La falta de acuerdo de la oposici¨®n nicarag¨¹ense allana el camino a la tercera reelecci¨®n de Ortega
Los dos principales bloques, Coalici¨®n Nacional y Alianza Ciudadana, no consiguen unirse y se inscriben por separado para enfrentarse a Daniel Ortega en las presidenciales de noviembre
La oposici¨®n nicarag¨¹ense recorri¨® un largo camino de m¨¢s de dos a?os en busca de una ¡°anhelada unidad¡± para enfrentarse en las elecciones generales de noviembre pr¨®ximo a Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo, pero al final la traves¨ªa fue tan accidentada, que los dos bloques separados se estrellaron al adentrarse en un laberinto de desavenencias, descalificaciones y desconfianzas mutuas. La seria fractura qued¨® finalmente expuesta la tarde de este mi¨¦rcoles, cuando la representante legal de la Alianza Ciudadanos por la Libertad, Kitty Monterrey, inscribi¨® una alianza electoral en solitario, dejando por fuera a la Coalici¨®n Nacional.
Desde hac¨ªa meses la palabra ¡°unidad¡± era pronunciada con mayor vehemencia por estos dos principales bloques opositores, pero m¨¢s por una ciudadan¨ªa que pon¨ªa en la ¡°unidad total¡± sus esperanzas para poder salir del r¨¦gimen Ortega-Murillo, acusado de cometer cr¨ªmenes de lesa humanidad, y que todav¨ªa mantiene un Estado policial de facto que machaca con violencia a sus cr¨ªticos. Pero la incapacidad de los opositores para encontrarse lo hizo imposible al final. De hecho, en las ¨²ltimas semanas este tema cop¨® titulares en Nicaragua, despu¨¦s que el r¨¦gimen Ortega-Murillo haya aprobado una reforma electoral a su medida, nombrado magistrados leales en el Consejo Supremo Electoral y marcado los plazos para los comicios con la publicaci¨®n de un calendario que impuso a los opositores como fecha tope para inscribir sus alianzas electorales este 12 de mayo.
La Coalici¨®n Nacional y Alianza Ciudadana desarrollaron jornadas maratonianas de negociaciones para entenderse. Pero lo que sal¨ªa de las encerronas eran m¨¢s dimes y diretes y tres puntos claves que ¡°trabaron¡± la unidad: la tutela legal de la alianza electoral debido a la desconfianza mutua, las listas de diputados y el mecanismo para escoger a un candidato presidencial para medirse a Ortega. No hubo acuerdos y la decisi¨®n de Alianza Ciudadana de inscribirse unilateralmente deton¨® una serie de cr¨ªticas, en especial de organizaciones de familiares de presos pol¨ªticos y de las v¨ªctimas fatales de las protestas de abril de 2018, que el Gobierno reprimi¨® brutalmente con polic¨ªas y paramilitares.
¡°Las organizaciones de v¨ªctimas directas del r¨¦gimen Ortega-Murillo, nacidas a partir de la grave violaci¨®n de derechos humanos, y quienes seguimos sufriendo la represi¨®n m¨¢s cruel, en este crucial momento exigimos unidad de todas las fuerzas verdaderamente opositoras para poder salir de esta dictadura¡±, dijo a EL PA?S Lineth M¨¦ndez, madre del excarcelado por participar en las protestas, Roger Alexander Espinoza M¨¦ndez.
La desuni¨®n de la oposici¨®n fue sentida como una traici¨®n por estos grupos. El doctor Carlos T¨¹nnermann, un notable catedr¨¢tico que form¨® una ¡°comisi¨®n de buena voluntad¡± para ayudar a acercar a Alianza Ciudadana y a la Coalici¨®n Nacional, dijo sentirse frustrado. Para T¨¹nnermann, una oposici¨®n unida era m¨¢s efectiva para arrancarle a Ortega condiciones para participar en unas elecciones con m¨ªnimos de transparencia y competencia.
¡°Les correspond¨ªa unirse, porque cuando el peligro es mayor, hay que unir esfuerzos y no dividirse¡±, dijo T¨¹nnermann a EL PA?S. ¡°Ortega debe estar feliz de que la oposici¨®n no se pudo unir, porque para ¨¦l ganar unas elecciones con una oposici¨®n dividida es f¨¢cil. Ya tenemos la experiencia de 2006, cuando Ortega regres¨® al poder¡±.
