La inflaci¨®n que castiga a Biden, en la meca del consumo
Las subidas de precios que lastran las expectativas electorales de los dem¨®cratas se instalan en los centenares de tiendas de King of Prussia
King of Prussia, una peque?a localidad de Pensilvania de unos 22.000 habitantes, no tiene atractivos naturales. Tampoco monumentos, museos o lugares hist¨®ricos que ameriten una visita. Sin embargo, cuenta con una treintena de hoteles, muchos de ellos de buen tama?o. Han crecido como hongos alrededor del gran reclamo tur¨ªstico de la zona: un gigantesco centro comercial al que peregrinan los consumidores a trav¨¦s de las cuatro autopistas que confluyen en ese cruce de caminos. Los hoteles est¨¢n m¨¢s vac¨ªos de lo habitual, seg¨²n una empleada. No es a¨²n temporada alta de compras, pero adem¨¢s, ...
King of Prussia, una peque?a localidad de Pensilvania de unos 22.000 habitantes, no tiene atractivos naturales. Tampoco monumentos, museos o lugares hist¨®ricos que ameriten una visita. Sin embargo, cuenta con una treintena de hoteles, muchos de ellos de buen tama?o. Han crecido como hongos alrededor del gran reclamo tur¨ªstico de la zona: un gigantesco centro comercial al que peregrinan los consumidores a trav¨¦s de las cuatro autopistas que confluyen en ese cruce de caminos. Los hoteles est¨¢n m¨¢s vac¨ªos de lo habitual, seg¨²n una empleada. No es a¨²n temporada alta de compras, pero adem¨¢s, la gasolina est¨¢ m¨¢s cara y menos gente se anima a desplazamientos largos para ir de compras. Las subidas de precios, de la energ¨ªa y de los alimentos, principalmente, est¨¢n ya lastrando el consumo. Y, de paso, las expectativas de los dem¨®cratas ante las elecciones legislativas del 8 de noviembre.
El centro comercial King of Prussia es de hecho m¨¢s conocido que la propia localidad con la que comparte su singular nombre, que inicialmente lo fue de una taberna de carretera, a un d¨ªa a caballo de Filadelfia, y como homenaje al rey Federico II el Grande de Prusia, que prest¨® su apoyo a la causa de la independencia de Estados Unidos. Un d¨ªa no basta para recorrer el centro comercial si uno viene con ganas de compras. El universo del consumo se da cita en m¨¢s de 450 establecimientos que ocupan un total de unos 270.000 metros cuadrados. Tiendas de moda (desde Primark a Ralph Lauren, pasando por H&M, Gap o Zara), lujo (Jimmy Choo, Louis Vuitton, Gucci, Tiffany¡¯s, Bulgari, Cartier), grandes almacenes (Bloomingdale¡¯s, Macy¡¯s), decoraci¨®n, hogar, muebles, deportes... Hasta un concesionario de Tesla aparece entre sus pasillos. Hay tambi¨¦n decenas de restaurantes. En las inmediaciones, multitud de otras tiendas, supermercados e hipermercados de Costco y Walmart, los gigantes de la distribuci¨®n alimentaria. Hay varias gasolineras a un paso del centro comercial. Pr¨¢cticamente, todo el universo del consumo estadounidense.
El centro comercial no estaba demasiado concurrido este jueves, aunque los pasillos se iban animando a medida que avanzaba la tarde. ¡°Cuando se llena es los s¨¢bados¡±, dec¨ªa la dependienta de uno de los establecimientos. Pese a que empieza a mostrar algunos s¨ªntomas de debilidad, hasta ahora el consumo ha resistido con una fuerza sorprendente, gracias al ahorro acumulado durante la pandemia y a la fortaleza del mercado laboral.
Esa es otra de las paradojas de la econom¨ªa estadounidense. La tasa de paro est¨¢ en el 3,5%, con lo que iguala el nivel m¨¢s bajo en 50 a?os. En numerosas tiendas de King of Prussia se pueden ver carteles ofreciendo trabajo. Se calcula que hay el doble de ofertas disponibles que de parados. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, intenta lucirlo: ¡°Hemos creado 10 millones de empleos. El desempleo est¨¢ en la segunda tasa m¨¢s baja de toda la historia de Estados Unidos¡±, dec¨ªa este mismo jueves en un acto de recaudaci¨®n de fondos en Filadelfia, a unos 40 minutos en coche de King of Prussia.
M¨¢s perritos calientes; menos at¨²n
Lo cierto, sin embargo, es que eso no le da r¨¦ditos. El paro, en realidad, simplemente ha vuelto al nivel previo a la pandemia. La inflaci¨®n, sin embargo, era un problema casi olvidado para los estadounidenses. En los ¨²ltimos 30 a?os, la media se hab¨ªa situado ligeramente por encima del 2%. Hasta la actual crisis. Para superar la pandemia, la Reserva Federal y el Gobierno de Biden inundaron de liquidez la econom¨ªa y la demanda se dispar¨® mientras la oferta continuaba atascada por problemas en la cadena de suministro y la resaca del coronavirus. Esos problemas se acentuaron con la guerra de Ucrania por su impacto en el petr¨®leo, los alimentos y otras materias primas y los precios suben al mayor ritmo en cuatro d¨¦cadas. La inflaci¨®n toc¨® el 9,1% en junio y se resiste a bajar. En septiembre, ¨²ltimo dato previo a las elecciones, se situ¨® en el 8,2%.
