Camilo Escalona: ¡°Parte del electorado popular en Chile se ha trasladado a la ultraderecha¡±
Referente hist¨®rico del Partido Socialista, atribuye el triunfo del ultraconservador Jos¨¦ Antonio Kast en la primera vuelta a que el progresismo no tiene un discurso coherente sobre el orden p¨²blico
Dirigente hist¨®rico de la izquierda chilena desde el Gobierno de la Unidad Popular de Salvador Allende, cuando fue un destacado l¨ªder secundario, Camilo Escalona (Santiago de Chile, 66 a?os) ha sido por d¨¦cadas uno de los principales rostros del Partido Socialista. Dirigente en el exilio, en la lucha clandestina contra la dictadura ¡ªjunto con Michelle Bachelet?¡ª, y en la transici¨®n, donde fue diputado, senador y presidente de su formaci¨®n.
Junto a la Democracia Cristiana, su partido form¨® la columna vertebral de la Concertaci¨®n de centroizquierda que gobern¨® Chile entre 1990 y 2010, luego de la dictadura de militar. Es una ¨¦poca que la nueva izquierda chilena ¡ªliderada por el Frente Amplio en alianza con el Partido Comunista¡ª critica con fuerza, en un fen¨®meno que tiene un fuerte componente de reemplazo generacional.
En esta disyuntiva pol¨ªtica, sin embargo, buena parte de los partidos y dirigentes de la extinguida Concertaci¨®n, cuya candidata propia (Yasna Provoste) no pas¨® a segunda vuelta, desde el mismo domingo por la noche han respaldado a Gabriel Boric, que se medir¨¢ el 19 de diciembre con la derecha ultraconservadora de Jos¨¦ Antonio Kast. Ricardo Lagos, presidente entre 2000 y 2006, cuya gesti¨®n ha sido un principal blanco de la nueva izquierda, apoy¨® p¨²blicamente este mi¨¦rcoles a Boric, que pas¨® en segundo lugar al balotaje con el 25,83%, frente al 27,91% del l¨ªder del Partido Republicano.
¡°Lagos ha mostrado una enorme estatura pol¨ªtica¡±, asegura Escalona en esta conversaci¨®n telem¨¢tica, en la que cuenta que solo dos veces ha conversado con Boric: cuando se toparon casualmente en un programa de televisi¨®n y cuando hablaron por tel¨¦fono hace unos meses. Es una muestra de la distancia que ha existido entre las distintas izquierdas en el pa¨ªs sudamericano.
Pregunta. ?Qu¨¦ ocurri¨® el domingo en Chile?
Respuesta. Hay tres candidaturas que se vinculan a la derecha y la centroderecha: Kast, [Sebasti¨¢n] Sichel y [Franco] Parisi. La suma de las tres dan un apoyo superior al 50%. Su discurso no es de transformaciones estructurales, sino de cambios en la vida inmediata y cotidiana, que apuntan a conservar el modelo y no a cambiarlo. B¨¢sicamente, su discurso se enfoca en los temas de orden y seguridad, especialmente el de Kast. Y tuvieron ¨¦xito con ello.
P. ?Por qu¨¦?
R. Porque no puede haber un estado de inestabilidad permanente. Desde el estallido de octubre de 2019 han pasado ya dos a?os y la sociedad por su propia naturaleza necesita una propuesta de Gobierno en que los cambios est¨¦n insertos en la recuperaci¨®n de la estabilidad. Es el desaf¨ªo principal de la segunda vuelta. Y se trata de una exigencia en particular para la candidatura de Boric, porque es en este punto en que se encuentra en desventaja en relaci¨®n al discurso de orden p¨²blico ¡ªliso, llano, bruto, duro??¡ª que tiene la candidatura de Kast.
P. En su discurso del domingo, Boric intent¨® dar se?ales: ¡°Seremos implacables contra el narcotr¨¢fico¡±. ?Hay conciencia ya de este asunto?
R. No puedo hablar por la campa?a de Boric, aunque como lo dijo el presidente socialista el domingo por la noche, ante la disyuntiva de una fuerza ultraconservadora que representa Kast y una fuerza situada a nuestra izquierda, respaldamos esa segunda opci¨®n de Boric.
P. Es la izquierda que ha discrepado en asuntos de fondo con ustedes¡
R. Muchas veces ha discrepado fuertemente con nosotros, pero comparte con el socialismo los ideales de libertad, democracia y justicia social. El Partido Socialista no forma parte de ning¨²n tipo de v¨ªnculo pol¨ªtico, es decir, no se ha hecho ninguna negociaci¨®n, lo que no quita que podamos tener una opini¨®n: tenemos un d¨¦ficit tremendo en nuestro discurso ante el pa¨ªs.