Aparte de los fraudes electorales cometidos por Ortega, y denunciados por instancias como la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA) y la Uni¨®n Europea en comicios pasados, la desuni¨®n que ha prevalecido en grupos opositores ha generado una abstenci¨®n que favorece a la maquinaria sandinista. De hecho, este mi¨¦rcoles el Consejo Permanente de la OEA dedic¨® una sesi¨®n a Nicaragua donde se critic¨® la reforma electoral que beneficia al Frente Sandinista, la elecci¨®n de los magistrados afines al sandinismo y las leyes para inhibir a opositores y restringir la libertad de expresi¨®n. ¡°Nicaragua se encamina a la peor elecci¨®n posible¡±, alert¨® Luis Almagro, secretario general del organismo.
Resurgimiento y debacle opositor
Tras la crisis sociopol¨ªtica iniciada en abril de 2018, los partidos pol¨ªticos tradicionales no gozaban de credibilidad entre la poblaci¨®n. De hecho, en las protestas eran rechazados por la ciudadan¨ªa. Aquella convulsi¨®n espont¨¢nea gener¨® el primer grupo opositor en 2018, la Alianza C¨ªvica, cuando la Conferencia Episcopal convoc¨® a un di¨¢logo nacional para intentar detener la violencia en las calles. La Alianza C¨ªvica estaba conformada por estudiantes, campesinos, empresarios, sindicales, feministas, y otros grupos de la sociedad civil. Fue el n¨²cleo opositor madre nacido a partir de las protestas.
Luego, la Alianza C¨ªvica dio a luz a otras formaciones como la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), que aglutin¨® a m¨¢s sectores opositores al r¨¦gimen. Pero pronto aquella diversidad de perfiles e intereses comenzaron a desentenderse. En enero de 2020, la Alianza C¨ªvica anunci¨® una extra?a separaci¨®n de roles de la UNAB. Era la primera gran crisis opositora. Para intentar volver al camino, en consenso formaron la Coalici¨®n Nacional, que promet¨ªa unificarse en un solo bloque. Pero de nuevo, como Saturno devorando a sus hijos, la Alianza C¨ªvica se sali¨® de la Coalici¨®n Nacional diez meses despu¨¦s.
En ese momento, la Alianza C¨ªvica perdi¨® a las principales figuras de la sociedad civil que hac¨ªan contrapeso a la pronunciada influencia empresarial que hasta el d¨ªa de hoy impera en esa plataforma. Hasta antes de las protestas de 2018, el gran capital manten¨ªa una relaci¨®n de ¡°di¨¢logo y consenso¡± con el r¨¦gimen Ortega-Murillo, en una especie de corporativismo autoritario. En enero de 2021, la Alianza C¨ªvica concret¨® un acuerdo con el partido CxL y as¨ª naci¨® el segundo bloque opositor, el mismo que se estrell¨® este 12 de mayo con la Coalici¨®n Nacional: la Alianza Ciudadana.
Desde entonces, ambos grupos estuvieron intentando reconocerse, acercarse, en un camino lleno de piedras, ante la demanda nacional de unidad. Pero al final, de cara al proceso electoral y la preparaci¨®n para unas elecciones, los condujeron a una fractura que parece no tener retroceso. La Coalici¨®n Nacional denunci¨® que Alianza Ciudadana no quiso ¡°ceder¡± en sus posturas, y quiso imponer una alianza electoral desde la casilla de CxL para controlar todo lo relacionado a candidaturas y dem¨¢s menesteres electorales. CxL, a trav¨¦s de su presidenta Kitty Monterrey, le reproch¨® lo mismo a la Coalici¨®n Nacional.
Monterrey y su partido dijeron que inscribirse en solitario ante el poder electoral no ¡°era el final de la unidad, sino el inicio¡±, pero hasta ahora la contraparte ha criticado duramente. El hartazgo de la poblaci¨®n de estas idas y venidas opositoras es evidente. ¡°Piensen en la unidad, en eso, porque si no el pueblo se encargar¨¢ de juzgarlos. Somos personas con esperanza las que estamos necesitando unidad. Yo que soy madre de preso pol¨ªtico pido que dejen de pelearse y se unan¡±, dijo Ethel G¨®mez. Su petici¨®n qued¨® tambi¨¦n atropellada en el laberinto opositor.
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