Chile acude a las urnas con una venda en los ojos
La ley proh¨ªbe publicar sondeos durante 15 d¨ªas antes de las elecciones, pero el origen de la incertidumbre sobre el futuro obedece a que son unos comicios decisivos para la transformaci¨®n institucional
Hace dos semanas que Chile camina a ciegas hacia la elecci¨®n m¨¢s decisiva y polarizada desde que se reinstaur¨® su democracia. Al pa¨ªs le faltan ojos sobre s¨ª mismo porque este mismo a?o se coloc¨® una venda: la prohibici¨®n de difusi¨®n de cualquier encuesta electoral en los 15 d¨ªas previos a la votaci¨®n. Para Juan Pardo Esc¨¢mez, presidente del gremio de encuestadoras de referencia y director de la casa Feedback, esta moratoria que pretende en su esp¨ªritu mantener una supuesta pureza de los votantes produce justo lo contrario: ¡°Impide al votante informarse libremente, limitando la circulaci¨®n de informaci¨®n p¨²blica objetiva que pueda orientar la toma de decisiones¡±. Roberto Izikson, director de la encuestadora Cadem, lo pone en t¨¦rminos cinematogr¨¢ficos: ¡°Esto es como una pel¨ªcula que es candidata al Oscar, te invitan a verla, pero cinco minutos antes del final te proh¨ªben seguir¡±.
Sin embargo, la pel¨ªcula no se detiene, porque la prohibici¨®n es de difusi¨®n, pero no de recolecci¨®n de datos para entes privados. De esta manera, la venda se levanta para quien puede pagar o est¨¢ bien conectado. Para quien no, le queda lo que circule en una ¨¦poca de fronteras desbordadas por Internet: ¡°En todas las elecciones siguen circulando encuestas de distinto origen a trav¨¦s de las redes sociales¡±, afirma Pardo. Izikson va m¨¢s all¨¢: ¡°Proliferan encuestas que uno no conoc¨ªa y que no tienen ni domicilio ubicado¡±.
Para ser justos, m¨¢s que a ciegas, Chile est¨¢ tuerto. Los ¨²ltimos datos conocidos el pasado 5 de noviembre mostraban un liderazgo destacado de Jos¨¦ Antonio Kast y Gabriel Boric. Dos candidatos en los extremos de sus respectivos bloques ideol¨®gicos (derecha e izquierda) listos para pasar a una segunda vuelta que se intuye mucho m¨¢s incierta.
Para Pardo e Izikson parece poco probable, aunque para nada imposible, que esta doble pole position cambie. Pero con esta foto general las encuestas disponibles abren otro interrogante a¨²n mayor. La plantea Kenneth Bunker, director ejecutivo de Tresquintos, un portal independiente de an¨¢lisis de encuestas de referencia en Chile: ¡°La gran pregunta o la gran inconsistencia que surge con estos datos es: si es que la gran mayor¨ªa de los chilenos se considera moderado, ?por qu¨¦ est¨¢n ganando los extremos?¡±.
Los datos del Estudio Nacional de Opini¨®n P¨²blica del CEP soportan esta paradoja: en agosto de este a?o un 34% de los chilenos se ubicaban en el centro, frente a un 18% en la izquierda, un 14% en la derecha y un 33% sin ubicaci¨®n espec¨ªfica. Sin embargo, los candidatos que representar¨ªan estas posiciones (Sebasti¨¢n Sichel en el centroderecha y Yasna Provoste en el centro un tanto escorado hacia la izquierda han quedado muy relegados. Esta din¨¢mica es relativamente reciente. Especialmente vertiginoso aparece el crecimiento de Kast en la evoluci¨®n de los sondeos.
Y aunque esta tendencia ha sido detectada por varias casas de encuestas, el margen que le otorgaron los ¨²ltimos va del 23% al 38%. La encuesta que m¨¢s votos le a Kast es la de Feedback, que fue tambi¨¦n la primera casa de las referentes en colocarlo en cabeza en segunda vuelta. Pero el propio Pardo acepta el gran espacio que resta bajo la ventana de estos 15 d¨ªas: ¡°Queda la duda de si una vez despejada la efervescencia inicial, se mantendr¨¢ la solidez del entusiasmo¡±.
