Afganist¨¢n entra en un torbellino de violencia

Los avances de los talibanes, que han lanzado una ofensiva en numerosos frentes tras la salida de las tropas estadounidenses, han chocado en los ¨²ltimos d¨ªas con la resistencia del Ej¨¦rcito afgano, que los ha frenado en parte; aunque son los civiles los que est¨¢n pagando el precio de unos combates que han provocado una oleada creciente de v¨ªctimas, desplazados y refugiados. Afganist¨¢n ha entrado en una fase de inseguridad cr¨®nica: la milicia islamista no ha tomado ninguna ciudad importante, aunque algunas como Kandahar, en el sur, se encuentran pr¨¢cticamente sitiadas y otras como Taloq¨¢n, en el norte, o Herat, en el oeste, han sufrido ataques en los ¨²ltimos d¨ªas que se han intensificado este domingo.

Aunque mantiene por ahora los n¨²cleos urbanos, el Gobierno no controla en su totalidad ninguna carretera importante ¨Cpr¨¢cticamente las ¨²nicas v¨ªas por las que circulan mercanc¨ªas en un pa¨ªs sin infraestructuras¨C y gran parte de las zonas rurales est¨¢n dominadas por los talibanes o viven bajo la amenaza de que puedan aparecer en cualquier momento imponiendo su ley. ¡°Cientos de miles de personas se han desplazado por los combates en las ¨²ltimas semanas, muchos civiles se han instalado en las ciudades¡±, explica Andrew Watkins, experto en Afganist¨¢n del International Crisis Group.

¡°La mitad de la poblaci¨®n necesita asistencia humanitaria de emergencia¡±, se?ala Patricia Gossman, directora asociada para Asia de Human Rights Watch. ¡°Un tercio del pa¨ªs, m¨¢s de 10 millones de personas, sufre desnutrici¨®n, y la mitad de los ni?os menores de cinco a?os est¨¢n gravemente desnutridos¡±. ¡°La violencia se ha intensificado debido a que los talibanes han lanzado una ofensiva que les ha llevado a controlar cerca de la mitad de los distritos de Afganist¨¢n¡±, prosigue esta experta en el pa¨ªs centroasi¨¢tico. Seg¨²n la ONU, las v¨ªctimas civiles en los ¨²ltimos dos meses han alcanzado un nivel r¨¦cord, y si las cosas siguen as¨ª, este a?o ser¨¢ el m¨¢s mort¨ªfero para los civiles desde que Naciones Unidas comenz¨® a llevar registros en 2009.

La agencia de emergencias de la ONU sostiene, citando fuentes m¨¦dicas, que solo en la ciudad de Kandahar se han producido m¨¢s de 700 v¨ªctimas civiles (muertos o heridos) por la violencia en las ¨²ltimas dos semanas. Entre el 18 y el 24 de julio, cerca de 2.000 personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares en la zona. Kandahar, la capital del sur de Afganist¨¢n, situada en pleno territorio past¨²n, la etnia afgana donde los talibanes cuentan con m¨¢s apoyo, se encuentra sometida a constantes ataques ¡ªel aeropuerto tuvo que ser cerrado este domingo por el impacto de varios cohetes¡ª, pero su regi¨®n est¨¢ ya pr¨¢cticamente bajo control de la milicia. Y lo que est¨¢ ocurriendo ah¨ª pinta un futuro muy negro para la poblaci¨®n civil.

C¨®mico asesinado

Human Rights Watch public¨® este viernes un informe, basado en testimonios recogidos en la zona, en el que se?ala que los talibanes han detenido en los distritos de Kandahar que controlan a cientos de residentes a los que acusan de estar asociados con el Gobierno. Han asesinado a alguno de los detenidos, entre ellos familiares de funcionarios del Gobierno provincial y miembros de la polic¨ªa y el Ej¨¦rcito. Seg¨²n el mismo informe, los talibanes han ejecutado a un popular c¨®mico, Nazar Mohammad, conocido como Khasha Zwan, que publicaba canciones y chistes en TikTok en los que se burlaba de algunos comandantes de la milicia islamista. Zwan fue secuestrado el 22 de julio por combatientes talibanes en su casa, lo golpearon y luego le dispararon varias veces. Parte de la paliza fue difundida a trav¨¦s de las redes sociales, como un claro aviso a la poblaci¨®n.

