La fuga del voto musulm¨¢n merm¨® las opciones de gobernar de los socialdem¨®cratas en Suecia
Un partido radical con tendencias islamistas irrumpe con fuerza en varios suburbios de las principales ciudades del pa¨ªs escandinavo
En el barrio de Rosengard, en la ciudad sueca de Malm?, m¨¢s del 80% de la poblaci¨®n es musulmana. Es una zona deprimida, con muchos j¨®venes desempleados e ¨ªndices de criminalidad por las nubes. Como en otros suburbios de Estocolmo y Gotemburgo en los que se concentran sirios, iraqu¨ªes, turcos, afganos y somal¨ªes, el Partido Socialdem¨®crata siempre hab¨ªa arrasado en las elecciones. En las del pasado domingo fue la fuerza m¨¢s votada, pero por muy poco. Sumaron aproximadamente la mitad de sufragios que en los comicios de hace cuatro a?os, y casi un tercio de los votantes se decantaron por Nyans, un partido radical promusulm¨¢n que concurr¨ªa por primera vez.
Resulta complicado estimar la cifra de votantes musulmanes que siempre hab¨ªan votado en las elecciones parlamentarias por los socialdem¨®cratas y que no lo hicieron este domingo. Hasta que los resultados del escrutinio no est¨¦n certificados, probablemente la pr¨®xima semana, no se anunciar¨¢ cu¨¢ntos votos ha obtenido Nyans (Matiz, en sueco) en todo el pa¨ªs. Sin embargo, el resultado de los comicios locales en Rosengard y otros barrios de las principales ciudades suecas evidencian que el Partido Socialdem¨®crata tuvo all¨ª una sangr¨ªa de votos.
Las pol¨ªticas en materia de inmigraci¨®n y la falta de integraci¨®n de algunas de las principales minor¨ªas en el pa¨ªs escandinavo han sido asuntos preponderantes durante la campa?a electoral. El bloque ganador, compuesto por la ultraderecha, los conservadores, los cristianodem¨®cratas y los liberales, ha puesto el foco de su discurso en la poblaci¨®n de origen extranjero de barrios como Rosengard, donde los ¨ªndices de homicidios con armas de fuego apenas tienen parang¨®n en el resto de la Uni¨®n Europea.
Los socialdem¨®cratas han criticado la falta de integraci¨®n en ciertas partes del pa¨ªs, adem¨¢s de haber endurecido durante los ¨²ltimos a?os los requisitos para la reagrupaci¨®n familiar o la obtenci¨®n del estatus de refugiado. La primera ministra en funciones, Magdalena Andersson, quien dimiti¨® el jueves ¡ªun gesto con el que reconoce que la tarea de intentar formar Gobierno debe recaer primero en el bloque de derechas¡ª declar¨® en campa?a que no se pod¨ªa permitir que hubiera ¡°Chinatowns y Somalitowns¡± en Suecia. ¡°Es evidente que la frase no fue adecuada y que le ha pasado factura¡±, comenta por tel¨¦fono el polit¨®logo Anders Sannerstedt.
Andersson argument¨® que todas las zonas del pa¨ªs deber¨ªan tener como m¨¢ximo un 50% de poblaci¨®n de origen for¨¢neo (nacida en el extranjero o con dos padres extranjeros), y que hab¨ªa que poner fin a las ¡°sociedades paralelas dentro dentro del pa¨ªs¡±. Sannerstedt considera que las propuestas de la pol¨ªtica socialdem¨®crata eran en esencia beneficiosas para la poblaci¨®n inmigrante. ¡°B¨¢sicamente defend¨ªa que hab¨ªa que terminar con la segregaci¨®n, mejorando el nivel de vida en los barrios deprimidos y con una modernizaci¨®n del ascensor social¡±, a?ade el profesor de Ciencias Pol¨ªticas en la Universidad de Lund. ¡°El problema fue que no supo proponer medidas concretas y algunas de sus declaraciones fueron malinterpretadas¡±.
Sannerstedt explica que la ausencia de sondeos a pie de urna en los barrios como Rosengard dificultan a¨²n m¨¢s el estudio del voto musulm¨¢n. Sin embargo, en todos ellos se observa una p¨¦rdida de apoyos a socialdem¨®cratas en las municipales, adem¨¢s de un incremento de la abstenci¨®n y, en algunos, la irrupci¨®n con mucha fuerza de Nyans. Un hecho evidencia que a los socialdem¨®cratas les preocupaba en la recta final de la campa?a la p¨¦rdida de votos musulmanes: la v¨ªspera de la jornada electoral, Andersson hizo campa?a en Rinkeby, uno de los barrios m¨¢s conflictivos de Estocolmo, donde Nyans ha obtenido m¨¢s del 20% de los sufragios.
