Bolsonaro suma otra petici¨®n de ¡®impeachment¡¯ por sospechas de corrupci¨®n en la compra de vacunas
Dos funcionarios denuncian ante una comisi¨®n del Senado un presunto intento de soborno a un laboratorio y presiones a favor de una empresa india
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, afronta una tormenta de denuncias de corrupci¨®n y peticiones de impeachment (juicio pol¨ªtico) en uno de los momentos de menor popularidad por su estrategia contra la pandemia. La trama denunciada incluye sospechas de sobornos en la compra de vacunas contra la covid-19, en una maniobra que salpica a diputados que apoyan al Gobierno.
Las acusaciones parten de una Comisi¨®n Parlamentaria en el Senado (CPI) brasile?o que desde hace dos meses investiga las posibles responsabilidades del presidente en la gesti¨®n err¨¢tica de la pandemia, que ya ha causado m¨¢s de medio mill¨®n de muertos. Las cr¨ªticas se dispararon el pasado viernes, cuando un diputado del partido de centroderecha Dem¨®cratas (aliado del presidente), Luis Miranda, y su hermano Luis Ricardo Miranda, funcionario del Ministerio de Salud, apuntaron a Bolsonaro ante la comisi¨®n parlamentaria. Los hermanos dijeron que hubo presiones para la compra de la vacuna Covaxin, del laboratorio indio Bharat Biotech, a pesar de que los contratos presentaban errores que podr¨ªan causar p¨¦rdidas de millones de d¨®lares para el Ministerio de Salud. La importaci¨®n de la vacuna india estaba a cargo de la empresa Precisa Medicamentos, que ya es sospechosa de corrupci¨®n en otros episodios de compras oficiales de medicamentos.
Lu¨ªs Ricardo Miranda es jefe de importaci¨®n en el Ministerio de Salud y responsable de fiscalizar los contratos. La insistencia de sus jefes de que bendijera el contrato con Covaxin incluy¨® llamadas de madrugada y durante los fines de semana. Miranda, sin embargo, sinti¨® que algo iba mal, especialmente despu¨¦s del episodio de compra de la vacuna de Pfizer. El Gobierno hizo esperar durante meses a los ejecutivos del laboratorio estadounidense, que hab¨ªan ofrecido vender su vacuna a precios competitivos a Brasil. M¨¢s de 50 correos electr¨®nicos enviados por Pfizer al ministerio quedaron sin respuesta, seg¨²n cont¨® en mayo pasado Carlos Murillo, responsable de Pfizer en Am¨¦rica Latina, ante la comisi¨®n. El primer correo de la empresa databa de agosto del a?o pasado y el contrato con el Gobierno no se cerr¨® hasta marzo de este a?o.
Las sospechas en torno a la gesi¨®n del presidente crecieron despu¨¦s de que los hermanos Miranda contasen que estuvieron con Bolsonaro el 20 de marzo para relatarle que hab¨ªa un intento de desviar dinero en la compra de la vacuna Covaxin. Bolsonaro les asegur¨® que investigar¨ªa el caso y les dijo supuestamente que sab¨ªa que aquello era cosa de un diputado de su base parlamentaria, Ricardo Barros, del Partido Progresista, que fue ministro de Salud durante la presidencia de Michel Temer (2016-2018). El diputado Barros est¨¢ bajo investigaci¨®n por beneficiar a otra empresa, Global Gest?o, socia de Precisa Medicamentos, involucrada en las negociaciones por la vacuna Covaxin.
Desde la semana pasada, Brasil sigue la difusi¨®n de las denuncias contra el presidente como si fueran parte de una telenovela. Un d¨ªa antes de que los hermanos Miranda comparecieran ante la comisi¨®n parlamentaria, un ministro de Bolsonaro amenaz¨® con denunciarlos por calumnias. Al d¨ªa siguiente, los hermanos Miranda mostraron a los parlamentarios copias de documentos que suger¨ªan, por ejemplo, pagos anticipados en relaci¨®n con la vacuna en un para¨ªso fiscal.
