El ¨²ltimo baile de Mario Draghi
El todav¨ªa primer ministro de Italia acude al Consejo Europeo en v¨ªsperas de dejar el cargo despu¨¦s de 20 meses al frente del Ejecutivo italiano
Ennio Flaiano, periodista, escritor y legendario guionista de Federico Fellini, imagin¨® una vez la llegada de un marciano a Roma. La criatura aterrizaba con su nave en los jardines de villa Borghese y el acontecimiento, claro, paralizaba la ciudad. Todo el mundo quer¨ªa conocerle, hacerse una foto con ¨¦l, cederle su lugar en el autob¨²s. El marciano era entrevistado en los programas de m¨¢xima audiencia, le recib¨ªa el presidente, el Papa en el Vaticano. Pasada la euforia inicial, sin embargo, los romanos, acostumbrados a aburrirse de lo m¨¢s extraordinario, empezaron a ignorarlo y a mofarse de ¨¦l en romanesco en la barra de los caf¨¦s. Hasta que el pobre alien¨ªgena termin¨® enfilando el camino de regreso a casa. Italia, ven¨ªa a contar la historia, es el ¨²nico lugar del mundo en el que uno puede pasar de ser un fen¨®meno a un ser invisible a velocidad de v¨¦rtigo. Incluso el mism¨ªsimo Mario Draghi, el ap¨®stol del euro que lleg¨® hace 20 meses como salvador de la patria, enfilar¨¢ a sus 75 a?os en silencio el camino a su casa de Citt¨¤ della Pieve (Umbria) tras haber visto c¨®mo su Gobierno era derrocado sin motivos de peso.
Italia recuerda que no conviene coger cari?o a los salones de poder romanos, acostumbrados a ver pasar un gobierno nuevo pr¨¢cticamente cada a?o. Cuando Draghi aterriz¨® en el Palacio Chigi en febrero de 2021, procedente de ese ex¨®tico planeta llamado Fr¨¢ncfort, lo sab¨ªa perfectamente. Pero visto que su Ejecutivo era ya el tercero de la legislatura, debi¨® pensar que tendr¨ªa tiempo de agotarla cuando acept¨® el encargo del presidente de la Rep¨²blica, Sergio Mattarella. Este mi¨¦rcoles, resignado, se desped¨ªa ante la prensa. ¡°?Qu¨¦ he aprendido en 20 meses? Demasiadas cosas. Ha sido una experiencia extraordinaria de la que me siento extraordinariamente feliz. Termina de forma muy satisfactoria. Todos tenemos buena conciencia del trabajo realizado¡±, se?al¨® haciendo gala de su elegancia. Este viernes concluye en Bruselas el que muy posiblemente sea su ¨²ltimo Consejo Europeo.
El Ejecutivo de Draghi fue derribado el pasado julio por el Movimiento 5 Estrellas (M5S) y la derecha. Un mot¨ªn orquestado y bendecido ya por un imprevisible Silvio Berlusconi. A la luz de los ¨²ltimos acontecimientos, podr¨ªa entenderse que quiz¨¢ Il Cavaliere ya estaba falto de todas sus facultades cuando tom¨® la decisi¨®n de tumbar un Gobierno que estaba poniendo en orden las cuentas de Italia y dise?ando las reformas necesarias para recibir la mayor inyecci¨®n de dinero de su historia: m¨¢s de 200.000 millones de euros (entre capital a fondo perdido y pr¨¦stamos) procedentes del fondo de recuperaci¨®n pospandemia de la Uni¨®n Europea. El motivo, lo sabemos hoy, fue exclusivamente electoral y permiti¨® a la derecha ganar unos comicios que, de haberse celebrado m¨¢s tarde, quiz¨¢ no le habr¨ªan otorgado una victoria tan clara.
Berlusconi, art¨ªfice de aquello y socio de la coalici¨®n de ultraderecha que gobernar¨¢ Italia, es hoy un hombre de 86 a?os que cuenta los mismos chistes de hace 25 a?os, defiende al ruso Vlad¨ªmir Putin, ataca al ucranio Volod¨ªmir Zelenski y empuja a su pa¨ªs fuera de la Alianza Atl¨¢ntica. Draghi, legendario gobernador del Banco Central Europeo (BCE) en los tiempos m¨¢s convulsos de los ¨²ltimos 50 a?os, se encuentra fuera de las instituciones.
