El tormentoso futuro de los seguidores de Navalni
Acorralados por la justicia, los aliados del opositor ruso analizan f¨®rmulas para mantenerse a flote mientras la represi¨®n de las autoridades les empuja a la clandestinidad
Alex¨¦i Navalni sonre¨ªa desde un enorme mural en el centro de San Petersburgo. El mi¨¦rcoles, la ciudad amaneci¨® con el enorme retrato del opositor formando un coraz¨®n con las manos y el lema ¡°un h¨¦roe para un tiempo nuevo¡± pintado en la pared de una casa baja. A las nueve de la ma?ana, el mural ya hab¨ªa sido rodeado por la polic¨ªa. En 90 minutos, eficientes como nunca, un equipo de trabajadores municipales hab¨ªa cubierto la obra con opaca pintura amarilla. No qued¨® ni rastro de la imagen del opositor. Como con el mural, las autoridades rusas han intensificado su ofensiva contra la disidencia. El Kremlin ha pasado de las medidas represivas habituales contra el movimiento de oposici¨®n real m¨¢s prominente al Gobierno de Vlad¨ªmir Putin a emplear severas maniobras para fulminar cualquier elemento vinculado a Navalni, el cr¨ªtico m¨¢s feroz contra el presidente ruso, que sobrevivi¨® a un envenenamiento tras el que se aprecia la mano del Kremlin.
Ahora, con el destacado opositor en prisi¨®n por un caso antiguo que denuncia como fabricado y reactivado para sacarle de la circulaci¨®n, las autoridades juzgan por ¡°extremismo¡± a su movimiento pol¨ªtico y a la Fundaci¨®n Anticorrupci¨®n (FBK) que tanta resonancia le ha dado en la ¨²ltima d¨¦cada. El golpe es duro, y su equipo se ha visto obligado ya a cerrar esta semana la red de oficinas que hab¨ªa logrado tejer en m¨¢s de 40 provincias rusas y a anunciar su disoluci¨®n, acorralado por la justicia, que ya hab¨ªa congelado sus cuentas o prohibido toda comunicaci¨®n o participaci¨®n social como miembros de la red. Es el fin de una era. Tambi¨¦n, apunta el analista pol¨ªtico Abbas Gallyamov, antiguo escritor de discursos para Putin, ¡°un claro mensaje a otros movimientos de oposici¨®n¡±, que sin embargo han demostrado hasta ahora conocer la lecci¨®n y mantienen un perfil bajo.
Los aliados del opositor analizan ahora los mecanismos para sobrevivir a los embates del Kremlin, los m¨¢s agresivos contra la oposici¨®n en los ¨²ltimos a?os. A nadie le cabe duda de que el proceso judicial por ¡°extremismo¡±, que se celebra estos d¨ªas a puerta cerrada en un tribunal de Mosc¨² con pruebas declaradas secretas y que aboca a la total ilegalizaci¨®n, acabar¨¢ en condena, apunta por tel¨¦fono la abogada Liubov Sobol, n¨²mero dos de Navalni. Algunos analistas creen que el movimiento se ver¨¢ abocado a la clandestinidad. Y, de hecho, varios de sus principales partidarios, algunos procesados, han salido del pa¨ªs en los ¨²ltimos meses y nutren las investigaciones anticorrupci¨®n de la FBK desde fuera de Rusia. No obstante, la estrategia, ahora que el grupo ha tenido que desmantelar oficialmente su red, es actuar de manera individual. Persona a persona. Gota a gota.
En realidad, Navalni nunca logr¨® registrar un partido pol¨ªtico. Y Sobol, uno de los rostros m¨¢s conocidos del equipo del pol¨ªtico, ya planeaba postularse a candidata como independiente en las elecciones parlamentarias de este oto?o. Si es que se lo permiten: la opositora tiene innumerables causas abiertas y un par de condenas por su papel en la fundaci¨®n anticorrupci¨®n y su participaci¨®n pol¨ªtica; ya fue vetada antes. ¡°Ya no soy abogada de FBK, pero no dejar¨¦ de decir la verdad, no dejar¨¦ de investigar la corrupci¨®n por mi cuenta, ni de tratar de participar en las elecciones¡±, se?ala Sobol, que destaca que los motivos que la empujaron a la movilizaci¨®n ¡ª¡±la corrupci¨®n lacerante, el inmovilismo pol¨ªtico antinatural, la falta de libertad¡±¡ª no han desaparecido. Y como ella, predijo esta semana Leonid Volkov, el principal estratega de Navalni, muchos de los 250 empleados del movimiento continuar¨¢n su activismo de otra forma. ¡°Sembramos semillas de libertad en toda Rusia. Brotar¨¢n y crecer¨¢n¡±, remarc¨®.