Podr¨ªa sospecharse de la mala calidad de las encuestas. Muchos lo hacen en Chile desde las presidenciales de 2017, especialmente, cuando se produjeron dos errores concretos que han quedado en el imaginario colectivo sobre los sondeos: una sobreestimaci¨®n del actual presidente, Sebasti¨¢n Pi?era, y una infra-consideraci¨®n de su rival por la izquierda, Beatriz S¨¢nchez, que se qued¨® a las puertas de pasar a la segunda vuelta.
A la hora de buscar causas t¨¦cnicas, Pardo es claro en apuntar que entre los especialistas de todo el mundo ¡°hay consenso en que las tasas de no respuesta se han incrementado notoriamente en las ¨²ltimas d¨¦cadas, afectando a todas las t¨¦cnicas en distinta magnitud¡±. Un problema clave en la elecci¨®n que dio la victoria por sorpresa a Donald Trump en 2016. Entonces, los que no respond¨ªan eran m¨¢s a menudo votantes del candidato republicano. En esencia, se subestim¨® la voluntad de participaci¨®n de estos electores.
Y, para Pardo, en Chile queda ¡°la principal gran duda en la magnitud de la participaci¨®n electoral y en la composici¨®n de esta participaci¨®n¡±. Algo que no es nuevo. En Chile ¡°en las elecciones presidenciales votan menos del 50% de los habilitados¡±, lo que siempre demanda ¡°procedimientos adicionales para hacer estimaciones sobre el verdadero elector, el famoso votante probable, y aqu¨ª es justamente donde podr¨ªan ocurrir los errores¡±. Solo que ante un escenario inestable, ese riesgo es mayor.
Esta perspectiva rompe el espejismo de un electorado dividido en dos bloques. En realidad, la divisi¨®n pol¨ªtica primigenia de la ciudadan¨ªa chilena se da entre quien acude a votar y quien no lo hace. Es una frontera porosa: Izikson hace notar que en el plebiscito sobre el proceso constituyente se observ¨® una ca¨ªda en la intenci¨®n de ir a votar en la recta final de los mayores de 50 a?os, emparejada con un incremento de la movilizaci¨®n de los j¨®venes. Eso fue lo que abri¨® la brecha para el s¨ª, probablemente en los d¨ªas en los que ya venda legal ya hab¨ªa ca¨ªdo sobre los ojos en los sondeos.
¡°Hoy en d¨ªa los j¨®venes son pro-Boric¡± mientras que el electorado mayor tiende hacia Kast, apunta Izikson. Si la brecha plebiscitaria se reproduce, tendremos resultados en primera y segunda vuelta m¨¢s favorables hacia el candidato de la izquierda. Si no lo hace, si se regresa a un patr¨®n de mayor voto entre los de m¨¢s edad, puede suceder lo contrario.
Un cambio estructural
Estas din¨¢micas no son caprichosas ni aleatorias. Al contrario: tiene profundas ra¨ªces en el proceso . Esa es la tesis de Kenneth Bunker. ¡°Esta es una elecci¨®n muy dif¨ªcil de anticipar en Chile en comparaci¨®n con las anteriores¡±, apunta el analista. Para ¨¦l, las razones empiezan con ¡°un sistema de partidos que est¨¢ mutando¡±.
En la conversaci¨®n con Bunker surgen las referencias a otros sistemas otrora formados por dos partidos que manten¨ªan grandes consensos y que se han ido resquebrajando. Hay un hilo que conecta el pacto Punto Fijo venezolano, el Frente Nacional colombiano, e incluso la oposici¨®n volcada al centro entre el Partido Popular y el Partido Socialista en Espa?a. Bunker ver¨ªa dos grandes pactos a ambos lados del espectro que no eran partidos de nombre pero s¨ª de facto. Esa l¨®gica se ha ido resquebrajando hasta acelerar su desmoronamiento en los ¨²ltimos tiempos, marcados por el estallido social y el posterior proceso constituyente, en una contestaci¨®n al sistema preestablecido con un fuerte componente generacional que recuerda, entre otros al movimiento de indignaci¨®n que en la Espa?a de 2011 propuso una enmienda joven al sistema.
Pero el cambio est¨¢ lejos de consolidarse. Al contrario: la elecci¨®n actual, la ¡°m¨¢s incierta y m¨¢s polarizada desde 1970¡å seg¨²n Izikson, es un momento pivotal en este proceso. Un desenlace m¨¢s incierto que de costumbre. ¡°Desde los noventa hasta 2017 las encuestas hab¨ªan tenido la capacidad de anticipar el ganador con un a?o¡± aproximado de antelaci¨®n, afirma el director de Cadem. ¡±Quien entraba primero acababa primero¡±, pero ya no m¨¢s. Ahora tenemos dos puntas adelantadas para la primera meta volante y una ¡°moneda al aire¡± para la segunda y definitiva.
