Arabia Saud¨ª pasa p¨¢gina del esc¨¢ndalo Khashoggi y se apunta al desarrollo tecnol¨®gico
A pesar del apoyo generalizado a los planes de modernizaci¨®n del pr¨ªncipe heredero y de los l¨ªmites a la cr¨ªtica, algunos saud¨ªes cuestionan el orden de prioridades
Las ambiciones de Arabia Saud¨ª est¨¢n resumidas en el t¨ªtulo del foro: Invertir en la humanidad. Sostenibilidad, inteligencia artificial, rob¨®tica, exploraci¨®n de los oc¨¦anos, conquista del espacio¡ La quinta edici¨®n del Future Investment Iniciative (FII), el Davos del desierto, celebrada en Riad la semana pasada, ha sido un escaparate de las aspiraciones del reino. Pero adem¨¢s de atraer inversiones y conocimiento t¨¦cnico para sus proyectos, Arabia Saud¨ª intenta dejar atr¨¢s el par¨®n de la covid y la sombra que desde el asesinato del periodista Jamal Khashoggi en 2018 ha planeado sobre su l¨ªder, el pr¨ªncipe heredero Mohamed Bin Salm¨¢n.
En esta cita no se han producido anuncios de nuevas ciudades inteligentes ni de infraestructuras futuristas. Arabia Saud¨ª todav¨ªa tiene que lograr inversiones para los macroproyectos con los que el pr¨ªncipe Mohamed Bin Salm¨¢n, a quien todo el mundo se refiere como MBS, quiere transformar el pa¨ªs y liberarlo de la dependencia del petr¨®leo, tal como avanz¨® en su estrategia Visi¨®n 2030. De momento, Riad reclama la posici¨®n de liderazgo regional que considera que le corresponde por su peso econ¨®mico y demogr¨¢fico: la econom¨ªa saud¨ª representa la mitad del total de las seis petromonarqu¨ªas del Golfo y su poblaci¨®n, el 60% de los 59 millones de habitantes.
De ah¨ª su empe?o en atraer las sedes de las multinacionales que operan en la zona (44 ya se han comprometido a hacerlo, pero las autoridades esperan que sean medio millar para la fecha fetiche de 2030) o de presentar su candidatura a la Expo de ese mismo a?o. ¡°Arabia Saud¨ª se encuentra en un momento boyante gracias al precio del petr¨®leo y eso da medios al pr¨ªncipe heredero para financiar sus megaproyectos¡±, estiman fuentes diplom¨¢ticas.
Incluso descontada la grandilocuencia que siempre acompa?a a este tipo de foros, los proyectos son fenomenales. El reino intenta pasar de ser el mayor exportador de petr¨®leo a un modelo de sostenibilidad y polo de desarrollo tecnol¨®gico; de un pa¨ªs cerrado a un centro de turismo mundial y del entretenimiento.
No obstante, tal como advierte un analista que ha asistido a las cinco ediciones del FII, ¡°aqu¨ª tienen soluciones para todo, menos para sus problemas¡±. ¡°Dejar atr¨¢s el monocultivo del petr¨®leo es muy complicado. Al final los temas que de verdad impactan en el desarrollo son los temas de base como la educaci¨®n y la formaci¨®n profesional¡±, se?ala.
Sin duda, el FII representa las aspiraciones de MBS para su pa¨ªs, pero ?qu¨¦ quieren los saud¨ªes? Es dif¨ªcil saberlo porque en paralelo a la innegable transformaci¨®n econ¨®mica y social se ha producido un cerrojazo al debate independiente. ¡°No hay libertad de expresi¨®n¡±, declara un antiguo periodista. ¡°Los medios de comunicaci¨®n tradicionales est¨¢n muertos y ante el auge de las redes sociales, el Gobierno las utiliza para promocionar su agenda y rastrear a los descontentos, porque no quiere cr¨ªtica, sino solo sumisi¨®n¡±, explica. Adem¨¢s, dice, no hay reglas claras. ¡°Por cualquier cosa pueden acusarte de terrorismo o de conspirar con un pa¨ªs extranjero; de ah¨ª que nos autocensuremos¡±, concluye.
Fuera de la burbuja angl¨®fona del FII, tambi¨¦n se constata la satisfacci¨®n con la apertura del pa¨ªs tras d¨¦cadas de oscurantismo amparado en una austera y controvertida interpretaci¨®n del islam. Atr¨¢s han quedado la anacr¨®nica segregaci¨®n sexual, la prohibici¨®n de que las saud¨ªes condujeran o el tab¨² de la m¨²sica, que ahora suena incluso en las recepciones oficiales.
Mejoras para mujeres y j¨®venes
El entusiasmo es especialmente perceptible entre las mujeres y los j¨®venes, los dos colectivos m¨¢s beneficiados por el cambio. ¡°Se ha abierto un mundo de posibilidades para nosotras; ahora tenemos acceso a todos los trabajos¡±, resume Abrar, de 28 a?os y que acaba de graduarse como traductora. Para entender lo que eso supone, conviene recordar que a las saud¨ªes solo se las autoriz¨® a ser dependientas en 2011 y al principio hubo hombres que se negaban a ser atendidos por una mujer.
Hace a?os, cuando se preguntaba a los j¨®venes saud¨ªes, frustrados por las restricciones y la falta de entretenimiento, c¨®mo quer¨ªan que fuera su pa¨ªs mencionaban Kuwait, un vecino menos constre?ido socialmente, pero que a diferencia de Emiratos ?rabes proh¨ªbe el alcohol. Hoy, Riad parece dirigirse a desbancar a Dub¨¢i, el centro de negocios y de diversi¨®n del Golfo. Incluso se rumorea la eventual autorizaci¨®n del alcohol en las zonas econ¨®micas especiales a las que se quiere atraer a las empresas extranjeras.
