Par¨ªs se pone limpia para ba?arse en el Sena
La capital francesa planta batalla a los desechos pl¨¢sticos para frenar la contaminaci¨®n, entre otros, de su gran arteria fluvial. La Alcald¨ªa tiene como objetivo permitir el ba?o de los ciudadanos en el a?o 2025
Un pescador anda merodeando para lanzar la ca?a, as¨ª que peces tiene que haber, aunque no se vean. Ni aqu¨ª, en el distrito parisiense de Bercy, en el curso del Sena por el sureste, ni tampoco se observan a simple vista desde la orilla en el tr¨¢nsito del r¨ªo por la capital de Francia. Pero haberlos haylos, como admite Romain Tramoy, de 31 a?os, investigador del Leesu (Laboratorio de Agua, Medio Ambiente y Sistemas Urbanos). A esa altura del Sena, una masa de desechos se agolpa contra una barrera artificial de saneamiento. Hay de todo: botellas, latas, pelotas, envases, la rueda de una bici. ¡°Mirad c¨®mo corren por el agua...¡±, arranca a decir el investigador cuando, entre la lluvia, atraviesa a bandazos un pl¨¢stico rasgado de gran tama?o. Acaba en el agua sin remedio. Un ejemplo de libro de la cadena de contaminaci¨®n que llega a un r¨ªo como el Sena y contin¨²a hacia el mar. ¡°Si se queda por la superficie, se ir¨¢ descomponiendo en pl¨¢sticos m¨¢s peque?os. Si acabase en la profundidad, su vida ser¨ªa casi eterna¡±, explica Tramoy.
Par¨ªs ¨Dy sin duda Francia¨D ha plantado batalla a los pl¨¢sticos. El gobierno parisiense de Anne Hidalgo, candidata a las presidenciales del pr¨®ximo a?o, muy activo contra el cambio clim¨¢tico desde la urbe, prev¨¦ que para el a?o 2024 no quede rastro de pl¨¢sticos de un solo uso (vasos, cubiertos, bastoncillos...) en la capital francesa. Se situar¨ªan as¨ª a la vanguardia en el lucha contra este tipo de productos de dif¨ªcil reciclaje y larga vida en los vertederos de los oc¨¦anos. Esto en aplicaci¨®n de la directiva aprobada en junio de 2019 por la Uni¨®n Europea contra pl¨¢sticos de ¨²nico uso, que el Gobierno de Emmanuel Macron activ¨® a inicios de este julio ¨DEspa?a a¨²n tiene que transponerla a trav¨¦s de la ley de residuos, en tr¨¢mite¨D.
Hay m¨¢s retos: Par¨ªs alberga los Juegos Ol¨ªmpicos en 2024 y quiere celebrar competiciones de agua en el r¨ªo. Adem¨¢s, seg¨²n reconoce a EL PA?S Celia Blauel, teniente de alcalde encargada del Sena, de la Prospectiva de Par¨ªs 2030 y de la Resiliencia, la capital francesa trabaja para que los habitantes puedan ba?arse en su arteria fluvial un a?o despu¨¦s de la cita ol¨ªmpica ¨Dy un siglo tras la ¨²ltima prohibici¨®n¨D. Blauel, en un intercambio de correos, aclara: ¡°Nunca se permitir¨¢ nadar si existe riesgo para los ciudadanos¡±. Sirva de recordatorio o quiz¨¢ an¨¦cdota, el ¨²ltimo alcalde que habl¨® del ba?o fue Jacques Chirac. En 1990 se comprometi¨® a meterse en el Sena en tres a?os, una vez que estuviera limpio. Nunca lo hizo. Cinco a?os despu¨¦s fue elegido presidente de Francia.
Seg¨²n el estudio hecho en 2019 por varios instituciones acad¨¦micas francesas bajo el nombre Estimaci¨®n de flujos de macroresiduos en la cuenca del Sena, cada a?o, entre 2.200 y 5.900 toneladas de pl¨¢sticos acaban a lo largo de los casi 780 kil¨®metros de r¨ªo. Y la corriente arrastra. De nuevo en Bercy, por debajo del Puente Nacional, el investigador Romain Tramoy ofrece un dato escalofriante: ¡°Estimamos que la cantidad de macropl¨¢stico que llega hasta el mar desde el Sena es de entre 100 y 200 toneladas al a?o¡±. ¡°Esta fuga¡±, prosigue, ¡°solo representa el 0,02% del consumo medio de un franc¨¦s. Creer que se puede recoger todo con dispositivos como este [una de las 26 barreras de saneamiento del Sena] es ilusorio¡±.
El Sena no es un caso ¨²nico, ni mucho menos. La Agencia Europea del Medioambiente calcula que el 60% de las aguas de los r¨ªos europeos no pasan los ex¨¢menes de calidad. Existen problemas no vinculados solo a los pl¨¢sticos, como la presencia de bacterias E.coli y enterococos que circulan con las aguas fecales. Pero los r¨ªos son grandes autopistas para la ecotoxicidad de los mares. En torno al 80% del desecho que llega a los oc¨¦anos es pl¨¢stico.
