La UE aguarda en vilo la perspectiva de un Gobierno de ultraderecha en Roma
Claves para entender lo que una eventual victoria de Giorgia Meloni y su coalici¨®n podr¨ªa desencadenar en Europa
Los ciudadanos italianos est¨¢n convocados a las urnas este domingo en unas elecciones legislativas que, seg¨²n coinciden los sondeos, elevar¨¢n al poder una coalici¨®n de derechas con el partido radical Hermanos de Italia como protagonista y su l¨ªder, Giorgia Meloni, como probable pr¨®xima presidenta del Gobierno. De confirmarse los pron¨®sticos, se tratar¨ªa del primer Ejecutivo liderado por la derecha extrema en Europa occidental en la historia reciente. Las instituciones europeas y los grandes actores de la UE se preparan para una relaci¨®n con premisas que pueden conducir a fricciones o incluso conflictos.
Unas declaraciones pronunciadas el viernes por la presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen, permitieron entrever la tensi¨®n subyacente a la transici¨®n pol¨ªtica en Italia. ¡°Mi actitud es que nosotros colaboramos con cualquier Gobierno democr¨¢tico que quiera colaborar con nosotros. Si las cosas van en una direcci¨®n dif¨ªcil, como dije con respecto a Hungr¨ªa y Polonia, tenemos herramientas¡±, dijo la mandataria en referencia a la perspectiva de un Gobierno liderado por la ultraderecha en Roma durante una conferencia en Princeton. Matteo Salvini, l¨ªder de La Liga y aliado de Meloni, no tard¨® en responder v¨ªa Twitter: ¡°?Qu¨¦ es? ?Una amenaza? Vergonzosa arrogancia. ?Respete el voto libre, democr¨¢tico y soberano del pueblo italiano! Amigos de todos, siervos de nadie¡±.
El episodio ha agitado el espejismo de escrupulosa contenci¨®n con la que por lo general las instituciones comunitarias y las principales capitales han seguido oficialmente la campa?a italiana. Pero es obvio que tanto Bruselas como otros grandes actores ¡ªBerl¨ªn, Par¨ªs¡ª se preparan para una relaci¨®n con Roma mucho m¨¢s complicada que la que manten¨ªan con el Gobierno de Mario Draghi y, en cierto sentido, a una navegaci¨®n en aguas desconocidas.
Los planteamientos de la extrema derecha de Meloni y los de sus principales socios ¡ªForza Italia, de Silvio Berlusconi, adem¨¢s de la Liga¡ª configuran un amplio escenario de posibles choques: la gesti¨®n de la guerra en Ucrania, la inmigraci¨®n, los fondos europeos y las reformas y proyectos a ellos vinculados, la senda fiscal o la reforma de la zona euro. Teniendo en cuenta declaraciones, programas o ideolog¨ªa de fondo, el potencial para fuertes discrepancias es evidente.
Sin embargo, ello no implica que necesariamente vaya a producirse una confrontaci¨®n descarnada. El posible, futuro Gobierno de Meloni emprender¨¢ su camino embridado por un doble orden de redes de contenci¨®n.
A nivel europeo, la Comisi¨®n, como se?alaba Von der Leyen, dispone de varias herramientas, entre ellas la poderosa palanca del control sobre los ingentes fondos de ayuda que Roma tiene pendiente de recibir y necesita. La buena disposici¨®n del Banco Central Europeo a intervenir ante cualquier turbulencia en el mercado de la deuda, por otra parte, es otra clave fundamental.
A nivel interno tambi¨¦n hay contrapesos, entre ellos, la importante figura del presidente de la Rep¨²blica y la Corte Constitucional ¡ªambas, instituciones respetadas¡ª o la influencia intangible, pero relevante del mundo de la industria y las finanzas, reacios a experiencias radicales.
El tiempo dir¨¢. A continuaci¨®n, claves para entender lo que una eventual victoria de Meloni y su coalici¨®n podr¨ªa desencadenar en Europa.
Ucrania. La coalici¨®n ha querido blindar este asunto para evitar ataques de la oposici¨®n y la posibilidad de que sirviera como argumento para no permitirles gobernar. Meloni ha sido la que de forma m¨¢s firme ha defendido la adhesi¨®n de Italia a los valores atlantistas. El problema llega por los otros dos flancos, como ha quedado crudamente en evidencia en la recta final de la campa?a.
Silvio Berlusconi ha protagonizado un pol¨¦mico episodio en un programa de televisi¨®n, donde ofreci¨® una interpretaci¨®n de la invasi¨®n de Ucrania sustancialmente exculpatoria de Vlad¨ªmir Putin ¡ªque habr¨ªa sido forzado por distintos actores del panorama ruso a emprender la ofensiva¡ª y al describir su objetivo como ¡°sustituir el Gobierno de [Volod¨ªmir] Zelenski por un Gobierno de gente decente¡±.
