La junta militar de Myanmar lleva a la horca a cuatro activistas prodemocracia, las primeras ejecuciones del pa¨ªs desde 1988

La junta militar de Myanmar ejecut¨® a cuatro activistas prodemocracia este lunes, en lo que constituyen las primeras condenas a muerte aplicadas en esta naci¨®n del sureste asi¨¢tico desde 1988, seg¨²n denuncia Amnist¨ªa Internacional. Los cuatro hombres ajusticiados, entre los que figura un pol¨ªtico opositor, hab¨ªan sido condenados a la pena capital en un juicio celebrado a puerta cerrada en enero. Estaban acusados de terrorismo y conspiraci¨®n contra el r¨¦gimen castrense. El mes pasado, el portavoz del Gobierno militar, Zaw Min Tun, defendi¨® la pena de muerte en el pa¨ªs, alegando que est¨¢ justificada y que contin¨²a vigente en otras regiones. La antigua Birmania lleva sumida en una profunda crisis pol¨ªtica, econ¨®mica y social desde que el Ej¨¦rcito perpetr¨® un golpe de Estado el 1 de febrero de 2021, con el que arrebat¨® el poder al Gobierno democr¨¢tico de la premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, de 77 a?os.

Amnist¨ªa Internacional afirma que el ¨²ltimo ajusticiamiento tuvo lugar en la antigua Birmania en 1988, bajo la dictadura militar que gobern¨® la naci¨®n durante medio siglo (de 1962 a 2011). A pesar de que la pena capital no ha sido nunca revocada en el pa¨ªs, estas condenas se sol¨ªan conmutar a penas de prisi¨®n tras los tradicionales indultos que las autoridades otorgan en fechas se?aladas.

En una nota publicada este lunes por la Agencia Nacional de Myanmar, controlada por el ej¨¦rcito, las autoridades militares confirmaron la ejecuci¨®n de los presos en la horca, aunque no especificaron cu¨¢ndo se produjo. Los condenados hab¨ªan sido acusados de ayudar a las nuevas milicias civiles que desde la asonada han estado luchando contra el Tatmadaw ¡ªcomo se conoce al ej¨¦rcito del pa¨ªs¡ª y que han contribuido a agravar la guerra de guerrillas en la que el pa¨ªs vive desde hace d¨¦cadas. En su comunicado, la junta les acusa de ¡°preparar y conspirar para cometer actos terroristas brutales e inhumanos, como asesinatos¡±.

De acuerdo con el peri¨®dico Global New Light of Myanmar, entre los ejecutados est¨¢n Kyaw Min Yu (m¨¢s conocido como Ko Jimmy), de 53 a?os, una de las caras m¨¢s visibles de las protestas prodemocr¨¢ticas, y el antiguo parlamentario Phyo Zeya Thaw, de 41 a?os, aliado de Suu Kyi. Ambos perdieron su recurso de apelaci¨®n a la sentencia el pasado junio. Los otros dos son Hla Myo Aung y Aung Thura Zaw, acusados de haber matado a una mujer por ser supuestamente confidente de los militares, seg¨²n informa la agencia Efe.

¡°La comunidad internacional debe condenar esta barbarie¡±, escribi¨® en un mensaje de Twitter Kyaw Zaw, portavoz de la oficina presidencial del autodenominado Gobierno de Unidad Nacional, una Administraci¨®n en la sombra, opuesta a la junta militar. Pa¨ªses como Francia y Estados Unidos ya han reprochado al r¨¦gimen castrense birmano las ejecuciones. Un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca las defini¨® en un comunicado como ¡°atroces¡± y las conden¨® ¡°en los t¨¦rminos m¨¢s en¨¦rgicos¡±.

