¡°Nada de qu¨¦ arrepentirme¡±: familiares de los condenados en Cuba por el 11-J denuncian un ¡®show¡¯ judicial
Familiares de los detenidos en las protestas de 2021, en su mayor¨ªa j¨®venes condenados a hasta 30 a?os de prisi¨®n, denuncian que los juicios son una farsa y que los abogados no pueden ejercer la defensa
Todo depender¨¢ del d¨ªa del juicio. Si Jonathan Torres Farrat, de 17 a?os, dice delante del Tribunal Provincial de La Habana que se arrepiente, que efectivamente se retracta de cualquier cosa que haya hecho, cualquier m¨ªnima cosa, saldr¨¢ de la c¨¢rcel ahora y no con 25 a?os, cuando su hijo reci¨¦n nacido tenga la misma edad de su sentencia. Este es el mensaje que el abogado le ha dejado saber a su madre, para que a su vez se lo haga llegar a ¨¦l a la prisi¨®n. Es la noche del 21 de marzo y B¨¢rbara Farrat se mece en un sill¨®n en la sala de su casa, ubicada en la Calzada de 10 de Octubre, mientras afuera hay varios agentes que no le permiten salir a la calle. A las 8:23 PM comienza un video en directo a trav¨¦s de Facebook en el que dice: ¡°Mi nombre es B¨¢rbara Farrat Guill¨¦n, soy la madre del menor Jonathan Torres Farrat, el cual se encuentra preso hace siete meses¡±.
Con una rabia evidente que ha aprendido a contener, la piel llena de surcos a sus 33 a?os, las cejas tatuadas, el pelo trenzado y te?ido de rojo desde la mitad hasta las puntas, B¨¢rbara se ha convertido en un rostro familiar para los cubanos, como madre que es de uno de los menores de edad detenidos durante las protestas populares del pasado 11 de julio, las mayores ocurridas en la isla en m¨¢s de seis d¨¦cadas desde el triunfo de la revoluci¨®n. Hasta entonces era manisera y su esposo tambi¨¦n. Por a?os ambos tostaron los granos de man¨ª, hicieron cucuruchos con hojas de papel, prepararon, seg¨²n la demanda, man¨ª salado o garapi?ado. ¡°Todo lo vend¨ªa ac¨¢ en mi barrio. Ten¨ªa buena clientela¡±, dice. Despu¨¦s de la persecuci¨®n de las autoridades cubanas, vive b¨¢sicamente de ayudas y de la pensi¨®n que recibe por su condici¨®n de paciente seropositiva.
D¨ªas despu¨¦s de aquel estallido social ¨²nico a lo largo de la isla, en el que participaron miles de personas, B¨¢rbara, que nunca hab¨ªa estado involucrada en ning¨²n tipo de resistencia pol¨ªtica contra el Gobierno, se declar¨® abiertamente activista por los Derechos Humanos. ¡°Hoy me declaro activista, porque este Gobierno destruye familias, este Gobierno no cree en su pueblo¡±, se le oy¨® decir en Facebook. Todo lo que el Gobierno ha atajado desde el pasado mes de julio es lo que B¨¢rbara ha terminado siendo. Una disidente. Desde esa fecha, los padres de los detenidos en las protestas ¡ªla mayor¨ªa muy j¨®venes¡ª se han dividido en quienes prefieren no denunciar porque consideran que as¨ª no molestar¨¢n a sus hijos en la prisi¨®n; quienes han pedido disculpas p¨²blicamente en la televisi¨®n nacional y han mentido con tal de que los liberen o los dejen en paz, y quienes como B¨¢rbara han decidido denunciar el estado de injusticia desatada contra los manifestantes. A unos y a otros B¨¢rbara los entiende perfectamente. ¡°No creo que la mejor soluci¨®n es quedarse callados, pero son padres. Simplemente son padres¡±, dice.