¡°Yo no voto, pero mi madre, que siempre hab¨ªa apoyado a los socialdem¨®cratas, esta vez eligi¨® a Nyans¡±, comenta Aasha Farah, una sueca de origen somal¨ª de 22 a?os que ha residido siempre en Rinkeby. ¡°Le dijeron en un grupo de WhatsApp que era lo mejor para ella¡±, resume. ¡°La irrupci¨®n de Nyans resulta alarmante¡±, comenta Sannerstedt. ¡°Es un partido claramente iliberal, con tintes islamistas y un discurso muy poco democr¨¢tico¡±, describe el polit¨®logo. En Malm? (350.000 habitantes), la formaci¨®n ha obtenido el 2,8% de votos en las municipales, unos cientos de sufragios menos que los necesarios para haber entrado en el Ayuntamiento. En Landskrona (47.000 habitantes), un municipio a 40 kil¨®metros de Malm?, los resultados del escrutinio todav¨ªa son provisionales y a¨²n mantienen opciones de sacar un puesto de concejal.
Nyans es una formaci¨®n creada en 2019 por Mikail Y¨¹ksel, un ciudadano nacido en Turqu¨ªa que fue expulsado del Partido del Centro por sus v¨ªnculos con Lobos Grises, una organizaci¨®n islamista y ultranacionalista turca. En campa?a, los candidatos de Nyans han insultado a los jud¨ªos y los chi¨ªes. Tambi¨¦n han propagado bulos, como que las autoridades suecas secuestran a ni?os musulmanes para darles una educaci¨®n cristiana. ¡°Es incre¨ªble lo que han calado algunas de esas teor¨ªas conspirativas¡±, comenta Sannerstedt. Entre sus propuestas, Y¨¹ksel reclama para la poblaci¨®n musulmana en Suecia un estatus de minor¨ªa equiparable al que tienen los samis, los ind¨ªgenas que residen en el norte del pa¨ªs desde hace milenios.
La irrupci¨®n en el pa¨ªs escandinavo de Rasmus Paludan, un radical con nacionalidad sueca y danesa, tambi¨¦n parece haber beneficiado a Nyans y a la ultraderecha, y perjudicado a los socialdem¨®cratas. Paludan, que form¨® un partido en Dinamarca (L¨ªnea Dura) que obtuvo el 1,8% de los votos en las ¨²ltimas parlamentarias, apost¨® por una nueva estrategia ante la cita electoral en Suecia: ha acudido durante meses a las zonas del pa¨ªs con mayor concentraci¨®n de poblaci¨®n musulmana para quemar un cor¨¢n. Sus acciones provocaron fuertes disturbios en barrios como Rosengard y Rinkeby. El partido promusulm¨¢n ha abogado en campa?a por la prohibici¨®n de quemar coranes. Nyans tambi¨¦n defiende el uso del velo, el niqab y el burka en cualquier ¨¢mbito. ¡°Nos ha hecho da?o que ellos hayan mentido al decir que ¨ªbamos a prohibir el uso del velo¡± ha declarado Joakim Sandell, concejal socialdem¨®crata en Malm?, al diario Dagens Nyheter.
La socialdemocracia no parece haber perdido votos solo entre la poblaci¨®n musulmana que vive en barrios como Rinkeby o Rosengard. Tambi¨¦n entre la comunidad kurda, que por lo general est¨¢ m¨¢s integrada que otras minor¨ªas, pero que se siente traicionada por los acuerdos alcanzados con Turqu¨ªa para que levantara el veto al ingreso de Suecia en la OTAN. El futuro Gobierno sueco tendr¨¢ que lidiar con las exigencias de Ankara, que todav¨ªa no ha dado luz verde a la adhesi¨®n y sigue exigiendo la extradici¨®n de decenas de kurdos, entre otras demandas. ¡°Confiamos en que el nuevo Gobierno que se forme en Suecia d¨¦ pasos concretos para cumplir con nuestras demandas. De lo contrario, no podr¨¢n ingresar en la Alianza¡±, declar¨® Mevl¨¹t ?avusoglu, el ministro de Exteriores turco, al poco de confirmarse la victoria del bloque de derechas.
A pesar de la p¨¦rdida de votos entre la comunidad musulmana (en torno al 10% de la poblaci¨®n del pa¨ªs), el resultado del Partido Socialdem¨®crata ha sido mejor que el de hace cuatro a?os. Los sondeos apuntan a que ha obtenido votos procedentes del Partido del Centro y de La Izquierda (excomunistas). La popularidad de Andersson, que ha estado menos de 10 meses al frente del Gobierno, parece que ha sido el factor clave para ganar unos esca?os.
El margen entre el bloque de derechas y el liderado por Andersson (socialdem¨®cratas, excomunistas, centristas y ecologistas) ha sido finalmente de poco m¨¢s de 70.000 votos. La ultraderecha, los conservadores, los cristianodem¨®cratas y los liberales tendr¨¢n tres esca?os m¨¢s que sus rivales en el Parlamento unicameral de Estocolmo, cuyos 349 diputados se eligen por un sistema de representaci¨®n proporcional. Resulta imposible saber cu¨¢nto afect¨® exactamente la p¨¦rdida de votos musulmanes a los socialdem¨®cratas, pero unos pocos miles de votos m¨¢s les habr¨ªan otorgado un esca?o m¨¢s que acab¨® en manos conservadoras. El margen final de tres diputados en vez de uno aumenta las opciones del bloque de la derecha de alcanzar un acuerdo para la formaci¨®n de Gobierno, ya que no bastar¨¢ con que un ¨²nico diputado cambie de bloque para evitar que la ultraderecha tenga influencia durante los pr¨®ximos cuatro a?os.
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