Putin exige garant¨ªas s¨®lidas de que la OTAN no llegar¨¢ a sus puertas

El presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin, ha se?alado d¨®nde se encuentra el desfiladero de lo que en 1959, unos a?os antes de la crisis de los misiles de Cuba, el fil¨®sofo Bertrand Russell calific¨® como el juego de la gallina en la carrera nuclear entre la URSS y la OTAN; el lugar donde podr¨ªa comenzar la cat¨¢strofe si ninguno de los dos contendientes cede y para el coche en su carrera suicida hacia adelante. Este punto de no retorno para el presidente ruso es Ucrania, la exrep¨²blica sovi¨¦tica con la que flirtea la Alianza Atl¨¢ntica y que desde 2014 sufre una guerra que ya se ha cobrado unas 14.000 vidas.

¡°Nuestra diplomacia tiene una tarea de m¨¢xima prioridad: obtener garant¨ªas s¨®lidas, fiables y a largo plazo para nuestra seguridad. Al dialogar con Estados Unidos y sus aliados insistiremos en lograr unos acuerdos espec¨ªficos que excluyan cualquier movimiento futuro de la OTAN hacia el este¡±, ha advertido este mi¨¦rcoles Putin en la recepci¨®n en el Kremlin de los nuevos embajadores, entre ellos el de Espa?a, el diplom¨¢tico Marcos G¨®mez.

Desde la perspectiva rusa, el conflicto tiene dos vertientes. Por un lado, la amenaza directa de un hipot¨¦tico despliegue de misiles estadounidenses tan cerca de Mosc¨². Y por otro, no ceder con el Donb¨¢s, un polvor¨ªn que podr¨ªa arrastrar a los dos bandos a una guerra mayor. En ambos casos Ucrania es la protagonista, un pa¨ªs soberano que el Kremlin considera bajo su esfera de influencia.

Putin aboga por comenzar unas ¡°negociaciones sustanciales¡± con la OTAN para prevenir su extensi¨®n al este y que tengan en cuenta ¡°los intereses de Rusia y de todos los Estados euroatl¨¢nticos¡±. El primer paso lo dar¨¢n este jueves el ministro de Exteriores, Sergu¨¦i Lavrov, y su hom¨®logo estadounidense, Antony Blinken, en el encuentro de la OSCE (Organizaci¨®n para la Seguridad y la Cooperaci¨®n en Europa) en Estocolmo, donde mantendr¨¢n una reuni¨®n al margen para abordar la crisis desatada en torno a Ucrania.

El propio Putin ya delimit¨® este martes sus l¨ªneas rojas: ¡°Mire lo que ha sucedido en los ¨²ltimos 20 a?os o m¨¢s. A pesar de nuestras advertencias, su infraestructura lleg¨® a nuestras fronteras. Los sistemas antimisiles ya est¨¢n desplegados en Polonia y Rumania, hay lanzadores MK-41 all¨ª, pueden equiparse con Tomahawks y otros sistemas de ataque. Esto genera una amenaza contra nosotros¡±, agreg¨® el mandatario antes de fijar su l¨ªmite. ¡°Si aparecen nuevos complejos de misiles en territorio ucranio, su tiempo de vuelo a Mosc¨² ser¨¢ de siete a diez minutos, y en el caso del despliegue de armas hipers¨®nicas, de cinco¡±, advirti¨® Putin.

El Kremlin siempre ha apuntado como ra¨ªz de su enfrentamiento con Washington al despliegue en Europa del escudo antimisiles que impuls¨® la Administraci¨®n de George W. Bush a partir de 2000, as¨ª como a la ubicaci¨®n en tierra de bater¨ªas mar¨ªtimas Aegis, pues estas sorteaban el Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF, por sus siglas en ingl¨¦s). ¡°Ante esto nos vimos obligados a desarrollar armas hipers¨®nicas, esta fue nuestra respuesta¡±, ha reiterado Putin en alusi¨®n a su anuncio en marzo de 2018 de una nueva generaci¨®n de misiles que pueden eludir cualquier contramedida. Por si fuera poco, la crisis se agrav¨® en agosto de 2019, cuando Washington se retir¨® del pacto INF tras acusar a Mosc¨² de haber desarrollado otro misil de crucero que sobrepasaba el alcance m¨¢ximo permitido de los 500 kil¨®metros.

Sin embargo, la versi¨®n rusa es otra. El Ministerio de Exteriores contest¨® esta semana a un art¨ªculo de la OTAN sobre los ¡°mitos¡± en sus relaciones, y dec¨ªa que Washington, ¡°con el consentimiento t¨¢cito de sus aliados, ha destruido constantemente los mecanismos legales internacionales. El ejemplo m¨¢s sorprendente es la crisis del tratado INF. Dos semanas despu¨¦s de abandonarlo prob¨® un misil que habr¨ªa estado prohibido por el acuerdo. Adem¨¢s, lo hizo desde la versi¨®n terrestre del lanzador Mk-41¡å.

