Un a?o despu¨¦s del arresto de Navalni, el Kremlin mantiene la presi¨®n sobre el opositor y sus organizaciones
El disidente, que cumple dos a?os y ocho meses de c¨¢rcel por una sentencia antigua, sigue acumulando cargos mientras las autoridades han liquidado sus entidades y forzado al exilio a sus aliados
Su arresto, hace un a?o, fue el precursor de otros muchos, el descorche de una oleada de represi¨®n a la disidencia y a la sociedad civil sin precedentes en la Rusia moderna. El l¨ªder opositor Alex¨¦i Navalni lleva un a?o preso. El feroz enemigo del presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin, que sobrevivi¨® a un grav¨ªsimo envenenamiento tras el que la inteligencia occidental aprecia la mano del Kremlin cumple casi tres a?os de condena por un pol¨¦mico caso y est¨¢ encausado en varios procesos m¨¢s que pueden engrosar su tiempo en prisi¨®n.
La mayor¨ªa de los principales aliados de Navalni est¨¢n hoy fuera de Rusia y los que no, afrontan serios procesos judiciales; sus organizaciones han sido declaradas ¡°extremistas¡±, ilegalizadas y cerradas. Y la represi¨®n ha ido alcanzando, gota a gota, a multitud de otras voces y redes cr¨ªticas y disidentes en un pa¨ªs con un r¨¦gimen que no admite una oposici¨®n real. El Kremlin, embarcado ahora tambi¨¦n en una crisis con Ucrania, la OTAN y la UE por la concentraci¨®n de tropas junto a las fronteras de la vecina antigua rep¨²blica sovi¨¦tica y la sombra de una nueva agresi¨®n militar, liquida as¨ª a la oposici¨®n en casa.
Navalni, pese al desenlace, ha asegurado que volver¨ªa a recorrer el camino emprendido. ¡°No le tengan miedo a nada¡±, ha dicho este lunes en un mensaje en sus redes sociales que sus abogados han pasado a su equipo. ¡°Este es nuestro pa¨ªs, no tenemos otro¡±, ha a?adido. El opositor est¨¢ internado en una colonia penal ¡ªuna prisi¨®n donde los reclusos trabajan¡ª a unas tres horas de Mosc¨², conocida por su severidad y donde ha denunciado la falta de acceso a tratamiento m¨¦dico y que se le someti¨® a privaci¨®n del sue?o. Navalni no lamenta, sin embargo, haber regresado a Mosc¨², donde sab¨ªa que con toda probabilidad ser¨ªa detenido. ¡°Hice todo lo que pude para tirar de mi extremo de la cuerda, tirando hacia mi lado a los que son honestos y ya no tienen miedo¡±, dice Navalni desde prisi¨®n. ¡°No me arrepiento ni por un segundo¡±.
Abogado y activista anticorrupci¨®n, el disidente, de 45 a?os, estaba en busca y captura por haber violado los t¨¦rminos de la libertad condicional de una antigua condena por fraude ¡ªy que denunci¨® como ¡°motivada pol¨ªticamente¡±¡ª mientras estaba en Alemania. Navalni, que se hizo un nombre destapando y publicando en Internet investigaciones y esc¨¢ndalos de la ¨¦lite pol¨ªtica y econ¨®mica rusa, hab¨ªa estado desde el verano en Berl¨ªn. All¨ª fue trasladado en agosto de 2021, en coma y de urgencia ¡ªy tras la mediaci¨®n de la canciller Angela Merkel¡ª desde Siberia, donde fue envenenado con una neurotoxina militar de la familia Novichok, como indican los informes de la Fiscal¨ªa alemana y de la Organizaci¨®n para la Prohibici¨®n de las Armas Qu¨ªmicas. Se trata de la misma empleada con el exesp¨ªa ruso Sergu¨¦i Srkripal en 2018 en suelo brit¨¢nico por esp¨ªas de la inteligencia militar rusa, seg¨²n Reino Unido.
Una investigaci¨®n de varios medios se?al¨® m¨¢s tarde, cuando el opositor ya estaba en prisi¨®n, con nombres y apellidos a varios agentes del FSB (el servicio de inteligencia ruso, heredero del KGB) como responsables del ataque qu¨ªmico. El Kremlin ha negado su implicaci¨®n, ha llegado a acusar a Navalni de ser un agente de la CIA y ha asegurado que Alemania no le ha entregado pruebas sobre el caso del opositor, galardonado el a?o pasado con el premio S¨¢jarov a los derechos humanos del Parlamento Europeo.
El arresto de Navalni hace un a?o sac¨® a decenas de miles de personas a la calle, recuerda el polit¨®logo Alexander Morozov. No solo partidarios del opositor, indignados por su detenci¨®n y el envenenamiento, tambi¨¦n a una ciudadan¨ªa cansada, desencantada por la corrupci¨®n, la falta de renovaci¨®n en las instituciones y la p¨¦rdida de poder adquisitivo, que se ha cebado con las clases medias en Rusia, donde los ingresos reales han ca¨ªdo casi un 13% desde 2013. Aquellas manifestaciones fueron duramente reprimidas, miles de personas detenidas. Y se inici¨® el proceso contra el equipo de Navalni y sus organizaciones, declaradas en verano ¡°organizaciones extremistas¡±.
