Erdogan se busca en el espejo de Atat¨¹rk
En el oto?o de su poder, el presidente islamista usa el arte y el urbanismo para reflejarse en el fundador de la Turqu¨ªa moderna
¡°Este monumento es la mejor fotograf¨ªa de la vieja y la nueva Turqu¨ªa¡±, tron¨® el presidente Recep Tayyip Erdogan en la inauguraci¨®n del nuevo Centro Cultural Atat¨¹rk (AKM por sus siglas en turco) el pasado 29 de octubre, D¨ªa de la Rep¨²blica en Turqu¨ªa. El viejo AKM era ¡°el s¨ªmbolo de la cara decr¨¦pita de la vieja Turqu¨ªa¡±, y ahora, tras superar ¡°numerosos obst¨¢culos¡± hasta lograr su derribo y posterior reconstrucci¨®n, su nueva versi¨®n simboliza la nueva Turqu¨ªa erdoganista. El aire mitinero del discurso podr¨ªa parecer extempor¨¢neo como acto de apertura de un edificio dedicado a las artes esc¨¦nicas y como pr¨®logo a la ¨®pera que se iba a representar. Pero si el arte es siempre pol¨ªtico ¡ªpor lo que dice o por lo que calla¡ª, en Turqu¨ªa lo es a¨²n m¨¢s.
La ¨®pera y la m¨²sica cl¨¢sica nunca han sido un mero entretenimiento l¨ªrico para los turcos, sino m¨¢s bien una declaraci¨®n de intenciones. Por ejemplo, cuando en las elecciones municipales de 2019, el Partido Republicano del Pueblo (CHP, centroizquierda) se hizo con la alcald¨ªa de Hopa (noreste del pa¨ªs) comenz¨® a emitir composiciones de Mozart a trav¨¦s de la megafon¨ªa del Ayuntamiento, algo que los derrotados islamistas del partido de Erdogan definieron como una ¡°provocaci¨®n¡±.
Estas artes representan las aspiraciones de muchos turcos, en especial de cierta clase media y ciertas elites. El fundador de la Turqu¨ªa moderna, laica y republicana, Mustafa Kemal Atat¨¹rk, persegu¨ªa ¡°los est¨¢ndares de la civilizaci¨®n contempor¨¢nea¡±, que supon¨ªa alcanzar el desarrollo econ¨®mico, tecnol¨®gico y cultural de Europa occidental. Cuando era un simple agregado militar de la embajada otomana en Sof¨ªa, entre 1913 y 1914, Mustafa Kemal se maravillaba con el progreso de la ¨®pera en la reci¨¦n independizada Bulgaria: ¡°Ahora entiendo por qu¨¦ los b¨²lgaros ganaron la Guerra Balc¨¢nica¡±. Ya presidente de la nueva Rep¨²blica turca, en especial durante sus ¨²ltimos a?os, con un estado de salud cada vez m¨¢s fr¨¢gil, se volc¨® en reformar el arte, la cultura y la lengua para dejar un legado indeleble y estimul¨® la producci¨®n l¨ªrica, de ¨®peras y m¨²sica cl¨¢sica. Andrew Mango, autor de la monumental biograf¨ªa Atat¨¹rk (Abrams Press, 2002), arguye que el fundador de la rep¨²blica pretend¨ªa un arte ¡°de contenido nacional y forma occidental¡± para as¨ª integrar la producci¨®n cultural turca en ¡°el arte universal¡±.
Tras la muerte de Atat¨¹rk en 1938 se ide¨® la construcci¨®n de un edificio de la ¨®pera para Estambul (Ankara ya lo ten¨ªa) en la c¨¦ntrica plaza de Taksim. El proyecto se dilat¨® por falta de presupuesto hasta que el Centro Cultural Atat¨¹rk abri¨® sus puertas en 1969, un edificio dise?ado por el arquitecto Hayati Tabanlioglu en un estilo netamente racionalista, con una fachada de hierro, cemento y cristal sin concesiones fuera de la l¨ªnea recta. As¨ª se convirti¨® en el templo de la ¨®pera, el ballet y la m¨²sica cl¨¢sica e incluso fue una de las sedes de la Bienal de Estambul (1992 y 2007).