Bolsonaro ha tratado de descalificar p¨²blicamente las acusaciones, pero ha sentido el golpe a ra¨ªz de nuevas sospechas. El martes por la noche, el diario Folha de S?o Paulo public¨® una entrevista con Luiz Paulo Dominguetti Pereira, representante de una distribuidora de vacunas, que estuvo en el ministerio en febrero para ofrecer 400 millones de dosis de Astra Zeneca. Seg¨²n asegur¨®, el director de Log¨ªstica del Ministerio, Roberto Ferreira D¨ªas, le pidi¨® un soborno a modo de ¡°peaje¡±. Ferreira Dias es uno de los jefes que tambi¨¦n presion¨®, presuntamente, a Luis Ricardo Miranda para la compra de Covaxin. El Gobierno no pudo ignorar los hechos y Dias perdi¨® su cargo poco despu¨¦s del reportaje de Folha. Este jueves, Dominguetti Pereira repiti¨® las acusaciones en la comisi¨®n parlamentaria sobre la oferta de soborno: un d¨®lar por dosis.
Brasil hace cuentas del n¨²mero de vidas que podr¨ªan haberse salvado si la estrategia ante la pandemia hubiese sido diferente. El Gobierno de Bolsonaro se opuso desde el principio a las recomendaciones de los cient¨ªficos e insisti¨® en tratamientos no avalados por los estudios, como el uso de cloroquina. Ahora, los brasile?os se preguntan si las posiciones radicales del presidente durante la covid no eran una cortina de humo para distraer de otros objetivos. ¡°Al final, no se trataba de negacionismo ni era una cuesti¨®n ideol¨®gica; se trataba de corrupci¨®n¡±, dijo este mi¨¦rcoles Eliziane Gama, del partido Ciudadan¨ªa.
Petici¨®n de ¡®impeachment¡¯
Bolsonaro, mientras, repite que su Gobierno ha terminado con la corrupci¨®n. ¡°No logran alcanzarme. No es con mentira ni con una Comisi¨®n integrada por bandidos que me van a quitar de ac¨¢¡±, reaccion¨® este mi¨¦rcoles el presidente. Pero la presi¨®n para que deje el cargo gana aliento. La petici¨®n de un impeachment (juicio pol¨ªtico) ha sido presentada otra vez en la C¨¢mara de los Diputados. Ya son m¨¢s de 100 solicitudes contra el presidente, ahora por sospechas de corrupci¨®n en la provisi¨®n de vacunas contra la covid-19.
La ¨²ltima solicitud lleva firma de una mayor¨ªa de partidos de izquierda, pero tambi¨¦n tiene la de algunos diputados de derecha que fueron elegidos con votos bolsonaristas. El gran ausente es el Partido de la Social Democracia Brasile?a (PSDB), del expresidente Fernando Henrique Cardoso.
El Gobierno, por ahora, trata de mantener al mercado financiero contento con una propuesta de reforma tributaria enviada al Congreso poco despu¨¦s de lograr apoyo a la privatizaci¨®n de Eletrobras. Tambi¨¦n ha pagado ayudas de emergencia de tres meses a los m¨¢s necesitados, entre 30 y 75 d¨®lares mensuales. El problema es que la inflaci¨®n no para de subir, agravada con una sequ¨ªa que ha bajado los reservas de agua y ha hecho subir mucho el precio de la energ¨ªa el¨¦ctrica. El empleo tampoco ha reaccionado, como demuestran los datos divulgados este mi¨¦rcoles. Entre febrero y abril, el paro subi¨® un 0,5% y ya son 14,8 millones de brasile?os los que est¨¢n sin trabajo, y otros 33,3 millones en subempleo. Bolsonaro atraviesa el peor momento desde que lleg¨® al poder.
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