P. ?A qu¨¦ se refiere?
R. En las comunas de Arauco, donde fui diputado entre 2001-2006, donde las fuerzas de la antigua Concertaci¨®n ten¨ªan mayor¨ªa de m¨¢s del 60%, donde se ha desestabilizado la situaci¨®n [por el conflicto mapuche], Kast tuvo el 60% de los votos. Entonces, es evidente que una franja importante del electorado popular en Chile se ha trasladado a posiciones de ultraderecha. Y ser¨ªa una omisi¨®n grave que podr¨ªa conducir a la derrota, que la candidatura de Boric no tenga la capacidad de responder a ese desaf¨ªo.
P. ?Este d¨¦ficit explica la ola restauradora, a apenas dos a?os del estallido social?
R. Hay un grave problema de comprensi¨®n de la situaci¨®n nacional. Tenemos la necesidad de integrar en nuestra visi¨®n de pa¨ªs una propuesta que permita a los sectores populares recuperar la normalidad de sus condiciones de vida. La gente tiene que comer y para comer tiene que trabajar y est¨¢ sometida a un nivel de deterioro de sus condiciones, porque confunde negativamente la actividad de la protesta social leg¨ªtima ¡ªcomo la demanda del pueblo mapuche por un Estado plurinacional¡ª con la proliferaci¨®n de grupos delincuenciales tanto en el mundo rural como urbano que afectan decisivamente la vida de la ciudadan¨ªa. Es un problema del Estado de primer orden y las fuerzas progresistas de izquierda y de centroizquierda no han tenido una respuesta ante este fen¨®meno. La responsabilidad del orden p¨²blico es del actual Gobierno, pero la ausencia de un discurso coherente en torno al orden p¨²blico finalmente traslad¨® la responsabilidad hacia las fuerzas progresistas que no est¨¢n en el Gobierno, paradojalmente.
P. ?Es posible corregir este asunto en la candidatura de Boric, cuando parte sustancial del relato de este sector se basa en el esp¨ªritu de la revuelta social?
R. Se debe corregir, aunque sea en parte. Una omisi¨®n de este desaf¨ªo con respecto a la conducci¨®n del Estado puede ser completamente determinante en el resultado.
P. ?Ser¨ªa cre¨ªble a estas alturas?
R. El candidato en este asunto ha tenido posiciones que se han modificado: se inici¨® a favor de la ley antibarricadas y luego en contra de la ley antibarricadas, por ejemplo. Por eso resulta m¨¢s indispensable que Boric pueda establecer ante el pa¨ªs un criterio, un juicio, una respuesta categ¨®rica respecto de lo que va a ser el Estado de Chile cuando ¨¦l asuma, en el caso de ganar. Tiene que tener una respuesta. ?Si ser¨¢ cre¨ªble o no? Lo dir¨¢ la naturaleza de esa respuesta. Lo que no puede ser es una omisi¨®n.
P. ?La demanda de Chile era por un cambio de modelo?
R. Existe un problema estructural: la desigualdad. Es lo esencial. Las condiciones de desigualdad en Chile socavan el r¨¦gimen democr¨¢tico, que acepta y tolera y promueve condiciones de vida completamente diferentes entre el 90% de la poblaci¨®n y el 10% de la poblaci¨®n, lo que exige modificaciones de fondo. Pero no es un estado de inestabilidad permanente, como se ha querido entender.
P. ?Qu¨¦ intensidad deben tener los cambios que Chile necesita??Es un reformismo gradual o con el pie en el acelerador?
R. El m¨¢s revolucionario de los proyectos debe ser gradual, porque no existe ninguna posibilidad de que las transformaciones en Chile sean simult¨¢neas en los diferentes ¨¢mbitos. Por ejemplo, si se va a establecer un nuevo sistema de pensiones, no va a poder establecerse en un solo acto.
P. ?Boric interpreta esta gradualidad de la que habla?
R. No hay que tener complejos. Las dos candidaturas que est¨¢n en la segunda vuelta representan a menos de un tercio de la sociedad cada una de ellas. Un candidato debe manifestar abierta y transparentemente que su programa est¨¢ en proceso de reevaluaci¨®n, recogiendo lo que fue el resultado de la elecci¨®n para hacer las rectificaciones que son indispensables. Y no podr¨ªa ser castigado por eso, porque ¨¦l no tuvo una mayor¨ªa.
P. Desde el Partido Comunista ¡ªel principal socio del Frente Amplio de Boric¡ª han dicho que van a vigilar que el programa se cumpla¡
R. No existe el derecho a veto. Ning¨²n partido lo tiene. Salvador Allende fue riguroso con el programa que le permiti¨® ganar la presidencia de la Rep¨²blica, ni m¨¢s ni menos. Pero no es la realidad que estamos viviendo. Quien quiera ganar la segunda vuelta tiene que ser capaz de presentar al pa¨ªs una propuesta que le permita obtener m¨¢s del 50%, que hoy no lo tiene. Y no hay ning¨²n partido que lo pueda vetar en ese esfuerzo, ser¨ªa absurdo. Los partidos que apoyan a Boric deben darle la libertad necesaria para que ¨¦l tome las decisiones que le permitan ganar.
