El careo televisivo de Sunak y Truss queda en tablas y consolida a la ministra de Exteriores como favorita
El ex titular de Finanzas necesitaba un golpe ganador en un debate en el que el reto era evitar resquebrajar m¨¢s al partido
El primer debate televisivo de los dos aspirantes al cetro conservador brit¨¢nico ha certificado que la prueba m¨¢s delicada de la sucesi¨®n de Boris Johnson ser¨¢ evitar que la contienda resquebraje todav¨ªa m¨¢s a un partido a¨²n en shock tras consumar el regicidio. Para Liz Truss, actual ministra de Exteriores y favorita de la militancia, el reto es ligeramente m¨¢s sencillo, ya que su principal desaf¨ªo era simplemente evitar sabotear la notable ventaja que todas las encuestas le dan sobre su rival. En consecuencia, aunque no gan¨® un enfrentamiento que, en parte por el propio formato, qued¨® en tablas, pudo considerarlo misi¨®n cumplida, puesto que nada en su actuaci¨®n la ha alejado del N¨²mero 10 de Downing Street, residencia oficial del primer ministro.
Por el contrario, para Rishi Sunak, hasta hace tres semanas titular de Finanzas, la ¨²nica esperanza para impedir la coronaci¨®n de Truss es noquear p¨²blicamente a su adversaria en foros como el organizado este lunes por la cadena BBC en la ciudad inglesa de Stoke on Trent. Por ello, intent¨® capitalizar su labor al frente del Tesoro como palanca para convertirse en el David que derrota a Goliat, pero las tornas contin¨²an viradas para ambos. Hasta el pasado mi¨¦rcoles, ¨¦l disfrutaba de su condici¨®n de favorito de quienes votaban, los diputados conservadores, frente a una Truss que solo consigui¨® colarse en el dueto final en la ¨²ltima votaci¨®n.
Sin embargo, quien durante la pandemia hab¨ªa sido el ni?o bonito de las bases ha perdido brillo, y la militancia, seg¨²n los sondeos, prefiere el liberalismo sin complejos de su rival, que en la BBC volvi¨® a prometer bajadas tributarias desde el primer d¨ªa, as¨ª como anular controvertidas decisiones de su adversario, como las subidas de las contribuciones al equivalente a la Seguridad Social y del impuesto de Sociedades. Y es que, como hab¨ªa acontecido ya en los debates de la fase parlamentaria, la econom¨ªa y, sobre todo, la pol¨ªtica fiscal centraron una batalla que beneficia a Truss: mientras Sunak se niega a bajar impuestos hasta que la inflaci¨®n est¨¦ bajo control, la ministra de Exteriores habla en el idioma favorito de los militantes conservadores, el de recortes tributarios.
El problema es que sigue sin aclarar c¨®mo los financiar¨¢, m¨¢s all¨¢ de aumentar el pr¨¦stamo, una apuesta calificada este lunes de ¡°irresponsable¡± por quien hasta hace tres semanas gestionaba las finanzas brit¨¢nicas. Sunak intent¨® vender una mentalidad estrat¨¦gica a largo plazo, dolor ahora por un futuro menos hipotecado, un posicionamiento que, a su pesar, abri¨® un flanco f¨¢cil para el contraataque de Truss, que sentenci¨®: ¡°la gente quiere ver acciones urgentes, no quieren esperar a ma?ana¡±.
Ninguno fue v¨ªctima de un error que hiciese descarrilar sus aspiraciones, pero tampoco lograron galvanizar la campa?a y, en ocasiones, lo superfluo, como el precio de los pendientes de ella y los trajes de ¨¦l, amenaz¨® con trivializar el debate. Sus soflamas sonaban conocidas y, m¨¢s all¨¢ de avanzar que estar¨ªan dispuestos a tener al otro en su futuro gabinete, la ¨²nica novedad estrat¨¦gica que dejaron caer fue la de c¨®mo se ven en la carrera: Sunak quiere trazar un cambio de conducta tras un premier que ha ca¨ªdo v¨ªctima de la suya propia y la titular de Exteriores se present¨® como el baluarte de la revoluci¨®n en materia pol¨ªtica.
Para el exministro de Finanzas, la idea es delicada, sobre todo, porque est¨¢ pagando caro la etiqueta de traidor. Su dimisi¨®n al frente del Tesoro el 5 de julio, transcurridos apenas minutos de la del por entonces titular de Sanidad, se considera el catalizador que, en menos de 48 horas, precipitar¨ªa la ca¨ªda de Johnson. A la derecha brit¨¢nica nunca le ha temblado el pulso a la hora de deshacerse de sus l¨ªderes, pero la emergencia que el grupo parlamentario detectaba en su desalojo de Downing Street contrasta con c¨®mo las bases perciben los acontecimientos y, seg¨²n el diario Daily Telegraph, biblia conservadora, el propio primer ministro coquetea con la idea de que un inveros¨ªmil voto de los militantes anule su salida de la residencia oficial.
En su careo cat¨®dico de este lunes, los candidatos a relevarlo, pese a descartar reclutarlo para sus futuros gabinetes, se cuidaron de no mancillar a¨²n m¨¢s su golpeada reputaci¨®n, sobre todo, porque eran conscientes del simbolismo de d¨®nde estaban. Stoke on Trent es uno de los territorios que m¨¢s robustamente hab¨ªa votado a favor del Brexit en 2016 y, en las generales de 2019, en las que Johnson consigui¨® para los tories la mayor victoria electoral en 30 a?os, pas¨® por primera vez a manos conservadoras. Quien el pr¨®ximo 6 de septiembre se mude a la residencia oficial tendr¨¢ en bastiones como Stoke la gran prueba de fuego, puesto que la hegemon¨ªa parlamentaria depender¨¢, en gran parte, de mantenerlos.
La audiencia del evento estaba compuesta ¨ªntegramente por votantes del partido y, en sus hogares, los entre 100.000 y 200.000 militantes (nunca se ha confirmado la cifra real) que decidir¨¢n al ganador sab¨ªan que uno de los atributos necesarios para liderar la formaci¨®n es el magnetismo electoral para garantizar la victoria en las urnas. Las pr¨®ximas dos semanas ser¨¢n cruciales, puesto que las papeletas se entregar¨¢n entre el 1 y el 5 de agosto y, aunque el plazo permanecer¨¢ abierto hasta el 2 de septiembre, tradicionalmente las bases conservadoras tienden a votar pronto.
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