El partido de Merkel se asoma al riesgo de pasar a la oposici¨®n

El nerviosismo se apodera de los conservadores alemanes a tres semanas de las elecciones. El partido que ha tenido a su l¨ªder, Angela Merkel, 16 a?os en el poder, siempre invicta en los comicios, ve ahora c¨®mo su candidato, Armin Laschet, se asoma al abismo de devolverles a la oposici¨®n. Las encuestas dieron un vuelco hace solo dos semanas. Por primera vez en 15 a?os, los socialdem¨®cratas aventajaban a la uni¨®n de CDU, la formaci¨®n de la canciller, y la CSU, su partido hermano b¨¢varo, en intenci¨®n de voto. Aquel punto de diferencia ya se ha convertido en cinco seg¨²n algunos sondeos (25% para el SPD; 20% para la CDU-CSU). Los polit¨®logos encuentran varias explicaciones para el desastre, pero hay una que sobresale sobre todas las dem¨¢s: el candidato. Laschet no ha conseguido que los electores lo vean como sucesor de Merkel, la persona a la que volver¨ªan a encumbrar a la Canciller¨ªa si pudieran votar por ella de nuevo.

De alg¨²n modo, los tres candidatos con opciones han intentado presentarse como herederos de la pol¨ªtica europea m¨¢s relevante del siglo XXI. Laschet gan¨® las primarias de su partido ofreciendo una imagen de continuador natural de Merkel ¨Dcentrista, volcado en Europa, conciliador y dispuesto al di¨¢logo¨D frente a otro candidato m¨¢s popular y m¨¢s escorado a la derecha, Friedrich Merz. Adem¨¢s, ser del mismo partido le daba te¨®ricamente varios puntos de ventaja. Sin embargo, ha sido el socialdem¨®crata Olaf Scholz, vicecanciller y ministro de Finanzas en el Gobierno de gran coalici¨®n, el que ha conseguido aparecer a ojos de los alemanes como el m¨¢s merkeliano, el legatario del estilo de hacer pol¨ªtica de la canciller. Ha vendido estabilidad, experiencia de gobierno y confianza. La candidata de Los Verdes, Annalena Baerbock, fue percibida tambi¨¦n como posible sucesora por haber triunfado en un entorno, el de la pol¨ªtica alemana, todav¨ªa muy dominado por las figuras masculinas, pero las similitudes acabaron ah¨ª.

Scholz ha aprovechado cada oportunidad para trasmutarse en Merkel. Se ha llamado a s¨ª mismo cancillera ¨Dla versi¨®n femenina, kanzlerin, de la palabra kanzler, canciller¨D en su publicidad de campa?a, ha repetido frases c¨¦lebres suyas como el ¡°ustedes me conocen¡± de un debate de 2013 y se ha fotografiado en portada haciendo el gesto merkeliano por antonomasia, la formaci¨®n de un rombo con las manos a la altura de la cintura. Laschet, en cambio, ha sacado poco provecho de su compa?era de filas, que no lo acompa?¨® a un acto electoral hasta finales de agosto. Ursula M¨¹nch, profesora de Ciencias Pol¨ªticas de la Universidad Bundeswehr de M¨²nich, apunta que ¡°es significativo que Merkel haya encontrado tan pocas palabras de apoyo para Laschet hasta ahora¡±. En aquel primer acto p¨²blico, ¡°se limit¨® a elogiar su car¨¢cter cristiano. Al parecer opina que un buen candidato tendr¨ªa que ser capaz de triunfar sin su apoyo¡±, a?ade M¨¹nch.

Merkel se ha mantenido bastante al margen de la campa?a electoral de su correligionario, pero este mismo domingo, durante una visita con ¨¦l a las regiones afectadas por las devastadoras inundaciones de julio pasado, dijo que le apoyaba ¡°de coraz¨®n¡±. Laschet preside el Estado federado de Renania del Norte-Westfalia, al oeste, el m¨¢s afectado, junto con Renania Palatinado, por las lluvias torrenciales que dejaron m¨¢s de 180 fallecidos y enormes destrozos. ¡°Quien puede liderar un land como este tambi¨¦n puede ser el canciller de la Rep¨²blica Federal de Alemania¡±, dijo Merkel, al ser preguntada por los periodistas.

A los conservadores les est¨¢ pasando factura el hecho de que ahora hay m¨¢s partidos compitiendo con la CDU-CSU en el amplio espectro que engloba el centro y la derecha, opina M¨¹nch. No solo Alternativa para Alemania (AfD), la formaci¨®n de extrema derecha (a la que los sondeos le dan en torno a un 12% de intenci¨®n de voto), y los liberales del FDP (13%), sino tambi¨¦n el partido de los Votantes Libres (Freie W?hler en alem¨¢n), que podr¨ªan superar a la CDU-CSU en algunos territorios de Baviera. El 56% de la ciudadan¨ªa quiere que los conservadores pasen a la oposici¨®n tras las elecciones, seg¨²n una encuesta de Civey publicada por el diario Augsburger Allegemeine.

La experta cree que la principal explicaci¨®n del hundimiento es la debilidad de Laschet. El conservador sali¨® vencedor de una pelea interna por la candidatura contra Markus S?der, el popular l¨ªder b¨¢varo de la CSU, pero qued¨® bastante tocado a ojos de la opini¨®n p¨²blica por el mero hecho de que su partido dud¨® de sus capacidades. Ahora S?der, que formalmente lo apoya, lanza indirectas sobre c¨®mo est¨¢ manejando la campa?a. A Laschet tambi¨¦n le perjudic¨® la imagen, ampliamente difundida, en la que se le ve re¨ªrse en segundo plano mientras el presidente alem¨¢n, Frank-Walter Steinmeier, mostraba sus condolencias a las v¨ªctimas de las inundaciones. Muchos votantes tampoco han olvidado los esc¨¢ndalos recientes de cobro de comisiones por parte de diputados de la CDU-CSU que intermediaron en la compra de mascarillas durante la primera ola de la pandemia.

Mientras Scholz se concentra en no dar pasos en falso y seguir surfeando la ola de las encuestas favorables, Laschet ha tenido que pasar al ataque. Esta semana present¨® a un ¡°equipo de futuro¡± de ocho personas, siete pol¨ªticos y un cient¨ªfico, con los que formar¨ªa el n¨²cleo duro de su hipot¨¦tico Gobierno. En las im¨¢genes apareci¨® rodeado de todos ellos, simbolizando que tiene a los mejores del partido detr¨¢s. Tambi¨¦n ha endurecido el discurso.

El s¨¢bado intervino entre ovaciones en el congreso de la CDU en Brandeburgo y sus primeras palabras fueron para lanzar una advertencia a los votantes de centro entre los que tanto ¨¦xito cosech¨® Merkel. Les record¨® que Scholz no excluye un pacto con Die Linke (La Izquierda), el partido poscomunista que pide la disoluci¨®n de la OTAN. Pese a haber perdido mucho apoyo ¨Dlas encuestas les dan entre el 6% y el 7% de los votos, cuando en 2017 consiguieron un 9,2%¨D la formaci¨®n podr¨ªa permitir un Gobierno de socialdem¨®cratas y verdes que ahora no suma. Alertar contra esa alianza de las izquierdas se ha convertido en el leit motiv de la campa?a conservadora.

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