Francia vota en tiempos de excepci¨®n
Macron se enfrenta al malestar del pa¨ªs, que recogen los pujantes candidatos de la extrema derecha, Marine Le Pen, y de la izquierda populista, Jean-Luc M¨¦lenchon
Primero fueron los chalecos amarillos. Despu¨¦s, la pandemia. Ahora, la guerra de Vlad¨ªmir Putin. Emmanuel Macron ha gobernado Francia durante cinco a?os a golpe de crisis y convulsiones sociales, un estado de excepci¨®n pol¨ªtica que, inevitablemente, ha acabado marcando las elecciones presidenciales del 10 y el 24 de abril. No ha habido casi campa?a, y pocos m¨ªtines multitudinarios como el que el s¨¢bado celebr¨® el presidente Macron en Par¨ªs. Ning¨²n tema de debate levanta pasiones, ni ning¨²n candidato, y no corre hoy en Francia, como antes de las elecciones de 2017, un aire de cambio de ¨¦poca. Ucrania asfixia la campa?a. La anestesia. En su columna diaria en el diario Les ?chos, la editorialista C¨¦line Cornudet resume: ¡°El aire est¨¢ como despolitizado¡±.
No es la primera campa?a an¨®mala en tiempos recientes. Lo fueron las de las dos ¨²ltimas elecciones, celebradas con la pandemia: las municipales de 2020 y las regionales de 2021. Y antes, los franceses votaron durante la revuelta de los chalecos amarillos. Y los atentados islamistas. Y la crisis financiera.
¡°Antes viv¨ªamos en una democracia relativamente calmada¡±, se?ala a EL PA?S Brice Teinturier, director general delegado del instituto demosc¨®pico Ipsos en Francia. ¡°Cada cinco a?os, nos reencontr¨¢bamos en la gran escena electoral para confrontar proyectos, regular conflictos. Y el pueblo decid¨ªa. Pero ahora estamos en un mundo de crisis cada vez m¨¢s brutales y repentinas que nos alejan del ritual democr¨¢tico de un gran voto cada cinco a?os¡±.
Primera consecuencia: la desmovilizaci¨®n. Esta campa?a ¨¢tona, como ya ocurri¨® con las municipales y las regionales, motiva menos de lo habitual a los franceses y podr¨ªa llevar a una tasa de abstenci¨®n cercana al 30% (en 2017 fue del 22%).
Segunda consecuencia de los tiempos de guerra y pandemia: el miedo al cambio, la exigencia de protecci¨®n.
¡°Lo primero que esperan los franceses de un presidente de la Rep¨²blica es la capacidad para entender sus problemas y responder a ellos. La segunda es la capacidad de afrontar crisis graves¡±, sostiene Teinturier. ¡°Innegablemente, esto da ventaja a Emmanuel Macron, porque los franceses consideran que su capacidad de gestionar las crisis es superior a los dem¨¢s. Lo que al final ser¨¢ decisivo ser¨¢ la protecci¨®n de los franceses y seriedad del candidato¡±.
La tercera consecuencia del contexto at¨ªpico de las presidenciales: la sucesi¨®n de crisis expresa a veces ¡ªen el caso de los chalecos amarillos¡ª u oculta ¡ªcomo sucede en esta campa?a tan aparentemente tranquila¡ª la constelaci¨®n de malestares que recorre la sociedad francesa.
Hay un malestar territorial. El del pa¨ªs rural, el de las ciudades peque?as y mediadas alejadas de los nudos econ¨®micos y las metr¨®polis conectadas con la globalizaci¨®n. Es la Francia de los chalecos amarillos, los franceses que, en reacci¨®n a una subida del precio del carburante, ocuparon peajes y rotondas a finales de 2018 y pusieron contra las cuerdas a Macron.
