeza de la noche en Iowa.
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