Andrew Yang, el candidato de la renta b¨¢sica y la marihuana
Es el ¨²nico aspirante de las primarias dem¨®cratas de EE UU que promete 1.000 d¨®lares para cada ciudadano estadounidense mayor de 18 a?os
A Andrew Yang le ha costado que lo tomen en serio. El pasado abril, en una g¨¦lida tarde a los pies del monumento de Abraham Lincoln en Washington, el precandidato dem¨®crata quiso calentar el ambiente refiri¨¦ndose a su plan estrella: un ingreso b¨¢sico universal de 1.000 d¨®lares mensuales a los ciudadanos mayores de 18 a?os. ¡°??Qu¨¦ har¨¢n con el dinero!?¡±, pregunt¨® el asi¨¢tico-americano. El p¨²blico, en su mayor¨ªa j¨®venes de minor¨ªas raciales, respondi¨® entre risas: ¡°?Comprarme un coche!¡±, ¡°?Beb¨¦rmelos!¡±. Al empresario tecnol¨®gico de 44 a?os no le hizo gracia. Tampoco que en el debate televisado en noviembre, al que solo acudieron 10 postulantes de la sobrepoblada carrera dem¨®crata, le dieran la palabra por primera vez a los 32 minutos de transmisi¨®n. Pero ni la ligereza con que algunos ven sus propuestas ni la falta de espacio en los medios tradicionales parecen detener al aspirante a la Casa Blanca, que ya ocupa el sexto lugar en las encuestas.
A pesar de que Yang ha captado la atenci¨®n por sus singularidades, lo cierto es que comparte una historia familiar con la que millones se identifican. Su padre, que creci¨® en una granja de cacahuetes en Taiw¨¢n, emigr¨® en los sesenta hacia Estados Unidos en busca del sue?o americano. En la escuela de posgrado de la Universidad de Berkeley, California, conoci¨® a su futura esposa, tambi¨¦n inmigrante taiwanesa. Juntos formaron un hogar en una peque?a ciudad de Nueva York llamada Somers. A los 24 a?os, el hijo menor de esa familia, Andrew, era un economista de Brown y abogado de Columbia que trabajaba 80 horas a la semana por 150.000 d¨®lares anuales en la firma Davis Polk. Sin embargo, eso dur¨® poco. El sue?o americano de sus padres se hab¨ªa cumplido, pero su quimera personal no.
Hijo de inmigrantes y emprendedor, comparte una historia con la que se identifican millones
A principios del nuevo milenio, la burbuja tecnol¨®gica condujo a la start-up que hab¨ªa fundado Yang hacia un precipicio y al emprendedor a la quiebra. Sin grandes aspiraciones, se uni¨® a una compa?¨ªa que capacitaba a estudiantes para los ex¨¢menes de entrada a las escuelas de negocio. Eso y la llegada de la recesi¨®n de 2008, parad¨®jicamente, lo salv¨®. La gran crisis llev¨® a miles de empleados a la calle y a las aulas para buscar nuevas alternativas profesionales. Eso robusteci¨® a su compa?¨ªa, Manhattan Prep, que finalmente fue comprada por ¡°decenas de millones de d¨®lares¡±. Con ese capital, Yang fund¨® Venture for America, dedicada a otorgar becas de dos a?os a los graduados de las mejores universidades para que trabajen en nuevas empresas del Rust Belt, una zona de Pensilvania y Estados colindantes donde la actividad industrial es una parte central de la econom¨ªa y que se ha visto muy afectada por la automatizaci¨®n laboral.
Barack Obama honr¨® a Yang como ¡°defensor del cambio¡± en 2012 y ¡°embajador presidencial para el emprendimiento global¡± en 2015 por su labor en Venture for America, empresa a la que renunci¨® para postularse a la presidencia de EE UU cuando era un completo desconocido en Washington. ¡°La raz¨®n por la que Donald Trump es nuestro presidente es porque automatizamos cuatro millones de empleos manufactureros en Michigan, Ohio, Pensilvania, Wisconsin¡±, suele postular Yang. El impacto de las nuevas tecnolog¨ªas en el empleo es la preocupaci¨®n medular del candidato, y para mitigar el golpe de ¡°la cuarta revoluci¨®n industrial¡± contra los camioneros, telefonistas o repartidores de comida r¨¢pida, entre otros, propone que cada ciudadano adulto reciba 1.000 d¨®lares al mes.
Defiende un seguro de salud universal, aboga por un ¡°capitalismo humano¡± y por legalizar la marihuana
El lema de la campa?a es Make America Think Harder (MATH) (Haz que Estados Unidos piense m¨¢s). Yang quiere crear el cargo de secretario de Tecnolog¨ªas, invertir en geoingenier¨ªa para frenar los efectos del cambio clim¨¢tico y aplicar regularizaciones espec¨ªficas a Facebook y Twitter. Est¨¢ a favor de un seguro de salud universal, pero manteniendo la opci¨®n privada; de legalizar la marihuana y de establecer como sistema econ¨®mico el ¡°capitalismo humano¡±, donde las personas est¨¦n por encima del dinero. ¡°Piense en una compa?¨ªa farmac¨¦utica que cobra tarifas exorbitantes por un medicamento que salva vidas porque los clientes est¨¢n desesperados¡±, plantea en su sitio web para defender su argumento.
No es de extra?ar que un candidato que ha aparecido sobre el escenario proyectado como un holograma en tres dimensiones; que se saca fotos en una plantaci¨®n de cannabis citando a Heisenberg, el fabricador de metanfetamina de la serie Breaking Bad, o que se lanza a los brazos de sus seguidores en un encuentro para recaudar fondos cual estrella de rock, tenga un s¨®lido y poco convencional batall¨®n de apoyo. Se hacen llamar los Yang Gang (la pandilla de Yang) y trabajan arduamente para viralizar a su candidato. Tambi¨¦n se encargan de defenderlo cuando no le dan un trato justo en los medios, como la docena de veces que MSNBC ha omitido su nombre del listado de postulantes dem¨®cratas pese a que encuestas como la de Nuevo Hampshire lo ubiquen en el sexto puesto, por encima de tres senadores y varios otros competidores que han tenido cargos electorales. Las tres palabras insignias de las bases de este candidato que quiere que lo tomen en serio son: ¡°Math. Money. Marijuana¡±.
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