La guerra de Putin saca del rinc¨®n a los parias del petr¨®leo
La invasi¨®n de Ucrania es un tsunami geopol¨ªtico que altera los equilibrios a escala global. Occidente se acerca a Ir¨¢n y Venezuela para apuntalar el mercado del crudo
La guerra desatada por la invasi¨®n rusa de Ucrania es el conflicto b¨¦lico con mayores repercusiones geoestrat¨¦gicas en d¨¦cadas. Las hostilidades se libran en un territorio limitado, pero sus consecuencias son globales y est¨¢n ya alterando el panorama de las relaciones internacionales, incluso en lugares muy lejos del frente. Entre los s¨ªntomas de cambio, destaca la primera reuni¨®n en a?os entre representantes de alto nivel de la Casa Blanca y el r¨¦gimen venezolano, as¨ª como el redoblado inter¨¦s de las potencias occidentales por coronar la negociaci¨®n de un nuevo pacto nuclear con Ir¨¢n.
Estos dos movimientos diplom¨¢ticos denotan la voluntad de Occidente de golpear el sector petrolero ruso y el consiguiente inter¨¦s de apuntalar ese mercado a trav¨¦s de otros productores. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firm¨® el martes una orden ejecutiva para impedir las importaciones de petr¨®leo y gas rusos; tambi¨¦n el Reino Unido anunci¨® que eliminar¨¢ las importaciones de petr¨®leo ruso para finales de a?o y estudiar¨¢ reducir las de gas. La Uni¨®n Europea, mucho m¨¢s dependiente de Rusia en este apartado que Estados Unidos, no se ha sumado a estas ¨²ltimas acciones. Pero en este contexto, pa¨ªses con grandes reservas como Venezuela e Ir¨¢n, cuyas exportaciones est¨¢n actualmente sometidas a sanciones, cobran una renovada importancia.
Todo esto forma parte de una reconfiguraci¨®n mucho m¨¢s amplia. ¡°La invasi¨®n de Ucrania es un acontecimiento sist¨¦mico. No transformar¨¢ el mundo de forma integral como lo hizo la ca¨ªda de la URSS, pero s¨ª tiene importancia estructural¡±, comenta Riccardo Alcaro, coordinador de investigaciones y responsable del programa Actores Globales del Instituto de Asuntos Internacionales de Roma.
En este contexto, m¨²ltiples fuerzas impulsan cambios. La decisi¨®n de Occidente de apuntalar el mercado energ¨¦tico, de la que otros grandes productores podr¨ªan intentar sacar ventajas pol¨ªticas, es la m¨¢s inmediata, y plantea cuestiones delicadas, como se?ala Cathryn Kl¨¹wer Ashbrook, experta en relaciones internacionales y directora del Consejo Alem¨¢n de Relaciones Exteriores. ¡°En el campo de batalla de Ucrania se libra una lucha entre dos sistemas, entre diferentes valores. ?Pueden aquellos que defienden valores democr¨¢ticos y de derechos humanos permitirse, mientras libran esa lucha, ser vistos acerc¨¢ndose a dictadores por la necesidad de petr¨®leo? A mi juicio es una cuesti¨®n muy problem¨¢tica, y el caso venezolano es especialmente sensible¡±, se?ala.
Pero hay otros factores que espolean una reconfiguraci¨®n. Entre ellos, Alcaro destaca ¡°la reconsideraci¨®n, por parte de los aliados de Mosc¨², de su dependencia del Kremlin en este momento en que Rusia avanza hacia una cat¨¢strofe pol¨ªtico-econ¨®mica¡±. Esos pa¨ªses pueden tener la tentaci¨®n de cambiar sus pilares de apoyo, y esto resultar¨ªa en un retroceso del protagonismo de Rusia, que quedar¨ªa reequilibrado con avances o bien de Occidente o bien de China.
Venezuela es precisamente uno de los pa¨ªses que, en los ¨²ltimos a?os, ha recibido apoyo de Mosc¨² mientras las sanciones de Estados Unidos asfixiaban su econom¨ªa. La reuni¨®n celebrada en Caracas el fin de semana ¡ªque el l¨ªder venezolano, Nicol¨¢s Maduro, calific¨® de ¡°respetuosa y cordial¡±¡ª representa un llamativo giro en el guion diplom¨¢tico tras a?os de ruptura total de relaciones y confrontaci¨®n. Las dificultades para que este acercamiento desemboque en progresos tangibles son enormes. Las discrepancias y la desconfianza son tan profundas que cuesta imaginar una aproximaci¨®n sustancial.
Pero la liberaci¨®n, el martes, de dos ciudadanos estadounidenses presos en Venezuela evidencia que hay voluntad de emprender un camino sobre la base de intereses convergentes: un alivio econ¨®mico para Caracas, y m¨¢s petr¨®leo para Occidente. La capacidad productora venezolana est¨¢ muy mermada, pero el pa¨ªs cuenta con enormes reservas.
En el caso de Ir¨¢n, no hay un viraje pol¨ªtico tan claro como el que ha supuesto la reuni¨®n en Venezuela, pero s¨ª un reforzado sentido de urgencia en la negociaci¨®n, que se prolonga desde hace casi un a?o, para reactivar el pacto nuclear reventado por la Administraci¨®n de Donald Trump. ¡°Sin duda, Occidente tiene mayor inter¨¦s por cerrar el pacto, quiz¨¢, incluso, est¨¦ dispuesto a hacer alguna concesi¨®n m¨¢s, pero no a cualquier precio¡±, comenta Alcaro.
