Alemania reconoce por primera vez que cometi¨® un genocidio en Namibia a principios del siglo XX
Berl¨ªn destinar¨¢ 1.100 millones de euros como compensaci¨®n y anuncia que el presidente viajar¨¢ al pa¨ªs africano, antigua colonia del Imperio alem¨¢n, para pedir perd¨®n formalmente
El primer genocidio del siglo XX no fue el armenio, como suele creerse, sino el de dos pueblos, los hereros y los nama, que viv¨ªan en lo que hoy es Namibia. Y quien lo perpetr¨® fue el ej¨¦rcito del Segundo Imperio alem¨¢n ¡ªo II Reich (1871-1918)¡ª entre 1904 y 1908. Tras cinco a?os de negociaciones, este oscuro episodio de la historia colonial germana se reconoce oficialmente. Por primera vez, el Gobierno alem¨¢n ha expresado este viernes que el asesinato de decenas de miles de personas de estas dos etnias africanas fue un ¡°genocidio¡±.
¡°A la luz de la responsabilidad hist¨®rica y moral de Alemania, pediremos perd¨®n a Namibia y a los descendientes de las v¨ªctimas¡±, se?al¨® en un comunicado el ministro de Exteriores, Heiko Maas. Alemania sufragar¨¢ un programa de desarrollo en Namibia con 1.100 millones de euros como ¡°gesto de reconocimiento¡± ante ¡°el incalculable dolor¡± provocado por las masacres cometidas hace casi 120 a?os. Maas reconoci¨® que una verdadera reconciliaci¨®n no puede ¡°ser decretada¡±, pero destac¨® el ¡°paso importante¡± que supone ¡°el reconocimiento de la culpa¡± y la petici¨®n de perd¨®n.
Las autoridades alemanas tienen previsto viajar a Namibia, un pa¨ªs de poco m¨¢s de dos millones de habitantes situado en el suroeste de ?frica, para oficializar la disculpa. El presidente, Frank-Walter Steinmeier, volar¨¢ a Windhoek y participar¨¢ en un acto conmemorativo en el Parlamento, donde pedir¨¢ perd¨®n formalmente. El ministro de Exteriores tambi¨¦n prev¨¦ viajar al pa¨ªs para firmar all¨ª la declaraci¨®n.
Aunque es la primera vez que de forma oficial se reconoce el genocidio, y se emplea esa palabra, el Parlamento alem¨¢n ya se refiri¨® de esta forma a la masacre de hereros y namas en noviembre de 2019. Los representantes de estos dos pueblos exig¨ªan indemnizaciones individuales, pero Alemania no ha aceptado la petici¨®n. En lugar de eso, financiar¨¢ a lo largo de 30 a?os proyectos de reforma agraria, abastecimiento de agua y formaci¨®n profesional a trav¨¦s de un fondo destinado especialmente a los territorios en los que viven los descendientes de los dos pueblos. El Gobierno federal asegura que con esta reparaci¨®n econ¨®mica se cierra la v¨ªa a reclamaciones legales.
¡°Estoy contento y agradecido de que haya sido posible alcanzar un entendimiento con Namibia sobre el cap¨ªtulo m¨¢s oscuro de nuestra historia com¨²n¡±, se?al¨® Maas en el comunicado. Ambos pa¨ªses nombraron negociadores que han trabajado m¨¢s de cinco a?os en el acuerdo. ¡°Los representantes de las comunidades herero y nama participaron estrechamente en las negociaciones por parte de Namibia¡±, a?adi¨® el ministro. ¡°Ahora nos referiremos oficialmente a estos eventos como lo que fueron desde la perspectiva actual: genocidio¡±.
