La guerra socava el liderazgo de Rusia entre sus vecinos pos-sovi¨¦ticos
Kazajist¨¢n se erige como una potencia pol¨ªtica que no se deja avasallar por el Kremlin
La agresi¨®n contra Ucrania deteriora las relaciones de Rusia con otros vecinos y acelera las fuerzas centr¨ªfugas en las instituciones colectivas que nacieron con la voluntad de mantener espacios comunes en el entorno pos-sovi¨¦tico.
En Asia central, en el C¨¢ucaso y en Europa, los pa¨ªses miembros de las constelaciones dominadas hasta ahora por Mosc¨² buscan nuevos puntos de apoyo y nuevos mediadores para rebajar la influencia de la inestable Rusia. Entre las organizaciones colectivas postsovi¨¦ticas donde Mosc¨² tiene el papel principal est¨¢n la Comunidad de Estados Independientes (CEI), la Uni¨®n Econ¨®mica Euroasi¨¢tica (UEE) y la Organizaci¨®n del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC). A ellas se a?ade la Organizaci¨®n de Cooperaci¨®n de Shangh¨¢i (OCS) que agrupa tambi¨¦n a pa¨ªses no surgidos de la URSS como China, India y Pakist¨¢n. En la ¨²ltima cumbre de esta organizaci¨®n, en septiembre en Samarcanda (Uzbekist¨¢n), Putin tuvo que afrontar las preguntas y preocupaciones del l¨ªder chino, Xi Jinping.
Sobre el tel¨®n de fondo de la guerra de Rusia en Ucrania, en Asia central y en el C¨¢ucaso han aparecido nuevos factores, que incluyen la firme defensa de los intereses nacionales (Kazajist¨¢n), la decepci¨®n (Armenia) por la pasividad del aliado ruso y el aprovechamiento (Azerbaiy¨¢n) de la debilidad actual de Mosc¨² en el C¨¢ucaso. Georgia y Moldavia, por su parte, contin¨²an orient¨¢ndose hacia la Uni¨®n Europea.
La pol¨ªtica de Vlad¨ªmir Putin causa inquietud entre socios y aliados. Ninguno de los herederos de la URSS (ni siquiera Bielorrusia) ha reconocido las anexiones rusas en Ucrania (Crimea, Donb¨¢s y las provincias de Jers¨®n y Zaporiyia) como tampoco reconocieron la independencia unilateral proclamada en 2008 por Abjasia y Osetia del Sur (en el pasado dos autonom¨ªas de Georgia).
Con una importante comunidad rusa en su territorio septentrional y una frontera de m¨¢s de 7.000 kil¨®metros, Kazajist¨¢n est¨¢ en la posici¨®n m¨¢s delicada entre Rusia y Asia central, pero es tambi¨¦n el pa¨ªs que muestra m¨¢s liderazgo, gracias a su presidente, Kasim-Yomart Tok¨¢yev. Este antiguo diplom¨¢tico ha renovado el contenido de la pol¨ªtica exterior ¡°multidireccional¡± proclamada por su antecesor, Nursult¨¢n Nazarb¨¢yev. Kazajist¨¢n impulsa la cooperaci¨®n con Turqu¨ªa, China y Estados Unidos y ha incrementado su presupuesto de Defensa este a?o.
Tok¨¢yev afirma la tradicional amistad con Rusia, pero no tolera que la antigua potencia colonial le dicte su pol¨ªtica. Un reciente incidente diplom¨¢tico en torno al embajador de Ucrania en Astan¨¢ ha evidenciado las tensiones ruso-kazajas. Despu¨¦s de que el embajador de Kiev hablara despectivamente de la pol¨ªtica de Mosc¨², Rusia exigi¨® a Kazajist¨¢n que expulsara al diplom¨¢tico. Como la expulsi¨®n se demoraba, la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, Mar¨ªa Zaj¨¢rova, apremi¨® a las autoridades kazajas y calific¨® al embajador ucranio como un ¡°rus¨®fobo beligerante¡± y un ¡°nacionalista odioso¡±. El resultado fue que Astan¨¢ recrimin¨® a Rusia por su falta de respeto y por meterse en asuntos ajenos.
En presencia de Putin, Tok¨¢yev se manifest¨® contra el secesionismo en Ucrania en particular y contra los procesos de autodeterminaci¨®n en general. Tras la movilizaci¨®n rusa, Kazajist¨¢n ha abierto generosamente sus puertas a quienes huyen del llamamiento a filas y ha acogido a m¨¢s de 200.000 refugiados rusos.