Desde que Jonathan est¨¢ detenido en la c¨¢rcel J¨®venes de Occidente en La Habana, conocida como Manto Negro, B¨¢rbara ha hecho huelgas de hambre, ha renunciado a tomar su tratamiento para el VIH, ha convocado a ayunos por los presos pol¨ªticos, ha denunciado los casos de otras madres de menores de edad detenidos tras las protestas, ha sido detenida ella misma por la polic¨ªa, asediada, maltratada y amenazada con el destierro o con negarle las visitas a su hijo al penal, lo m¨¢s importante que ahora mismo tiene. Esas visitas suelen ser, naturalmente, tristes. Unas veces asiste Farrat, otras su esposo y otras la pareja de Jonathan y su hijo. Jonathan es padre de un beb¨¦ que naci¨® el pasado 27 de octubre, cinco meses despu¨¦s de que entrara a prisi¨®n. Farrat solicit¨® que Jonathan pudiera ir al hospital materno a reconocer a su hijo, pero le fue negado. Tampoco ha podido inscribirlo con sus apellidos. El d¨ªa en que se conocieron, el beb¨¦ sali¨® del hospital directo a la c¨¢rcel, y Jonathan no paraba de llorar. Los oficiales le permiten que los d¨ªas de visita lo tenga en brazos durante el tiempo que dure la estancia. El resto de los familiares solo pueden darle un abrazo cuando llegan.
En el ¨²ltimo encuentro de B¨¢rbara con su hijo, Jonathan se hab¨ªa enterado de la petici¨®n fiscal de ocho a?os de privaci¨®n de libertad por participar en la manifestaci¨®n que comenz¨® en el municipio de San Antonio de los Ba?os, y que se extendi¨® por varios territorios de la isla. Se le acusa de los delitos de desorden p¨²blico, atentado y propagaci¨®n de epidemias. Farrat llevaba un mensaje para su hijo de parte del abogado, el aviso de que su libertad inmediata depend¨ªa de su arrepentimiento el d¨ªa del juicio. La respuesta de Jonathan fue precisa: ¡°No tengo nada de qu¨¦ arrepentirme. Si yo me arrepintiera, mi padre tal vez estuviera muerto¡±.
El 11 de julio del 2021, Jonathan cumpli¨® 17 a?os. Mientras B¨¢rbara estaba en casa preparando ¡°algo rico de comida¡±, platanitos fritos, yuca con mojo, lo que m¨¢s le gusta comer, el hijo sali¨® a buscar al padre cuando supo que hab¨ªa estallado una manifestaci¨®n en el barrio. Todav¨ªa B¨¢rbara dice que su hijo no sali¨® a manifestarse. Era su cumplea?os. Se lo ha explicado a la polic¨ªa, a la Seguridad del Estado, al abogado. Pero los guardias cargaron con ¨¦l. ¡°Yo pens¨¦ que como es un muchacho iba a decir que se arrepent¨ªa, pero me dio una lecci¨®n¡±, se le oye decir a B¨¢rbara en su ¨²ltima transmisi¨®n en vivo. ¡°Al punto que lo mir¨¦ y le ped¨ª disculpas y le dije que ten¨ªa la raz¨®n, que no ten¨ªa nada de qu¨¦ arrepentirse. Tiene 17 a?os. Cada d¨ªa me sorprende m¨¢s¡±.
Hasta el momento se desconoce la fecha del juicio de Jonathan. ¡°Se puede demorar lo mismo un mes, cinco meses, el tiempo que les d¨¦ la gana¡±, asegura B¨¢rbara. Desde el estallido social, los tribunales cubanos han celebrado juicios a 519 personas, de un total de 1443 detenidos, de acuerdo con las estad¨ªsticas actualizadas del grupo Justicia 11J, integrado por ciudadanos que de manera independiente se unieron para rastrear nombres, edades, raza o lugar de residencia de las personas detenidas tras las protestas, a falta de informaci¨®n oficial, completa y transparente proveniente de las autoridades de la isla.
Aunque se han ido conociendo datos sobre esos juicios a cuentagotas. La semana pasada, el Tribunal Supremo de Cuba (TSC) dio a conocer las sentencias contra 129 cubanos que participaron en las manifestaciones de La Habana y que estaban acusados por hurto y sedici¨®n: 31 de ellos fueron condenados a penas de entre 20 y 30 a?os de c¨¢rcel, 25 a entre 15 y 19 a?os de prisi¨®n y 48 a entre 10 y 14 a?os. Un acusado fue absuelto, y otro recibi¨® una pena de cuatro a?os ¡°de trabajo correccional sin internamiento¡±.
