Los franceses encaran las elecciones legislativas con la idea de limitar el poder de Macron
Las fuerzas de izquierda y derecha negocian alianzas a toda prisa para mejorar su representaci¨®n en la Asamblea Nacional en junio
El carrusel electoral franc¨¦s no se detiene. Emmanuel Macron apenas tendr¨¢ tiempo de saborear su victoria: la campa?a de las legislativas de junio ¨Dm¨¢s tercera vuelta que nunca¨D ha empezado ya. Parece dif¨ªcil que el presidente reelecto obtenga una mayor¨ªa absoluta como la de hace cinco a?os. Los franceses, incluyendo parte de sus votantes, desean ver a Macron derrotado y forzado a ¡°cohabitar¡± con una Asamblea Nacional y un primer ministro hostiles. A izquierda y derecha se negocian alianzas a toda prisa.
Son solo dos sondeos, pero ambos coinciden en que los franceses no desean que Macron disfrute de un segundo mandato f¨¢cil. Su presidencia jupiteriana, vertical y personalista, ejercida a placer gracias a una mayor¨ªa absoluta en la Asamblea Nacional (308 de los 577 esca?os), es mal valorada por los electores.
El 63% de los encuestados, seg¨²n Opinionway, y el 56%, seg¨²n Ipsos, prefieren que la Asamblea y el Gobierno queden en manos de Marine Le Pen (ultraderecha) o Jean-Luc M¨¦lenchon (izquierda populista). Casi el 40% de quienes votaron a Macron en la segunda vuelta se declaran tambi¨¦n partidarios de una ¡°cohabitaci¨®n¡± que limite de forma dr¨¢stica los poderes presidenciales.
Para que esos deseos tengan alguna posibilidad de hacerse reales es necesario componer alianzas, tanto a la derecha de Macron como a su izquierda. Las fuerzas pol¨ªticas han empezado a hablarse o a formular propuestas a trav¨¦s de las redes sociales. Hay prisa, porque se vota el 12 y el 19 de junio. Hay tambi¨¦n muchas dificultades.
Dificultades personales
En la ultraderecha, las dificultades no son program¨¢ticas. Son personales. ?ric Zemmour, el polemista que provoc¨® una escisi¨®n en el Reagrupamiento Nacional y se present¨® como candidato a presidente en la primera vuelta, en rivalidad directa con Marine Le Pen, no se ahorr¨® sarcasmos durante el recuento de votos y record¨® que la familia Le Pen no hac¨ªa m¨¢s que acumular derrotas.
Acto seguido, sin embargo, reclam¨® una ¡°alianza entre todas las derechas, entre las clases populares y la burgues¨ªa patri¨®tica¡±. La coalici¨®n entre Reagrupamiento Nacional, Reconquista (el partido de Zemmour) y una parte de la derecha tradicional no es para Zemmour ¡°una opci¨®n, sino una necesidad¡±. ¡°Olvidemos nuestras querellas¡±, reclam¨®.
Marion Mar¨¦chal-Le Pen, la sobrina de Marine Le Pen que se march¨® con Zemmour, incluso exhibi¨® un c¨¢lculo (muy optimista) sobre el n¨²mero de esca?os que obtendr¨ªa una ultraderecha reunificada. Seg¨²n ella, sin una coalici¨®n ya bautizada como Uni¨®n Nacional, la ultraderecha no obtendr¨ªa m¨¢s que 13 diputados, poco m¨¢s que los actuales siete, y permanecer¨ªa en una posici¨®n marginal. La coalici¨®n, por el contrario, alcanzar¨ªa seg¨²n sus c¨¢lculos ¡ªhay que insistir en lo del optimismo¡ª 148 diputados. Mar¨¦chal-Le Pen habl¨® de ¡°inmensa responsabilidad¡± y de la necesidad de constituir la primera fuerza de oposici¨®n en la Asamblea como ¨²nica garant¨ªa de ¡°la salvaci¨®n de Francia¡±.
