La fundadora de Black Lives Matter deja la organizaci¨®n en medio de cr¨ªticas a su gesti¨®n

Patrisse Khan Cullors abandona este viernes la direcci¨®n de Black Lives Matter (BLM, las vidas negras importan). La activista, originaria de California, es una de las fundadoras del movimiento nacido hace ocho a?os que ha transformado la protesta social en Estados Unidos. Cullors es desde hace casi seis a?os cabeza de la fundaci¨®n, el pilar m¨¢s importante de las tres asociaciones que componen la estructura de BLM. Abandona el cargo semanas despu¨¦s de que se ventilaran varias acusaciones de falta de liderazgo y de transparencia de la c¨²pula de la organizaci¨®n, que recaud¨® 90 millones de d¨®lares (unos 65 millones de euros) en donativos el a?o pasado. ¡°Esos fueron ataques de grupos de la derecha, quienes trataron de desacreditarme. Yo no me preocupo por lo que la derecha piensa de m¨ª¡±, dijo la activista sobre las cr¨ªticas.

Cullors, de 37 a?os, ha dicho que llevaba preparando su renuncia dese hace casi un a?o. ¡°Estoy jodidamente orgullosa del trabajo que he hecho en estos ocho a?os. Lo defiendo a pesar de toda la mierda que he tenido que soportar¡±, ha dicho en un video en el que anunci¨® su despedida. La artista se ha convertido en una de las activistas m¨¢s visibles desde que Estados Unidos empez¨® a profundizar en el debate sobre el racismo sist¨¦mico y la opresi¨®n de las minor¨ªas. El movimiento naci¨® en las redes sociales a partir de una publicaci¨®n de 2012 de la tambi¨¦n angelina Alicia Garza, cuando el pa¨ªs lamentaba el asesinato de Trayvon Martin, de 17 a?os, a manos de un hombre blanco. Cullors redujo una carta abierta a los afroamericanos a solo tres palabras: las vidas negras importan. La frase se convirti¨® en un tema transversal de las redes sociales cada vez que un negro mor¨ªa a manos de un polic¨ªa, como fue el caso de George Floyd. Cullors, Garza y la activista Opal Tometi son las fundadoras del movimiento.

¡°Siento que es el momento correcto¡±, dijo Cullors sobre su salida a la agencia Associated Press. La activista se enfocar¨¢ en su familia, su esposa y su hija de cinco a?os, y en varios proyectos que le llegaron gracias al escaparate que le brind¨® BLM, entre ellos la publicaci¨®n de un libro y un acuerdo con los estudios Warner, quienes se comprometieron a producir varios contenidos televisivos para empoderar y dar voz a las minor¨ªas. ¡°He creado la infraestructura y el apoyo, la estructura y los huesos as¨ª que creo que me puedo marchar¡±, a?adi¨®.

No solo los militantes han criticado a la organizaci¨®n. Tambi¨¦n los familiares de las v¨ªctimas de la violencia policial. Tamika Palmer, la madre de Breonna Taylor, la joven de 26 a?os muerta en un tiroteo provocado en marzo de 2020 por polic¨ªas de Kentucky. ¡°Nunca he tratado personalmente con la plataforma de BLM de Louisville y creo que son un fraude¡±, escribi¨® Palmer en Facebook. Lisa Simpson, madre de Richard Risher, un joven de 18 a?os asesinado por la polic¨ªa en California en 2016, tambi¨¦n ha acusado de inaccesible a Cullors. ¡°Llevo cinco a?os tratando de hablar con ella. Nunca la he visto en mi vida en Los ?ngeles y eso que ah¨ª nac¨ª y crec¨ª¡±, dijo Simpson en abril.

Tanto Simpson como Palmer se quejaron de no haber recibido apoyos econ¨®micos de la organizaci¨®n, que tiene una caja millonaria gracias a los donativos recibidos, principalmente de empresas y celebridades que intentaban vincularse directamente con el movimiento. Esto chocaba con la informaci¨®n que publicaban medios estadounidenses, que aseguraron que Cullors hab¨ªa comprado al menos tres casas entre 2016 y 2020 por m¨¢s de 1,5 millones de d¨®lares. En abril, The New York Post afirm¨® que la activista y su esposa adquirieron otra residencia de 1,4 millones de d¨®lares en Los ?ngeles. Cullors ha admitido las compras de las primeras tres casas, pero ha rechazado que estas operaciones est¨¦n vinculadas con dinero salido de BLM.

Cullors ser¨¢ sustituida temporalmente por dos activistas senior del movimiento. Una de ellas, Monifa Bandele, es una de las cabezas del grupo en Nueva York. Otra es Makani Themba, una activista de una organizaci¨®n de Misuri. Ambas tendr¨¢n entre sus primeras tareas ordenar un movimiento escasamente vertebrado que acumula varias cr¨ªticas internas por la falta de direcci¨®n y atenci¨®n a l¨ªderes de otras comunidades que se han multiplicado en a?os recientes.

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