La Nobel Suu Kyi, 18 meses detenida

La antigua Birmania lleva sumida en el m¨¢s profundo caos desde la asonada militar del a?o pasado. Tras dos lustros de transici¨®n hacia la democracia, ahora truncada por el golpe de Estado, la l¨ªder de hecho del Gobierno depuesto, Aung San Suu Kyi, alcanz¨® un gran apoyo popular que se tradujo en una marea de manifestaciones pidiendo su liberaci¨®n y desafiando la violenta represi¨®n ejercida por polic¨ªas y soldados. A pesar de que las protestas han sido mayormente pac¨ªficas, al menos 2.114 personas han sido asesinadas por el Tatmadaw, seg¨²n los datos recabados por la Asociaci¨®n de Asistencia a Presos Pol¨ªticos, que no cuenta los fallecidos durante enfrentamientos armados ni las v¨ªctimas mortales vinculadas al r¨¦gimen militar. Adem¨¢s, 11.759 se encuentran detenidas. Suu Kyi, por su parte, lleva m¨¢s de 18 meses detenida y est¨¢ acusada de casi una veintena de delitos que le podr¨ªan suponer m¨¢s de dos siglos entre rejas. Por el momento, ya acumula cuatro condenas a penas de prisi¨®n.

Los cuatro ejecutados hab¨ªan permanecido encarcelados desde principios de a?o en la prisi¨®n de Insein de Yang¨®n, la m¨¢s grande de la naci¨®n y donde miles de presos de conciencia fueron encarcelados durante medio siglo de dictadura militar, entre ellos, Suu Kyi, quien estuvo all¨ª retenida en 2003, 2007 y 2009.

¡°Estoy enfurecido y devastado por la noticia de que la junta militar ha ejecutado a cuatro nacionales birmanos y defensores de los derechos humanos y la democracia¡±, denunci¨® en un comunicado Tom Andrews, el relator especial de Naciones Unidas para Myanmar. ¡°Mi coraz¨®n est¨¢ con sus familias, amigos y seres queridos, as¨ª como con todos los birmanos que est¨¢n siendo v¨ªctimas de las atrocidades cometidas por la junta¡±, a?adi¨®.

En una rueda de prensa televisada a principios de junio, el portavoz del Gobierno, Zaw Min Tun, anunci¨® que Myanmar retomar¨ªa la aplicaci¨®n de la pena capital. Entonces, afirm¨® que ¡°al menos 50 civiles inocentes, sin incluir las fuerzas de seguridad, murieron por su culpa¡±, haciendo referencia a los cuatro condenados. ¡°?C¨®mo no se puede denominar a esto justicia? Las acciones necesarias se deben tomar en el momento adecuado¡±, a?adi¨®. Desde el golpe de Estado del 1 de febrero de 2021, 113 personas han recibido sentencias de muerte.

¡°Esto significa que no hay vuelta atr¨¢s. No ha habido ejecuciones en este pa¨ªs en los ¨²ltimos 30 a?os, y pens¨¢bamos que la pena de muerte podr¨ªa terminar aboli¨¦ndose. Myanmar vuelve a estar sumida en la oscuridad¡±, condena Khin Zaw Win, director del centro de estudios birmano Tampadipa Institute.

Human Rights Watch tambi¨¦n ha emitido duras cr¨ªticas por la reciente aplicaci¨®n de la pena de muerte en Myanmar. Elaine Pearson, directora interina de esta asociaci¨®n proderechos humanos para Asia, apunt¨® en un mensaje: ¡°La ejecuci¨®n de la junta de estos cuatro hombres es un acto de absoluta crueldad. Estas ejecuciones se produjeron tras unos juicios militares claramente injustos y que se celebraron con motivaciones pol¨ªticas. Con esta barbarie y su desprecio por la vida humana, el r¨¦gimen busca que se enfr¨ªe el movimiento de protesta contra el golpe de Estado. La Uni¨®n Europea, Estados Unidos y otros gobiernos internacionales deben demostrar a la junta que deber¨¢ rendir cuentas por sus cr¨ªmenes¡±.

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