Basta darse una vuelta por UWalk, el ¨¢rea de moda de la capital saud¨ª. El nombre recuerda al The Walk de Dub¨¢i, pero es m¨¢s pijo. Aqu¨ª no hay hordas de turistas rusos en grupos de ¡°todo incluido¡±, ni brit¨¢nicos con tres copas de m¨¢s. Las terrazas est¨¢n llenas de j¨®venes y menos j¨®venes, familias y parejas, hombres y mujeres, cuando estas ten¨ªan prohibido sentarse en el exterior de los establecimientos hasta hace cuatro a?os. Los saud¨ªes siguen favoreciendo la t¨²nica blanca, con o sin pa?uelo en la cabeza, que constituye su traje nacional. Ellas, sin embargo, han introducido el color en la abaya. El say¨®n negro ya no es obligatorio. Cubrirse la cabeza, tampoco. Algunas se desprenden del pa?uelo. Otras mantienen el niqab (velo facial).
La vestimenta o la mezcla de sexos son los aspectos m¨¢s visibles, pero apuntan a cambios de mayor calado. Cinzia Bianco, investigadora especializada en el Golfo del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, destaca que ¡°m¨¢s j¨®venes saud¨ªes est¨¢n ejerciendo trabajos normales y m¨¢s mujeres se est¨¢n incorporando al mercado laboral¡±. De hecho, ya es habitual encontrarlos en las recepciones de los hoteles, los restaurantes, los hospitales y otros puestos de atenci¨®n al p¨²blico que antes estaban en manos de inmigrantes extranjeros (un tercio de la poblaci¨®n).
El creciente n¨²mero de mujeres trabajadoras est¨¢ cambiado el aspecto del espacio p¨²blico, pero sobre todo las actitudes sociales. ¡°El hecho de que no haya habido una reacci¨®n en contra significa que la sociedad estaba preparada¡±, afirma Kholoud Fahad AlDosari, directora de relaciones externas de la Academia Financiera. Ayuda sin duda que dos tercios de los saud¨ªes tengan menos de 30 a?os. Hay una identificaci¨®n generacional que lleva a muchos j¨®venes a imitar la barba y el estilo del pr¨ªncipe heredero, m¨¢s all¨¢ del culto a la personalidad que promueven sus propagandistas.
Bianco advierte de que ¡°en las zonas rurales, m¨¢s conservadoras, el avance [de los cambios] no es tan r¨¢pido porque la poblaci¨®n se muestra m¨¢s renuente¡±. Al margen de la oposici¨®n de los ultra religiosos y algunos l¨ªderes tribales temerosos de perder su influencia, tambi¨¦n hay saud¨ªes que censuran un modelo de desarrollo excesivamente centrado en el consumo.
¡°Todo viene desde arriba. No se nos consulta, ni se tienen en cuenta las necesidades m¨¢s inmediatas; cualquier cr¨ªtica se interpreta como deslealtad¡±, conf¨ªa un activista social que cuestiona las enormes inversiones en espect¨¢culos musicales y deportivos. ¡°Con ese dinero deber¨ªan construirse escuelas, centros deportivos y hospitales p¨²blicos¡±, defiende. En su opini¨®n, antes de llevar esas actividades l¨²dicas a las peque?as ciudades de provincias, se les deber¨ªa dotar de universidades y centros de formaci¨®n profesional. ¡°Los j¨®venes no pueden esperar 30 a?os a que se construya Neom para tener un trabajo¡±, asegura en referencia a la gran ciudad futurista que se planea al noroeste del pa¨ªs, a orillas del Mar Rojo. ¡°Eso es algo que el Gobierno no est¨¢ haciendo bien¡±, concluye.
La sombra del asesinato
En 2018 los invitados más relevantes esquivaron el Davos del Desierto tras conocerse que varios colaboradores del príncipe Mohamed Bin Salmán habían matado al periodista crítico Jamal Khashoggi en el Consulado saudí de Estambul. Aunque el heredero saudí siempre ha negado haber tenido conocimiento previo de la operación, el hecho de que la CIA concluyera lo contrario ha empañado su posición internacional. Tres años después, la mención de Khashoggi ni siquiera incomoda a los participantes en el Davos del Desierto. “Es algo del pasado”, responde M. H., un empresario estadounidense de origen árabe.
Aun así, Cinzia Bianco, investigadora del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, no considera que “el FII haya logrado borrar la sombra de aquel asesinato”. En su opinión, “la comunidad que participa en el foro está bastante separada de la sociedad civil y [de quienes] en el mundo político decidieron aislar al liderazgo saudí y a Arabia Saudí en general”. Bianco recuerda que “incluso en la segunda edición, apenas un mes después del crimen, asistieron algunos ejecutivos” y atribuye las cancelaciones de los occidentales a que “estaba muy reciente y [participar] suponía un riesgo geopolítico”. A fin de cuentas, resume, “la comunidad financiera internacional es pragmática; del mismo modo que siguen haciendo negocios con Rusia o China, siguen haciendo negocios con Arabia Saudí”.
Lo confirmaba la presidenta ejecutiva del Banco Santander, Ana Botín, a EL PAÍS: “Estoy aquí porque el tema de la conferencia vale la pena. Para buscar soluciones. Y para contar la historia del Santander”. También la ministra española de Industria y Turismo, Reyes Maroto, apuntaba en la misma dirección: “No venimos a blanquear errores de nadie, sino a explorar oportunidades para las empresas españolas”. Fuentes diplomáticas señalan, sin embargo, que la UE no olvida los derechos humanos y que este año ha logrado abrir el primer diálogo con Arabia Saudí sobre ese tema.
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