La agenda progresista de Argentina da ox¨ªgeno a la izquierda en Am¨¦rica Latina
La legalizaci¨®n del aborto sit¨²a el pa¨ªs a la vanguardia de la regi¨®n ante la tibieza de L¨®pez Obrador y el autoritarismo del eje bolivariano
La ley de aborto legal aprobada en Argentina el 29 de diciembre interpela a la izquierda latinoamericana. Perdida la hegemon¨ªa del arranque del siglo, cuando casi todo el continente estaba dominado por Gobiernos progresistas, los contados regresos al poder se han visto lastrados por la crisis econ¨®mica y, ahora, la pandemia. La recuperaci¨®n de la agenda por los derechos sociales puede ser ahora el cemento de una nueva ¨¦pica y dar ox¨ªgeno a la izquierda. Desde Argentina, Bolivia y M¨¦xico, donde la izquierda o las propuestas antiestablishment han vuelto al poder, pasando por los movimientos de insurrecci¨®n ciudadana en Chile y Per¨² y los intentos de construcci¨®n pol¨ªtica alternativa en Brasil o Colombia, los proyectos progresistas buscan la ruta que les permita revertir la actual hegemon¨ªa conservadora. El camino es largo. Si hablamos de aborto legal, solo Uruguay, Cuba, Guyana y la Guayana Francesa han avanzado. Y mientras la nueva ley sit¨²a Argentina a la vanguardia, pa¨ªses como M¨¦xico est¨¢n, en su conjunto, a¨²n muy lejos de ello, pese a las banderas que enarbola a Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador.
El presidente mexicano, que ha recibido repetidas cr¨ªticas del movimiento feminista, defendi¨® en la ¨²ltima conferencia de prensa del a?o que ¡°las estructuras de poder¡± no deben intervenir en decisiones como la regulaci¨®n de la interrupci¨®n del embarazo, donde, dijo, ¡°hay puntos de vista a favor y en contra¡±. Su apuesta ser¨ªa, en todo caso, convocar un refer¨¦ndum. ¡°Lo mejor es consultar a los ciudadanos y, en este caso, a las mujeres. Hay mecanismos para poder solicitar una consulta¡±. L¨®pez Obrador evita as¨ª tomar partido al respecto en un pa¨ªs donde solo la Ciudad de M¨¦xico y el Estado de Oaxaca permiten el aborto libre y gratuito hasta la semana 12. Su posici¨®n no es, sin embargo, tan tajante como la de otros l¨ªderes latinoamericanos progresistas que no han renunciado a postulados tradicionalmente conservadores sobre el aborto. El dirigente opositor colombiano Gustavo Petro volvi¨® a manifestar esta semana que el camino no es la prohibici¨®n, sino que hay que mejorar la educaci¨®n si se quiere una ¡°sociedad [con] cero aborto¡±. M¨¢s all¨¢ fue en su momento el exmandatario ecuatoriano Rafael Correa, quien amenaz¨® con renunciar si la Asamblea aprobaba la legalizaci¨®n. ¡°Yo jam¨¢s aprobar¨¦ la despenalizaci¨®n¡±, zanj¨® al comienzo de su ¨²ltimo mandato, en 2013.
Parece una paradoja, pero sus palabras se parecen a las pronunciadas por Jair Bolsonaro en Brasil, un pa¨ªs que por su peso puede marcar la agenda regional y que se ha abrazado al extremismo conservador. El brasile?o tambi¨¦n ha sentido la onda expansiva iniciada en Buenos Aires. ¡°En lo que dependa de m¨ª y de mi Gobierno, el aborto jam¨¢s ser¨¢ aprobado en nuestro suelo¡±, escribi¨® el presidente en Twitter. En Paraguay, el Parlamento hizo un minuto de silencio por ¡°por las miles de vidas de los hermanos argentinos que se perder¨¢n antes de nacer¡±.
¡°Somos conscientes de que nos miran¡±, dice Vilma Ibarra, secretaria Legal y T¨¦cnica de la presidencia argentina e impulsora de la ley de interrupci¨®n del embarazo aprobada en el Congreso. ¡°Sobre todo nos miran las mujeres. Nos abrazamos a otras experiencias porque sabemos que sin ellas no llegamos. A las mujeres argentinas nos cost¨®, pero nos abri¨® camino Espa?a, Cuba, Uruguay, la ciudad de M¨¦xico. Lo bueno de esas luchas es acompa?ar y transmitir experiencias. Ahora vamos a poder transmitir experiencias en la regi¨®n¡±, dice Ibarra en una conversaci¨®n v¨ªa Zoom con corresponsales extranjeros.
El regreso de la agenda progresista en Argentina puede estimular movimientos semejantes en otros pa¨ªses. La experiencia boliviana, con el triunfo de Luis Arce un a?o despu¨¦s de la salida anticipada de Evo Morales, dio nuevo impulso a la idea del regreso. Pero los problemas econ¨®micos complican los planes de expansi¨®n. El costo pol¨ªtico de un ajuste puede ser demasiado. ¡°A la derecha, el discurso de menos Estado con ajuste fiscal le es natural. Pero a la izquierda, la promesa de una sociedad m¨¢s igualitaria y con m¨¢s Estado, en un momento con menos plata, ajuste fiscal y pandemia le resulta m¨¢s complicado. Eso plantea la tentaci¨®n de ir a las minor¨ªas, de una agenda de expansi¨®n de derechos civiles que no es solo el aborto. Se expande la idea indigenista, se vuelve a la agenda de largo plazo, de reforma cultural de la sociedad¡±, explica el periodista y analista Carlos Pagni, columnista de este peri¨®dico en temas latinoamericanos. Se trata, entonces, de reescribir los discursos, pero sin tropezar con las piedras que en el pasado la alejaron del poder.
