El esp¨ªa de Putin que quer¨ªa lo mejor para su pueblo de Oaxaca
Un prestigioso cient¨ªfico mexicano contratado por la Universidad Nacional de Singapur afronta un juicio por espionaje en Estados Unidos
La operaci¨®n lo ten¨ªa todo para que saliera bien. Un cient¨ªfico con una carrera en ascenso, querido en su pueblo y respetado por sus investigaciones en cardiolog¨ªa molecular. Un acad¨¦mico reconocido con cara de buena gente, que se mov¨ªa por las mejores universidades gracias a sus t¨ªtulos, y una misi¨®n relativamente f¨¢cil de ejecutar. Su aspecto le ayudaba. H¨¦ctor Alejandro Cabrera Fuentes, robusto y bajo de estatura, naci¨® en 1985 en El Espinal, una peque?a comunidad de Oaxaca, uno de los Estados m¨¢s pobres de M¨¦xico. Ten¨ªa pasaporte con varios visados y transitaba sin problemas por Estados Unidos, Francia o Alemania. Era, en resumen, un candidato perfecto para que Rusia se fijara en ¨¦l.
El ¨²ltimo encargo que le hicieron era proporcionar fotos y datos sobre un agente estadounidense del FBI que estaba investigando las actividades del espionaje ruso en Florida. Pero algo sali¨® mal y el Agente Karla de Oaxaca fue detenido el pasado 17 de febrero en Miami. Atrapado entre dos superpotencias, como si se tratara de un thriller de la Guerra Fr¨ªa, Cabrera admiti¨® ante el FBI que Rusia lo hab¨ªa presionado para que se convirtiera en informante a cambio de sacar del pa¨ªs a las dos hijas que tiene con una mujer rusa. Cuando el caso lleg¨® a las noticias se revelaron todo tipo de detalles rocambolescos: una confesi¨®n que enterraba la reputaci¨®n de uno de los cient¨ªficos m¨¢s prometedores de M¨¦xico, dos esposas separadas por m¨¢s de 8.000 kil¨®metros de distancia y tres continentes involucrados en una trama de espionaje y conspiraci¨®n internacional.
?Trabajando para Putin? ?Esp¨ªa ruso? ?Otra esposa? "Son patra?as", responde su t¨ªa, Ana Garc¨ªa, de 66 a?os. Para los habitantes de El Espinal, un humilde municipio de 10.000 habitantes, H¨¦ctor Cabrera es pr¨¢cticamente un h¨¦roe. Becado para formarse como microbi¨®logo en la Universidad de Kaz¨¢n (Rusia). Galardonado por el entonces presidente Dimitri Medv¨¦dev con el premio a la mejor tesis de maestr¨ªa. Doctor con honores por la Universidad de Giessen (Alemania). Conferenciante de la Sociedad Europea de Cardiolog¨ªa. Contratado por la Universidad Nacional de Singapur como uno de los principales investigadores de un estudio sobre enfermedades cardiovasculares.
En Oaxaca, Cabrera era el genio que hablaba seis idiomas y que lleg¨® a alturas inesperadas en un lugar acostumbrado antiguamente a ver crecer solo el trigo y el sorgo. "Nac¨ª en un lugar donde la gente tiene que trabajar duro para tener una vida mejor y con ese mantra he llegado adonde estoy", escrib¨ªa el investigador en una carta enviada a la Universidad de Giessen en 2017. "No me cabe en la cabeza que Hectorcito sea un esp¨ªa", lamenta su t¨ªo Javier Fuentes, de 64 a?os. En su pueblo hay quienes piensan que una mano negra movida por EE UU intenta terminar con su reputaci¨®n debido a sus investigaciones cient¨ªficas.
Hasta que fue detenido, el cient¨ªfico trabajaba como investigador en la Escuela de Medicina de la Universidad de Duke y en la Universidad Nacional de Singapur, donde ten¨ªa un sueldo de 7.500 d¨®lares mensuales. Paralelamente recib¨ªa 5.000 d¨®lares por trabajar para una compa?¨ªa israel¨ª con sede en Alemania. El cient¨ªfico reconoci¨® en un tribunal de Florida que su patrimonio era de 100.000 d¨®lares repartidos en cuentas bancarias de M¨¦xico y Estados Unidos.