Mosc¨² denuncia asimismo que ¡°toda la defensa colectiva de la OTAN se concentra en su flanco oriental¡±. ¡°Parece que la Alianza no tiene otros problemas, como el terrorismo o las amenazas de otras regiones¡±, a?ade.

Como respuesta, el ministro Lavrov ha recogido el guante del presidente bielorruso, Aleksandr Lukashenko, para desplegar misiles nucleares rusos en su territorio. ¡°Me tomar¨ªa esta declaraci¨®n como una advertencia muy seria a las pol¨ªticas insensatas de Occidente¡±, ha recalcado el hombre que lleva 17 a?os al frente de la diplomacia rusa d¨ªas despu¨¦s de que el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijera que las armas nucleares de la Alianza Atl¨¢ntica podr¨ªan ser trasladadas a¨²n m¨¢s al este si Alemania rechaza que est¨¦n desplegadas en su territorio.

Conflicto enquistado

Al escenario nuclear se suma tambi¨¦n un conflicto enquistado que para algunos analistas rusos recuerda al caso serbio en la Primera Guerra Mundial. Se trata del Donb¨¢s, latente desde abril de 2014, cuando irrumpieron paramilitares rusos con el apoyo de empresarios cercanos al Kremlin para reavivar las protestas contra Kiev, seg¨²n han reconocido muchos de aquellos excombatientes. Aquel conflicto de baja intensidad llev¨® a una guerra abierta en la que intervinieron varias brigadas acorazadas y motorizadas rusas para evitar el colapso de los secesionistas ante el avance del Ej¨¦rcito ucranio.

Tras m¨¢s de siete a?os de conflicto y despu¨¦s de que se hayan expedido medio mill¨®n de pasaportes rusos a la poblaci¨®n, el Kremlin sigue sin reconocer esos territorios, como s¨ª hizo con Crimea: ¡°Todav¨ªa no hay tal reconocimiento, son rep¨²blicas autoproclamadas, aunque su soluci¨®n se demora y vamos hacia un callej¨®n sin salida¡±, ha declarado el portavoz de Putin.

El Gobierno ruso, que ha movilizado unos 114.000 soldados alrededor de Ucrania, asegura que esto responde a los movimientos de Kiev para supuestamente retomar su terreno, algo que el Gobierno ucranio desmiente. Seg¨²n afirm¨® este mi¨¦rcoles la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, Mar¨ªa Zaj¨¢rova, Kiev ha enviado en torno a la mitad de sus 250.000 militares a la l¨ªnea de contacto del Donb¨¢s.

No obstante, los analistas rusos descartan una nueva operaci¨®n militar por iniciativa de Putin. ¡°No creo que haya una guerra real. Rusia no lo necesita y solo puede ocurrir bajo el ¡°escenario georgiano¡± de 2008, es decir, si los ucranios deciden que la OTAN les ayudar¨¢¡±, afirma Aleksandr Borisov, profesor del Instituto Internacional de Relaciones Exteriores de Mosc¨². Aquel a?o, el entonces presidente georgiano, Mija¨ªl Saakhasvili, lanz¨® una operaci¨®n en Osetia del Sur tras varias escaramuzas que fue aplastada por el Ej¨¦rcito ruso.

Respecto a las negociaciones enquistadas por el Donb¨¢s, el analista acusa de ello a Kiev. ¡°El formato de Minsk [las negociaciones de paz celebradas en la capital bielorrusa] fracas¨® por culpa de Ucrania, que quiere revisar los acuerdos de 2015 olvid¨¢ndose del principio ¡°pacta sunt servanda¡± (lo acordado obliga, en lat¨ªn)¡±, a?ade Borisov, quien cree que Occidente no comprende a Rusia: ¡°No tienen en cuenta que el recuerdo en Rusia de la Gran Guerra Patria [como se conoce en Rusia a la Segunda Guerra Mundial] no solo incluye el respeto a la haza?a inmortal de los vencedores, sino tambi¨¦n las lecciones aprendidas de los errores de Stalin antes de la guerra y una firme determinaci¨®n a prevenir tal cosa, incluso si es necesario usar medios extremos como armas nucleares frente a las agresiones y la amenaza a la existencia de Rusia¡±.

Seg¨²n algunos think tanks rusos, esta crisis beneficia a EE UU para debilitar a la Uni¨®n Europea y a Rusia. ¡°A los anglosajones les gustar¨ªa prender fuego en Europa, mientras permanecen al margen y se concentran en China¡±, afirma Borisov, una opini¨®n que comparte en un art¨ªculo publicado en la revista oficial del Ministerio de Exteriores ruso el periodista Bogd¨¢n Bezpalko: ¡°Lo importante para EE UU es provocar a Rusia e interrumpir el gasoducto Nord Stream 2; para el Reino Unido, debilitar a Alemania y a la Uni¨®n Europea; y para el resto de pa¨ªses, simplemente participar en la contenci¨®n colectiva de Rusia¡±

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