Balas de odio contra los nueve ¡°hijos de Hanau¡±
La ciudad alemana recuerda a las v¨ªctimas de la matanza racista, casi todas de origen extranjero
Un paso. Esa es la distancia que hace que el albanokosovar Saban Zejnulah estuviera vivo el s¨¢bado conmemorando junto con miles de personas en la localidad alemana de Hanau a los nueve conciudadanos de origen extranjero asesinados presuntamente por el alem¨¢n Tobias Rathjen. De no ser por esos cent¨ªmetros, estar¨ªa en la lista de las v¨ªctimas mortales del odio de un racista.
Zejnulah tiene 36 a?os y naci¨® en Hanau, adonde lleg¨® su padre hace m¨¢s de medio siglo. En esta ciudad, a 20 kil¨®metros de Fr¨¢ncfort, tambi¨¦n estudi¨®, se cas¨® y cr¨ªa ahora a sus dos hijos. Siempre fue su hogar. Hasta que el 19 de febrero alguien quiso decirle de la forma m¨¢s brutal posible que hay quienes no lo consideran de aqu¨ª. Esa noche, Zejnulah estaba en el Midnight, el caf¨¦ shisha (de pipas de agua) que se convirti¨® en el primero de los dos objetivos del odio xen¨®fobo de Rathjen. El asesino pas¨® a un metro de ¨¦l. Vio c¨®mo disparaba una y otra vez. ¡°Tiraba a la cabeza¡±, relata a¨²n con el gesto marcado por el pavor. En unos minutos eternos, Zejnulah perdi¨® a dos amigos, los kurdos G?khan G¨¹ltekin y Sedat G¨¹rb¨¹z, ambos abatidos ante sus ojos. Pero la lista del horror racista de Hanau es m¨¢s larga.
Las autoridades alemanas no han revelado oficialmente los nombres de las v¨ªctimas. Solo han confirmado que nueve de los 10 asesinados ¡ªtodos salvo la madre de Rathjen, tambi¨¦n abatida presuntamente por su hijo¡ª son de origen extranjero, aunque muchos nacieron en Alemania. Han sido familiares y amigos los que han recopilado sus nombres ¡ªaunque hasta ayer reinaba confusi¨®n sobre una de las v¨ªctimas¡ª y los han le¨ªdo durante los ¨²ltimos d¨ªas en alto para que nadie olvide qui¨¦nes eran y por qu¨¦ murieron estos ¡°hijos de Hanau¡±, como reclamaban el s¨¢bado los manifestantes.
En el centro de la ciudad, a escasa distancia de la plaza central donde una estatua recuerda a los hijos m¨¢s famosos de la ciudad, los hermanos Grimm, perdieron la vida Sedat G¨¹rb¨¹z, el due?o de origen kurdo de 30 a?os del caf¨¦ Midnight donde comenz¨® la pesadilla; el b¨²lgaro Kalojan Welkow, de 32, que regentaba el vecino bar La Votre; el tambi¨¦n kurdo G?khan Goco G¨¹ltekin, que a sus 37 a?os estaba a punto de casarse y cuidaba de su padre, enfermo de c¨¢ncer; adem¨¢s de una cuarta v¨ªctima, tambi¨¦n de origen turco, sobre cuyo nombre segu¨ªa habiendo confusi¨®n ayer a ¨²ltima hora. Despu¨¦s, Rathjen se desplaz¨® en coche hasta su barrio, Kesselstadt, donde continu¨® la matanza en otro caf¨¦ de cachimbas, el Arena. Se llev¨® a Ferhat ?nvar, el hijo de 22 a?os de una periodista del diario kurdo Yeni ?zg¨¹r Politika; al bosnio Hamza Kurtovic, de 22 a?os; al afgano Said Nessar El Hashemi, de 21; al rumano Viorel Paun y a Mercedes Kierpacz, una mujer de 35 a?os y madre de dos hijos miembro de una familia gitana germano-polaca que trabajaba en el kiosco del Arena. Son nombres y or¨ªgenes que demuestran las intenciones racistas de Rathjen, al igual que el objetivo elegido. Porque no fue un ataque aleatorio.
En pa¨ªses de fuerte inmigraci¨®n musulmana como Alemania o Francia, los bares shisha son habitual punto de encuentro de j¨®venes y mayores que charlan, ven la televisi¨®n o escuchan m¨²sica mientras comparten una shisha. Est¨¢n tan identificados con esta comunidad que partidos de ultraderecha como Alternativa para Alemania (AfD) han hecho de ellos blanco habitual.
Contra la ultraderecha
¡°Los pol¨ªticos tienen que hacer algo. Tambi¨¦n nosotros somos ciudadanos¡±, reclamaba el tunecino Baccouche Abderrazak, vecino de Kesselstadt desde 1970. No es una opini¨®n aislada. Los partidos tradicionales alemanes han sido un¨¢nimes a la hora de se?alar a AfD como el responsable del clima de xenofobia y odio que ha propiciado la masacre de Hanau, aunque el presunto autor no manifestara una filiaci¨®n pol¨ªtica concreta antes de comenzar su matanza.