Hay tambi¨¦n un malestar identitario. El de los j¨®venes hijos o nietos de inmigrantes que se sienten discriminados y se ven atrapados en las banlieues, los barrios del extrarradio donde, seg¨²n Macron, ¡°se ha incumplido la promesa republicana¡±, es decir, el sue?o meritocr¨¢tico franc¨¦s. A este malestar se a?ade otro que tiene que ver con la identidad: el de los franceses que se sienten en situaci¨®n de inseguridad cultural ante la inmigraci¨®n y los cambios sociales acelerados. Ante ellos, candidatos como el ultra ?ric Zemmour agitan teor¨ªas conspiratorias como la de la gran sustituci¨®n de la poblaci¨®n europea aut¨®ctona por la de origen ¨¢rabe y africano.
El tercer malestar es econ¨®mico. Macron ha reducido el desempleo, el poder adquisitivo ha aumentado durante el quinquenio y, tras los confinamientos de la pandemia, la econom¨ªa volvi¨® a crecer a un ritmo ins¨®lito en d¨¦cadas recientes. Pero el aumento de los precios, que ya comenz¨® antes de la invasi¨®n de Ucrania, se ha acentuado. El Gobierno ha desembolsado desde oto?o 30.000 millones de euros para atenuarlo, pero el poder adquisitivo baj¨® un 1,4% en el primer trimestre y la inflaci¨®n en marzo, respecto al mismo mes de 2021, fue del 4,5%, el mayor nivel desde los a?os ochenta.
Hoy, el poder adquisitivo es la primera preocupaci¨®n de los electorales, y los candidatos de los extremos, Marine Le Pen a la derecha y Jean-Luc M¨¦lenchon en la izquierda, han sabido aprovecharlo.
El semanario Le Canard Encha?n¨¦, con buenas fuentes en el entorno de Macron, revelaba esta semana que, en una reuni¨®n en el El¨ªseo, un ministro ofreci¨® este diagn¨®stico: ¡°La gente se est¨¢ acostumbrando a las im¨¢genes de guerra. Se corre el riesgo de que Ucrania ya no sea un tema de compasi¨®n, sino un tema de poder adquisitivo, con la subida de los precios de la energ¨ªa y quiz¨¢ de la alimentaci¨®n¡±.
Seg¨²n el ¨²ltimo sondeo de Ipsos, la expectativa de voto de Macron en la primera vuelta es de un 26,5%, seguido de Le Pen, con un 20%, y de M¨¦lenchon, con un 16%. Todos los institutos coinciden, con ligeras variaciones.
Las presidenciales son cosa de tres. De un lado, el centro amplio de Macron, que recoge desde antiguos votantes socialistas a votantes de la derecha moderada, y que defiende la integraci¨®n europea, la OTAN y la democracia liberal. Es el candidato del sistema. Del otro, una extrema derecha y una izquierda populista que, desde posiciones ideol¨®gicas contrapuestas, impugnan la Uni¨®n Europea en su forma actual, abogan por una salida de Francia de la OTAN o una equidistancia entre bloques y recogen el malestar con Macron, que es un malestar, tambi¨¦n, con el sistema.
Teinturier, de Ipsos, considera que en la nebulosa de estas elecciones se han acabado destacando los candidatos con ¡°visi¨®n¡±. ¡°Marine Le Pen tiene una visi¨®n¡±, dice. ¡°Ya vemos qu¨¦ tipo de sociedad propone: la autoridad, el rechazo a la inmigraci¨®n, la protecci¨®n. Tambi¨¦n vemos el modelo de M¨¦lenchon: su grial es una sociedad en la que la finalidad ser¨ªa la harmon¨ªa entre las personas, una sociedad m¨¢s humana. Y Macron tiene una visi¨®n global, aunque m¨¢s dif¨ªcil de definir: una aleaci¨®n entre una sociedad abierta, una sociedad de confianza, de responsabilidad y de libertad¡±.
Macron sigue siendo el favorito. La excepcionalidad del momento puede reforzar la idea de que, en medio de una crisis, mejor no cambiar de presidente. Pero el tono menor de la campa?a, el aparente desinter¨¦s hacen desconfiar a muchos expertos. ¡°Es en los momentos de indiferencia pol¨ªtica¡±, avisa Cornudet, de Les ?chos, ¡°cuando pueden producirse los accidentes democr¨¢ticos¡±.
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