Berlusconi, es notorio, tiene desde hace tiempo una estrecha relaci¨®n con Putin, y no vio ning¨²n inconveniente en visitar con este la Crimea anexionada en contra de los est¨¢ndares del derecho internacional.
Pero Berlusconi no es el ¨²nico factor de posible agitaci¨®n. Salvini ha mantenido una relaci¨®n extremadamente promiscua con Mosc¨² en los ¨²ltimos a?os, hasta el punto de haber sido investigado por una presunta financiaci¨®n ilegal a cuenta de una operaci¨®n con gas ruso. Son conocidas sus salidas de tono glosando al presidente ruso como uno de los mejores mandatarios del mundo y sus viajes a Mosc¨² para posar delante del Kremlin con una camiseta con la efigie del l¨ªder ruso. Ese es su pasado, y en el presente aboga por retirar las sanciones que la UE est¨¢ imponiendo a Rusia. ¡°Son ineficaces y no han servido para parar la guerra¡±, dijo a este peri¨®dico hace apenas una semana.
Meloni, y tambi¨¦n Berlusconi, a pesar de su visi¨®n sobre la guerra, son partidarios de mantener las sanciones. Pero no es irracional pensar que la confrontaci¨®n con Rusia seguir¨¢ requiriendo en el futuro acciones dif¨ªciles, incluso dolorosas, para la UE, y que en este recorrido surjan negociaciones problem¨¢ticas. El club trabaja ya en una nueva ronda de sanciones. Algunas de las aprobadas fueron conflictivas, y otras podr¨ªan serlo. No cabe descartar que, sobre la base de una nueva interpretaci¨®n del inter¨¦s nacional, la coalici¨®n que lidere Meloni acabe adoptando una postura menos constructiva de la que mantuvo siempre el Gobierno de Draghi.
Inmigraci¨®n. El primer Gobierno de la pasada legislatura, formado por el Movimiento 5 Estrellas y La Liga, ya ech¨® un pulso dur¨ªsimo a la Uni¨®n Europea a cuenta de la inmigraci¨®n. Italia afrontaba una ola migratoria procedente del norte de ?frica (de Libia y T¨²nez, principalmente) que hab¨ªa minado la potencia electoral de la izquierda. Matteo Salvini convirti¨® la cuesti¨®n en su caballo de batalla principal, logrando construir desde la idea de los puertos cerrados a inmigrantes todo un artefacto electoral.
Como ministro del Interior firm¨® dos decretos con los que impidi¨® que los barcos de las ONG que acababan de rescatar a migrantes en el mar pudieran entrar en los puertos italianos para desembarcarlos. La medida era un fin en s¨ª misma. Pero tambi¨¦n una forma de presi¨®n para reformar el Reglamento de Dubl¨ªn y aumentar la solidaridad del resto de pa¨ªses con los Estados que serv¨ªan de puerta de entrada para la inmigraci¨®n irregular. Si entraban por Italia, exig¨ªa Salvini, no significaba que fuera solo un problema de Italia. Hasta que no consigui¨® que el pasaje de cada barco fuera repartido entre distintos pa¨ªses europeos, no los dej¨® atracar.
Hermanos de Italia est¨¢ alineado con La Liga en cuanto a la mano dura en esta materia. Su programa tambi¨¦n prev¨¦ el bloqueo de desembarcos y la creaci¨®n de centros de procesamiento de solicitudes gestionados por la UE en territorio extraeuropeo.
Hoy, la inmigraci¨®n irregular roza de nuevo m¨¢ximos (en agosto registr¨® un 61% m¨¢s de llegadas que el mismo mes del a?o anterior), mientras el amplio paquete de la reforma migratoria permanece atascado en Bruselas. Puede que una de las grandes fuentes de conflicto sean las graves discrepancias entre pa¨ªses de primera l¨ªnea, receptores de segunda por sus altos est¨¢ndares de acogida y prosperidad, y aquellos que tratan de lavarse las manos.
Fondos europeos. Uno de los grandes desaf¨ªos que pueden llegar desde Roma en los pr¨®ximos meses ser¨¢ el de la petici¨®n de reescritura del Plan de Recuperaci¨®n presentado por Italia, principal receptor de los fondos de recuperaci¨®n (m¨¢s de 200.000 millones de euros entre pr¨¦stamos y capital a fondo perdido). El conflicto potencial puede producirse en ambos pilares de ese gran programa: acerca de los proyectos en los que invertir los fondos, y de las reformas internas requeridas para desbloquearlos.
Giorgia Meloni es la principal defensora de modificar el documento redactado por el Ejecutivo de Mario Draghi. La l¨ªder de Hermanos de Italia sostiene que las prioridades han cambiado con la guerra de Ucrania y la crisis energ¨¦tica. Y que los precios y costes asignados a los proyectos deben actualizarse y, en caso de estar fuera de mercado, descartarse. Meloni apuesta por sacrificar gran parte de los esfuerzos del plan dedicados a la transici¨®n ecol¨®gica.
