Un a?o fat¨ªdico para las fuerzas de seguridad de Colombia
La imagen de militares y polic¨ªas se resquebraja entre la represi¨®n de las protestas, la crisis de seguridad y las controversias del ministro de Defensa de Iv¨¢n Duque
En Colombia, la firma de la paz con la extinta guerrilla de las FARC hace ya cinco a?os provoc¨® una profunda transici¨®n ante la cual los militares no han podido adaptarse con la velocidad requerida, y la Polic¨ªa Nacional tampoco ha sabido responder en este 2021 al desaf¨ªo que representaba la oleada de protestas contra el Gobierno de Iv¨¢n Duque, un in¨¦dito estallido social. El pa¨ªs se encamina a cerrar el a?o con la mayor tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes desde 2014, s...
En Colombia, la firma de la paz con la extinta guerrilla de las FARC hace ya cinco a?os provoc¨® una profunda transici¨®n ante la cual los militares no han podido adaptarse con la velocidad requerida, y la Polic¨ªa Nacional tampoco ha sabido responder en este 2021 al desaf¨ªo que representaba la oleada de protestas contra el Gobierno de Iv¨¢n Duque, un in¨¦dito estallido social. El pa¨ªs se encamina a cerrar el a?o con la mayor tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes desde 2014, seg¨²n datos del propio ministerio de Defensa. Y en medio de esa crisis que evidencian m¨²ltiples indicadores, una sucesi¨®n de esc¨¢ndalos ha resquebrajado la imagen de los uniformados.
Tanto militares como polic¨ªas han estado rodeados por la controversia durante los tres a?os largos del Gobierno de Duque, en medio de un clima de deterioro de la seguridad que incluye el asesinato de l¨ªderes sociales, ambientalistas y excombatientes de las FARC, el aumento de las masacres y repetidos episodios de brutalidad policial. Tambi¨¦n, en junio, un ataque con r¨¢fagas de fusil contra el helic¨®ptero en el que viajaba el propio Duque en C¨²cuta, una ciudad fronteriza que ha sido blanco de varios atentados, entre ellos un carro bomba contra una instalaci¨®n militar. La larga lista de pol¨¦micas ha provocado diversos cuestionamientos con relaci¨®n a la formaci¨®n y la doctrina de las fuerzas de seguridad colombianas.
Aunque el Gobierno ha respondido a las m¨²ltiples denuncias con una defensa cerrada de la fuerza p¨²blica, y Duque incluso escenific¨® una famosa foto con el uniforme de la polic¨ªa en el momento m¨¢s cr¨ªtico, la percepci¨®n ciudadana hist¨®ricamente favorable se derrumba. Las Fuerzas Militares mantienen un 55% de imagen favorable frente a un 42% desfavorable, mientras a la polic¨ªa le va peor, con un 35% de aprobaci¨®n frente a un 62% de rechazo, de acuerdo con el tradicional estudio de la firma Invamer.
¡°Nos encontramos en un momento de reconfiguraci¨®n del conflicto, pero la fuerza p¨²blica no ha cambiado suficientemente para combatir la nuevas amenazas, sobretodo en la ruralidad. Mientras los grupos armados han evolucionado, la fuerza p¨²blica no¡±, apunta Elizabeth Dickinson, analista del International Crisis Group. Para esta experta es fundamental cambiar los indicadores de ¨¦xito en el ej¨¦rcito en favor de las comunidades y la presencia territorial. ¡°Hoy en d¨ªa ¨¦xito significa capturas, bajas y erradicaci¨®n [de cultivos il¨ªcitos], pero eso no nos dice nada sobre la situaci¨®n de seguridad para los que viven en la zona¡±. En cuanto a la polic¨ªa, a?ade, ve a los manifestantes como enemigos, y urge cambiar esa mentalidad. Muchas voces han pedido una reforma integral para dotarla de un car¨¢cter m¨¢s civil, y sacarla de la ¨®rbita del Ministerio de Defensa.
