Draghi tropieza con la pol¨ªtica italiana

Matteo Salvini se plant¨® el viernes por la tarde en el Ministerio de Desarrollo Econ¨®mico, en la Via Veneto, y se encontr¨® con Mario Draghi. El primer ministro esperaba noticias sobre su candidatura a presidir la Rep¨²blica, pero escuch¨® estupefacto c¨®mo el l¨ªder de La Liga le comunicaba que apoyar¨ªa a Elisabetta Belloni, jefa de los servicios secretos y mujer de confianza del propio Draghi. El expresidente del Banco Central Europeo (BCE) volvi¨® a su despacho, llam¨® a Enrico Letta y mostr¨® su asombro. Las versiones sobre lo que respondi¨® el l¨ªder del Partido Democr¨¢tico (PD) son distintas, pero ah¨ª el primer ministro dio por concluida una carrera que duraba ya varios meses y que mantuvo al pa¨ªs en vilo. La repetici¨®n de Sergio Mattarella en el cargo ¨Da quien el propio Draghi anim¨® el s¨¢bado cuando ya no ten¨ªa opciones ¨D suaviz¨® finalmente el golpe y mantiene viva su candidatura para dentro de un par de a?os, cuando pasen las siguientes elecciones legislativas. Pero fue su primer gran tropiezo con la pol¨ªtica italiana. Algo parecido a una derrota.

Mario Draghi es el hombre con mayor prestigio internacional de las instituciones italianas. Durante un a?o ha logrado lo que parec¨ªa imposible en la ¨²ltima d¨¦cada: mantener unido a un Gobierno con todos los partidos (excepto Hermanos de Italia) y poner en marcha un plan hist¨®rico de reformas para recibir los 200.000 millones de euros de fondos para la pospandemia que le asign¨® la Uni¨®n Europea. El pa¨ªs ha recuperado el empuje y su voz en los foros internacionales. Y la leyenda de salvador del euro, su contrastada solvencia y ese humor tan impermeable e institucional le colocaban como favorito para el triple salto mortal: convertirse en el primer ministro italiano que pasaba directamente a jefe de Estado. Pero es posible que la partida no se jugase tan bien desde el punto de vista medi¨¢tico y pol¨ªtico.

Draghi nunca neg¨® su inter¨¦s en ser presidente de la Rep¨²blica. ¡°Soy un abuelo al servicio de las instituciones¡±, dijo p¨²blicamente cuando le preguntaron. Se postul¨® para el cargo de forma indirecta, recuerda el polit¨®logo Giovanni Orsina. ¡°No formalmente, pero el mensaje estaba claro. Y el hecho de que no lo haya conseguido constituye ahora un elemento de debilidad para su imagen. Si no hubiera estado nunca en la carrera por ese objetivo ser¨ªa distinto. Pero ¨¦l estaba ah¨ª y el mensaje final es que el Parlamento no lo ha querido. Eso para ¨¦l, seguramente, representa un problema; nada que no sea reparable, pero ahora debe tambi¨¦n reconstruir algo la imagen¡±, apunta.

El primero en negar a Draghi p¨²blicamente fue Silvio Berlusconi. Pero el Parlamento, por muchas quinielas que llevaran su nombre, tampoco consider¨® nunca de forma transversal su candidatura. ¡°Cuando empez¨® a dar a entender que quer¨ªa ir al Quirinal [sede de la presidencia] debi¨® tener otra aproximaci¨®n con los parlamentarios¡±, explica una senadora del PD. La jugada era tambi¨¦n demasiado complicada desde el punto de vista de la transici¨®n: nadie lleg¨® a comprar nunca los nombres que se filtraron como posibles sustitutos de Draghi en el Palacio Chigi. Los t¨¦cnicos como Daniele Franco (ministro de Econom¨ªa) o Vittorio Colao (titular de Innovaci¨®n Tecnol¨®gica) se ve¨ªan como f¨¢cilmente controlables por Draghi. Y la opci¨®n de un pol¨ªtico, cuando Italia encara un a?o electoral, incomodaba a los partidos. ¡°No ha habido ninguna posibilidad de que le eligieran. El problema es que sus consejeros hab¨ªan difundido esta historia. Pero cualquiera que pasase diez minutos estos d¨ªas en el Parlamento sab¨ªa que no le votar¨ªa nadie. La ¨²nica que quer¨ªa hacerlo realmente era Giorgia Meloni [l¨ªder de Hermanos de Italia], que buscaba provocar elecciones anticipadas¡±, apunta un diputado del PD.