La red de entidades que el opositor teji¨® en muchas regiones rusas ¡ªy que logr¨® r¨¦ditos pol¨ªticos in¨¦ditos en algunas provincias¡ª ha quedado desmantelada. Su cuartel general, finiquitado. Y las detenciones se suceden entre los activistas y pol¨ªticos que se han quedado en Rusia, como Ksenia Fadeyeva, diputada provincial por Tomsk, arrestada a finales de a?o por ¡°extremismo¡±. Aunque el n¨²cleo duro de su equipo sigue manteniendo sus proyectos desde el exilio, explica Ruslan Shaveddinov. Investigaciones anticorrupci¨®n, proyectos de medios y la aplicaci¨®n de ¡°Voto Inteligente¡±. Con esta aplicaci¨®n ¡ªque fue correspondientemente prohibida, y que las autoridades lograron incluso vetar de los buscadores de Internet y de Telegram¡ª, trataron de arrebatar al partido de Putin, Rusia Unida, votos en las elecciones parlamentarias de septiembre al identificar a la persona candidata con m¨¢s posibilidades de derrotar a la formaci¨®n gubernamental. ¡°No importa d¨®nde estemos, podemos trabajar en cualquier lugar e interactuar con nuestros seguidores. Nuestro trabajo es muy necesario porque en Rusia ahora hay una gran demanda de cambios y de una opini¨®n alternativa¡±, asegura Shaveddinov.
Con CNN y HBO han filmado un documental ¡ªNavalni: el veneno siempre deja rastro¡ª que se estrenar¨¢ pronto, ha contado Mar¨ªa Pevchij, que lidera el grupo de investigaci¨®n que hace casi un a?o, poco despu¨¦s del arresto del opositor, sacudi¨® Rusia con la publicaci¨®n en YouTube de una pesquisa sobre el supuesto palacio multimillonario de Vlad¨ªmir Putin en un entorno protegido a orillas del Mar Negro.
Pero lo cierto es que con Navalni en prisi¨®n, sus principales aliados en el exilio o procesados y sus organizaciones liquidadas, el movimiento opositor ha perdido mucho fuelle en Rusia, pese a que el disidente nunca logr¨® registrar un partido pol¨ªtico. Su caso fue la espita y el aviso a navegantes que se ha ido repitiendo en un sistema pol¨ªtico cada vez m¨¢s controlado. ¡°En el a?o transcurrido desde la detenci¨®n de Aleksei Navalny en un aeropuerto de Mosc¨², el pol¨ªtico, sus seguidores y otras organizaciones de la sociedad civil rusa han sufrido una implacable embestida de represi¨®n¡±, abunda Marie Struthers, directora de Amnist¨ªa Internacional para Europa Oriental y Asia Central. M¨¢s de 1.500 activistas y periodistas han abandonado Rusia por motivos ¡°pol¨ªticos¡±, seg¨²n un informe de la Fundaci¨®n Rusia Libre, que no incluye en su recuento a las familias de los exiliados.
Las autoridades han sofocado a la oposici¨®n y a?adido a decenas de activistas, opositores, periodistas, medios de comunicaci¨®n independientes y ONG a su lista de ¡°agentes extranjeros¡±, una etiqueta que tiene unas connotaciones muy negativas en Rusia y que dificulta a trav¨¦s de grandes trabas administrativas el trabajo; tanto que puede desencadenar, como ha sucedido, el cierre de las entidades. Tambi¨¦n ha ampliado su ¨ªndice de ¡°organizaciones extremistas¡±, una de las ¨²ltimas, la reputada ONG Memorial, que se ocupa de los cr¨ªmenes del estalinismo.
Seg¨²n la sentencia, que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ¡ªque lleg¨® a pedir en su momento que se indemnizase al activista por el fallo¡ª declar¨® ¡°arbitraria e injusta¡±, Navalni deber¨ªa salir de prisi¨®n en oto?o de 2023, a m¨¢s tardar. Sin embargo, desde hace meses, las autoridades han encausado al opositor en otros procesos penales: desacato al tribunal, fraude a una escala especialmente grande, y lavado de dinero en relaci¨®n con la supuesta malversaci¨®n de donaciones a sus ONG. Tambi¨¦n ha sido acusado de crear una organizaci¨®n que ¡°atenta contra los derechos de los ciudadanos¡±. ¡°No s¨¦ cu¨¢ndo terminar¨¢ mi ¡®viaje espacial¡¯ ni si terminar¨¢ en absoluto¡±, ironizaba el opositor en otra publicaci¨®n de Instagram.
Sigue toda la informaci¨®n internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.