De ah¨ª que cuando el AKM fue clausurado en 2008 por orden del Gobierno ¡ªque alegaba fallos estructurales y la necesidad de reformarlo¡ª esto fuese considerado no solo un ataque a la cultura, sino tambi¨¦n al legado del fundador de la Rep¨²blica. El Centro Cultural Atat¨¹rk se dej¨® deteriorar y, finalmente, en 2018 comenz¨® su demolici¨®n para levantar su sustituto. ¡°Gritad y rabiad cuanto quer¨¢is, lo hemos derribado¡±, dijo entonces el presidente islamista. ¡°Durante a?os, el Gobierno no pudo destruir el AKM por las cr¨ªticas a las que se enfrentaba, de ah¨ª que viese su derribo final como una victoria¡±, explica Tarik Seng¨¹l, profesor de la Universidad T¨¦cnica de Oriente Medio.
Pero creer que Erdogan pretende borrar la herencia del fundador de la Rep¨²blica es quedarse en la superficie. En realidad trata de apoderarse de su figura y suplantarla. Como Atat¨¹rk, que encarg¨® y supervis¨® la creaci¨®n de la primera ¨®pera escrita durante la Rep¨²blica (?zsoy, compuesta por Ahmet Adnan Saygun y estrenada en 1934), la ¨®pera con la que se inaugur¨® el nuevo AKM fue comisionada directamente por Erdogan. El compositor de esta nueva ¨®pera, Hasan U?arsu, que fue alumno de Saygun, explica en el libreto que tuvo en cuenta las ideas aportadas por el presidente. La ¨®pera Sinan toma como personaje al arquitecto m¨¢s celebre del clasicismo y esplendor otomano (s. XVI), pero en realidad funciona como un espejo en el que se refleja la realidad: el sult¨¢n Solim¨¢n el Magn¨ªfico, junto a su hija Mihrimah, pretenden que el arquitecto Sinan levante bellas y grandiosas mezquitas que queden para la posteridad, pese a los intentos del visir, R¨¹stem Pasa, de impedir las obras porque est¨¢n dilapidando los fondos del tesoro imperial. No solo es que el af¨¢n por las grandes obras y la monumentalidad a toda costa refleje los ¨²ltimos a?os de Erdogan, es que el visir es yerno del sult¨¢n, como tambi¨¦n era yerno de Erdogan el pol¨¦mico ministro de Finanzas y encargado del Tesoro, Berat Albayrak, hasta su dimisi¨®n y ca¨ªda en desgracia el a?o pasado.
La renovaci¨®n del AKM es solo uno de los monumentos al triunfo de Erdogan sobre el espacio en Taksim. Parafraseando al propio Erdogan (¡°Quien controla Estambul, controla Turqu¨ªa¡±), el cr¨ªtico de arte Arie Amaya-Akkermans arguye que ¡°quien controla Taksim controla Estambul¡±. La plaza ha sido tradicionalmente uno de los centros neur¨¢lgicos de la metr¨®polis turca y ¡°un espacio de concentraci¨®n pol¨ªtica¡±. Fue el centro de las protestas de Gezi en 2013, cuando el AKM sirvi¨® para colgar decenas de pancartas contra Erdogan (en un homenaje al uso de la fachada del centro cultural durante los Primeros de Mayo de la d¨¦cada de 1970). ¡°La plaza de Taksim y la zona en la que se encuentra siempre han sido un espacio f¨ªsico y simb¨®lico muy importante para los estratos sociales laicos y modernos de Turqu¨ªa. Pero a medida que el AKP [el partido islamista de Erdogan] se hac¨ªa m¨¢s poderoso, tambi¨¦n se le hac¨ªa m¨¢s dif¨ªcil digerir la presencia de este espacio de contestaci¨®n¡±, apunta Seng¨¹l. As¨ª que Erdogan aplast¨® la revuelta de Gezi sin dar margen a la mediaci¨®n que recomendaban sus ministros, lo que le permiti¨® hacerse con el control total de Taksim. Conquistarla.