Kazajist¨¢n se ofreci¨® para mediar entre Rusia y Ucrania y se perfila tambi¨¦n como un posible mediador entre Kirguist¨¢n y Tayikist¨¢n, que se han enfrentado violentamente por las discrepancias sobre su frontera com¨²n. En Kirguist¨¢n se ha acogido con malestar la condecoraci¨®n que Putin ha impuesto al presidente de Tayikist¨¢n, Emomal¨ª Rajm¨®n, por ¡°mantener la estabilidad regional¡±, sin considerar las sangrientas escaramuzas entre los dos vecinos centroasi¨¢ticos.
Tanto Tayikist¨¢n como Kirguist¨¢n se han declarado neutrales ante la invasi¨®n rusa de Ucrania. Bishkek, que ha acogido a refugiados ucranios y rusos, alega su falta de peso militar, econ¨®mico y diplom¨¢tico para influir en el conflicto.
Uzbekist¨¢n, el pa¨ªs m¨¢s poblado de Asia central, est¨¢ a favor de un alto el fuego y de una soluci¨®n pol¨ªtica de la guerra en Ucrania. Tashkent ha acogido a refugiados ucranios y rusos, se ha pronunciado por la integridad territorial de los Estados y en contra de las injerencias en sus asuntos internos. Por su parte, Turkmenist¨¢n, un pa¨ªs que se declara neutral y que es el m¨¢s cerrado de toda Asia central, ha guardado silencio, pero ha enviado ayuda humanitaria a Ucrania.
En el C¨¢ucaso, Azerbaiy¨¢n, oficialmente neutral, tiende en la pr¨¢ctica a apoyar la posici¨®n de Kiev, en gran medida porque el principio de integridad territorial est¨¢ en consonancia con su pol¨ªtica interna contra el enclave armenio de Nagorno Karabaj.
Bak¨² presta ayuda humanitaria a Kiev y su compa?¨ªa nacional de hidrocarburos SOCAR, poseedora de estaciones de servicio de Ucrania, facilita all¨ª gasolina gratis a veh¨ªculos de servicios b¨¢sicos como bomberos y ambulancias.
La mediaci¨®n del Kremlin en el recrudecimiento del conflicto de Nagorno Karabaj en 2020 y el env¨ªo de pacificadores rusos a la zona no ha frenado las hostilidades ni la voluntad de Azerbaiy¨¢n de hacer desaparecer aquel enclave armenio e incluso de alterar las fronteras de Armenia en beneficio propio. La OTSC, de la que Armenia es miembro, ha hecho o¨ªdos sordos a su petici¨®n de ayuda. Paralelamente a Turqu¨ªa, que apoya a Bak¨², los pa¨ªses occidentales comienzan a ocupar el vac¨ªo ruso con iniciativas de mediaci¨®n. Estados Unidos ha logrado que Azerbaiy¨¢n devolviera a Erev¨¢n los combatientes armenios que hab¨ªa apresado y, la semana pasada, en Praga, la Uni¨®n Europea obtuvo luz verde de los dirigentes de Armenia y Azerbaiy¨¢n para enviar una comisi¨®n civil a la frontera entre los dos pa¨ªses este mismo mes. Georgia, por su parte, se alinea con Occidente en su condena a Rusia, pero, a pesar de su posici¨®n favorable a Ucrania, invoca sus intereses nacionales para no sumarse a las sanciones occidentales contra Mosc¨². Tbilisi, adem¨¢s de refugiados ucranios, ha acogido a m¨¢s de 50.000 rusos.
Moldavia, un pa¨ªs solicitante de ingreso en la UE y dependiente del gas ruso, ha condenado la agresi¨®n del Kremlin, pero oficialmente no se ha sumado a las sanciones occidentales. Chisinau se ha pronunciado contra la ocupaci¨®n militar y el secesionismo, incluido el de Transnistria, un territorio oficialmente moldavo donde Rusia mantiene un contingente militar. Pese a su posici¨®n prorrusa, los l¨ªderes de aquel territorio econ¨®micamente deprimido y encajado entre el r¨ªo Dni¨¦ster y Ucrania, no se han dejado involucrar en las acciones b¨¦licas de Mosc¨².
La decisi¨®n de Chisinau de prohibir la cinta de san Jorge (convertida en s¨ªmbolo militar ruso) no ha sido secundada en Gagauzia, una autonom¨ªa de Moldavia que simpatiza con Mosc¨².
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