El Imperio alem¨¢n de Guillermo II fue una potencia colonial en lo que hoy es Namibia desde 1884 ¡ªcuando se celebr¨® la Conferencia de Berl¨ªn que consagr¨® el reparto de ?frica entre varios pa¨ªses europeos¡ª hasta 1915 y reprimi¨® brutalmente los levantamientos de los grupos ¨¦tnicos. Los historiadores calculan que alrededor de 65.000 de los 80.000 herero y al menos 10.000 de los 20.000 nama fueron asesinados por los alemanes durante el dominio.
Cuando los herero y los nama se rebelaron contra la ocupaci¨®n alemana, el emperador envi¨® a unos 14.000 soldados para reprimir la revuelta. Tras una de las batallas m¨¢s importantes, la de Waterberg, en 1904, Lothar von Trotha, general que ya hab¨ªa reprimido brutalmente otras rebeliones nativas, orden¨® a sus tropas ejecutar a los hombres que fueran capturados y expulsar al desierto, a una muerte segura por sed y hambre, a las mujeres y los ni?os. Adem¨¢s, los soldados envenenaron algunos pozos de agua y cortaron el acceso a otros.
El pasado colonial de la potencia europea no es demasiado conocido, en parte debido a su final temprano despu¨¦s de la Primera Guerra Mundial. Mientras Francia e Inglaterra tuvieron colonias durante m¨¢s tiempo y libraron guerras coloniales, en Alemania se cre¨® ¡°una especie de imagen limpia sobre el tema del colonialismo¡±, explica el historiador Sebastian Conrad en una entrevista reciente en Der Spiegel.
Conrad se muestra sorprendido en la entrevista por el hecho de que Alemania haya tardado tanto en calificar oficialmente de genocidio lo sucedido en Namibia, entonces ?frica del Suroeste alemana: ¡°?Qu¨¦ podr¨ªa haber sido si no? ?Qu¨¦ significa esta palabra sino la aniquilaci¨®n parcial de ciertos pueblos? Todos los documentos y todos los relatos de los que disponemos son una clara evidencia de que los alemanes quer¨ªan acabar con los herero y los nama. Fue pura suerte que algunos sobrevivieran¡±.
El debate sobre el pasado colonial alem¨¢n ha cobrado importancia en los ¨²ltimos meses, alentado por decisiones sobre objetos art¨ªsticos expoliados, aunque el robo no lo protagonizaran los alemanes. Los museos han elaborado gu¨ªas sobre c¨®mo actuar con estas piezas y recientemente el Ministerio de Cultura ha decidido devolver los llamados bronces de Ben¨ªn, unos de los objetos m¨¢s famosos del arte africano, cuya propiedad reclamaba Nigeria. Las piezas, realizadas entre los siglos XVI y XVIII, decoraban el palacio real del reino de Ben¨ªn, en lo que hoy es el suroeste de Nigeria. Se vendieron al mejor postor despu¨¦s de que los brit¨¢nicos saquearan el pa¨ªs a finales del siglo XIX. Las 530 esculturas que est¨¢n en Berl¨ªn iban a ser expuestas en una sala del Foro Humboldt, pero la exposici¨®n se cancel¨®. Ser¨¢n devueltas a Nigeria a comienzos de 2022.
Las huellas de la breve pero sangrienta ¨¦poca colonial alemana perviven en muchas calles y plazas y cada cierto tiempo vuelve a la actualidad el debate sobre qu¨¦ hacer con los nombres de colonizadores en el callejero. Alemania tuvo colonias en las actuales Namibia, Camer¨²n, Togo, Burundi, Ruanda, partes de Tanzania y Kenia, y tambi¨¦n en territorios de Asia y Ocean¨ªa. Berl¨ªn ha discutido durante a?os una forma de sortear la negativa de algunos comerciantes y habitantes del barrio africano de la ciudad a cambiar el nombre de algunas de sus v¨ªas. Grupos de activistas han propuesto, por ejemplo, que Petersallee ya no honre al colonizador de ?frica Oriental Carl Peters, sino a Hans Peters, miembro de la resistencia contra el nazismo.
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