Los municipios pobres de Santiago de Chile se rinden al izquierdista Gabriel Boric
En barrios como Puente Alto y La Pintana, el candidato a la presidencia de Chile cosecha hasta dos veces m¨¢s votos que Kast, su rival de extrema derecha
Puente Alto es un municipio de 650.000 habitantes en el extrarradio sur de Santiago de Chile. La avenida principal, Concha y Toro, es un amasijo de coches, comercios y decenas de vendedores ambulantes que est¨¢n all¨ª desde las revueltas que en octubre de 2019 la dejaron sin supermercado y con decenas de establecimientos que no se repusieron del fuego y el vandalismo. Es una corporaci¨®n de clase media baja. Lindante con Puente Alto est¨¢ La Pintana, de 190.000 habitantes y mucho m¨¢s pobre. Los barrios de vivienda social comparten espacio con parcelas de propiedad estatal donde pastan vacas o crecen las vi?as. Estas zonas deprimidas, superpobladas, son el basti¨®n de Gabriel Boric, el candidato de la izquierda a la presidencia de Chile en la segunda vuelta del pr¨®ximo domingo. En Puente Alto y La Pintana, Boric dobl¨® en votos al ultraderechista Jos¨¦ Antonio Kast en la primera vuelta.
Boric es un candidato urbano. ¡°Sac¨® una ventaja cercana a los seis puntos en la Regi¨®n Metropolitana, cuando a nivel nacional estuvo dos puntos por debajo de Kast. Dentro de la Regi¨®n Metropolitana, obtuvo un mejor resultado en las comunas [municipios del ¨¢rea metropolitana] de niveles de ingresos medios y medios bajos¡±, dice Mauricio Morales, acad¨¦mico de la Universidad de Talca. Estamos a menos de media hora en coche de La Moneda, la sede del Gobierno chileno, y no se ven los grandes edificios vidriados de las corporaciones de Providencia y Vitacura, ni las mansiones de Las Condes, donde Kast gan¨® el 21 de noviembre con el 45,7% contra el 13% de Boric.
En Puente Alto y La Pintana hay carros tirados por caballos, basura acumulada y colegios que comparten espacio con vendedores de droga. A menos de 50 metros de la plaza principal de Puente Alto est¨¢n los restos quemados del supermercado Tottus, de la cadena Falabella, que se fue del lugar para no volver. En la Farmacia Solidaria, media docena de personas hace fila para comprar medicamentos a bajo precio. Lady Su¨¢rez es una estilista de 39 a?os. No ir¨¢ a votar porque, dice, no cree en la pol¨ªtica, pero toda su familia marcar¨¢ el domingo la papeleta de Boric. ¡°La defensa que hace de las mujeres es lo m¨¢s importante de Boric¡±, dice, ¡°pero muchos van a votar por el menos malo, y el menos malo es Boric¡±.
¡°Aqu¨ª el estallido [social] fue muy fuerte¡±, recuerda Alejandra Fern¨¢ndez, de 37 a?os, colaboradora de una concejala independiente del municipio. ¡°Hubo muchas protestas contra [el presidente, Sebasti¨¢n] Pi?era y Boric ac¨¢ tiene muy buena imagen, porque Kast tiene rasgos de nazi. Yo vot¨¦ por [Marco Enriquez] Ominami [candidato progresista que qued¨® sexto en la primera vuelta], pero ahora lo har¨¦ por Boric. Prefiero un amarillo a un nazi¡±, sostiene, y hace referencia al color que distingue a aquellos pol¨ªticos que cambian de opini¨®n seg¨²n la necesidad. Fern¨¢ndez est¨¢ sentada en un banco de la plaza, a 100 metros de una gasolinera que los manifestantes intentaron hacer estallar en 2019. Una pintada con aerosol recuerda aquellos meses de tensi¨®n: ¡°Paco [polic¨ªa] violador, muerte al macho¡±.
Las revueltas que marcaron los dos ¨²ltimos a?os de la agenda pol¨ªtica chilena tienen mucho que ver con el voto a la izquierda de las zonas marginales de Santiago. ¡°Las comunas populares o de clase media popular se repolitizaron despu¨¦s del estallido y se afirmaron en t¨¦rminos territoriales con la pandemia¡±, explica Axel Call¨ªs, soci¨®logo y analista electoral, director del sitio Tuinfluyes.com. ¡°En esas zonas hubo muchas asambleas populares y aument¨® significativamente la participaci¨®n de los j¨®venes. Es lo que explica el respaldo de Boric, tanto en Santiago como en otras urbes¡±, explica.
Marcela R¨ªos, polit¨®loga del PNUD, destaca la importancia del voto joven, concentrado sobre todo en los municipios populares. Despu¨¦s de las revueltas ¡°creci¨® la participaci¨®n de votantes de entre 18 y 29 a?os, interesados en apoyar el inicio del proceso constituyente. Muchos de esos j¨®venes no acudieron a las urnas en primera vuelta, pero las encuestas muestran que sus preferencias favorecen al candidato de la izquierda. Los electores urbanos apoyan en mayor medida la redacci¨®n de una nueva Constituci¨®n y de una agenda de derechos civiles y sociales, muy en l¨ªnea con lo que plantea Boric¡±, explica R¨ªos.
En La Pintana Boric obtuvo el 29% de los votos, frente al 16% de Kast. Sus calles atestadas de casas sociales comparten espacio con campos donde comen vacas o crecen vi?as. La alcaldesa de La Pintana, la democristiana Claudia Pizarro, apoya abiertamente a Boric. Uno de sus logros fue convencer a Walmart de que reabriese su supermercado, saqueado y quemado dos veces. El arquitecto Ivan Poduje, un estudioso de las consecuencias de las revueltas de 2019 en Santiago, dice que las zonas m¨¢s pobres fueron los que m¨¢s sufrieron la violencia. ¡°No se quemaron supermercados en Las Condes, dos tercios de toda la destrucci¨®n se concentr¨® en comunas como La Pintana. Los promotores de las protestas viven en barrios de ricos, y ellos no quieren el fuego en su casa¡±.
En La Pintana el gran problema es la participaci¨®n. El 21 de noviembre, el 60% se qued¨® en casa. Ra¨²l Gonz¨¢lez tiene 48 a?os y desde hace 40 se dedica ¡°al comercio callejero¡±. Ahora tiene en su mano una manguera que usar¨¢ para hacer ¡°los juguitos¡± que vende en una esquina c¨¦ntrica de la poblaci¨®n. ¡°Yo vot¨¦ por [Michelle] Bachelet, vot¨¦ por Pi?era, pero ahora no voy a votar. Nadie da soluciones¡±, dice. ¡°El gran problema de Boric es conseguir que esas comunas salgan a votar de manera masiva¡±, advierte Mauricio Morales. ¡°En La Pintana, por ejemplo, vot¨® un 40% de la gente en la elecci¨®n pasada, pero en Vitacura [un municipio rico lindante con Las Condes] lo hizo un 70%. Si las comunas pobres no salen a votar, Kast podr¨ªa recortar la distancia en Santiago¡±, dice.
Carolina P¨¢ez, empleada de comercio de 35 a?os, votar¨¢ por Boric, pero m¨¢s por miedo a Kast que por convicci¨®n. En la primera vuelta hizo campa?a por Franco Parisi, tercero en los resultados finales, y lamentaba entonces que sus vecinos estuviesen ¡°m¨¢s preocupados en lavar el auto¡± que en la elecci¨®n. ¡°Es un voto muy bajo¡±, se queja. Convencer a los que el 21 de noviembre se abstuvieron es el principal desaf¨ªo de Boric, el candidato urbano.
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