Las voces consultadas para este reportaje, que forma parte de la serie Europa ciudadana, financiada por el Parlamento Europeo, coinciden en se?alar que una vez que estos residuos llegan al agua, ya es demasiado tarde. Especialmente si se trata de micropl¨¢sticos (de un tama?o inferior a cinco mil¨ªmetros, derivados de la degradaci¨®n de desechos mayores o desprendidos de tejidos, productos cosm¨¦ticos, neum¨¢ticos...). Este tipo de residuos min¨²sculos son f¨¢ciles de encontrar en el aparato digestivo de especies marinas.
Hay que combatir en la orilla. ¡°Llevamos a cabo acciones de prevenci¨®n y educaci¨®n¡±, apunta Blauel, teniente alcalde de Par¨ªs, ¡°para que los usuarios de los muelles del Sena hagan un buen uso de los cubos y contenedores puestos a disposici¨®n y no dejen sus residuos en el lugar. Tambi¨¦n debemos lograr cambiar los patrones y h¨¢bitos de consumo que, en ocasiones, han estado anclados durante mucho tiempo¡±. Esto es precisamente lo que hacen organizaciones como Zero Waste France. No se trata solo de consumir y reciclar. Lo explica Marine Foulan, portavoz del proyecto, desde la Maison Zero D¨¦chet, en el distrito 11 de Par¨ªs: ¡°La iniciativa Cero desecho significa repensar toda la cadena de producci¨®n y cerrar el grifo aguas arriba. Buscar soluciones para no producir residuos y no tener que gestionarlos a posteriori, ya que el reciclaje tambi¨¦n tiene un coste medioambiental¡±. No darle la oportunidad a una bolsa solitaria a caerse al agua.
M¨¢s ejemplos pr¨¢cticos: en lugar de ir a la panader¨ªa a comprar pasteles a la espera de un envase de pl¨¢stico, acudir con un recipiente propio. O el sistema de retorno de botellas de vidrio para su recuperaci¨®n y reutilizaci¨®n. Esto y bastante m¨¢s se ha puesto en marcha en el distrito 10 de Par¨ªs, una suerte de barrio-laboratorio contra el exceso de desechos, junto al Canal de Saint-Martin ¨Dpor ah¨ª, por cierto, los peces siguen sin aparecer¨D. ¡°Trabajamos con todo un barrio, toda una calle, la escuela, los comedores, pero tambi¨¦n la gente en sus apartamentos, los negocios, en particular, los restaurantes y los bares¡±, se?ala desde su despacho la alcaldesa del distrito, Alexandra Cordebard, de 54 a?os, del Partido Socialista franc¨¦s como Anne Hidalgo. Y funciona, han reducido en solo un a?o el tonelaje de desechos.
La estrella de este experimento es el sistema de dep¨®sito: el consumidor se descarga una aplicaci¨®n para formar parte del programa; acude al comercio, toma prestado un recipiente, el tendero lo registra, compra y se marcha. El cliente tiene un mes para devolver el envase en cualquiera de las tiendas de la red. Si no, multa de 10 euros, que se queda en la mitad en el caso de que se entregue finalmente.
Si aqu¨ª se frena el pl¨¢stico, quiz¨¢ lo agradezca finalmente el r¨ªo, pero cuando los activistas de la causa hablan de aguas arriba, hablan de mucho m¨¢s arriba. ¡°A lo que aspiro, obviamente, a lo que todav¨ªa no hemos llegado, es a que la legislaci¨®n nos ayude un poco¡±, apunta Cordebard. ¡°Si tenemos una ley que nos de plazos r¨¢pidos para, por ejemplo, eliminar botellas de pl¨¢stico, uno de los objetos que m¨¢s contamina, eso animar¨ªa a todos los establecimientos a distribuir garrafas o frascas y luego establecer sistemas de dep¨®sito¡±.
La organizaci¨®n internacional Surfrider trabaja en Par¨ªs en casi todas la etapas de esta cadena de poluci¨®n ¨Den este caso para evitarla¨D, desde la recogida de peque?os desechos junto a orillas del Sena en un esfuerzo de sensibilizaci¨®n, hasta el di¨¢logo con las autoridades para promover cosas como la prohibici¨®n de los pl¨¢sticos de un solo uso. Aqu¨ª es donde entra Diane Beaumenay-Joannet, de 30 a?os, de la secci¨®n europea de Surfrider. ¡°La eliminaci¨®n de los productos pl¨¢sticos es un obst¨¢culo para el mercado interior¡±, dice Beaumenay-Joannet. ¡°Vamos en contra del principio mismo de la Uni¨®n Europea, que es el libre movimiento de mercanc¨ªas. Este ya es un primer freno. Luego est¨¢ el peso econ¨®mico de productores de pl¨¢sticos, que derivan de la industria petroqu¨ªmica, como tambi¨¦n de otros derivados de pl¨¢sticos que inundan el mercado¡±. Soluciones: inversi¨®n en alternativas y grav¨¢menes a productos contaminantes.
La calidad de agua del Sena ha mejorado, se recuperan las especies, pero el ba?o a¨²n queda lejos. Contaban las cr¨®nicas de Le Figaro del siglo XIX que uno era capaz de encontrar flotando en sus aguas perros, gatos, cabras, pollos, serpientes y hasta focas. En 1923 se prohibi¨® el ba?o definitivamente ante los altos niveles de poluci¨®n. Un siglo despu¨¦s, al que se atreva al chapuz¨®n todav¨ªa le espera una multa de 38 euros.
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