Veronica Oliveira, antigua limpiadora: ¡°La clase media brasile?a necesita tata para todo¡±
La brasile?a encarna esa instituci¨®n brasile?a que es la empleada del hogar y el pujante negocio de las redes sociales
Pocas frases logra acabar Ver¨®nica Oliveira, de 40 a?os, sin estallar en una carcajada. Tras esas risas y esas gafas enormes, una vida dura a la que dio la vuelta con creatividad. Personifica uno de los pilares m¨¢s tradicionales e ignorados de la sociedad brasile?a ¡ªla empleada del hogar¡ª y, a la vez, la pujanza de ese fabuloso negocio que son las redes sociales, donde Faxina Boa (buena limpieza) atesora medio mill¨®n de seguidores. Cambi¨® la periferia de S?o Paulo por el piso 22 de una torre.
Pregunta. Veo en Instagram que fue en avi¨®n con toda su familia. Inolvidable, ?no?
Respuesta. Quer¨ªa que mis hijos vieran mi trabajo, as¨ª que cuando me invitaron a dar esa conferencia puse como condici¨®n para firmar el contrato que vinieran todos. Aceptaron. Para quien ha pasado muchas necesidades es un momento de conquista muy grande. Yo ten¨ªa 38 a?os cuando vol¨¦ por primera vez.
P. Me record¨® aquel comentario del ministro de Econom¨ªa¡
R. S¨ª¡ que ¡°con el d¨®lar bajo, todo el mundo estaba yendo a Disneylandia, la criada yendo a Disneylandia, un fiest¨®n¡±. ??Agggg! Lo que m¨¢s me enoj¨® es que dijera que no tenemos que ir al extranjero, sino a Foz de Igua?u. La primera vez que cog¨ª un avi¨®n fue para limpiar una casa en R¨ªo de Janeiro, ellos me mandaron el dinero. Fue muy gracioso porque yo viv¨ªa en la periferia y me llev¨® m¨¢s tiempo llegar al aeropuerto que lo que dur¨® el vuelo a R¨ªo. Fue un evento, llor¨¦, estaba tensa, super emocionada.
P. Empez¨® a limpiar casas como ¨²ltimo recurso y resulta que aquello cambi¨® su vida.
P. Jam¨¢s imagin¨¦ que trabajar¨ªa limpiando casas. Y tampoco, en redes sociales. Descubr¨ª que, como limpiadora, empec¨¦ a ganar cuatro veces m¨¢s que como operadora de telem¨¢rketing. Ahora a veces hago un trabajo de publicidad en Instagram y la marca me paga como dos a?os de telem¨¢rketing. Gracias a la limpieza, logr¨¦ mostrar mi talento. Siempre me gust¨® escribir, ganaba concursos de redacci¨®n. Hubiera querido ser periodista, escritora, presentar el telediario o la MTV.
P. Se ofrec¨ªa en su p¨¢gina Facebook para limpiar casas con anuncios que hac¨ªan referencia a iconos de la cultura popular, de Tarantino a la serie del momento. Un exitazo.
R. ?La idea de los anuncios ni siquiera fue m¨ªa! Se le ocurri¨® a una amiga. Fue una sorpresa descubrir que all¨ª hab¨ªa un espacio para hablar de cosas de las que otros no hablaban. Empezaron a verme a m¨ª antes que mi trabajo. Quer¨ªan conocerme y, como trabajo bien, consegu¨ª muchos clientes. Entr¨¦ en m¨¢s de 200 casas.
P. ?Qu¨¦ pasar¨ªa si ma?ana las empleadas del hogar no van a casa de nadie?
R. Uy, la gente no sabe ni d¨®nde tiene las cosas. Suelo decir que la clase media brasile?a necesita tata para todo. Necesitan tata al nacer, cuando son ni?os, cuando son adultos. Es una parte de la poblaci¨®n muy acostumbrada a ser servida y mimada. Pero eso no les basta. Quieren que la persona que vaya a limpiar tambi¨¦n escuche. Es m¨¢s que una relaci¨®n de trabajo, es casi como de la familia pero para el bien de la familia, no de ella.
P. Es muy habitual o¨ªr que es de la familia. ?En qu¨¦ no lo es?
R. ?Ella no puede comer! O a veces puede comer lo que sobr¨® u otra comida distinta. Suelo bromear que es parte de la familia, pero por debajo del perro.
P. Es duro.
R. Mucho.
P. En Brasil suele ser un empleo de mujeres pobres y negras. Y un trabajo muy subestimado en todo el mundo.
R. Durante la pandemia salieron muchos reportajes de gente diciendo ¡®nunca lav¨¦ los platos, no sab¨ªa el tiempo que lleva limpiar, el esfuerzo que supone¡¯¡ Hay productos, como aspiradoras o fregonas, que antes no compraban porque no los consideraban necesarios. Porque no limpiaban ellas. No quer¨ªan gastar dinero en eso. Lo consideraban pretencioso.
P. Hace a?os la ex primera ministra de Noruega Gro Harme Bruntland me cont¨® en una entrevista que no ten¨ªa secretaria ni se?ora de la limpieza. Que ella y su marido limpiaba su casa. Me impact¨®.
R. ?Le daba tiempo?
P. Ya estaba retirada.
R. Ah, porque lleva tiempo. No es raro que quien trabaja de limpiadora no tenga tiempo y le pague un dinero a una vecina por cuidar de sus hijos y dar un repaso a la casa. Yo empec¨¦ a llamar a alguien para que limpiara aqu¨ª cuando estaba embarazada de nueve meses. Alguien dijo ¡®?la limpiadora tiene limpiadora!¡¯¡ Si es que no consegu¨ªa agacharme.
P. ?Y en qu¨¦ consiste su trabajo actual?
R. Ahora reparto mi tiempo razonablemente en todas las cosas que necesito. Tengo un horario para leer los emails, otro para estar con mi hija, cuando mi hijo llega de la escuela hago la comida, luego tengo reuniones, grabo los v¨ªdeos, escribo los guiones, doy conferencias, he publicado un libro.¡
P. ?Criar a sus hijos (22 a?os, 13 a?os y 11 meses) le ayud¨® a ser emprendedora?
R. Descubr¨ª maneras de salir adelante. Hay mucha mente creativa en la periferia. Consigues sortear ciertas situaciones con m¨¢s facilidad que alguien que siempre vivi¨® en un barrio noble del centro de S?o Paulo. Por ejemplo, tengo un amigo dise?ador, de familia estructurada y dinero, que con la pandemia perdi¨® el trabajo. Y se qued¨® esperando a ver qu¨¦ aparec¨ªa. Nosotros no podemos permitirnos ese lujo de quedarnos parados, esperando a que aparezca la oportunidad, salimos a crear. Lo ves con las mujeres de la periferia cuando vuelven del permiso de maternidad y pierden el empleo. Las chicas se dedican a lo que saben hacer bien y les permite ganar dinero. Cosen, hacen tartas¡
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