Le Pen vende moderaci¨®n para acortar distancias con Macron en un tenso debate electoral
El presidente centrista exhibe su dominio de los temas pero, al contrario que hace cinco a?os, la candidata de la extrema derecha resiste y no queda fuera de juego
El presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, domin¨® el contenido y la dial¨¦ctica del debate electoral del mi¨¦rcoles por la noche ante su rival, Marine Le Pen, pero no la dej¨® fuera de juego como hace cinco a?os. Le Pen resisti¨®. Ha suavizado su imagen y est¨¢ m¨¢s curtida. Aunque es la candidata de la extrema derecha, el presidente renunci¨® a aplicarle el calificativo. Prefiri¨® cuestionar su competencia para gobernar.
Entre acusaciones mutuas de ¡°falsedad¡± y ¡°deshonestidad¡±, el centrista Macron intent¨® desmontar el programa de su rival a la presidencia de Francia y sus incoherencias. Y logr¨® ponerla a la defensiva: como si lo que estuviese en cuesti¨®n no fuese la gesti¨®n del presidente estos cinco a?os, sino las propuestas de la candidata.
Le Pen no siempre supo responder a los argumentos de un presidente que conoce los temas al dedillo y domina la dial¨¦ctica. Pero Macron tuvo que esforzarse para evitar parecer arrogante cuando la atacaba y exhibir su inteligencia: su peor enemigo. Uno de los momentos m¨¢s tensos ocurri¨® cuando acus¨® a su rival de depender econ¨®micamente de la Rusia de Vlad¨ªmir Putin. Ella lo neg¨®.
No hubo ning¨²n momento definitivo durante las 2 horas y 45 minutos de debate, ni errores may¨²sculos que vayan a inclinar la balanza. Puede que sea una peque?a victoria para Le Pen, pero seguramente insuficiente: dif¨ªcilmente cambiar¨¢ nada en la campa?a. Macron es el favorito, seg¨²n los sondeos. Y, sin embargo, aunque estos acierten y Macron salga reelegido, Le Pen sacar¨¢ el mejor resultado de la historia para la extrema derecha en Francia. El domingo 24 de abril, en la segunda vuelta electoral, los 48,7 millones de franceses con derecho a voto decidir¨¢n.
¡°Usted depende del poder ruso y del se?or [Vlad¨ªmir] Putin¡±, le dijo Macron a Le Pen tras echarle en cara el pr¨¦stamo de nueve millones de euros que su partido, el Reagrupamiento Nacional (RN), debe a un banco ruso. ¡°Y muchas de sus posiciones se explican por esta dependencia¡±, a?adi¨®, en alusi¨®n a la defensa, por parte de la candidata, de la anexi¨®n de Crimea por Rusia en 2014 o de su defensa de Mosc¨² hasta la invasi¨®n de Ucrania en febrero.
¡°Es falso. Es deshonesto¡±, replic¨® Le Pen, quien justific¨® el pr¨¦stamo ruso porque ning¨²n banco franc¨¦s quer¨ªa dejar dinero a su partido. ¡°Devolvemos el dinero todos los meses. Somos un partido pobre, pero esto no es ning¨²n deshonor¡±.
Le Pen insisti¨® en que su posici¨®n sobre Ucrania era muy similar a la de Macron. Se declar¨® favorable a las sanciones actuales, pero no a las que afecten al gas y al petr¨®leo ruso, porque en su opini¨®n acabar¨¢n da?ando a los franceses: ¡°No nos podemos permitir hacernos el haraquiri con la esperanza de hacer da?o a Rusia¡±.
La acusaci¨®n de ¡°falsedad¡± se repiti¨® durante todo el cara a cara. Fue rudo, pero ninguno perdi¨® las formas, como le ocurri¨® a Le Pen en el debate anterior entre ambos, en 2017. Se escenific¨® antes millones de telespectadores el choque entre dos visiones de Francia, de Europa y el mundo contrapuestas, irreconciliables. Y dos estilos y personalidades.
Cuando Le Pen explic¨® su propuesta de prohibir el velo isl¨¢mico en las calles de Francia para ¡°defender la Rep¨²blica y la igualdad entre mujeres y hombres¡±, el presidente declar¨® que es ¡°una traici¨®n al esp¨ªritu franc¨¦s¡± de la Ilustraci¨®n. ¡°Usted va a crear la guerra civil si hace esto¡±, dijo.
