?Y si fuera Boris Johnson? El Partido Conservador maniobra para dificultar su regreso tras la dimisi¨®n de Liz Truss

Tres cosas hay seguras en el turbulento entorno de los conservadores brit¨¢nicos. La primera es que nadie desea un adelanto electoral: ¡°los pavos no votan por la llegada de las Navidades¡±, dec¨ªa este jueves un analista pol¨ªtico. La segunda, que si hay que cambiar las reglas para elegir al sustituto o sustituta de Liz Truss para estabilizar cuanto antes la situaci¨®n, se cambian. Y la tercera: cada vez que Boris Johnson se asoma, est¨¢ garantizado que va a ser el centro de la conversaci¨®n.

El entorno del ex primer ministro hizo correr la idea, apenas una hora despu¨¦s de la dimisi¨®n de su sucesora, de que estaba plante¨¢ndose volver a postularse. A fin de cuentas, nadie estaba en mejores condiciones que ¨¦l para reivindicar la legitimidad del mandato de diciembre de 2019, cuando arras¨® en las elecciones generales, han argumentado sus fieles. En los c¨¢lculos internos que realizan algunos miembros del partido, Johnson tendr¨ªa ya asegurado el aval de casi 40 diputados. Uno de los nombres que se barajaban como posible candidato era el del ministro de Defensa, Ben Wallace. Ya le cortejaron muchos diputados en las pasadas primarias. Decidi¨® entonces no presentarse, y este viernes ha vuelto a autodescartarse. Pero al mismo tiempo, aseguraba que respaldar¨ªa la posible candidatura de Johnson. El Comit¨¦ 1922, el organismo encargado de organizar las primarias, ha puesto el list¨®n muy alto. Deben ser 100 los parlamentarios que respalden a un candidato para que pueda optar a la contienda. El grupo parlamentario conservador lo componen 357 diputados.

Johnson tiene a¨²n muchos partidarios entre las bases del partido, pero muy pocos entre el grupo parlamentario, que tiene muy frescos en la memoria los d¨ªas nefastos en que una cascada de miembros del Gobierno anunciaron su dimisi¨®n de un Gobierno en franca decadencia. ¡°Tenemos que recordar que el se?or Johnson sigue sometido a una investigaci¨®n de la Comisi¨®n de ?tica del Parlamento por haber cometido perjurio en la C¨¢mara. Mientras siga abierta, o hasta que no sea absuelto, no deber¨ªa ser posible que regresara al Gobierno¡±, ha dicho Roger Gale, un veterano tory que nunca expres¨® simpat¨ªa alguna hacia Johnson. ¡°Mejor que siga en la playa¡±, ha dicho de modo m¨¢s expeditivo David Davis, uno de los primeros en pedir la dimisi¨®n del ex primer ministro ¡ª¡±Por el amor de Dios, v¨¢yase ya¡±¡ª cuando comenzaron a surgir las informaciones de las fiestas prohibidas en Downing Street durante el confinamiento.

Las apuestas seguras

El hecho de que el Comit¨¦ 1922 haya impuesto criterios tan estrictos de selecci¨®n apunta hacia los candidatos m¨¢s frescos en la memoria de los conservadores. El exministro de Econom¨ªa, Rishi Sunak, que durante las primarias anticip¨® el desastre econ¨®mico que supondr¨ªan las recetas de su rival, Liz Truss, se siente plenamente reivindicado. Ha mantenido la discreci¨®n durante el hundimiento del Gobierno en las ¨²ltimas semanas, y aprendi¨® la lecci¨®n de evitar las prisas. Cuando el verano pasado fue el primero en presentar su candidatura, despu¨¦s de contribuir con su dimisi¨®n como ministro a la ca¨ªda de Johnson, muchos cr¨ªticos se?alaron su desmedida ambici¨®n. Y muchos afiliados no le perdonaron nunca la pu?alada en la espalda a quien hab¨ªa sido hasta entonces su jefe.

La encuesta expr¨¦s de YouGov realizada entre afiliados, sin embargo, dice ahora que de elegir de nuevo entre Sunak y Truss, el primero acaparar¨ªa un 60% de los apoyos. Aunque tambi¨¦n dice que Johnson, con un 32%, sigue recabando m¨¢s simpat¨ªa entre las bases que su antiguo ministro de Econom¨ªa (23%). Sunak va a esperar unas horas a que fluyan los apoyos de diputados aliados, por las televisiones y en Twitter, antes de volverse a arrojar a la piscina. En la votaci¨®n final de los diputados, el pasado verano, antes de trasladar la contienda a los afiliados, Sunak logr¨® 137 votos. Con ese precedente, todo apunta a que puede volver a competir.

Penny Mordaunt, la actual l¨ªder de la C¨¢mara de los Comunes (equivalente al cargo espa?ol de secretario de Relaciones con las Cortes, pero con rango ministerial) fue la favorita de muchos diputados y afiliados, hasta que el ala derecha del partido ¡ªy muchos aliados de Johnson¡ª inclinaron el voto hacia Truss, que qued¨® en segunda posici¨®n con 113 votos. Solo ocho m¨¢s que Mordaunt (105). Cuando el pasado martes, Truss comenz¨® a temer por su futuro pol¨ªtico y se encerr¨® en Downing Street, envi¨® a la C¨¢mara de los Comunes a Mordaunt para contestar, en su nombre, una interpelaci¨®n urgente de la oposici¨®n laborista. Muchos diputados conservadores comprobaron, al verla fajarse con solvencia y dotes comunicativas en una situaci¨®n hostil, lo que pudo ser y no fue. Tambi¨¦n ella, de presentarse, lograr¨ªa superar la barrera de los 100 avales.

La duda est¨¢ en saber d¨®nde ir¨¢n los votos que un d¨ªa fueron para Truss, y si la suma de parte de ellos ser¨¢ suficiente para que Johnson llegue al final de la contienda. Los diputados votar¨¢n el lunes por la tarde. Si llega a haber tres candidatos, lo reducir¨¢n a dos. Si solo uno alcanza los 100 avales, ese ser¨¢ el candidato de consenso. Si Sunak y Johnson alcanzaran la final, el Partido Conservador se preparar¨ªa para una semana m¨¢s tensa y polarizada que nunca. Todo eso con la advertencia previa de muchos diputados ¡ªa¨²n desde el anonimato¡ª de que, si Johnson vuelve, cambiar¨¢n de bando y abandonar¨¢n el grupo parlamentario.

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