Esto es lo que dicen en el campo de Zemmour, que solo obtuvo el 7% de los votos. En el campo lepenista muestran desprecio hacia los tr¨¢nsfugas. ¡°No vamos a encerrarnos en una alianza con Reconquista¡±, declar¨® Jordan Bardella, presidente de Reagrupamiento Nacional y mano derecha de Marine Le Pen. En realidad, Le Pen desea aplastar a Zemmour y a la sobrina d¨ªscola y forzar la disoluci¨®n de Reconquista. A Marine Le Pen, como a su padre Jean-Marie Le Pen, le cuesta olvidar las ofensas. No puede descartarse, en cualquier caso, que las necesidades electorales propicien actitudes m¨¢s pragm¨¢ticas.
En el otro extremo del ¨¢mbito pol¨ªtico, el fundador y l¨ªder de Francia Insumisa, Jean-Luc M¨¦lenchon, se muestra dispuesto a formar una coalici¨®n de las izquierdas bajo el nombre de Uni¨®n Popular. Pero M¨¦lenchon, fortalecido por su buen resultado (21,9%) en la primera vuelta, exige que cualquier acercamiento se haga bajo sus condiciones. Con el Partido Comunista no deber¨ªa haber grandes dificultades. Europa Ecolog¨ªa Los Verdes muestra asimismo predisposici¨®n a soslayar sus diferencias con M¨¦lenchon (relacionadas sobre todo con la Uni¨®n Europea y la pol¨ªtica internacional) y a propiciar una uni¨®n de la izquierda en las legislativas.
Un oscuro panorama para los socialistas
?Y el Partido Socialista? Tiene ante s¨ª un panorama oscuro. M¨¦lenchon se niega de momento a negociar con los socialistas, o lo que queda de ellos, porque ni siquiera les considera parte de la izquierda. El primer secretario de PS, Olivier Faure, conf¨ªa en que el l¨ªder de Francia Insumisa les conceda al final un poco de espacio y un pu?ado de esca?os. Pero Anne Hidalgo, alcaldesa de Par¨ªs y gran fracaso (1,7% de los votos) como candidata a la presidencia de la Rep¨²blica, rechaza todo acercamiento a los insumisos.
En Los Republicanos, casi tan desarbolados como los socialistas, hay riesgo de desbandada. Varios altos cargos que a¨²n no se han ido con Emmanuel Macron consideran que, siguiendo el consejo del expresidente Nicolas Sarkozy, y visto el resultado del domingo, conviene aprovechar la oferta de inclusi¨®n lanzada por el presidente actual e integrarse de alguna forma en La R¨¦publique en Marche. Otros conf¨ªan en que la implantaci¨®n territorial del partido les permita mantener un grupo propio y un m¨ªnimo de autonom¨ªa parlamentaria. El riesgo de una nueva escisi¨®n y de una pr¨¢ctica desaparici¨®n es elevado.
Por ¨²ltimo, corresponde a Emmanuel Macron dirigir sus fuerzas hacia una nueva victoria. La m¨¢s dif¨ªcil. La R¨¦publique en Marche no ha conseguido una aut¨¦ntica implantaci¨®n territorial en los pasados cinco a?os, y pocos de sus diputados se han labrado un perfil propio. En general, los candidatos macronistas son percibidos como simples delegados del presidente. Esto ayud¨® al ¨¦xito en 2017, cuando Macron suscitaba entusiasmo. Ahora, dada la parad¨®jica situaci¨®n de un presidente a la vez reelegido y altamente impopular, podr¨ªa ayudar al fracaso.
Una segunda cosecha de tr¨¢nsfugas de Los Republicanos, gente que conoce bien a los votantes de cada circunscripci¨®n, y tal vez la captaci¨®n de alg¨²n diputado socialista popular en su zona, mejorar¨ªan las perspectivas electorales de La R¨¦publique en Marche. Un movimiento poco estructurado e ideol¨®gicamente indefinido que necesita ganar. De lo contrario, Emmanuel Macron, desprovisto de mayor¨ªa en la Asamblea y con un primer ministro opuesto a sus ideas, podr¨ªa convertirse en un pato cojo durante su segundo mandato.
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