Una buena parte del desprestigio reciente se deriva de la represi¨®n de la protesta social y el uso excesivo de la fuerza. El esperado informe de la Oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos sobre el llamado paro nacional, presentado hace dos semanas, responsabiliz¨® a la polic¨ªa de al menos 28 muertes en el marco de las manifestaciones que se iniciaron el 28 de abril. Y el a?o se cierra con la pol¨¦mica aprobaci¨®n en el Congreso de la Ley de Seguridad Ciudadana que para algunos observadores agrava los riesgos de violencia policial y privada contra los manifestantes. ¡°Esa ley sobreprotege a la Polic¨ªa pues agrava los delitos en su contra, con lo cual desestima las denuncias por sus abusos, e incrementa desproporcionadamente las penas por excesos de los manifestantes¡±, advert¨ªa el constitucionalista Rodrigo Uprimny en el peri¨®dico El Espectador.
El ministro de Defensa, Diego Molano, se ha ido convirtiendo en un funcionario inc¨®modo por sus salidas en falso. Desde que asumi¨® en febrero, su gesti¨®n ha estado rodeada de un rosario de controversias. Ni siquiera la captura de Dairo Antonio ?suga, alias Otoniel, el jefe del Clan del Golfo, que el Gobierno ha intentado enmarcar como el mayor golpe contra el narcotr¨¢fico en este siglo, le ha significado un respiro. La lista de tempestades que ha cosechado es extensa. El tercer ministro de Defensa de la Administraci¨®n Duque reemplaz¨® a Carlos Holmes Trujillo, quien muri¨® en enero por complicaciones del coronavirus, y este a su vez hab¨ªa asumido tras la renuncia de Guillermo Botero ante la inminente aprobaci¨®n de una moci¨®n de censura, luego de haber ocultado la muerte de ocho menores en un bombardeo contra disidentes de las FARC. Los tres han pertenecido a sectores muy cercanos al expresidente ?lvaro Uribe, el mentor pol¨ªtico de Duque.
El propio Molano se estren¨® en marzo con un esc¨¢ndalo por la muerte de menores en otro bombardeo contra disidencias, cuando se refiri¨® a esas v¨ªctimas de reclutamiento forzado como ¡°m¨¢quinas de guerra¡±. Despu¨¦s, la pol¨ªtica de seguridad para sofocar las protestas provoc¨® que la oposici¨®n haya pedido con insistencia su cabeza. En un fallido intento de moci¨®n de censura, el senador Iv¨¢n Cepeda record¨® episodios como el ataque de civiles armados contra manifestantes ind¨ªgenas ante la inacci¨®n de la polic¨ªa en Cali, o la agresi¨®n de decenas de uniformados a defensores de derechos humanos. La Fundaci¨®n para la Libertad de Prensa (FLIP) tambi¨¦n se?al¨® al Ministerio de Defensa de fingir un ciberataque para mejorar su imagen en pleno estallido social.
Molano fue el ministro peor valorado de todo el Gabinete por los m¨¢s de 1.500 l¨ªderes de opini¨®n consultados para un estudio anual de la firma Cifras y Conceptos, el tradicional Panel de Opini¨®n divulgado en noviembre. Con 27 puntos sobre 100, fue tambi¨¦n el ministro de Defensa peor calificado desde que se realiza la encuesta, hace 13 a?os, e incluso el funcionario en cualquier campo con la calificaci¨®n m¨¢s baja. ¡°Lo que m¨¢s deteriora la imagen de la polic¨ªa es el abuso por parte de algunos de sus miembros¡±, se?ala el analista C¨¦sar Caballero, gerente de Cifras y Conceptos. ¡°El uribismo politiza la fuerza p¨²blica, y al hacerlo la convierte en un actor pol¨ªtico a favor de un movimiento pol¨ªtico. Eso es parte de lo que estamos pagando en este momento¡±, advierte.
A esos esc¨¢ndalos se a?adi¨® en noviembre otro con alcance diplom¨¢tico, cuando varios uniformados exaltaron a la Alemania nazi, con esv¨¢sticas, uniformes e incluso uno de ellos disfrazado de Adolf Hitler, en un evento ¡°pedag¨®gico¡± de una escuela de polic¨ªa en Tulu¨¢, en el departamento del Valle del Cauca. El repudio fue un¨¢nime, con protestas de las embajadas de Alemania, Israel y Estados Unidos. Algunos observadores aprovecharon la ocasi¨®n para recordar que el entom¨®logo chileno Alexis L¨®pez ha sido invitado a dar c¨¢tedra a militares colombianos a pesar de que en su pa¨ªs lo han se?alado como un neonazi. Y que al comienzo de las protestas, el expresidente Uribe apel¨® al concepto que promueve justamente Alexis L¨®pez, el de la ¡°revoluci¨®n molecular disipada¡±.
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