El Gobierno de Irlanda pide perd¨®n a miles de madres solteras y v¨ªctimas de orfanatos
Unos 9.000 ni?os de madres solteras murieron en estas instituciones, seg¨²n el informe final oficial
Hay pa¨ªses en los que el pasado nunca muere, ni siquiera es pasado, como escribi¨® William Faulkner. Irlanda es uno de ellos. Cinco a?os despu¨¦s de una investigaci¨®n exasperantemente lenta para las v¨ªctimas y demoledora para toda la sociedad, el informe oficial final sobre los orfanatos y residencias de madres solteras ha expuesto negro sobre blanco, en m¨¢s de 3.000 p¨¢ginas, la crueldad, ostracismo y abandono a los que fueron sometidos miles de mujeres repudiadas por una sociedad asfixiada por la moral cat¨®lica imperante durante d¨¦cadas, beb¨¦s entregados arbitrariamente a otras familias y muertes ocultadas al registro p¨²blico. El primer ministro, Mich¨¦al Martin, pedir¨¢ perd¨®n a todos ellos este mi¨¦rcoles en el Parlamento.
Todo empez¨® del modo m¨¢s aterrador posible. Catherine Corless, una historiadora local de Tuam, en el oeste de la isla, empez¨® a interesarse por los rumores que durante a?os hablaban de una fosa com¨²n con restos humanos. Los mapas no le se?alaban un lugar de enterramiento, sino un dep¨®sito de aguas residuales. Fue su tenacidad, y no la ayuda de las religiosas del Orfanato de Bon Secours (el Buen Auxilio, en franc¨¦s), la que llev¨® al descubrimiento, en veinte criptas improvisadas, de un elevado n¨²mero de huesos con un desarrollo de entre nueve meses y tres a?os. Corless calcul¨® que, entre 1925 y 1961 (cuando se cerr¨® el lugar, conocido entre los parroquianos como The Home, la casa), hab¨ªan fallecido 796 beb¨¦s, sin llevar un control de su inhumaci¨®n. ¡°Pens¨¦ al principio que las autoridades se tomar¨ªan en serio el asunto, hasta que me di cuenta de que estaba totalmente sola y nadie iba a ayudarme¡±, cont¨® en su momento la historiadora al diario The Irish Times.
La jueza Yvonne Murphy se puso al frente de la comisi¨®n investigadora en 2015, y lo primero que hizo fue visitar la fosa com¨²n de Tuam. El resultado es el retrato de una sociedad que estigmatiz¨® a las madres solteras y a los ni?os nacidos fuera del matrimonio y mir¨® para otro lado mientras los orfanatos ofrec¨ªan crueldad y verg¨¹enza a los que acog¨ªan en su seno y doblaban su tarea como agencias irregulares de adopci¨®n.
El informe de la comisi¨®n, que durante cinco a?os ha ido ofreciendo a la opini¨®n p¨²blica irlandesa avances preliminares, ha resultado tan demoledor como si hubiera pillado por sorpresa a la sociedad del pa¨ªs. Y no ha querido cargar la culpa, como ha ocurrido en otras revisiones hist¨®ricas, en la Iglesia Cat¨®lica. Ha sido un aldabonazo colectivo a los padres que se desentendieron de su descendencia, las familias que repudiaron a las mujeres embarazadas y una sociedad que, en su conjunto, toleraba estas pr¨¢cticas que el Estado y las parroquias locales apoyaban y manten¨ªan.
Fueron cerca de 56.000 madres solteras y 57.000 menores los que pasaron por estas instituciones durante el periodo examinado por la comisi¨®n, entre 1920 y 1998. O, al menos, a esa cifra han llegado los expertos, aunque ellos mismos calculan que fueron al menos 25.000 mujeres m¨¢s y un buen n¨²mero de menores.
No era entonces la Irlanda joven y urbana de la actualidad (la mitad del pa¨ªs se concentra en Dubl¨ªn y Cork), sede favorita de las grandes empresas tecnol¨®gicas y farmac¨¦uticas y completamente distanciada del mandato moral y social de la Iglesia Cat¨®lica. Era una isla en estado de semipobreza y hambrunas, fundamentalmente rural, y con reglas y prejuicios asfixiantes. Y aun as¨ª, refleja el informe, las condiciones a las que fueron sometidas madres y menores superaban con creces la crueldad y dureza del entorno. La mortalidad infantil doblaba a la del resto del pa¨ªs. Solo en un a?o, 1943, el 75% de los ni?os admitidos en el orfanato de Bessborough murieron, seg¨²n refleja el informe. Hasta 9.000 ni?os murieron en el seno de esas instituciones durante el periodo investigado por la comisi¨®n. En el caso de una de ellas, Sean Ross, se relata c¨®mo ¡°las madres eran trasladas hospitales locales, donde trabajaban como enfermeras sin cobrar, y al regresar transmit¨ªan a los ni?os todo tipo de infecciones¡±.