Su principal error
El principal error de Draghi, quiz¨¢ por esa condici¨®n de marciano en la pol¨ªtica de su pa¨ªs, fue no entender o no querer entender la l¨®gica diab¨®lica del parlamentarismo. Lo demostr¨® durante el proceso de elecci¨®n del sucesor de Mattarella al frente de la presidencia de la Rep¨²blica, cargo para el que se mostr¨® dispuesto. ¡±Soy un abuelo al servicio de las instituciones¡±, dijo, ofreci¨¦ndose sin prever las consecuencias de una derrota en ese campo.
Ya con un pie fuera del Palacio Chigi, ha sabido mantener el sentido de Estado y ha prometido una transici¨®n racional y ordenada, algo ins¨®lito en Italia. ¡°Dentro de unas semanas en estos esca?os se sentar¨¢ el nuevo Ejecutivo, expresi¨®n del resultado de las elecciones [algo que no suced¨ªa desde 2008, cuando Silvio Berlusconi gan¨® los comicios]. Insisto en invitaros a favorecer una transici¨®n ordenada que permita a quienes vengan ponerse a trabajar inmediatamente¡±, pidi¨® a sus ministros.
El legado de Draghi, que el jueves se despidi¨® de todo el cuerpo diplom¨¢tico italiano en las instituciones europeas y en la OTAN, ser¨¢ fundamental para el siguiente Gobierno. Y Giorgia Meloni, la l¨ªder de Hermanos de Italia que ha cultivado en los ¨²ltimos meses una relaci¨®n fluida con ¨¦l, lo sab¨ªa. Draghi eligi¨® un Ejecutivo mixto formado por t¨¦cnicos y pol¨ªticos. Supo satisfacer las necesidades de los partidos, pero encontr¨® tambi¨¦n a figuras de enorme prestigio en la sociedad civil y en el mundo empresarial para encargarse de carteras fundamentales como Econom¨ªa, Transici¨®n Ecol¨®gica o Innovaci¨®n Digital. Draghi puso orden en el desaguisado creado por el anterior Ejecutivo en la redacci¨®n de los proyectos del plan de recuperaci¨®n, que deb¨ªan convertir a Italia en el mayor receptor de fondos europeos para paliar los efectos de la pandemia. Puso en marcha las reformas necesarias para recibir esa enorme inyecci¨®n econ¨®mica. Y, pese a que algunas de ellas encallaron y siguen pendientes (como la de la competencia), consigui¨® poner en ¨®rbita la de la justicia, la de la Administraci¨®n y una parte importante de la del fisco.
La reforma m¨¢s importante, aunque intangible en muchos sentidos, fue la de la imagen internacional de Italia. Justo lo que se reconoce estos d¨ªas en Bruselas y que vuelve a quedar en cuesti¨®n con las payasadas y salidas de tono de Berlusconi, el l¨ªder de Forza Italia que estaba llamado a ser el garante de la moderaci¨®n del pr¨®ximo Ejecutivo. El perfil internacional de Italia, extremadamente da?ado por los gobiernos populistas, volvi¨® a crecer. Y en un momento en el que Alemania y Francia se sum¨ªan en campa?as electorales internas, Draghi, empujado por su leyenda de salvador del euro, se erigi¨® en una de las voces de referencia de la Uni¨®n Europea. Italia volvi¨® a ser protagonista ¡ªpara bien¡ª en las citas internacionales y organiz¨® con ¨¦xito la ¨²ltima cumbre del G-20 en Roma.
Italia aprovech¨® ese tir¨®n y fue protagonista en el conflicto de Ucrania. El retrato de Draghi junto a los dirigentes franc¨¦s y alem¨¢n, Emmanuel Macron y Olaf Scholz, en un tren viajando a Kiev, situ¨® la posici¨®n de Roma en este conflicto de forma m¨¢s n¨ªtida que nunca. La Italia de Draghi reivindicaba con contundencia sus valores atlantistas y europe¨ªstas, algo no tan obvio despu¨¦s de a?os de turbulencias populistas y euroesc¨¦pticas. La tercera econom¨ªa de la zona euro hab¨ªa vuelto a tener voz en los grandes conflictos y asuntos del mundo. Y, como en la historia de Flaiano, todo el mundo quer¨ªa salir en la foto con el nuevo l¨ªder de moda. La ¨²nica diferencia con aquella parodia es que el marciano todav¨ªa no ha cogido la nave de regreso a su planeta. Y algunos ya empiezan a echarle de menos.
Sigue toda la informaci¨®n internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.