¡°Con sus ataques rel¨¢mpago dejan al Gobierno en una posici¨®n muy comprometida. Les puede servir, adem¨¢s, para dividir a los diferentes grupos que forman el Ejecutivo¡±

Andrew Watkins, experto en Afganist¨¢n del International Crisis Group

En las ciudades situadas en las zonas que no controlan o donde tienen menos apoyo entre la poblaci¨®n, la estrategia es diferente, seg¨²n explica Andrew Watkins. No se trata tanto de intentar controlar la ciudad, sino de golpear como una demostraci¨®n de fuerza y luego esfumarse. ¡°No se van a exponer a largas batallas urbanas, que suelen tener un coste importante en combatientes y no est¨¢ adem¨¢s garantizado que lo consigan¡±, se?ala Watkins, ¡°pero con sus ataques rel¨¢mpago dejan al Gobierno en una posici¨®n muy comprometida. Les puede servir, adem¨¢s, para dividir a los diferentes grupos que forman el Ejecutivo¡±.

Eso fue lo que ocurri¨® el viernes y el s¨¢bado en Herat, la tercera ciudad del pa¨ªs con 300.000 habitantes y capital del distrito en el que estuvieron destacadas las tropas espa?olas. Periodistas locales y fuentes humanitarias han narrado que el viernes se produjo un ataque talib¨¢n a gran escala contra el centro urbano, durante el que fue alcanzada la base de Naciones Unidas, con la muerte de un guardia de seguridad.

Im¨¢genes difundidas por las redes sociales por los propios talibanes mostraban a guerrilleros celebrando la toma del distrito de Karoakh, que ha cambiado de manos varias veces en las ¨²ltimas semanas. Por la noche, diferentes testimonios se?alaron que se hab¨ªan producido bombardeos contra las posiciones talibanes y que los combates con las fuerzas especiales afganas eran intensos. Durante la ma?ana del s¨¢bado la situaci¨®n parec¨ªa controlada, pero por la noche volvieron a estallar los combates. El objetivo talib¨¢n no era tanto tomar una ciudad que dif¨ªcilmente iban a poder controlar, sino demostrar que pueden lanzar un ataque pr¨¢cticamente en cualquier lugar del pa¨ªs. Todo ello ha provocado un sentimiento de inseguridad creciente en el pa¨ªs, al que ha regresado el toque de queda.

El presidente de EE UU, Joe Biden, anunci¨® que la retirada estadounidense ¨Csalvo un ret¨¦n para proteger la Embajada y el aeropuerto¨C se completar¨¢ el 31 de agosto, poco antes del 20 aniversario del 11 de septiembre, los atentados de Washington y Nueva York, con los que comenz¨® esta nueva fase de la guerra. Pero desde la salida de las tropas de la base de Bagram a principios de junio la presencia militar estadounidense es testimonial y su ¨²nico apoyo al Ej¨¦rcito afgano es a¨¦reo. La mayor¨ªa de los observadores son pesimistas y creen que, no solo a trav¨¦s de las armas, sino tambi¨¦n de los pactos con se?ores de la guerra locales, los talibanes seguir¨¢n avanzando. El hecho de que China haya entablado conversaciones directas con la milicia demuestra que Pek¨ªn ya ha apostado por qui¨¦n va a ganar la guerra. Lo que est¨¢ claro tambi¨¦n es qui¨¦n la va a perder: los civiles afganos, sobre todo las mujeres.