?Un Lula nuevo para rehacer un pa¨ªs en escombros?
Para ganar, Lula deber¨¢ aparecer no solo como l¨ªder del PT y de la izquierda sino como el candidato de todas las fuerzas democr¨¢ticas. Las elecciones ser¨¢n un plebiscito entre el humanismo y la barbarie, la modernidad y el atraso
Empieza a ser cada d¨ªa m¨¢s claro que el bolsonarismo se est¨¢ debilitando. Existe adem¨¢s una convergencia en los sondeos de que Lula ser¨ªa hoy el ¨²nico candidato capaz de derrotar, incluso en la primera vuelta, al capit¨¢n que amenaza con destruir los valores de la democracia y dar paso a soluciones golpistas.
Los primeros movimientos parecen indicar felizmente que Lula ha entendido que necesita resurgir m¨¢s que como un pol¨ªtico tradicional como un estadista capaz de repensar al pa¨ªs, que ya no es el mismo porque el mundo est¨¢ en dolores de parto a la espera de una nueva ¨¦poca a la que a¨²n no sabemos con cu¨¢l nombre bautizar, pero que seguramente ser¨¢ diferente.
Lula necesitar¨¢ ofrecer a la naci¨®n un programa no con viejas promesas in¨²tiles y desgastadas sino con un nuevo proyecto de transformaci¨®n radical que le permita colocarse al lado de los pa¨ªses en transformaci¨®n.
En sus primeros pasos parece haber entendido que lo primero es arrancarle al presidente los pilares en los que hoy se apoya, como los militares, los evang¨¦licos y el mundo de la empresa y de las finanzas. Y lo est¨¢ empezando a hacer. Est¨¢ abriendo, por ejemplo, un di¨¢logo con el mundo del dinero. Ha iniciado tambi¨¦n a enamorar al vasto mundo de las iglesias evang¨¦licas que hab¨ªan sido conquistadas por el bolsonarismo.
Lula acaba de realizar, por ejemplo, una profesi¨®n de fe cristiana que nunca hab¨ªa hecho con tanto ¨¦nfasis. Ha confesado que sin esa fe que le infundi¨® su madre nunca habr¨ªa sido capaz de superar sus dificultades sobre todo en la c¨¢rcel donde la fe en Jes¨²s, dijo, lo hab¨ªa sostenido. Ha sido un mensaje claro de acercamiento a los evang¨¦licos que empieza a dar sus frutos pues los ¨²ltimos sondeos ya indican una p¨¦rdida visible de esas iglesias al bolsonarismo. En uno de los sondeos Lula ya tendr¨ªa la mayor¨ªa de los votos de ese campo que en buena parte llev¨® a Bolsonaro al poder.
Y por fin el delicado mundo de las Fuerzas Armadas hoy con el capit¨¢n que ha colocado en el Estado a m¨¢s de diez mil militares a los que llama de suyos. Lula ya le ha recordado al Ej¨¦rcito que durante sus dos mandatos en el Gobierno ¡°nunca tuvo problemas¡± con ¨¦l y que tampoco lo tendr¨ªa si vuelve al poder.
Lula cuando lleg¨® al Gobierno supo transformarse de sapo barbudo y sindicalista rebelde en un pol¨ªtico dem¨®crata rodeado de personas preparadas y plurales, as¨ª como en el l¨ªder de las reformas sociales que hicieron que acabara sus mandatos con un 80% de aprobaci¨®n y que consiguiera elegir a su sucesora Dilma Rousseff la primera mujer presidenta de Brasil.
Ser¨ªa, sin embargo, un error que Lula volviera al poder y quisiera ser una calcoman¨ªa del pasado. Y ello porque necesita recordar que junto a sus triunfos indiscutibles tuvieron lugar en sus dos Gobiernos graves errores como la compra de pol¨ªticos y partidos para tener mayor¨ªa en el Congreso que desembocaron en esc¨¢ndalos como el del mensal?o, que tantos dolores de cabeza le cost¨®.
En estas horas en que se prepara para una posible vuelta al poder, Lula no puede olvidar que llega con su partido debilitado ya que no fue capaz en su momento de hacer una refundaci¨®n del mismo tras haberse aburguesado.
La democracia en Brasil est¨¢ hoy en peligro mientras suenan cada hora amenazas de golpes, bajo el silencio y la apat¨ªa de buena parte del Congreso y de la justicia. De ah¨ª la urgencia de una presencia cada vez m¨¢s masiva y cr¨ªtica de la sociedad que se oponga a la barbarie y a la vuelta de los tiempos oscuros donde fueron sacrificadas las libertades y corri¨® sangre y tortura.
Si Lula vuelve al poder, como parecen indicar los sondeos, deber¨¢ recordar que el Brasil de hoy ya no es el que ¨¦l gobern¨® por tantos a?os y que urge hacer las reformas que sus gobiernos no hicieron y que son fundamentales para un nuevo proyecto de naci¨®n.
