Andrew Yang, el defensor de la renta m¨ªnima para la ciudad de Wall Street
Tras probar suerte en la ¨²ltima carrera a la Casa Blanca, el dem¨®crata es el favorito en las primarias de su partido para las elecciones municipales de Nueva York
Proponer un capitalismo de rostro humano y una renta b¨¢sica universal en la cuna de Wall Street, en la ciudad con mayor concentraci¨®n de millonarios de EE UU -un mill¨®n, dicen-, suena extra?o, pero ambas ideas constituyen la columna vertebral del programa de Andrew Yang para la alcald¨ªa de Nueva York. El dem¨®crata, que concurri¨® sin ¨¦xito a las ¨²ltimas primarias presidenciales de su partido, prueba suerte de nuevo en pol¨ªtica tras una carrera como emprendedor del tercer sector que le ha valido distinciones -y las palmadas en el hombro de Barack Obama-, y mientras su ciudad de adopci¨®n se duele de los estragos de la pandemia y aspira a regenerarse para volver a ser lo que siempre ha sido, ¡°la capital del mundo¡±, en definici¨®n del propio Yang.
De cara a las primarias dem¨®cratas de Nueva York, el 22 de junio, Yang parece el candidato mejor situado (en marzo, sacaba 13 puntos de ventaja a sus competidores); el que tiene mayor proyecci¨®n p¨²blica, gracias a una campa?a en redes exhaustiva -m¨¢s de dos millones de seguidores en Twitter- y a un estilo din¨¢mico y poco convencional, en absoluto pol¨ªtico: entre sus propuestas como precandidato presidencial plante¨® la financiaci¨®n p¨²blica de los consejeros matrimoniales, esa figura tan arraigada en las miserias cotidianas de los estadounidenses.
Yang (Shenectady, Nueva York, 46 a?os), estadounidense de primera generaci¨®n -es hijo de padres taiwaneses-, es el m¨¢s conocido de la veintena de aspirantes dem¨®cratas a la alcald¨ªa de Nueva York, y muchos le ven ya como el sucesor del tambi¨¦n dem¨®crata Bill de Blasio tras las elecciones del 2 de noviembre. Sus afables propuestas no se inscriben en el ideario de la facci¨®n m¨¢s progresista de los dem¨®cratas, en ebullici¨®n en algunos distritos de Nueva York como alternativa al viejo establishment y como banco de pruebas del futuro del partido. Yang se inclina m¨¢s por la l¨ªnea oficial y en las ¨²ltimas elecciones hizo campa?a activamente por Joe Biden y Kamala Harris, as¨ª que aliados de peso no le faltan. Con el ala m¨¢s izquierdista del partido ha tenido sonadas diferencias, por ejemplo respecto de los vendedores ambulantes, cuya actividad Yang es partidario de limitar.
Se embarc¨® en la aventura de las primarias dem¨®cratas a la Casa Blanca como un completo desconocido, y descabalg¨® de ella en febrero de 2020, sin lograr ni un solo delegado en los caucus de Iowa, con m¨¢s proyecci¨®n que muchos pol¨ªticos de carrera. Su inexperiencia en tareas de gobierno y en la administraci¨®n es su principal baza y su mayor h¨¢ndicap; tambi¨¦n, el hecho de que en sus 24 a?os en Manhattan no haya votado ni una sola vez en las elecciones locales, porque, arguye, ¡°es algo que se da por hecho, por sentado¡±. M¨¢s peso ha podido tener, en su contra, el hecho de que pasara la mayor parte de la pandemia en una casa a 80 millas de la ciudad, lo que le vali¨® abundantes cr¨ªticas. Pero Yang, heterodoxo en todo, no le da importancia y alude al autismo de uno de sus hijos como justificaci¨®n del traslado.
Como un Quijote, lucha contra unos particulares molinos de viento: los robots, responsables de desalojar del mercado laboral a millones de estadounidenses. Pero de condenar la automatizaci¨®n del trabajo a defender una renta m¨ªnima, como su veterano correligionario Bernie Sanders, media un trecho. El programa de Yang tambi¨¦n propone que la ciudad contrate a 10.000 reci¨¦n licenciados como tutores de los 100.000 menores que m¨¢s han sufrido la p¨¦rdida de horas lectivas por la pandemia; ¨¦l mismo se presenta como ¡°padre de ni?os de la escuela p¨²blica¡±. Tambi¨¦n plantea la citada renta m¨ªnima (1.000 d¨®lares al mes) para el medio mill¨®n de neoyorquinos en situaci¨®n de pobreza extrema; una red de bancos p¨²blicos, hacer de la ciudad un polo del negocio de las criptomonedas, construir casinos y reconvertir hoteles en viviendas de precio asequible, adem¨¢s de garantizar la propiedad individual e intransferible de los datos. Una Arcadia hipster con aroma a socialdemocracia, en suma, para reanimar una ciudad diezmada por la pandemia.
Yang goza de especial predicamento entre la comunidad asi¨¢tica, con creciente tracci¨®n pol¨ªtica en el pa¨ªs y que adem¨¢s soporta un incremento de los delitos de odio desde que empez¨® la pandemia. ?l mismo sufri¨® acoso escolar por su origen. Tras estudiar Derecho en Columbia, se dedic¨® a crear start-ups en el tercer sector, para recaudar fondos para causas sociales; la venta de una de ellas le convirti¨® en millonario. En 2011 fund¨® Venture for America, una incubadora de talentos biso?os para empresas y zonas econ¨®micamente rezagadas que gener¨® miles de empleos. Gracias a Venture for America, Yang hizo contactos en Silicon Valley, Wall Street y Washington, y fue designado ¡°campe¨®n del cambio¡± por Barack Obama.
Adem¨¢s del presidente dem¨®crata, el principal apoyo de Yang es Martin Luther King III, activista de derechos humanos y primog¨¦nito del reverendo asesinado Martin L. King, el icono de la lucha de los derechos civiles. King III ha destacado la conciencia social de Yang y su preocupaci¨®n por los m¨¢s desfavorecidos. La m¨²sica suena bien, dicen los cr¨ªticos, pero la letra peque?a -c¨®mo pagar la factura de sus originales propuestas- no acaba de leerse del todo bien en un momento de d¨¦ficit presupuestario, y en una ciudad exhausta econ¨®micamente pese al abultado n¨²mero de vecinos millonarios.
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