Parte de ese dinero lo usaba para ayudar a su pueblo. "Lo ve¨ªa y pensaba: 'Me gustar¨ªa ser como ¨¦l", dice Nashira Sol¨®rzano, una joven de 17 a?os beneficiada por la asociaci¨®n Por Oaxaca M¨¢s Investigadores, fundada por Cabrera, con una estancia de investigaci¨®n en octubre pasado. "Nunca me imagin¨¦ visitar Singapur, me abri¨® el panorama de lo que quer¨ªa ser como m¨²sico y como persona. Nos ayud¨® much¨ªsimo", explica Yoel Matus, de 17 a?os, miembro del grupo de marimba Perlas y Diamantes, que visit¨® Asia en 2017 gracias a las gestiones de Cabrera.
"Siempre que ven¨ªa, nos qued¨¢bamos tomando unos tragos y nos lo cont¨¢bamos todo: deslices, problemas, lo que fuera", explica Hazael Matus, alcalde de El Espinal y una de las personas m¨¢s cercanas a Cabrera, a quien conoce desde hace m¨¢s de una d¨¦cada. "Nunca me habl¨® de una novia o una familia rusa, nunca me dijo que tuviera problemas con alg¨²n Gobierno, que alguien lo estuviera amenazando", asegura. El alcalde habl¨® con Cabrera por ¨²ltima vez apenas cuatro d¨ªas antes de su detenci¨®n en Miami, a donde el cient¨ªfico hab¨ªa ido a festejar el cumplea?os de uno de sus hijos mexicanos, seg¨²n le cont¨®.
La ¨²nica versi¨®n conocida sobre el papel que desempe?aba Cabrera es la declaraci¨®n jurada que realiz¨® el lunes 17 de febrero durante la vista oral en Florida, en la que admit¨ªa que empez¨® a espiar en 2018. Cabrera lleg¨® en 2004 a Voronezh, una ciudad industrial del centro de Rusia, sin saber una palabra de ruso y en una ¨¦poca en la que eran frecuentes los ataques hacia los extranjeros; incluso fue agredido una vez. En 2005 se march¨® a Kaz¨¢n, una ciudad de la Rep¨²blica de Tatarst¨¢n, cerca de los Urales, donde se qued¨® cinco a?os y fue un estudiante notable, seg¨²n varias fuentes. La Universidad Federal de Kaz¨¢n, una de las principales del pa¨ªs, no quiso comentar el caso y ha cerrado todas las p¨¢ginas que mencionan a Cabrera.
Cabrera se cas¨® en Kaz¨¢n con una joven musulmana, Aliy¨¢ Val¨¦yeva. Tras la insistencia de su suegra rusa, tuvieron una ceremonia tradicional en la mezquita principal de Tatarst¨¢n. En una fotograf¨ªa de ese d¨ªa, recogida por la prensa local como noticia de que un joven mexicano relevante en la universidad se hab¨ªa unido a una joven t¨¢rtara, aparece Cabrera sonriente, tocado con el sombrero t¨ªpico. Ella, con un ramo de rosas rosas y un velo blanco. "Alejandro hablaba ruso perfecto, sin acento y sab¨ªa muchas palabras en t¨¢rtaro", cuenta Lika Isaeva, que lo entrevist¨® para el diario local Nuestra Casa Tatarst¨¢n. Isaeva, ahora periodista en Komsom¨®lskaya Pravda, asegura que Cabrera ten¨ªa mucha vida social y un conocido de esa ¨¦poca resalta que el cient¨ªfico mexicano era "algo mujeriego".
En 2010, Cabrera y Val¨¦yeva se fueron juntos de Kaz¨¢n a Alemania. All¨ª estuvieron varios a?os hasta que el cient¨ªfico se mud¨® a Singapur. Ni Isaeva, que mantuvo contacto durante a?os con la pareja, ni otros conocidos en Kaz¨¢n saben nada desde hace tiempo de Aliya Valey¨¦va ni de las dos hijas que tienen en com¨²n. No est¨¢n ni siquiera seguros de que ella haya vuelto a Tatarst¨¢n, pero est¨¢n convencidos de que siguen casados. Tambi¨¦n creen factible que Cabrera estuviera intentando obtener visados y papeles para ellas.
Seg¨²n el sumario judicial estadounidense, un agente ruso le ofreci¨® a Cabrera facilitar la salida de sus hijas de Rusia ¡ªque hab¨ªan regresado de Alemania junto con su madre para tramitar sus pasaportes y fueron retenidas por agentes de aduana rusos por razones que se desconocen¡ª, a cambio de que realizara una misi¨®n para ellos. "Podemos ayudarnos mutuamente", le dijo el misterioso hombre que lo busc¨® tras una conferencia en Mosc¨².