Entre esas reformas est¨¢n la del Estado y de la pol¨ªtica, ya que es impensable hoy un Congreso con m¨¢s de 30 partidos sin ideolog¨ªa, algo que no existe en ninguna otra parte del mundo. Se necesita una reforma fiscal seria para que los m¨¢s ricos y que las grandes fortunas paguen los mayores impuestos como ocurre en todas las democracias.
Con el surgir de la extrema derecha neonazi en el mundo necesita ser visto con ojos nuevos y atentos para saber colocarse del brazo de los pa¨ªses que contin¨²an fieles en la defensa de los valores democr¨¢ticos hoy en peligro.
Lula, si vuelve a guiar al pa¨ªs, tendr¨¢ que vestir el traje del estadista y no solo el de pol¨ªtico agarrado a las viejas pr¨¢cticas corruptas que tanto mal hieren a la sociedad y le llevaron a condenar y abandonar la pol¨ªtica como un todo.
Lula necesitar¨¢ rodearse de un equipo del mundo del pensamiento y del trabajo capaces de repensar y rehacer un nuevo Brasil que salga purificado de los escombros dejados por el bolsonarismo. Y deber¨¢ pensar que las nuevas tecnolog¨ªas est¨¢n cambiando el mundo del trabajo lo que obligar¨¢ a los viejos sindicatos a reciclarse. Hoy el problema no es, por ejemplo, la defensa de los empleados, sino el de los desempleados as¨ª como el nacimiento de un nuevo concepto de trabajo muy diferente al pasado.
Si Bolsonaro dijo que hab¨ªa venido para ¡°desconstruir¡± a Brasil y lo est¨¢ haciendo en el peor sentido de la palabra, Lula tendr¨¢ que asegurar que, al rev¨¦s, quiere volver para reconstruir un pa¨ªs al que el excapit¨¢n ha dejado sembrado de escombros tras haber arruinado todas las instituciones como la educaci¨®n, la cultura, las relaciones exteriores, el medio ambiente, los derechos humanos y la libertad de expresi¨®n.
Para un nuevo proyecto de pa¨ªs ser¨¢ primordial una gran reforma social que no sea solamente limosna para los pobres, las sobras de comida de los platos de los ricos. Se necesita ir convirtiendo a la masa de pobres con baja cultura en una nueva clase media nacida de la novedad de la era tecnol¨®gica.
Brasil es lo suficientemente rico en recursos que hace inimaginable y cruel que un solo ni?o pase hambre. Brasil con un nuevo proyecto de naci¨®n podr¨ªa ser el Canad¨¢ de Am¨¦rica Latina donde no solo no haya hambre sino donde la mayor¨ªa entre en una clase media capaz de vivir con dignidad y con posibilidad de realizaci¨®n.
Brasil es, por ejemplo, un pa¨ªs con millones de j¨®venes dejados a su suerte llamados a perpetuar la pobreza material y cultural de sus padres. Esa tragedia necesita ser eliminada. Cada joven brasile?o que deja su pa¨ªs en busca de oportunidades que aqu¨ª no encuentra es una bofetada en la cara de la clase pol¨ªtica.
Lula para ganar deber¨¢ aparecer no solo como l¨ªder del PT y de la izquierda sino como el candidato de todas las fuerzas democr¨¢ticas, pues est¨¢ claro que las elecciones presidenciales ser¨¢n un plebiscito entre humanismo y barbarie, modernidad y atraso, democracia y nazifascismo. Ser¨¢n unas elecciones amenazadas de convulsiones sociales porque el bolsonarismo ra¨ªz, aunque debilitado, sigue vivo y se negar¨¢ a dejar el poder.
Lula, por ahora, lo est¨¢ haciendo bien sin aparecer ya en campa?a como candidato que a¨²n no lo es sino diferenci¨¢ndose de Bolsonaro que desprecia todas las normas electorales y las reglas constitucionales desafiando a la democracia y apareciendo solo en campa?a electoral.
Fuera de Lula no ha aparecido hasta hoy otro candidato democr¨¢tico capaz de destronar al presidente. Crece as¨ª la responsabilidad del viejo exsindicalista que necesitar¨¢ de una metamorfosis para aparecer en la lucha contra Bolsonaro como representante no solo del PT y de la izquierda sino de todas las fuerzas democr¨¢ticas que est¨¢n ya en manifestaciones masivas, izando la bandera que dice: ¡°Fuera Bolsonaro¡±.
Cada hora m¨¢s visiblemente irascible y descontrolado, Bolsonaro empieza a sentir que la tierra se le mueve bajo los pies y que tenebrosos fantasmas de corrupci¨®n empiezan a amenazar sus enfermizas alucinaciones de poder absoluto.
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