¡°Todo est¨¢ caro, pero hay que seguir comiendo¡±, sonre¨ªa una mujer al salir con sus ni?os del Walmart de King of Prussia este jueves. La cesta de la compra propiamente dicha, esto es, la comida para consumir en casa, se ha encarecido un 13% en los ¨²ltimos 12 meses, seg¨²n la Oficina de Estad¨ªsticas Laborales de Estados Unidos. Eso incluye ascensos m¨¢s fuertes en productos b¨¢sicos como los huevos (30,5%), la leche (15,2%), el pollo (17,2%), el arroz y la pasta (15,9%) o la margarina (44%). ¡°Los consumidores est¨¢n comprando m¨¢s perritos calientes, at¨²n en lata o pollo¡±, dec¨ªa recientemente el director financiero de Walmart, se?alando el desplazamiento hacia productos m¨¢s baratos.
La gasolina, pese al respiro de los ¨²ltimos tres meses, a¨²n sube un 18% interanual. Y aparte del carrito de la compra y el surtidor, las facturas que llegan a casa son cada vez m¨¢s altas: la electricidad escala un 15,5% y el gas, un 33%.
En comparaci¨®n con eso, el 5,5% que se ha encarecido la ropa, el producto estrella del centro comercial King of Prussia, es poca cosa. Las rebajas y descuentos han contenido los precios. Para el sector, el problema es otro. Como los consumidores gastan m¨¢s en comida, tienen menos para otras compras. Las empresas hab¨ªan calculado mal y se han encontrado con muchas existencias a las que no lograban dar salida.
La Reserva Federal est¨¢ intentando contener la inflaci¨®n con las subidas de tipos de inter¨¦s m¨¢s agresivas desde la d¨¦cada de 1980. Su presidente, Jerome Powell, ha dicho que ser¨¢ necesario causar ¡°algo de dolor a familias y empresas¡± para lograrlo y tambi¨¦n que est¨¢ dispuesto a provocar una recesi¨®n si es necesario. El endurecimiento monetario y las perspectivas de frenazo econ¨®mico han castigado a la Bolsa, en la que invierten, directa o indirectamente, decenas de millones de estadounidenses.
Las subidas de tipos se han trasladado con especial fuerza a las hipotecas, que rondan ya el 7% para los pr¨¦stamos a 30 a?os, seg¨²n Freddie Mac. Con eso, la venta de viviendas se desploma; este mismo jueves, la asociaci¨®n de agentes inmobiliarios de Pensilvania se?alaba que en el Estado caen un 16% interanual. ¡°La subida de los tipos de inter¨¦s y la inflaci¨®n de otros productos han afectado a lo que muchos compradores de vivienda pueden permitirse ahora¡±, dec¨ªa su presidente, Christopher Beadling.
La principal preocupaci¨®n ciudadana
En las encuestas, la econom¨ªa en general, y la inflaci¨®n en particular, aparece invariablemente como el principal problema, a una enorme distancia de la inmigraci¨®n, el aborto, la delincuencia, las armas de fuego o los riesgos para la democracia. En la m¨¢s reciente de The New York Times / Siena, la econom¨ªa en general es el mayor problema para el 26% de los probables votantes y la inflaci¨®n, para el 18%. El aborto y la inmigraci¨®n son se?alados por el 5%. En la de Gallup, el 38% cita problemas econ¨®micos, el 22% ve al Gobierno como problema y la inmigraci¨®n es la tercera preocupaci¨®n, con un 6%. Y seg¨²n la de CBS News/YouGov, el 65% de los votantes cree que la econom¨ªa est¨¢ empeorando y la mayor¨ªa se?ala a Biden como responsable.
¡°La econom¨ªa, est¨²pido¡± es la frase que James Carville, estratega de Bill Clinton, us¨® como eje de la campa?a de las presidenciales de 1992 para derrotar a George Bush padre. Los republicanos est¨¢n convencidos de que es la que les va a dar la victoria en las legislativas del pr¨®ximo 8 de noviembre. Hacen sangre con las subidas de precios en cada debate y en cada mitin, tratando de responsabilizar a Biden y de vincular con ¨¦l a los candidatos dem¨®cratas.
El presidente bautiz¨® como Ley de Reducci¨®n de la Inflaci¨®n una ley que no serv¨ªa para eso, desde luego a corto y medio plazo, pero que al menos le ha dado algo de munici¨®n pol¨ªtica. Tambi¨¦n ha escenificado un enfrentamiento con los directivos de las petroleras para que bajen los precios de la gasolina, al tiempo que ha anunciado que seguir¨¢ sacando al mercado m¨¢s reservas estrat¨¦gicas de petr¨®leo. No le ha servido de mucho.
Al menos, el frenazo del mercado laboral y la probable recesi¨®n se han retrasado. Aparte de los s¨¢bados, el fin de semana de Acci¨®n de Gracias (con el Black Friday) y las semanas previas a la Navidad son los momentos en que King of Prussia est¨¢ hasta los topes. Esas fechas ser¨¢n este a?o la prueba de fuego de hacia d¨®nde van el consumo y la econom¨ªa estadounidense. Pero eso ser¨¢ ya despu¨¦s de las elecciones.
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