Durante una d¨¦cada, Navalni ha logrado construir una din¨¢mica maquinaria opositora en el panorama de democracia controlada de Rusia. En el pa¨ªs euroasi¨¢tico (145 millones de habitantes) hay partidos pol¨ªticos formalmente en la oposici¨®n y con asiento parlamentario, como el Partido Comunista o el ultranacionalista Partido Liberal Democr¨¢tico, pero se consideran ¡°oposici¨®n sist¨¦mica¡±, porque respaldan a Putin y casi todas sus pol¨ªticas a nivel nacional. Carism¨¢tico, populista, nacionalista, con un lenguaje cargado de iron¨ªa y humor ¨Ctambi¨¦n pol¨¦micos comentarios xen¨®fobos hace dos d¨¦cadas de los que nunca ha renegado¡ª y un habil¨ªsimo uso de las redes sociales y la plataforma de video YouTube para divulgar las investigaciones sobre corrupci¨®n de su fundaci¨®n, Navalni logr¨® sacar a la oposici¨®n rusa real de la marginaci¨®n y se ha convertido en el enemigo m¨¢s visible de Putin, al que, de forma inaudita, ha apuntado directamente.
Con la resonancia de la fundaci¨®n y el empuje de esc¨¢ndalos de oligarcas o fiscales generales, o el publicado en 2017 sobre los bienes de Dmitri Medvedev, entonces primer ministro, o, m¨¢s recientemente, sobre el supuesto palacio multimillonario en el mar Negro de Putin, el opositor cre¨® una potente y novedosa red regional de sedes de campa?a para tratar de postularse como candidato a la presidencia en 2018 y medirse a Putin. Como es habitual, fue vetado, pero su red de oficinas, desde Vladivostok, en el Lejano Oriente ruso, a Kaliningrado, el enclave ruso entre Lituania y Polonia, pervivi¨® y se hizo fuerte con investigaciones sobre funcionarios locales y un activismo regional que proporcion¨® a los aliados del opositor victorias (como independientes) en las elecciones regionales y municipales del a?o pasado en ciudades como Tomsk o Novosibirsk. Lo consigui¨® sobre todo gracias a la iniciativa ¡°voto inteligente¡±, que analiza y apoya a los candidatos (de todos los partidos) con m¨¢s posibilidades de vencer a Rusia Unida, el partido respaldado por el Kremlin.
Durante muchos a?os, el Kremlin les hab¨ªa dejado algo de aire. Reprimi¨® al movimiento con arrestos y causas penales, pero se abstuvo de erradicarlo por completo. Hasta ahora. El presidente ruso ha perdido popularidad, pero sigue teniendo un ¨ªndice de aprobaci¨®n de en torno a un 60%, algo impensable para los est¨¢ndares occidentales. Y en una sociedad mayoritariamente temerosa de los cambios, el 56% desconf¨ªa de Navalni, seg¨²n una encuesta reciente del centro Levada, el ¨²nico independiente del pa¨ªs. Pero Rusia Unida no es Putin y el partido, que ahora cuenta con apenas el 30% de intenci¨®n de voto, est¨¢ muy tocado. Algo que inquieta profundamente al Kremlin de cara a las parlamentarias de septiembre. De ese ¡°miedo a perder¡±, cree Liubov Sobol, derivan los ¨²ltimos golpes al movimiento de Navalni.
