La batalla abierta por la derecha en Colombia

Durante los ¨²ltimos cuatro a?os, la derecha colombiana ha vivido en carne propia uno de los adagios m¨¢s viejos y ciertos de la pol¨ªtica: a veces los partidos viven mejor sin poder. El dato que lo enmarca es la notable ca¨ªda en la aprobaci¨®n del presidente Iv¨¢n Duque, que est¨¢ en solo un 35% de media seg¨²n el ¨ªndice agregado que mantiene la consultora Colombia Risk Analysis: apenas uno de cada tres colombianos ven con buenos ojos su gesti¨®n.

Duque fue elegido en el seno de la derecha colombiana como una opci¨®n electoralmente viable, un candidato joven y pol¨ªticamente moderado. Pero su fracaso a la hora de mantener una alta popularidad se refleja ahora en la enorme fragmentaci¨®n de este mismo espacio ideol¨®gico. Como resultado, el men¨² de posibles candidatos dentro de la coalici¨®n Equipo por Colombia ¨Cla m¨¢s escorada a la derecha¨C nunca ha estado del todo claro. Tampoco lo ha estado para los encuestadores, que han variado los nombres incluidos en sus estudios para aquellos ciudadanos que pretenden votar el pr¨®ximo 13 de marzo en la consulta de derecha.

Como resultado, los datos comparativos ofrecen una foto movida e incierta, que apenas sirve para distinguir a un grupo de precandidatos destacados, cuyas bandas de estimaci¨®n de voto son tan amplias que resulta imposible se?alar una cabeza n¨ªtida en la carrera. Son tres exalcaldes: el de Medell¨ªn Federico ¡®Fico¡¯ Guti¨¦rrez, que alcanza entre un 26% y un 47% de apoyos; el barranquillero Alejandro Char (entre 26% y 34%); y a cierta distancia, el bogotano Enrique Pe?alosa (entre 9% y 23%).

A menos de un mes de las consultas, Caracol Radio y EL PA?S organizan una serie de debates con los precandidatos de las tres grandes coaliciones, que comienza este martes a las 19.00 horas con los aspirantes de Equipo por Colombia, que completan David Barguil y Ayde¨¦ Lizarazo.

En esta coalici¨®n no est¨¢ ?scar Iv¨¢n Zuluaga, candidato del Centro Democr¨¢tico, el partido de Gobierno fundado por el expresidente ?lvaro Uribe, y por tanto heredero provisional de Duque. Zuluaga presenta una valoraci¨®n neta notablemente negativa, solo superada por Pe?alosa entre los candidatos de Equipo por Colombia.

Fico Guti¨¦rrez est¨¢ notablemente mejor en sus datos netos, pero tiene un claro problema de reconocimiento: dos tercios de la muestra de Invamer en diciembre de 2021 no ten¨ªan una opini¨®n formada sobre ¨¦l, indicando que la mayor¨ªa de la ciudadan¨ªa colombiana no sabe lo suficiente para valorarlo en ninguna direcci¨®n, no lo recuerda o no lo conoce. Y esto se da para el que se supone el contendiente m¨¢s destacado dentro de la plataforma.

El debate dentro del Equipo por Colombia se ha venido centrando en dos puntos de atenci¨®n avalados tambi¨¦n por los datos demosc¨®picos. Uno es el asunto de la seguridad, punta de lanza argumental especialmente para el propio Fico Guti¨¦rrez, como ya lo fue durante su alcald¨ªa en Medell¨ªn. Y, efectivamente, la percepci¨®n de inseguridad parece haber subido en el pa¨ªs, seg¨²n la encuesta de Invamer. Tambi¨¦n lo han hecho algunos de los indicadores de criminalidad, como la tasa de homicidios, que en 2021 alcanz¨® niveles que no se conoc¨ªan desde 2015. Ahora bien: siguen muy lejos de los vol¨²menes de principios de este siglo, algo que pone en perspectiva la potencia de este gancho electoral.

La segunda palanca tiene nombre y apellidos: Gustavo Petro. El m¨¢s que probable candidato de la izquierda se ha convertido en el tentador blanco visible de todos los dem¨¢s contendientes, que agitan de manera directa o indirecta el fantasma que les facilitan otros gobiernos de la misma tendencia ideol¨®gica en la regi¨®n. Efectivamente, el miedo por ¡°convertirse en Venezuela¡± acucia a un 33% de colombianos seg¨²n la Invamer, pero la asociaci¨®n entre la cat¨¢strofe del pa¨ªs vecino y la candidatura petrista no es necesariamente obvia para los electorados m¨¢s alejados del extremo derecho, y se ha reducido en los ¨²ltimos tiempos desde el 60%-70% que alcanz¨® en el anterior ciclo electoral presidencial (un valor al que es probable que se acerque de nuevo conforme lo hagan los pr¨®ximos comicios). A estos moderados, la baja valoraci¨®n de Duque (en teor¨ªa, un presidente escogido por y para ellos) les puede acabar alejando de una candidatura de derecha, especialmente si est¨¢ muy escorada. Y cada vez son m¨¢s, mientras que los auto-declarados como muy de derecha llevan una d¨¦cada y media reduci¨¦ndose en Colombia: eran m¨¢s de un 21% en 2004, y en 2018 apenas llegaban al 14,7%.

Ante esto, el fracturado espacio conservador se deber¨ªa plantear c¨®mo reconciliar el fracaso de un presidente que se present¨® a la vez como propio y moderado, con la realidad de que su espacio ideol¨®gico se achica en Colombia.

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