Son las instituciones p¨²blicas, en mayor medida que las gestionadas por ¨®rdenes religiosas, las que salen peor paradas en el informe. Las condiciones f¨ªsicas en las que viv¨ªan madres e hijos eran ¡°espantosas¡±, pero apenas se relatan casos de violencia sexual o de abusos f¨ªsicos. Solo un constante abuso emocional y hasta la explotaci¨®n laboral de los residentes de esos hogares. No fueron creados para ofrecer refugio a las mujeres, sino para salvaguardar la honra de sus familias. ¡°Su madre le llamaba zorra y prostituta. Tres de sus t¨ªos eran sacerdotes, y a sus padres les preocupaba mucho c¨®mo su embarazo podr¨ªa afectar a sus carreras eclesi¨¢sticas¡±, relata el informe la declaraci¨®n de una de las centenares de v¨ªctimas que han accedido a contar su historia.
El Gobierno irland¨¦s se ha comprometido a dar ayuda financiera y compensaciones econ¨®micas a todos los grupos espec¨ªficos que el informe reconoce, as¨ª como a dar apoyo legal a futuras excavaciones, exhumaciones e identificaci¨®n de los restos de las fosas comunes que se localicen. ¡°El informe refleja claramente que las madres solteras sufrieron una cultura mis¨®gina opresiva, brutal y sofocante¡±, ha dicho el ministro irland¨¦s para la Infancia, Roderic O¡¯Gorman. Muchos de los ni?os fueron entregados, sin formalidades legales ni controles, en adopci¨®n, a familias irlandesas, inglesas e incluso estadounidenses. Entre las recomendaciones del informe de la comisi¨®n figura la necesidad de que todos esos adultos que en su momento fueron adoptados puedan acceder a la informaci¨®n sobre sus madres biol¨®gicas. Las actuales leyes irlandesas dificultan notablemente ejercitar lo que, seg¨²n el informe, es un derecho humano de primer orden: el derecho a la propia identidad. Los expertos proponen incluso que se celebre un refer¨¦ndum nacional, si resulta necesario, para modificar las leyes.
Sin embargo, el informe, m¨¢s centrado en los hechos probados, las recomendaciones y en las posibles soluciones que en un juicio moral que la sociedad irlandesa lleva d¨¦cadas haciendo por s¨ª misma, reh¨²ye utilizar el t¨¦rmino de ¡°adopciones forzosas¡±, a pesar de la petici¨®n de algunos de los grupos afectados por aquellas pr¨¢cticas. ¡°Se han encontrado escasas pruebas de que los ni?os fueran arrebatados a la fuerza de sus madres¡±, concluye, aunque admite a la vez que, esas mismas madres, ¡°no ten¨ªan mucha elecci¨®n¡±.
El pasado en Irlanda, y su eterna losa, no se filtra tanto en su debate p¨²blico por un tamiz ideol¨®gico ¡ªaunque sea la izquierda la m¨¢s decidida a rescatarlo y afrontarlo¡ª como por la atribuci¨®n de culpas. Porque la realidad que refleja el informe es la de un Estado pobre que dej¨® en completo desamparo a todas estas mujeres y menores, y en gran medida, a unas instituciones cat¨®licas que les ofrecieron una alternativa de compasi¨®n, tal y como ellas la entend¨ªan. Repudio y amparo a la vez a los intocables fruto de una moral social dominada completamente por la Iglesia Cat¨®lica.
9.000 menores murieron durante 76 a?os
Ileg¨ªtimo es el t¨¦rmino empleado por el informe, porque esa era la expresi¨®n ilegal en Irlanda hasta 1987 para referirse a los beb¨¦s nacidos fuera del matrimonio. De los 57.000 menores investigados por la comisi¨®n, en al menos 18 centros de acogida, un 15% falleci¨®. Es decir, cerca de 9.000 ni?os en un pa¨ªs donde, a principios de los a?os cincuenta, la tasa de mortalidad infantil era del 2,15%.
La mayor¨ªa de las muertes, se?ala la investigaci¨®n, fueron consecuencia de infecciones respiratorias y de gastroenteritis. A pesar de que, en los medios de comunicaci¨®n irlandeses, se ha hecho referencia en numerosas ocasiones a posibles casos de malnutrici¨®n, ¡°ese t¨¦rmino es m¨¢s bien indicativo de que el menor era incapaz de crecer y salir adelante, pero debido a condiciones m¨¦dicas no diagnosticadas, seg¨²n indican los expertos m¨¦dicos¡±.
El n¨²mero de fallecidos durante su primer a?o se explicar¨ªa, dice la comisi¨®n, porque ¡°la mayor¨ªa de las madres eran pobres; su dieta durante el embarazo muy pobre, y todo ello agravado por sus esfuerzos constantes por ocultar a la sociedad su embarazo¡±.
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