Los juicios militares y las sentencias ejemplarizantes de hasta 30 a?os de prisi¨®n han sido el mayor escarmiento a los manifestantes, sus familiares y los cubanos en general. Son un mensaje directo de lo que podr¨ªa pasar si alguien se atreve nuevamente a tomar las calles.
¡°El abogado no quiso ser parte del circo¡±
Del 20 al 23 de diciembre se celebr¨® el juicio de Walnier Luis Aguilar, a quien notificaron el 16 de marzo que estaba condenado a 23 a?os de privaci¨®n de libertad por sedici¨®n, el delito por el que han impuesto sanciones m¨¢s elevadas, de acuerdo con las autoridades, para quienes alteran ¡°el orden constitucional establecido en el pa¨ªs¡± y ponen ¡°en riesgo la seguridad del Estado¡±.
¡°Como no tengo abogado, la sentencia me la dio mi hijo. El abogado nos abandon¨® en el juicio, porque no quiso ser parte del circo que estaban armando. Tir¨® los papeles y me dijo que no me pod¨ªa defender. No lo entend¨ª en ese momento, pero despu¨¦s s¨ª, porque los juicios eran un montaje. No se pod¨ªa hacer defensa, no se pod¨ªan ense?ar las fotos de las golpizas que les dieron a los manifestantes¡±, asegura el padre de Walnier, Wilber Aguilar Garc¨ªa.
En el momento en que estallaron las protestas, su hijo hab¨ªa ido a comprar malangas a un puesto situado en la Calzada de La G¨¹inera, uno de los barrios de La Habana donde m¨¢s personas han sido procesadas por manifestarse y el lugar donde muri¨® a causa de un disparo de la polic¨ªa Diubis Laurencio Tejeda, de 36 a?os, la ¨²nica muerte reconocida oficialmente por las autoridades cubanas.
¡°Tengo testimonios oficiales de que la jueza que dict¨® la sentencia empez¨® a llorar cuando todo el mundo sali¨®. No pudo resistir el dolor porque sabe que la injusticia que se est¨¢ cometiendo es mucha. ?La jueza empez¨® a llorar despu¨¦s que se acab¨® el juicio!¡±, dijo Wilber en uno de sus muchos videos en Facebook, donde denuncia la situaci¨®n de su hijo y otros presos pol¨ªticos.
Walnier, quien tiene problemas cognitivos, cumpli¨® hace unos d¨ªas en la c¨¢rcel 22 a?os. Es negro, alto, fornido. En las fotos, parece feliz junto a sus dos hijas, muy peque?as pero que llevan la cuenta de cu¨¢ndo toca visitar a su padre, y han sabido detectar el momento en que la familia prepara la bolsa de alimentos para llevar a la c¨¢rcel. ¡°Extra?o la uni¨®n de la familia¡±, dice Wilber. ¡°Aqu¨ª est¨¢n en juego muchas cosas, aqu¨ª est¨¢ en juego la separaci¨®n de un padre y un hijo, la separaci¨®n de una madre y su hijo, de una esposa de su esposo y de sus hijas. Han destruido una familia¡±.
Por las denuncias que constantemente hace de la situaci¨®n de su hijo y de otros presos en redes sociales, Wilber ha sido amenazado por la polic¨ªa pol¨ªtica cubana. ¡°Yo he pasado por muchos acosos, intimidaciones, pero no me he doblegado. Han acosado a muchos padres, a abogados, las personas tienen miedo. Pero no hay una ley en este mundo que me pueda decir que no puedo defender a mi hijo¡±.
Para el d¨ªa en que Walnier cumpli¨® los 22 a?os, le pidi¨® a su padre que comprara un cake y le cantaran felicidades. Hay un video donde aparece toda la familia y una m¨²sica de fondo que suena: ¡°Cumplea?os feliz. Cumplea?os feliz¡±.
?Habr¨¢ amnist¨ªa?
Si el martes 22 de marzo Niurka Rodr¨ªguez Garc¨ªa recib¨ªa una llamada de la c¨¢rcel, significaba que su hija, Yunaiky de la Caridad Linares, hab¨ªa depuesto la huelga de hambre que comenz¨® cuando supo que hab¨ªa sido condenada a 14 a?os de c¨¢rcel por participar en las protestas que tuvieron lugar en la barriada habanera conocida como la Esquina de Toyo. Recibi¨® la llamada. Eso era un alivio. La polic¨ªa carg¨® con Yunaiky no el 11 de julio, sino el 21, cuando un oficial de la Seguridad del Estado le pidi¨® a su abuela, de 62 a?os, que le permitiera hablar con ella. ¡°Dijo que la tra¨ªa r¨¢pido, que era solo para hablar, y todav¨ªa la estoy esperando¡±, dice la madre.