Desde entonces empez¨® a colaborar con ellos y ha viajado al menos cinco veces en los ¨²ltimos meses a Mosc¨². En su ¨²ltima misi¨®n, los servicios secretos rusos pidieron a Cabrera que localizara el autom¨®vil de un agente del FBI, obtuviera el n¨²mero de placa y anotara la ubicaci¨®n f¨ªsica del veh¨ªculo. Para ello se col¨® en una zona residencial de Miami aprovechando que se abri¨® la puerta y que otro veh¨ªculo estaba entrando. Su operaci¨®n fue tan poco sutil que llam¨® la atenci¨®n del equipo de seguridad del edificio, que en minutos encontr¨® al hombre y a su esposa mexicana tomando fotos con su tel¨¦fono y los expuls¨® del lugar.
Aquello levant¨® las sospechas y en el aeropuerto pidieron revisar sus pertenencias. Los agentes inspeccionaron el tel¨¦fono de la esposa de Cabrera y encontraron una imagen de la matr¨ªcula del veh¨ªculo de la fuente del Gobierno de EE UU en la carpeta de "eliminados recientemente" de su tel¨¦fono que hab¨ªa sido enviada por WhatsApp. "Cuando se le pregunt¨® sobre la imagen, Cabrera Fuentes admiti¨® que le hab¨ªa encargado a su compa?era que tomara la foto", se?ala el sumario. Lo precipitado de su confesi¨®n, el uso de una red poco discreta para transmitir informaci¨®n que se supone sensible y el desastre de la operaci¨®n contrasta con el retrato del conspirador extranjero que pintan los fiscales estadounidenses.
Una conversaci¨®n entre el alcalde y la esposa de Cabrera revela detalles que no se conoc¨ªan sobre lo que sucedi¨® en las horas previas a la detenci¨®n, despu¨¦s del altercado con los guardias del edificio. "Iban a volar a M¨¦xico por la tarde [16 de febrero] e iban con poco tiempo para abordar, les pasaba seguido", relata Matus. La pareja lleg¨® al control migratorio del aeropuerto y les pidieron que sacaran su tel¨¦fono. "Me dijo que los pusieron en cuartos separados y los interrogaron hasta las dos o tres de la ma?ana", cuenta. Siempre seg¨²n esta versi¨®n, la pareja perdi¨® el vuelo y pas¨® la noche en un hotel de Miami. Al d¨ªa siguiente, Cabrera regres¨® al aeropuerto con su esposa y su hija, les entreg¨® dos pases de abordar y les dijo: "Yo no me voy, tengo que quedarme a resolver un problema", ante la sorpresa de su esposa.
Fuentes diplom¨¢ticas creen que el servicio de inteligencia ruso podr¨ªa tener inter¨¦s en vigilar a un "grupo de traidores rusos" que se han afincado en Miami. Creen que podrian tener "algo sobre ¨¦l" que pueda resultar da?ino, lo que le ha podido llevar a colaborar. Eso, se?alan, "no es infrecuente".
Las autoridades estadounidenses lo acusan de conspirar y de actuar para un Gobierno extranjero y si es declarado culpable podr¨ªa ser condenado a cadena perpetua. "Lo que m¨¢s le duele a la familia es que H¨¦ctor se qued¨® completamente solo, nadie le contesta el tel¨¦fono, todos le dieron la espalda", dice el alcalde, que mand¨® la semana pasada una carta al Gobierno mexicano para que interviniera en favor de Cabrera.
El caso se ha convertido en una carrera contra reloj. Con las cuentas de Cabrera congeladas, sus allegados buscan conseguir tres millones de pesos (m¨¢s de 150.000 d¨®lares) para contratar a un abogado y encarar el juicio, que empieza el pr¨®ximo 3 de marzo. Los bancos han negado el pr¨¦stamo y su c¨ªrculo cercano ya se organiza para conseguir el dinero. El alcalde, los vecinos, los m¨²sicos y los j¨®venes estudiantes no paran de darle vueltas a lo ocurrido con su vecino m¨¢s ilustre. ?Habr¨¢ hecho enojar con sus descubrimientos a las grandes farmac¨¦uticas? ?Se volvi¨® una moneda de cambio entre Rusia y Estados Unidos? ?Es parte de una persecuci¨®n cient¨ªfica? ¡°No queremos que lo liberen, lo ¨²nico que pedimos es que H¨¦ctor tenga un juicio justo y una defensa real¡±, afirma el alcalde Matus.
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