Porque la conquista sigue siendo para ¨¦l y los islamistas turcos una obsesi¨®n, un fetiche. ¡°Vemos el Centro Cultural Atat¨¹rk como el ¨²ltimo sello que imprimimos sobre la ciudad desde la conquista de 1453¡å, dijo en su discurso de inauguraci¨®n, como si el ¡°viejo AKM¡± fuese el equivalente a Constantinopla y las antiguas ¨¦lites occidentalizadas el equivalente a los bizantinos cristianos, es decir, el enemigo. No en vano, aunque la fachada del AKM y su estructura han sido reconstruidas como en su anterior versi¨®n, su interior es totalmente nuevo y est¨¢ presidido por una esfera de cer¨¢mica escarlata que alberga el auditorio principal y que representa la ¡°Manzana Roja¡±, un s¨ªmbolo de la tradici¨®n otomana ¡ªequivalente a las leyendas cristianas del Santo Grial¡ª que enlaza con la conquista de Constantinopla y la aspiraci¨®n al poder universal.
Otro de los ¡°sellos¡± impresos por Erdogan en Taksim es la nueva mezquita cuya silueta ahora domina la plaza: una vieja aspiraci¨®n del presidente desde que fuera alcalde de Estambul en los a?os noventa, pero que las sucesivas protestas contra su proyecto le hab¨ªan impedido llevar a cabo. Finalmente, en el oto?o de su poder, cuando su estado de salud y el de la econom¨ªa de Turqu¨ªa hacen su fragilidad cada vez m¨¢s evidente, Erdogan inaugur¨® el templo el pasado mayo, modificando as¨ª la estructura de una plaza en la que, hasta entonces, lo que m¨¢s destacaba era la vecina iglesia de la Santa Trinidad (hasta mediados del siglo pasado, la zona estaba habitada mayormente por minor¨ªas religiosas: griegos, armenios y jud¨ªos). La nueva mezquita ha sido edificada en un estilo neocl¨¢sico otomano con detalles neo-art dec¨®, rechazando un proyecto anterior que propon¨ªa una mezquita m¨¢s peque?a y de un estilo arquitect¨®nico m¨¢s contempor¨¢neo. ¡°El neoclasicismo se utiliza mucho en los reg¨ªmenes autoritarios porque sirve para decir: esto estuvo siempre ah¨ª, esto siempre fue as¨ª¡±, opina Amaya-Akkerman.
El objetivo de las nuevas obras, seg¨²n el ministro de Cultura turco, el empresario tur¨ªstico Mehmet Nuri Ersoy, es ¡°revitalizar¡± el ¨¢rea de Taksim y convertirla en una nueva ¡°ruta de la cultura¡±. Anta?o, la avenida Istiklal, que se abre hacia el suroeste de la plaza, y las calles aleda?as eran donde los estambul¨ªes acud¨ªan para pasear, ir al cine y al teatro, salir de marcha o manifestarse. Pero la zona lleva a?os en franca decadencia ¡ªlos j¨®venes se han marchado a otros barrios m¨¢s amables¡ª y est¨¢ trufada de barricadas policiales para impedir todo conato de protesta. ¡°Era una zona en la que conflu¨ªan gente de diversos or¨ªgenes y clases sociales, pero tras las protestas de Gezi todo eso se termin¨®¡±, arguye el cr¨ªtico de arte. ¡°Erdogan ha tratado de cambiar Taksim varias veces, pero ninguno de sus proyectos ha sido funcional o ha tenido ¨¦xito. Porque Taksim, tal y como est¨¢ dise?ada ahora, no es un espacio para compartir experiencias, sino un mero espacio de transici¨®n, un lugar por donde uno solo pasa¡±, concluye.
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