A esas reflexiones se a?aden los debates de corte religioso o relacionados con la influencia pol¨ªtica de las iglesias que proliferan por Am¨¦rica y que en algunos casos engrosan las filas de los llamados partidos-movimientos de izquierdas. ¡°Hay un esfuerzo t¨¢cito por no meterse en temas que puedan desatar la ira de los evang¨¦licos y los cat¨®licos, porque hay una gran parte de la poblaci¨®n que no apoya ciertas agendas¡±, se?ala Sergio Guzm¨¢n, director de la consultora Colombia Risk Analysis. ¡°Am¨¦rica tiene una tasa de religiosidad entre el 60 y el 70%, en Latinoam¨¦rica hay m¨¢s fervor religioso. Y a las iglesias se les est¨¢ dando un papel determinante en las decisiones pol¨ªticas en el continente. El mismo papa Francisco trat¨® de mediar entre Juan Manuel Santos y ?lvaro Uribe a prop¨®sito del proceso de paz¡±, contin¨²a. La tendencia no es nueva, aunque hoy las organizaciones religiosas est¨¢n m¨¢s fragmentadas. En Colombia sigue activo el Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional (ELN), una guerrilla nacida a principios de los sesenta con un prontuario ideol¨®gico que mezclaba marxismo y teolog¨ªa de la liberaci¨®n. Uno de sus padres fue precisamente el sacerdote guerrillero Camilo Torres. Y aunque este es un caso extremo, es significativo que el conservadurismo y el machismo hayan impregnado durante d¨¦cadas tambi¨¦n el ideario de organizaciones insurgentes, incluidas las extintas FARC. Hoy todav¨ªa, reg¨ªmenes que se autodenominan como revolucionarios, el de Nicol¨¢s Maduro en Venezuela y el de Daniel Ortega en Nicaragua, han rechazado legislar sobre el aborto.
¡°La izquierda tiene tendencia a dar lecciones de moral¡±
Tatiana Roque es catedr¨¢tica en Matem¨¢ticas en la Universidad Federal de R¨ªo de Janeiro y fue candidata a diputada por el PSOL brasile?o, la formaci¨®n que critic¨® por la izquierda al Partido de los Trabajadores de Lula da Silva. Roque sigui¨® con atenci¨®n la discusi¨®n por el aborto legal en Argentina. ¡°El movimiento argentino marca una nueva forma de hacer pol¨ªtica, de crear consensos en una sociedad que conmina a la izquierda a dialogar. La izquierda tiene tendencia a se?alar, a acusar, a dar lecciones de moral, y eso nos aleja a las personas con quienes tenemos que hablar, personas de clase media baja o pobres. El proceso del aborto en Argentina es en ese sentido una ense?anza, porque se hicieron gestiones con los sectores m¨¢s conservadores¡±, dice. En esa estrategia del di¨¢logo Roque ve la semilla de la reconstrucci¨®n de una izquierda que, dice, ya no puede tener al PT como faro ni a Lula como ¡°el ¨²nico capaz de articular¡±.
Ni Argentina ni Bolivia tienen figuras con la influencia que alguna vez tuvieron N¨¦stor Kirchner, Lula, Hugo Ch¨¢vez, Pepe Mujica o Rafael Correa. Algunos han muerto o est¨¢n retirados de la pol¨ªtica activa, otros est¨¢n presos por corrupci¨®n o inhibidos de participar en elecciones por motivos semejantes. Para el soci¨®logo argentino Mario Santucho, director de la revista Crisis y experto en movimientos de izquierda latinoamericanos, esa falta de referentes abre la puerta a nuevos movimientos, m¨¢s atomizados pero no por eso menos potentes. ¡°El feminismo en la regi¨®n no tiene vuelta atr¨¢s. Si bien ha habido una reacci¨®n de las iglesias, el sedimento es el de una consolidaci¨®n de estas agendas m¨¢s de avanzada¡±, dice Santucho. Y pone como ejemplo a Chile, donde la discusi¨®n por una nueva Constituci¨®n es tambi¨¦n un debate por los nuevos valores de la democracia. ¡°Ah¨ª entran en juego los derechos civiles, de avanzada, que no son solo derechos en t¨¦rminos liberales¡±, explica, ¡°estamos hablando de una nueva idea de lo social, de lo humano. Ese es el gran desaf¨ªo de la izquierda: conjugar un modo progresista y democr¨¢tico con las nuevas discusiones del siglo XXI, junto con los derechos sociales que siempre ha defendido¡±.
Sergio Guzm¨¢n apunta que son precisamente las mujeres quienes han tomado el liderazgo de la agenda. ¡°Los pol¨ªticos progresistas hombres son muy reacios a liderar el tema¡±, dice en referencia al caso espec¨ªfico del aborto. ¡°Las pol¨ªticas progresistas no tienen ning¨²n problema al hablar de libertades y derechos¡±. Este a?o y 2022 redefinir¨¢n el mapa en pa¨ªses como Ecuador, Per¨² y Colombia, mientras que Luis Arce, heredero de Morales, acaba de iniciar su mandato en Bolivia. El periodista estadounidense Jon Lee Anderson, profundo conocedor de la regi¨®n, destaca la decadencia de la izquierda con ret¨®rica revolucionaria que hace una d¨¦cada encarnaba, por encima de todos, Hugo Ch¨¢vez. Eso no supone la muerte en s¨ª de los proyectos progresistas, sino m¨¢s bien su obligaci¨®n de adaptarse y reformularse a trav¨¦s de un nuevo camino centrado en las pol¨ªticas p¨²blicas.
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