P. ?Una nueva Constituci¨®n, como la que discute la Asamblea, es el remedio que necesitaba la enfermedad de Chile?
R. Una nueva Constituci¨®n es parte fundamental del proceso, pero por su naturaleza gradual, tambi¨¦n. No ocurre de un d¨ªa a otro.
P. ?Corre riesgo la nueva Constituci¨®n?
R. Mientras no se cuenten los votos del plebiscito de salida [del segundo semestre de 2022], eso es un factor que siempre ha estado presente, aunque se puede ahora haber acentuado. La elevad¨ªsima votaci¨®n de los sectores ultraconservadores naturalmente que aumentan el desaf¨ªo de la convenci¨®n constitucional para presentar un texto mayoritario.
P. ?Por qu¨¦ en una columna reciente usted habla de ¡°grupos dirigentes de clase media acomodada¡± que est¨¢n en torno a Boric?
R. No los defino como instituci¨®n, porque el Frente Amplio y el PC son un bloque pol¨ªtico. Aludo a los n¨²cleos dirigentes. Observar no est¨¢ prohibido y si uno mira con detenimiento, toda la gr¨¢fica que surge del comando de Boric es que son n¨²cleos de profesionales e intelectuales de clase media acomodada. Es cosa de mirar la foto. Estoy constando un hecho.
P. ?Y eso es un lastre?
R. No los descalifico a ellos por su origen. Estoy diciendo que tienen una insuficiencia grave. Por ejemplo, la comuna de La Pintana, zona donde siempre tuvimos el 70%, un municipio popular donde en 1989 la derecha no tuvo representaci¨®n, hoy no hay ning¨²n supermercado porque todos fueron quemados en el estallido y la gente tiene un grave problema de abastecimiento. Lo que veo es que estos dirigentes de clase media acomodada tienen una propuesta con una debilidad estructural: hay que tomar conciencia de que el presidente que se elija el 19 de diciembre se hace cargo de este Estado actual, no del futuro. Y tiene que responder a las condiciones de paz y dignidad que la mayor¨ªa del pa¨ªs hoy d¨ªa est¨¢ pidiendo.
P. En la misma columna se refiere a los l¨ªderes de este ¡°radicalismo de izquierda¡±¡
R. Me parece radical por el desprecio que ellos han tenido sistem¨¢ticamente respecto del proceso de re implantaci¨®n de la democracia en los ¨²ltimos 30 a?os, con la muy desafortunada consigna, que finalmente ha alimentado a la derecha y a Kast, el gran ganador de esta frase: ¡°No eran 30 pesos, sino 30 a?os¡±. Es decir, responsabilizar al r¨¦gimen democr¨¢tico de la desigualdad econ¨®mica y de las penurias de una sociedad profundamente desigual. Cuando se intenta establecer que la responsabilidad est¨¢ en la democracia y no en las condiciones estructurales en las que el r¨¦gimen democr¨¢tico se instal¨®, es claramente una mirada que forma parte del radicalismo de izquierda en Chile, no s¨¦ en otros pa¨ªses.
P. ?C¨®mo se explica, entonces, que el PS apoye una candidatura que critica la obra de la Concertaci¨®n de centroizquierda que lider¨® el propio socialismo?
R. Los militantes socialistas van a hacer lo que ellos siempre hacen, con entera libertad. Van a manifestar en las calles y plazas del pa¨ªs, en los puerta a puerta, con mucho entusiasmo, que la candidatura de Kast representa un peligro de regresi¨®n autoritaria que puede ser muy peligrosa para Chile. Y sobre esa base van a respaldar a Boric. No queremos cargos ni discusi¨®n burocr¨¢tica de cuotas de poder, sino solo apoyar. Lo hacemos por nuestra responsabilidad con Chile, lo hacemos por nuestra historia. No pedimos nada a cambio, es nuestra historia la que est¨¢ en juego.
P. ?Por qu¨¦ Kast representa el peligro de regresi¨®n autoritaria?
R. Es una regresi¨®n autoritaria en el ¨¢mbito de la diversidad sexual, de los derechos laborales, en los temas de mercado ¡ªacent¨²a la desigualdad¡ª, en la concepci¨®n de las fuerzas armadas y el orden p¨²blico. Si tiene cara de gato, forma de gato, orejas de gato, cola de gato y cuerpo de gato, es un gato.
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