El debate arranc¨® con el tema que ha centrado la campa?a: el poder adquisitivo. Aunque ha aumentado durante el mandato de Macron, se ha visto erosionado en los meses recientes por la inflaci¨®n.
¡°Mi prioridad es devolver el dinero a los franceses¡±, prometi¨® Le Pen, tras enumerar todas las promesas para aumentar los salarios y bajar los precios, como la rebaja masiva del IVA o la supresi¨®n del impuesto sobre la renta de todos los menores de 30 a?os.
Macron, cuando Le Pen expuso las dificultades de las clases trabajadoras, repiti¨®: ¡°Usted tiene raz¨®n en decir esto¡±. Era una manera de desactivar la acusaci¨®n de arrogancia.
Pero a continuaci¨®n, como har¨ªa despu¨¦s al abordar otros aspectos del programa, se?al¨® las incoherencias del proyecto: como diputada, Le Pen vot¨® en contra del llamado escudo energ¨¦tico que bloquea la subida de precios. Y ante la falta de respuestas, la acus¨®: ¡°Usted no da respuestas a lo que pregunto. ?Es normal! ?No las tiene!¡±.
Al abordar la Uni¨®n Europea y la propuesta de Le Pen de sustituirla por una alianza de naciones europeas, el presidente afirm¨®: ¡°Su proyecto es un proyecto del que no dice su nombre: el de la salida de la UE¡±. Le Pen acus¨® a Macron de encerrar la soberan¨ªa francesa en Europa y declar¨®: ¡°La imagen que yo tengo de Francia es la de una potencia mundial, no solo europea. Usted est¨¢ demasiado eurocentrado¡±.
A la izquierda de las pantallas se ve¨ªa a Macron. A la derecha, Le Pen. Entre ambos, 2,5 metros de distancia. Los moderadores eran los periodistas Gilles Bouleau y L¨¦a Salam¨¦, de la cadena privada TF1 y de la p¨²blica France 2, organizadoras del debate.
Le Pen se hab¨ªa preparado a conciencia. Despej¨® su agenda durante dos d¨ªas. Se aisl¨® con su equipo. Se entren¨® con sparrings. Sus consejeros le prepararon fichas tem¨¢ticas. Intent¨® evitar a toda costa una repetici¨®n del debate de 2017, cuando lleg¨® agotada por una campa?a intensa, y mal preparada. El resultado ha pasado a los anales de los debates en Francia: se equivoc¨® en los datos, lanz¨® rumores sin fundamento y demostr¨® una falta de preparaci¨®n que confirm¨® para una mayor¨ªa de los franceses que no era apta para el cargo. Macron la derrot¨® cuatro d¨ªas despu¨¦s con un 66% de votos frente a un 34%.
Macron no modific¨® sus planes en los d¨ªas anteriores. En las v¨ªsperas del cara a cara, parec¨ªa seguro de su capacidad para afrontarlo. Sigui¨® con las entrevistas previstas, las conferencias telef¨®nicas con hom¨®logos internacionales, el Consejo de Ministros de los mi¨¦rcoles.
Para Macron, el objetivo en el debate era disipar la imagen de arrogancia y elitismo: el tecn¨®crata que todo lo sabe, el repelente ni?o Vicente de la pol¨ªtica francesa. Proclive a exhibir su inteligencia. Y con una peligrosa tendencia a soltar frases intempestivas que ofenden a muchos franceses.
Para Le Pen, se trataba de disipar otra imagen: la de una candidata que inquieta a buena parte del pa¨ªs. Por su historia: heredera de la m¨¢s c¨¦lebre dinast¨ªa de la extrema derecha europea. Por su inexperiencia a la hora de gobernar y la idea de que ser¨ªa incompetente al frente de Francia, potencia nuclear con un sill¨®n permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU. Por su programa ultranacionalista, que, de aplicarse, supondr¨ªa una ruptura radical con el orden constitucional franc¨¦s y con la Uni¨®n Europea tal y como ha funcionado hasta ahora.
Que Macron evitase agitar el miedo a le extrema derecha es significativo, y quiz¨¢ se?ala que el argumento del miedo ya no es suficiente para convocar el voto. Solo al final declar¨®: ¡°Combato sus ideas, combato a su partido, su historia y su posicionamiento pol¨ªtico. Pero la respeto como persona¡±. Nada m¨¢s.
Sigue toda la informaci¨®n internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.