El juicio a Yunaiky y a otros 32 manifestantes tuvo lugar a finales de enero, a puertas cerradas, con el acceso de solo un familiar y sin que permitieran la entrada de la prensa. D¨ªas despu¨¦s del juicio, la madre relat¨® en Facebook que Yunaiky se hab¨ªa arrepentido de haberse subido a una patrulla policial a modo de protesta en su barrio, donde hubo confrontaciones entre militares y civiles y donde se reportaron disparos. No obstante, la joven de 24 a?os dej¨® claro ante el juez que no se arrepent¨ªa de haber salido a pedir libertad en una marcha pac¨ªfica.
Sus declaraciones bastaron para que las autoridades le prohibieran las visitas al penal y la bolsa de comida de cada semana. ¡°?Por qu¨¦?¡±, se pregunt¨® la madre entonces en una publicaci¨®n en Facebook. ¡°?Qu¨¦ hizo? ?A qui¨¦n mat¨®? Est¨¢n tomando represalia con ellos y con los familiares. M¨¦tanse con todo menos con la comida, que ah¨ª no se da tan buena comida como para quitarle lo que los familiares les llevamos¡±.
A Niurka la vida le ha cambiado desde que se llevaron a su hija presa. No duerme bien. Se la pasa pensando en c¨®mo sacarla de ese lugar. ¡°La veo fuerte y firme en sus ideales¡±, dice ahora, que le han permitido las visitas y que puede verla un d¨ªa por semana en la Prisi¨®n de Mujeres de Occidente, conocida como El Guatao.
A Yunaiky tambi¨¦n la acusan del delito de sedici¨®n. Seg¨²n el exjuez cubano Frank Ajete, este delito ya no encuentra cabida dentro de los ordenamientos modernos. ¡°Es un delito desfasado, lo que pasa es que la justicia tiende a ir mucho m¨¢s lento que la sociedad. El cubano es un c¨®digo penal que data del a?o 1986. El delito de sedici¨®n le ha venido muy bien a las autoridades cubanas en estas circunstancias, tiene castigos muy altos, castigos muy fuertes, le ha servido al poder para obrar dentro de una truculenta legalidad¡±, dice. ¡°Luego, creo yo, esas penas ser¨¢n conmutadas porque es mucha la presi¨®n internacional, y el Gobierno se lavar¨¢ la cara. Si ma?ana el presidente dice que va a amnistiar a algunos presos, queda como un acto de benevolencia, pero con el recordatorio de que la pr¨®xima vez quiz¨¢s no lo sea. Es una forma de dar un escarmiento dentro de una aparente legalidad¡±.
El d¨ªa del juicio a los manifestantes de Toyo, varios familiares de los procesados fueron expulsados del Tribunal de Diez de Octubre por aplaudir lo que hab¨ªa dicho uno de los acusados en su defensa. Luego a muchos que protestaron junto a otros activistas a las afueras del lugar los detuvieron en la 11na Estaci¨®n de San Miguel del Padr¨®n. A los familiares de Yunaiky los liberaron luego de que su abuela se desmayara. ¡°El juicio fue toda una farsa¡±, dice la madre. ¡°Y ellos lo sab¨ªan todo desde el primer momento. Ya sab¨ªan qu¨¦ hacer¡±.
A ra¨ªz de las injusticias cometidas en el marco de estos juicios, parte de la sociedad civil se ha dedicado a localizar los rostros y nombres de algunos de los jueces y fiscales involucrados. A estas denuncias, la Uni¨®n Nacional de Juristas de Cuba advirti¨® que todo aquel que intente subvertir la justicia ser¨¢ castigado con ¡°todo el peso de la Ley¡±.