Orsina comparte la tesis y a?ade otros elementos. ¡°Tambi¨¦n hay un tema de relaci¨®n entre pol¨ªtica y tecnocracia, de orgullo parlamentario. Ellos quer¨ªan a uno de los suyos en el Quirinal, no a un tecn¨®crata. Y est¨¢ el asunto de la distancia que ¨¦l marca. No es alguien accesible, alguien a quien llamas. Se percibe como alguien fr¨ªo, distante e inaccesible. Y, finalmente, estaba el gran tema del Gobierno. Aqu¨ª los parlamentarios quer¨ªan salvar la piel. Y la carta de Draghi significaba unas elecciones anticipadas¡±.

La reelecci¨®n de Mattarella, nadie lo duda ya, es una buena decisi¨®n para Italia y un mal menor para Draghi. ¡°Esto son tablas en una partida de ajedrez. Una congelaci¨®n del status quo¡±, apuntan fuentes del Movimiento 5 Estrellas. Pero es tambi¨¦n lo que ped¨ªan los mercados ¨Dla prima de riesgo volvi¨® a caer el lunes tras varios d¨ªas subiendo¨D y cada vez m¨¢s voces internacionales. El economista y exsecretario del Tesoro italiano Lorenzo Codogno conoce bien las habituales turbulencias italianas y cree que ¡°la soluci¨®n es muy positiva¡±. ¡°As¨ª se confirma el equipo actual, que tiene mucha credibilidad internacional. Es una victoria para todos. Los partidos no salen bien de esto, pero el Gobierno s¨ª. Tambi¨¦n creo que Draghi sale contento. Habr¨ªa podido ser presidente, pero habr¨ªa tenido un rol m¨¢s de garant¨ªa que en el Ejecutivo. Yo prefiero a Draghi un a?o m¨¢s en el Palacio Chigi y que haga muchas cosas. Y las primeras se?ales son estimulantes. Habr¨¢ dos consejos de ministros cada semana para empujar las reformas. Y sobre algunos temas tendr¨¢ m¨¢s margen, porque los partidos est¨¢n d¨¦biles y ¨¦l tendr¨¢ m¨¢s fuerza para empujar¡±. Una idea en la que coincide Stefano Ceccanti, diputado del PD. ¡°Pero es importante lanzar una se?al pronto¡±, apunta.

Draghi quer¨ªa ser presidente de la Rep¨²blica. Nunca lo desminti¨® y se puso al servicio del pa¨ªs. Pero la opci¨®n de Mattarella siempre le gust¨®. ¡°Si t¨² te quedas, yo tambi¨¦n¡±, le dijo al jefe de Estado hace algo m¨¢s de un mes en una de las comidas peri¨®dicas que ambos mandatarios manten¨ªan en el Palacio del Quirinal. Las cosas en el Ejecutivo no andaban de la mejor manera por aquellas fechas y Draghi, por lo que se desprende de la frase ¨Dpublicada por el Corriere della Sera y nunca desmentida¨D deb¨ªa pensar que lo mejor era dejarlo todo como estaba. La conversaci¨®n de aquel d¨ªa se ha materializado, y ambos seguir¨¢n en su cargo hasta que termine la legislatura. Si Draghi todav¨ªa no se ha cansado de los manchurrones de la pol¨ªtica, y sigue consider¨¢ndose un abuelo al servicio de su pa¨ªs, podr¨¢ optar de nuevo a la presidencia de la Rep¨²blica.

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