Pedro Castillo se aleja del sector m¨¢s radical para mantener a flote su Gobierno
El presidente de Per¨² obliga a renunciar a su ¡®n¨²mero dos¡¯, cambia a seis ministros e incorpora m¨¢s mujeres al Gabinete


Empieza un nuevo cap¨ªtulo en el a¨²n breve Gobierno de Pedro Castillo. El presidente peruano rompi¨® este mi¨¦rcoles, 69 d¨ªas despu¨¦s de asumir el poder, las amarras que lo ataban al sector m¨¢s radical de su entorno. El mandatario forz¨® la renuncia de su primer ministro, Guido Bellido, mano derecha de Vladimir Cerr¨®n, el l¨ªder de la formaci¨®n marxista-leninista que aup¨® a Castillo a la presidencia, despu¨¦s de llegar al partido como un paracaidista. Si alg¨²n d¨ªa Cerr¨®n o Bellido, quien encontr¨® casi por azar al maestro rural y le ofreci¨® la candidatura de Per¨² Libre, pensaron en ¨¦l como un hombre de paja, ahora su creaci¨®n ha tomado vida propia. El presidente cambi¨® a otros seis de sus 19 ministros, lo que Per¨² Libre defini¨® como ¡°una traici¨®n a todas las mayor¨ªas¡± que lo llevaron al poder.
Castillo trata ahora de retomar la gobernabilidad del pa¨ªs en solitario, en una jugada de dif¨ªcil pron¨®stico. La remodelaci¨®n del Gobierno obliga a parar los tiempos de la pol¨ªtica otra vez En Per¨², los gabinetes necesitan contar con la confianza del Congreso para comenzar sus funciones. Castillo tiene 30 d¨ªas para volver a presentar su nuevo Gobierno, un tr¨¢mite que ya logr¨® superar por primera vez a finales de agosto, incluso con el pol¨¦mico Bellido en sus filas. El resultado de la nueva votaci¨®n es una inc¨®gnita hasta que los partidos definan el sentido de su voto. Para tomar la temperatura al ambiente, tras las primeras horas despu¨¦s de los anuncios, dos formaciones saludaron los cambios.
Castillo se ha encontrado en estos dos primeros meses de presidencia numerosas piedras en el zapato, pero Bellido fue desde el primer d¨ªa la m¨¢s gorda de todas. Su nombramiento fue una sorpresa, desagradable para casi todos. Algunos de los ministrables se negaron durante horas a asumir su cartera hasta que el presidente se comprometi¨® a mantener a Cerr¨®n alejado de las decisiones del Gobierno. Esa fue la primera gran crisis del Ejecutivo. Antes incluso de echar a andar.
La elecci¨®n de un desconocido para la mayor¨ªa como primer ministro, sin experiencia de gesti¨®n y autor de exabruptos mis¨®ginos y hom¨®fobos en redes sociales, fue interpretada como la prueba de que Castillo se plegaba al poder de Cerr¨®n, al que muchos acabaron por considerar un presidente en la sombra. Bellido nunca lo puso f¨¢cil. Desde el primer d¨ªa se convirti¨® en el centro de las cr¨ªticas al Gobierno y la tensi¨®n con ¨¦l dentro del gabinete fue en aumento. En las ¨²ltimas semanas amenaz¨® p¨²blicamente con expropiar un yacimiento de gas o invit¨® a renunciar a un ministro si no estaba de acuerdo en reconocer a Nicol¨¢s Maduro. Varios miembros del Gobierno se desmarcaron de ¨¦l p¨²blicamente.
Los intentos del presidente por alejarse de un discurso radical ¡ªsu defensa a la propiedad privada, sus invitaciones a la inversi¨®n extranjera y a la estabilidad econ¨®mica¡ª, chocaban una y otra vez con Bellido, convertido en un verso libre al que Cerr¨®n jaleaba desde el altavoz de Twitter. El Gobierno ten¨ªa dif¨ªcil avanzar as¨ª.
Pero su salida tambi¨¦n abre un interrogante sobre la relaci¨®n futura del Gobierno con las siglas que lo llevaron al poder. A tenor de los primeros comunicados ¡ª¡±la bancada de Per¨² Libre no respalda este Gabinete¡±¡ª, nada augura que vaya a ser f¨¢cil. Al presidente no le sobra ni un apoyo para sacar sus iniciativas adelante. Aunque logre de entrada la confianza del Congreso, necesita mantener amplios apoyos. Renunciar a los esca?os de Per¨² Libre podr¨ªa ser un suicidio pol¨ªtico.
El presidente ha intentado mantener cierto equilibrio y no ha lapidado totalmente el poder de Cerr¨®n y Bellido en el nuevo gabinete, poniendo a un nuevo ministro del Interior de su cuerda. De entrada, al partido le ha parecido insuficiente. Cerr¨®n ya lo hab¨ªa advertido en la red social antes de conocer la nueva composici¨®n: ¡°Es momento que Per¨² Libre exija su cuota de poder, garantizando su presencia real o la bancada tomar¨¢ posici¨®n firme¡±.
Castillo ha decidido aun as¨ª asumir los riesgos y cortar de ra¨ªz el mayor de sus problemas, pero no el ¨²nico. La remodelaci¨®n del Gobierno anunciada la noche del mi¨¦rcoles corrige algunos errores, que ¨¦l mismo reconoci¨®, como el aumento del n¨²mero de mujeres, que pasan de dos a cinco. La nueva primera ministra ser¨¢ la excongresista Mirtha V¨¢squez, una defensora de los derechos humanos con un perfil mucho m¨¢s moderado que el de su antecesor. El mandatario pretender cerrar con ella la brecha que Bellido hab¨ªa abierto en el Ejecutivo, en el que varios responsables ni siquiera despachaban directamente con ¨¦l a pesar de ser el presidente del Consejo de Ministros.
Lo que venga a partir de ahora es una inc¨®gnita. El poder de un Gobierno en solitario, con una oposici¨®n feroz a sus posiciones, es muy reducido. Castillo trata de retomar el paso y cerrar con esta crisis una sucesi¨®n de crisis que le han impedido gobernar hasta ahora. Este ni siquiera es el primer cambio en el Gabinete. Apenas 19 d¨ªas despu¨¦s empezar, su canciller H¨¦ctor B¨¦jar se vio obligado a renunciar por unas declaraciones suyas hechas meses antes de llegar al Ejecutivo, en las que acusaba a la Marina de ser causante del terrorismo en el pa¨ªs, en lugar del grupo Sendero Luminoso.
Desde que se impuso en las urnas a Keiko Fujimori el 6 de junio, el presidente no ha tenido un solo d¨ªa f¨¢cil. Su proclamaci¨®n no lleg¨® hasta el 19 de julio por las denuncias sin pruebas de fraude que verti¨® el fujimorismo. Pero pronto descubri¨® que lo m¨¢s dif¨ªcil estaba por llegar. Dos meses despu¨¦s a¨²n no suma ning¨²n logro pol¨ªtico de calado. A pesar de todo, Castillo decidi¨® el mi¨¦rcoles convertirse en el ¨²nico responsable del incierto destino de su Gobierno.
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