El otro fleco pendiente del Plan de Recuperaci¨®n son las reformas estructurales exigidas por Bruselas para el cobro de los fondos (Italia ha recibido ya el segundo pago). El plan trazado por Draghi pon¨ªa en marcha una transformaci¨®n aplazada durante d¨¦cadas que, b¨¢sicamente, pend¨ªa de cuatro hilos. La reforma de la Administraci¨®n, que se complet¨®. La de la Justicia, que pr¨¢cticamente se termin¨®. Y la del sistema fiscal y la competencia, que siguen pendientes de cumplimiento. No est¨¢ claro cu¨¢l es la idea de la coalici¨®n de derechas, pero las hip¨®tesis de reducci¨®n de impuestos o la implantaci¨®n de una tarifa plana de IRPF no tienen nada que ver con lo que esperaba Bruselas.
Pol¨ªtica econ¨®mica. Otro sector de potencial conflicto es el concerniente a la gesti¨®n fiscal nacional y la reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Meloni ha tratado de transmitir mensajes de prudencia durante la campa?a, y la prima de riesgo italiana no ha sufrido grandes alteraciones en una recta final en la que los sondeos apuntan claramente a su victoria.
Pero Salvini tradicionalmente ha demostrado oposici¨®n a los cors¨¦s fiscales de Bruselas, y est¨¢ por ver que esta vez acabe aceptando la senda prudente que la Comisi¨®n reclama. Italia tiene una deuda p¨²blica que ronda el 150% del PIB.
Por otra parte, la reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, pilar de la zona euro, acerca de la cual los socios europeos discuten desde hace tiempo, puede ser otro terreno en el que el Gobierno de Meloni puede jugar un papel agitador. Si bien ya anteriormente, por claro inter¨¦s nacional, Italia estaba alineada en el bando que presiona para que el pacto sea r¨ªgido, no es irracional pensar que su posici¨®n bajo el liderazgo del Gobierno de unidad de nacional de Draghi habr¨ªa sido de m¨¢s fluida gesti¨®n en Bruselas que la de un nuevo Ejecutivo derechista.
Instituciones. La calidad democr¨¢tica de un Gobierno de Meloni, como la de cualquier otro, tendr¨¢ que ser juzgada sobre la base de los hechos.
Como contexto, es ¨²til observar que la Comisi¨®n ha adquirido un papel cada vez m¨¢s vigoroso en su tarea de guardiana del respeto de los Tratados, con una interpretaci¨®n y unos instrumentos que han ido ampli¨¢ndose en el tiempo, como la posibilidad de retener fondos. En un discurso seminal pronunciado en Praga, el canciller alem¨¢n, Olaf Scholz, se mostr¨® muy partidario de proseguir en esa senda y que la Comisi¨®n pueda bloquear fondos por motivos vinculados al respeto de los valores democr¨¢ticos.
Por otra parte, es tambi¨¦n ¨²til observar que Meloni es declarada admiradora de Viktor Orb¨¢n, a cuyo Gobierno Bruselas reprocha distintas actuaciones problem¨¢ticas, y ha se?alado el valor habilitante de sus victorias electorales prestando m¨¢s bien poca atenci¨®n a las conclusiones de la Organizaci¨®n para la Seguridad y la Cooperaci¨®n en Europa, seg¨²n las que en las ¨²ltimas legislativas el voto fue libre, pero no justo, debido a las graves distorsiones de la vida p¨²blica perpetrada por el Ejecutivo de Budapest.
Por ¨²ltimo, puede se?alarse que Meloni ha declarado con contundencia su voluntad de proceder a una reforma de la Constituci¨®n de calado que cambiar¨ªa el modelo de la Rep¨²blica de parlamentario a presidencialista. Aunque el programa de Gobierno de su partido y de la coalici¨®n no son espec¨ªficos al respecto ¨Dal referirse solo a la introducci¨®n de un sistema de elecci¨®n directa del presidente de la Rep¨²blica, que ahora es nombrado por los parlamentarios y representantes de las regiones¨D, Hermanos de Italia en el pasado manifest¨® su deseo de construir un modelo presidencialista parecido al franc¨¦s.
En la campa?a electoral, Meloni ha dejado claro que, de disponer de los votos suficientes en el Parlamento, proceder¨¢ a la reforma, aunque el partido principal de la oposici¨®n est¨¦ en desacuerdo. La reforma constitucional puede lograrse con el respaldo de ambas C¨¢maras manifestado en dos sesiones de votaci¨®n distinta para cada una, la segunda a tres meses de distancia de la primera y siendo requerida mayor¨ªa absoluta y posterior confirmaci¨®n en refer¨¦ndum. O, en caso de mayor¨ªa cualificada de dos tercios, sin refer¨¦ndum.
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