La justicia internacional confirma la cadena perpetua por genocidio para Mladic, el ¡®carnicero de los Balcanes¡¯

Ratko Mladic, de 78 a?os, el exgeneral serbobosnio conocido como el carnicero de los Balcanes y condenado a cadena perpetua por el genocidio de Srebrenica (Bosnia Herzegovina), perpetrado en 1995 por sus tropas, ha visto confirmada su sentencia por la justicia internacional este martes. Concluye as¨ª la ruta judicial seguida contra los responsables directos de la peor atrocidad cometida en Europa desde la II Guerra Mundial, puesto que Radovan Karadzic, jefe pol¨ªtico de Mladic, cumple ya la misma pena en una c¨¢rcel brit¨¢nica. Ambos fueron el ide¨®logo y brazo militar ejecutor, respectivamente, de la muerte de unos 8.000 hombres y adolescentes bosniacos (bosnios de religi¨®n musulmana) en el curso de una ejecuci¨®n masiva de la que se cumplen 26 a?os este mes de julio.

¡°Los actos de Mladic fueron decisivos para la comisi¨®n de los cr¨ªmenes: sin ¨¦l no podr¨ªan haberse perpetrado¡±, puesto que controlaba a las tropas y tambi¨¦n a las unidades de polic¨ªa en los d¨ªas del genocidio, seg¨²n consta en el fallo, emitido por el organismo que ha tomado la decisi¨®n (un mecanismo judicial residual encargado de los flecos de los juicios de los Balcanes desde el cierre, en 2017, del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia, TPIY).

Mladic fue condenado ya en 2017 a cadena perpetua y apel¨®. Este martes, los jueces han rechazado todos sus argumentos, y ¨¦l los ha escuchado desde la sala de vistas con atenci¨®n y ha mirado a la c¨¢mara cuando se ha confirmado la sentencia. Luego ha movido la cabeza en un gesto de decepci¨®n. No est¨¢ claro d¨®nde cumplir¨¢ la pena, porque la c¨¢rcel donde se encuentra ahora en La Haya, sede del mecanismo residual y antes del TPIY, solo se utiliza hasta que concluyen los procesos. Serge Brammertz, fiscal jefe de ambas instancias, espera que la sentencia demuestre que ¡°la justicia puede retrasarse, en especial la justicia internacional, pero eso no significa que sea denegada¡±, seg¨²n ha dicho. Confiaba en que los jueces de apelaci¨®n mantuvieran la pena de cadena perpetua porque ¡°es preciso que se le haga justicia a las v¨ªctimas¡±.

Munira Subasic, una de las madres de Srebrenica y que perdi¨® a su marido y un hijo, ha dicho que ¡°este es un d¨ªa hist¨®rico, pero no solo para nosotras: all¨ª donde iba mat¨® a todos solo porque no eran serbios¡±.

El caso de Mladic incluye el cerco al que someti¨® a Sarajevo, capital de Bosnia Herzegovina entre 1992 y 1996. Fue el m¨¢s largo de una ciudad (43 meses) en la historia de las guerras modernas y las tropas serbobosnias mataron all¨ª (con ayuda de sus francotiradores) a cerca de 14.000 personas. El fallo de apelaci¨®n lo califica de ¡°campa?a destinada a aterrorizar a la poblaci¨®n¡±, y a?ade que Mladic ¡°no ha demostrado que Sarajevo fuera un objetivo militar leg¨ªtimo¡±.

Los abogados de Mladic apoyaron la apelaci¨®n en el hecho de que el exgeneral ¡°no puede ser considerado responsable de los cr¨ªmenes cometidos por sus subordinados, porque ¨¦l no orden¨® la limpieza ¨¦tnica¡±.

Despu¨¦s del genocidio, los cad¨¢veres fueron metidos en fosas comunes, que despu¨¦s se abrieron para desperdigarlos por otros lugares para ocultar la matanza. Por ello, desde hace casi tres d¨¦cadas, las familias de los muertos de Srebrenica entierran todos los a?os alguno de sus restos. El fiscal tambi¨¦n apel¨®, porque la primera sentencia no apreci¨® genocidio, sino cr¨ªmenes de guerra y contra la humanidad, en varios municipios de Bosnia donde tambi¨¦n hubo muertos, pero el tribunal lo ha rechazado porque no considera que hubiera ah¨ª un genocidio.

Identidad falsa

Mladic fue arrestado en mayo de 2011 en la localidad de Lazarevo, a unos 80 kil¨®metros de Belgrado, la capital de Serbia. Se encontraba en casa de unos familiares y se hac¨ªa llamar Milorad Komadic. Acababa de sufrir un derrame cerebral y no pod¨ªa mover bien la parte izquierda del cuerpo, y aunque se recuper¨® con el tiempo, pidi¨® la anulaci¨®n del proceso por motivos de salud. El exmilitar, respetado por sus tropas y con fama de buen estratega en el ej¨¦rcito serbobosnio, estuvo huido durante una d¨¦cada, pero los primeros a?os despu¨¦s del genocidio se exhib¨ªa sin problemas en su pa¨ªs y gozaba de protecci¨®n. A medida que pas¨® el tiempo, y en especial debido a la negativa de la UE de estudiar la solicitud de posible adhesi¨®n de Serbia si su Gobierno no lo entregaba antes, su situaci¨®n cambi¨®. Tuvo que esconderse y acab¨® en el domicilio de unos parientes. All¨ª, le detuvo un grupo de agentes especiales serbios, que llevaba dos semanas vigilando la granja donde se ocultaba.

Pa¨ªses Bajos fue uno de los que se mantuvo m¨¢s firme a la hora de frenar la ruta comunitaria serbia dado su propio trauma vital. Los cascos azules holandeses proteg¨ªan a los civiles cuando entraron las tropas de Mladic en 1995. Superados en n¨²mero, sin apoyo externo y abrumados por la situaci¨®n, presenciaron la separaci¨®n de los hombres de las mujeres, ni?os peque?os y ancianos. Fue el paso previo al genocidio, puesto que los varones adultos y adolescentes ya no regresaron. En 2002, el Gobierno holand¨¦s dimiti¨® despu¨¦s de que el informe que hab¨ªa encargado sobre Srebrenica se?alara su responsabilidad moral ¡ªque no la culpa¡ª de lo ocurrido. El grupo de veteranos que representa al Dutchbat III, el batall¨®n de los cascos azules destacado en la poblaci¨®n bosnia, se?ala que entre un 20% y un 30% de sus miembros padece estr¨¦s postraum¨¢tico. En otros destacamentos similares le ocurre a un 6% de los militares. En febrero de este a?o, el Ejecutivo asign¨® la cifra simb¨®lica de 5.000 euros para cada uno de ellos.