¡°Cuando tienes un sistema en movimiento t¨² quieres sacarle la foto a algo, pero es muy dif¨ªcil, la foto va a salir borrosa¡±, afirma Bunker. Esta analog¨ªa recoge la esencia del por qu¨¦ Bunker decidi¨® este a?o que Tresquintos no har¨ªa un modelo predictivo con base en las encuestas pese a haberse convertido en una referencia dentro de su pa¨ªs. Sigue considerando que ¨¦stas aportan ¡°se?al¡± entre el ruido, pero tambi¨¦n entiende de las limitaciones del instrumento en un contexto como el actual. Por ahora, lo que s¨ª se entrev¨¦ en esa se?al que sobresale por entre los borrones de la foto es que dicho contexto est¨¢ definido por una combinaci¨®n de ¡°polarizaci¨®n y fragmentaci¨®n¡±.
Empecemos con la polarizaci¨®n. ¡°No sabemos qui¨¦n va a ser el presidente¡±, insiste Izikson, ¡°pero s¨ª parece que va a ser entre Kast, claramente de derecha, y Boric, claramente de izquierda. Ambos representan desde los atributos que los sostienen como desde los temas que abordan formas de vida completamente distintas, que est¨¢n en pugna¡±. El experimentado encuestador ha recogido en sus datos que Kast tiende a representar para quienes lo apoyan los atributos de confianza y seguridad, mientras que Boric encarna lo nuevo, los acuerdos y cercan¨ªa con los problemas de la gente.
At¨¢ndolo al contexto, para Izikson Boric representar¨ªa las razones que dieron lugar al estallido social, as¨ª como al proceso posterior. Kast, por el contrario, ser¨ªa la respuesta a los episodios de saqueo y violencia con tinte xen¨®fobo que vivi¨® el pa¨ªs a mediados de octubre de este a?o. La s¨ªntesis de Bunker es paralela, y n¨ªtida: ambos candidatos se posicionan en un eje orden-cambio. Kast vender¨ªa todo lo que hay que salvar de un Chile que consigui¨® asentarse como un pa¨ªs relativamente estable en la regi¨®n; Boric se atar¨ªa a lo que muchos consideran como carencias de ese mismo sistema que hay que enmendar.
Pero la polarizaci¨®n no es pura. Si lo fuera, tendr¨ªamos al 50% de los votantes potenciales en cada lado, y no es eso lo que indican las encuestas. Las vetas de la fragmentaci¨®n que la atraviesa est¨¢n marcadas por la enorme cantidad de asuntos que pueblan la agenda. Y, como Bunker hace notar, cuando aumenta el n¨²mero de asuntos tambi¨¦n lo hace la cantidad de partidos o actores dispuestos a representar las distintas sensibilidades.
La s¨ªntesis se vuelve aqu¨ª m¨¢s maleable, y lo borroso de la foto se debe no s¨®lo a los movimientos estructurales sino tambi¨¦n a la aceleraci¨®n coyuntural. Izikson remarca que ¡°no est¨¢bamos acostumbrados en Chile a cambios repentinos en la ¨²ltima semana¡± antes de una votaci¨®n, pero apunta que sucedi¨® en el plebiscito, y tambi¨¦n pas¨® en las respectivas primarias que dejaron a Sichel y a Boric como candidatos. Esto agrava el coste de mantener una venda sobre los ojos en la recta final.
¡°Hay muchas cosas que est¨¢n sucediendo que hace que los candidatos se est¨¢n pasando de un lado a otro, y eso hace que se muevan con ellos los votantes¡±, considera Bunker. Izikson concurre: los debates y la campa?a habr¨ªan ganado importancia frente a elecciones anteriores, algo por otra parte normal cuando los candidatos son nuevos porque estos dos son los instrumentos clave para que la ciudadan¨ªa los conozca. Los crecimientos de Kast se produjeron durante los debates, indica el encuestador. Y los vaivenes de la popularidad del presidente Sebasti¨¢n Pi?era durante todo su mandato dan cuenta de hasta qu¨¦ punto la coyuntura marca el pulso del cambio estructural.