Pero desde la poderosa comunidad migrante de Hanau, donde viven 7.000 ciudadanos de origen turco, el 7% de la poblaci¨®n, y miles m¨¢s de diversos or¨ªgenes, etnias y confesiones, se exige m¨¢s, al igual que desde otros lugares de Alemania v¨ªctimas de ataques racistas. M¨¢s responsabilidades asumidas por todos, m¨¢s acciones, m¨¢s prevenci¨®n ¡°y menos condolencias¡±. Porque, como recordaba la activista kurda Newroz Duman el viernes en Hanau, ¡°puede que todos se sientan afectados, pero en esta sociedad, los que se convierten en blanco son la gente que lleva un pa?uelo en la cabeza, que tiene el cabello oscuro, que es negra, que lleva una kip¨¢. A los que est¨¢n asesinando es a inmigrantes y a gente que muchos sienten que no pertenecen aqu¨ª¡±.
¡°Soy de Hanau. ?Soy de aqu¨ª! Y de pronto te llaman extranjero. ?Extranjero! Da igual cu¨¢nto tiempo lleves aqu¨ª, que tus amigos sean alemanes, que hables, leas y escribas el alem¨¢n fluidamente. No les interesa. Eres y ser¨¢s siempre un extranjero¡±, lamentaba Zejnulah, que est¨¢ pensando seriamente hacer las maletas y mudarse con su familia a Kosovo, donde hace tres a?os compr¨® media hect¨¢rea de terreno.
La idea de marcharse le ronda tambi¨¦n a Bekir, un tunecino de 41 a?os que lleva casi la mitad de ellos en Hanau. Tambi¨¦n ¨¦l podr¨ªa estar en la lista de asesinados. ¡°Me salv¨¦ por un minuto¡±, asegura. Los que murieron en el Arena eran sus amigos, con quienes sol¨ªa tomar un caf¨¦ o fumar un cigarro. La noche del mi¨¦rcoles, hab¨ªan quedado para comer una pizza en el bar. Invitaron a Bekir. A ¨¦l le apetec¨ªa, pero su esposa le dijo que ya hab¨ªa preparado la cena. ¡°As¨ª que les dije que me ten¨ªa que ir. Ellos se rieron, me dijeron que ten¨ªa miedo de mi mujer y yo les dije que por supuesto que s¨ª. Sal¨ª [del caf¨¦] y gir¨¦ en la esquina, y solo hab¨ªa caminado unos metros cuando escuch¨¦ un ruido fuerte¡±. Eran las balas del odio.
Cerca de 3.000 personas piden tolerancia en las calles
No callar nunca m¨¢s. Casi 3.000 personas, seg¨²n los organizadores y la polic¨ªa, volvieron a marchar el s¨¢bado en Hanau para repudiar el ataque racista que el mi¨¦rcoles caus¨® la muerte de 10 personas, nueve de ellas de origen extranjero. Sus nombres fueron le¨ªdos una vez m¨¢s en un encuentro organizado por asociaciones de migrantes y de lucha contra el racismo y a la que acudieron familiares y amigos de los fallecidos.
¡°No solo nosotros somos v¨ªctimas. Todos somos v¨ªctimas de un enfermo de ultraderecha con una ideolog¨ªa b¨¢rbara¡±, dijo en nombre del resto de los familiares Abdullah ?nvar, primo de una de las v¨ªctimas, Ferhad ?nvar. La masacre del 19 de febrero fue un atentado ¡°contra todos, contra la humanidad, contra la democracia¡±, denunci¨® ?nvar.
Durante la concentraci¨®n, se leyeron mensajes de solidaridad de todas partes de Alemania. Muchos proced¨ªan de familiares y de supervivientes de otros atentados racistas de los ¨²ltimos a?os en el pa¨ªs. Porque, como record¨® la activista kurda Newroz Duman, ¡°esto no viene de la nada. Este acto no es ¨²nico¡±.
Solo en 2019, dos masacres conmocionaron a Alemania. En octubre, un hombre abri¨® fuego contra una sinagoga en Halle y mat¨® a dos personas. En junio, un ultraderechista asesin¨® a tiros en la terraza de su casa al pol¨ªtico conservador Walter L¨¹bcke. Sucedi¨® en Hesse, el mismo Estado donde se ha producido ahora la masacre de Hanau. Hasta all¨ª llegaron tambi¨¦n las voces de familiares de v¨ªctimas del grupo neonazi NSU, que entre 2000 y 2006 mat¨® a nueve extranjeros en varias partes del pa¨ªs. Muchos de los asesinatos de inmigrantes no han sido resueltos del todo, denuncian las organizaciones. ¡°?Cu¨¢ndo va a reconocer Alemania el problema de racismo que tiene?¡±, se pregunt¨® uno de los oradores.
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