Precisamente contra Rusia Unida ha construido su candidatura Sergu¨¦i Ujov, antiguo coordinador de la sede de Navalni en Perm (una ciudad cerca de los Urales de un mill¨®n de habitantes). El hostigamiento de las autoridades se volvi¨® todav¨ªa m¨¢s intenso all¨ª y en otras provincias desde enero, cuando el arresto de Navalni, nada m¨¢s regresar a Rusia desde Alemania, donde se recuper¨® del envenenamiento que Occidente vincula con el Kremlin, provoc¨® las protestas m¨¢s multitudinarias en una d¨¦cada en toda Rusia. As¨ª que ya hace semanas que tuvo que cerrar la oficina. Ahora el equipo est¨¢ disuelto, pero Ujov y otros siete candidatos independientes a diputados han formado una coalici¨®n para tratar de desbancar al partido del Gobierno en las elecciones de oto?o. Ese, explica, es el principal lema electoral de un programa que plantea problemas regionales: carencia de escuelas infantiles, colegios abarrotados, la necesidad de renovar el hospital, construido a principios del siglo XX. ¡°Por supuesto tengo miedo [a la represi¨®n], pero tengo a¨²n m¨¢s miedo de que nuestra ciudad se marchite cada vez m¨¢s¡±, apunta.
Los cargos por ¡°extremismo¡± contra las organizaciones de Navalni son muy serios, remarca el prestigioso abogado Iv¨¢n Pavlov, l¨ªder de la organizaci¨®n de derechos humanos Equipo 29 y uno de los letrados que lleva el caso de la red Navalni. La fiscal¨ªa sostiene que representan un riesgo para la seguridad del Estado. Les acusan de distribuir material ¡°extremista¡±, de llamadas a ¡°disturbios masivos y a la participaci¨®n en actividades p¨²blicas no autorizadas¡±, porque Rusia reprime y proh¨ªbe las protestas. Tambi¨¦n, de ser una ¡°organizaci¨®n extremista¡± disfrazada de movimiento pol¨ªtico y de querer ¡°cambiar los cimientos del orden constitucional¡±.
El concepto de organizaci¨®n extremista (un escal¨®n m¨¢s abajo que terrorista, como Al Qaeda) se ha convertido en una etiqueta que se emplea para perseguir, por ejemplo, a movimientos religiosos, como los Testigos de Jehov¨¢, explicaba Pavlov. Sus miembros, donantes o simpatizantes se pueden enfrentar a cuantios¨ªsimas multas y hasta a seis a?os de c¨¢rcel. ¡°El objetivo del r¨¦gimen pol¨ªtico es reprimir las actividades de personas espec¨ªficas, sembrar el miedo y hacer que abandonen esa actitud¡±, se?alaba Pavlov el jueves por la noche en un correo electr¨®nico. El viernes por la ma?ana, el abogado fue arrestado acusado de revelar detalles de una investigaci¨®n policial no relacionada con Navalni, pero solo cuatro d¨ªas despu¨¦s de asumir la defensa del equipo del opositor.
Esta misma semana, Andrei Borovikov, antiguo coordinador de la sede de Navalni en Arjangelsk, fue condenado a dos a?os y medio de c¨¢rcel por publicar en 2014 en una red social rusa un videoclip de la banda alemana de metal Rammstein, que la justicia consider¨® como ¡°distribuci¨®n de pornograf¨ªa¡±.
El futuro pol¨ªtico de los aliados de Navalni apunta muy tormentoso. Sin embargo, opina el analista Abbas Gallyamov, aunque la red se paralice, los sentimientos de protesta no solo no se apagar¨¢n sino que se acelerar¨¢n. ¡°El l¨ªder est¨¢ en prisi¨®n, la organizaci¨®n ha sido aplastada, pero el descontento y el declive de popularidad de las autoridades y del r¨¦gimen van en aumento. Navalni se ha convertido en cierta manera en un s¨ªmbolo de todo eso, y es complicado destruir un s¨ªmbolo¡±, se?ala. Con la red Navalni desmantelada, apunta Gallyamov, se a?ade otro ingrediente que puede jugar contra el Kremlin: ¡°Antes estaba claro donde estallar¨ªa la protesta, ahora todo ser¨¢ m¨¢s impredecible¡±.
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