Una parte de este proceso de aprendizaje est¨¢ marcado por los asuntos que dominan el ciclo. ¡°Todo lo que est¨¢ en juego¡±, como lo llama Bunker: la pandemia, la postpandemia, el gasto asociado con ambas, una nueva Constituci¨®n, las revelaciones de los papeles de Pandora, la implicaci¨®n del propio Pi?era y la subsiguiente acusaci¨®n formal del Senado, los desaf¨ªos de orden p¨²blico, la integraci¨®n de la poblaci¨®n migrante¡ Y m¨¢s all¨¢. Para Izikson, Kast representa orden p¨²blico, delincuencia, conflicto mapuche, inmigraci¨®n entre otros; Boric representa en contraste como medio ambiente, oposici¨®n a Pi?era, matrimonio igualitario, aborto libre. La lista se vuelve dif¨ªcil de abarcar y sintetizar en un solo acto: el de una respuesta ante una pregunta en un sondeo o una papeleta en una urna.
¡°Se han profundizado tanto los problemas que parece que solamente soluciones extraordinarias caben¡±, hipotetiza Bunker. Y ah¨ª tendr¨ªamos a los respectivos candidatos en la pole de las encuestas.
Pero, ?y el centro?
En este entorno de fragmentaci¨®n polarizada el voto se est¨¢ coordinando en torno a dos candidatos pero no hasta el punto de convertirse en dos bloques rocosos. Queda un amplio espacio en ese centro denotado por las encuestas de m¨¢s largo aliento que se vuelve el pivote de nuestra paradoja inicial. Antes este centro concentraba tambi¨¦n el debate p¨²blico en una suerte de equivalencia: ¡°Uno tend¨ªa a escuchar en los grupos focales que daba igual qui¨¦n ganara¡±, evoca Izikson. Ya no es ese el caso. Ahora el clima de la conversaci¨®n es de elecci¨®n crucial, decisiva para el futuro.
Izikson ampl¨ªa datos: Jos¨¦ Antonio Kast tiene el 87% del voto auto-definido como de derecha, mientras Boric tiene el 86% de la izquierda. Les queda ese sexto por conquistar, m¨¢s los que se colocan en el centro. Es por eso que Pardo anticipa que: ¡°Los eventuales apoyos de los derrotados hacia los contendores de la segunda vuelta¡± ser¨¢n una parte crucial en este proceso de decantaci¨®n del nuevo sistema.
Bunker ve espacio para que se consolide una tercera fuerza en el nuevo equilibrio, pero se pregunta por el plan de los candidatos m¨¢s moderados a largo plazo. Por ejemplo, Yasna Provoste: ¡°Est¨¢ marcando los confines del espacio, pero no dice qu¨¦ es ese espacio¡±, no llega a definirlo. Sobre Sichel, considera que apoyar a Kast no le dar¨ªa ox¨ªgeno para crear un espacio m¨¢s liberal. Pero el candidato se queda entonces con la misma paradoja que sus equivalentes de centroderecha han sufrido en el mundo entero: ?c¨®mo negarle tu apoyo a alguien con quien compartes una gran cantidad de votantes? Hasta un 85% de los votos de Kast vienen de personas que antes apoyaban a Sichel, estima Izikson.
Pero el restante 15% viene de esa otra mitad de Chile, esos no votantes en el pasado. As¨ª, la oferta existente por el centro se encuentra con una demanda a la que es dif¨ªcil darle forma. Cuando hablamos de ¡°centro¡± no s¨®lo nos referimos a ese 33% antes citado que est¨¢ en la escala ideol¨®gica, sino al otro tercio que no sabe o no contesta. El centro en las democracias no es s¨®lo, ni principalmente, el reflejo de la ¨¦lite que se ve a s¨ª misma como ilustrada y moderada. El centro tambi¨¦n (y sobre todo) es desafecci¨®n o desinter¨¦s por la pol¨ªtica. Esta amalgama ¡°ha tendido a ser bisagra entre centroderecha y centroizquierda¡± en el pasado del pa¨ªs, seg¨²n Izikson, ¡°pero ante la ausencia de estas alternativas posiblemente no sepan bien qu¨¦ hacer¡±.
No es s¨®lo la falta de encuestas lo que tiene a Chile con una venda sobre su horizonte inmediato. Es que en un momento de cambio estructural el futuro no est¨¢ escrito, ni en un sondeo, ni en una estrategia electoral, ni en un an¨¢lisis como este. Depende, al fin y al cabo, de las decisiones agregadas de millones de almas.
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