Una petici¨®n de 18 a?os de c¨¢rcel por gritar ¡®El pueblo tiene hambre¡¯
Actualmente se mantienen en c¨¢rceles cubanas 759 participantes de las protestas del 11 de julio, que estallaron en medio de una pandemia que ha dejado m¨¢s de 8.000 muertes, un colapso del ya deteriorado sistema de salud y una escasez agravada por la nula llegada de turistas extranjeros a causa de las restricciones sanitarias. Como caldo de cultivo de las protestas tambi¨¦n est¨¢ el mayor acceso a Internet, los antecedentes de resistencia pol¨ªtica como el Movimiento San Isidro o la canci¨®n como Patria y Vida, que les sirvi¨® de himno a los manifestantes el d¨ªa en que se tiraron a las calles.
Permanecen encarcelados, entre muchos otros, Yoan de la Cruz, de 26 a?os, la persona que hizo la primera transmisi¨®n en vivo de las protestas en Cuba, quien acaba de recibir una sentencia de seis a?os de privaci¨®n de libertad. Las hermanas Ang¨¦lica y Mar¨ªa Cristina Garrido, condenadas a tres y siete a?os, respectivamente. Eloy B¨¢rbaro Cardoso Pedroso, de 18 a?os, a quien le piden 15 a?os de prisi¨®n, cuya esposa ha dicho que en el juicio las autoridades ni siquiera sab¨ªan reconocer qui¨¦n hab¨ªa participado de la marcha o qui¨¦n hab¨ªa tirado o no una piedra. Las hermanas Lisdiany y Lisdany Rodr¨ªguez, de Placetas, Santa Clara, a quienes les piden ocho a?os en prisi¨®n. El licenciado en Matem¨¢ticas y Computaci¨®n Samuel Pupo Mart¨ªnez, de C¨¢rdenas, cuya petici¨®n fiscal es de 18 a?os. Los tres hijos de Elizabeth Le¨®n, a dos de los cuales la Fiscal¨ªa le pide 20 a?os de prisi¨®n. El adolescente Brandon David Becerra, con una petici¨®n fiscal de 18 a?os por gritar que ¡°el pueblo tiene hambre¡±. Rowland Jes¨²s Castillo, de 18 a?os, cuya petici¨®n fiscal es de 23 a?os de privaci¨®n de libertad. Su madre, enferma de c¨¢ncer, no sabe c¨®mo lidiar con tanto.
Son muchos m¨¢s nombres, con edades y rostros. La mayor¨ªa de quienes est¨¢n en prisi¨®n a¨²n o han recibido altas condenas provienen de barrios marginales y de familias a quienes les cuesta llenar la bolsa cada semana. A estas familias las acompa?a una parte de la sociedad civil organizada, que se ha dispuesto desde las detenciones a ayudar con la compra de alimentos. La familia del preso Andy Garc¨ªa es la principal promotora del proyecto Ayuda a los valientes del 11J, que entrega bolsas de comida y aseo personal a los presos pol¨ªticos, una especie de oasis en medio de la crisis generalizada que atraviesa el pa¨ªs.
Varias organizaciones internacionales y gobiernos han denunciado los juicios pol¨ªticos a los detenidos a ra¨ªz de las protestas. Ante cualquier cuestionamiento, el mandatario cubano Miguel D¨ªaz-Canel ha dado una respuesta: ¡°Cuba es un Estado soberano, responsable por la defensa de su seguridad y su soberan¨ªa. No tiene que rendir cuentas a nadie m¨¢s que a su pueblo. Los procesos penales se realizan bajo la observancia del principio de legalidad¡±, ha indicado. El gobernante, el mismo que dio la orden de atajar cualquier manifestaci¨®n, asegur¨® a finales del pasado a?o que en Cuba ¡°no hay presos pol¨ªticos¡±.
Cuando B¨¢rbara Farrat, la madre de Jonathan, habla del pa¨ªs que quiere, dice: ¡°Una Cuba sin D¨ªaz-Canel. Donde te puedas expresar, puedas defender los derechos de tu hijo, que no te metan presa por decir la verdad, que no te asedie la polic¨ªa. Deseo una mejor¨ªa para el pueblo cubano, que el cubano no tenga que emigrar para tener una vivienda digna, para tener alimentos en el fr¨ªo. Y el mayor deber de una madre es hacer que su muchacho sea un muchacho bueno. No es porque sea mi ni?o, pero yo creo que lo logr¨¦¡±.
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