El acuerdo con Ir¨¢n se acerca
Las se?ales que emiten las partes implicadas en la negociaci¨®n apuntan a que el acuerdo no est¨¢ lejos. Las labores t¨¦cnicas est¨¢n sustancialmente culminadas, pero todo est¨¢ a la espera de las ¨²ltimas decisiones pol¨ªticas sobre los escollos pendientes. De cerrarse el pacto, significar¨ªa ¡ªen t¨¦rminos sint¨¦ticos¡ª que Ir¨¢n volver¨¢ a asumir compromisos estrictos de limitaci¨®n de su programa at¨®mico, a cambio de que se levanten las sanciones que actualmente golpean, entre otros sectores, al petrolero.
Rusia ha introducido un elemento de complicaci¨®n en estas conversaciones el fin de semana. El Kremlin reclama garant¨ªas de que Occidente no tratar¨¢ de afectar a su comercio, inversiones y cooperaci¨®n t¨¦cnico-militar con Ir¨¢n en el marco de la represalia por la invasi¨®n de Ucrania. Mosc¨² es parte del marco negociador, y su petici¨®n parece dirigida a entorpecer un pacto que ahora cobra nueva utilidad para Occidente. Pero no es l¨®gico pensar que pueda boicotear del todo la negociaci¨®n. ¡°La presencia de China, Rusia y los europeos es importante; pero, en sustancia, esto depende de Estados Unidos e Ir¨¢n. Si ellos quieren, hay pacto¡±, observa Alcaro.
Que fructificaran las iniciativas diplom¨¢ticas, tanto con Ir¨¢n como con Venezuela, no equivaldr¨ªa a su realineaci¨®n estrat¨¦gica. Pero s¨ª supondr¨ªan un cambio importante que abrir¨ªa un nuevo escenario.
Las repercusiones del tsunami de la invasi¨®n de Ucrania alcanzan a muchos territorios con efectos llamativos. Entre los m¨¢s cercanos a la zona del conflicto, cabe destacar la firma el lunes del primer ministro de Hungr¨ªa, Viktor Orb¨¢n, de un decreto que permite el despliegue de tropas de la OTAN en la parte occidental de su pa¨ªs, un gesto que marca un viraje con respecto a sus ret¨®ricas y posicionamientos de tan solo d¨ªas antes. La descolocaci¨®n de los amigos de Vlad¨ªmir Putin en Europa es clamorosa, como bien evidencia el desolador papel de Matteo Salvini, l¨ªder de la Liga italiana, en la frontera polaco-ucrania, donde un alcalde local le ech¨® en cara sus simpat¨ªas por el presidente ruso.
M¨¢s adelante, ser¨¢ interesante observar el impacto en otros m¨²ltiples puntos. Por un lado, pa¨ªses como Cuba, Nicaragua, Bolivia o Armenia ¡ªque apoyaron a Rusia en la votaci¨®n de la ONU sobre la anexi¨®n de Crimea en 2014¡ª han evitado esta vez dar su apoyo expl¨ªcito en el voto de la semana pasada sobre la invasi¨®n, y esto muestra, por tanto, su distanciamiento de Mosc¨². Por otro lado, varios pa¨ªses africanos se han abstenido o han renunciado a votar, algo que es un claro reflejo de la vigencia de la proyecci¨®n rusa en esa zona del mundo. Est¨¢ por ver hasta qu¨¦ punto esas naciones querr¨¢n mantener esa apuesta en el futuro. Y est¨¢ por ver hasta qu¨¦ punto Occidente estar¨¢ interesado en colmar ciertos vac¨ªos.
¡°Creo que el mundo avanza hacia una estructura bipolar. Por un lado, Estados Unidos, la UE y otras democracias liberales; por el otro, China, una Rusia debilitada que no tendr¨¢ m¨¢s remedio que apegarse a Pek¨ªn, y sus socios¡±, dice Ben Schreer, director ejecutivo de la rama europea del Instituto Internacional de Estudios Estrat¨¦gicos y coautor del an¨¢lisis Las cambiantes estructuras de las alianzas, publicado en diciembre. ¡°En ese escenario, se reconfigurar¨¢n ¨¢reas de influencia, y Occidente afrontar¨¢ el dilema de hasta qu¨¦ punto cooperar con gobiernos que no encajan con los valores que abandera. Ya pas¨® en la Guerra Fr¨ªa¡±.
Schreer cree que dentro de ese gran esquema bipolar seguir¨¢ prosperando el ¡°minilateralismo¡±, es decir, peque?as alianzas de pa¨ªses con objetivos espec¨ªficos, que han cobrado impulso en los ¨²ltimos a?os. Su tama?o reducido garantiza agilidad y cohesi¨®n en la persecuci¨®n de los mismos fines. Destacan entre ellas el AUKUS (Australia, Estados Unidos, Reino Unido) y el QUAD (Estados Unidos, India, Jap¨®n, Australia). ¡°Grandes estructuras multilaterales como la OTAN y la UE han cobrado renovada vigencia. Pero ello no excluye que sigan desarroll¨¢ndose iniciativas complementarias de minilateralismo. En Europa, por ejemplo, no me extra?ar¨ªa que la cooperaci¨®n entre los pa¨ªses n¨®rdicos quedase reforzada. Y en el sudeste asi¨¢tico, sin duda, esa misma din¨¢mica seguir¨¢ adelante¡±, dice el experto.
La invasi¨®n rusa de Ucrania impacta de lleno en la gran din¨¢mica de fondo marcada por el ascenso de China, reforzando la uni¨®n de las democracias liberales, haciendo de la UE un actor geopol¨ªtico y sacudiendo viejos equilibrios. El tiempo dir¨¢ c¨®mo ir¨¢n encajando en el tablero las distintas fichas.
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