Guerra psicol¨®gica en Chernihiv, el lugar donde se tocan las fronteras de Rusia, Bielorrusia y Ucrania
Los militares de esta provincia ucrania aseguran a EL PA?S que al otro lado de la linde con Bielorrusia aumentan las tropas y unidades rusas que lanzan drones hacia Kiev
Hay muchas maneras de constatar en Ucrania que uno se encuentra en un municipio cercano al frente. Una de ellas es visitar los supermercados. Si en el establecimiento hay m¨¢s soldados que civiles haciendo la compra, significa que la guerra est¨¢ a la vuelta de la esquina. En Horodnia, sin embargo, los supermercados est¨¢n llenos de militares, pero los combates quedan lejos, a m¨¢s de 500 kil¨®metros. Horodnia es el principal municipio al norte de la provincia de Chernihiv. All¨ª se libra otro tipo de guerra, sobre todo psicol¨®gica: es donde coinciden las fronteras de Ucrania, Rusia y Bielorrusia.
Por los pueblos de la provincia de Chernihiv vieron pasar dos veces al enemigo: una fue a finales de febrero, cuando empez¨® la invasi¨®n rusa sobre Ucrania. La segunda vez fue en abril, cuando las tropas enviadas por Vlad¨ªmir Putin para rodear Kiev se bat¨ªan en retirada. La primavera y el verano pasaron en este rinc¨®n de Ucrania en relativa calma, pero la situaci¨®n ha cambiado en octubre, desde que Putin y su principal aliado internacional, el aut¨®crata bielorruso Aleksandr Lukashenko, acordaran crear batallones conjuntos e incrementar los ataques a¨¦reos rusos desde su pa¨ªs aliado en direcci¨®n a Kiev.
Desde Bielorrusia salieron parte de las divisiones rusas que en febrero intentaron tomar Kiev. Ahora, despegan de ese pa¨ªs misiles de crucero y drones bomba Shahed-136 que castigan a diario la capital, a unos 200 kil¨®metros. Solo el martes, la v¨ªspera de la visita de este diario a la provincia de Chernihiv, las Fuerzas A¨¦reas ucranias notificaron que hab¨ªan detectado nueve de estos drones bomba iran¨ªes procedentes de Bielorrusia, ocho de los cuales fueron derribados. En el trayecto de la capital de Chernihiv a la frontera pod¨ªan escucharse el mi¨¦rcoles, cada cierto tiempo, las explosiones de los cohetes antia¨¦reos dando en el blanco.
Los militares en las posiciones de frontera consultados por EL PA?S ¡ªen condici¨®n de anonimato, porque el Alto Mando de las Fuerzas Armadas Ucranias en el Norte no autoriza el contacto con los medios¡ª aseguran que al otro lado de la frontera con Bielorrusia han identificado un incremento de tropas y unidades rusas que operan en el lanzamiento de drones. Yevgeni Silkin, asistente del Estado Mayor para comunicaciones estrat¨¦gicas, precis¨® que los servicios de inteligencia ucranios ¡ªque reciben cada d¨ªa informaci¨®n de sus hom¨®logos de la OTAN¡ª ten¨ªan constancia de que en Bielorrusia ya hay 10.000 soldados, 170 tanques, 200 veh¨ªculos de transporte de infanter¨ªa y 100 ca?ones de artiller¨ªa rusos. Fuentes regionales del Ej¨¦rcito y del Servicio de Fronteras subrayan adem¨¢s que hay dos aeropuertos bielorrusos pr¨®ximos a la frontera, Borovichi (colindante con la provincia de Kiev) y Ziabrovka, a 40 kil¨®metros de Chernihiv, donde han detectado un aumento de la actividad militar rusa.
Unas barreras de madera de abedul, alambre y erizos antitanque cortan el acceso a Senkivka, el pueblo ucranio donde se ubica el triple puesto fronterizo. Los campos alrededor est¨¢n minados, como toda la carretera que une este extremo del pa¨ªs con la capital de la provincia, Chernihiv, a 70 kil¨®metros. De fondo retruena la artiller¨ªa rusa. El oficial al mando del destacamento all¨ª apostado se aparta de la hoguera que los calienta del fr¨ªo, levanta el gorro, escucha unos segundos e informa de que est¨¢n disparando con ca?ones autopropulsados del calibre 155. Donde hace unos a?os hab¨ªa colas de camiones que alimentaban el comercio entre los pa¨ªses vecinos, ahora no hay ni un alma. En los pueblos de alrededor ya no quedan pr¨¢cticamente vecinos, tampoco ning¨²n objetivo militar estrat¨¦gico. ¡°Los rusos disparan para recordar que siguen all¨ª¡±, afirma este oficial. La prensa no tiene autorizado el acceso a Senkivka: en septiembre, un equipo de televisi¨®n ucranio fue recibido por Rusia con obuses.
Silkin afirmaba adem¨¢s, el mi¨¦rcoles en el telediario conjunto de las televisiones ucranias, que Rusia estaba disparando artiller¨ªa de calibre 122 y 155 en las fronteras de Chernihiv y la provincia de Sumi, para ¡°impedir que m¨¢s unidades ucranias se desplacen al frente de Jers¨®n y Donetsk¡±.
En la misma l¨ªnea de frontera, unos pocos kil¨®metros m¨¢s hacia el oeste, una patrulla militar da la bienvenida. El jefe del pelot¨®n es Denis, un cocinero de profesi¨®n con residencia en Madrid, donde tiene a su pareja y a su hijo. Denis lo dej¨® todo el 24 de febrero, cuando empez¨® la invasi¨®n, y, junto a otros ocho compa?eros, cruz¨® Europa para alistarse en el Ej¨¦rcito. Cinco de ellos fallecieron en el frente de J¨¢rkov, en el este. ¡°Por el lado bielorruso, lo que detectamos es la llegada de drones bomba hacia Kiev, y tambi¨¦n vuelos de drones de reconocimiento para provocarnos¡±, explica este joven de 23 a?os.
Posible asalto en primavera
Silkin avanz¨® que log¨ªsticamente no ve¨ªan posible hasta la pr¨®xima primavera que Rusia y Bielorrusia creen una fuerza capacitada para intentar una nueva ofensiva desde el norte. El Ministerio de Defensa del Reino Unido, en su informe diario sobre la guerra, tambi¨¦n descartaba el viernes un riesgo inminente de invasi¨®n por el norte: ¡°Lukashenko afirm¨® el pasado 14 de octubre que formar¨ªan nuevas fuerzas conjuntas con 70.000 soldados bielorrusos y 15.000 rusos. Rusia es probablemente incapaz de preparar sus fuerzas de combate para ello porque est¨¢n implicadas en otros frentes de Ucrania¡±. Los servicios de inteligencia brit¨¢nicos a?aden que Bielorrusia tampoco tiene a sus tropas formadas para una invasi¨®n, y coinciden con las autoridades de Kiev en que el objetivo de la alianza ruso-bielorrusa es ¡°desviar fuerzas ucranias hacia la frontera norte¡±.
John Kirby, coordinador de comunicaciones estrat¨¦gicas de seguridad del Gobierno de Estados Unidos, dijo el jueves desde Washington que el papel de Bielorrusia est¨¢ siendo por el momento el de proveer a Rusia de su territorio como base para que realice sus ataques. ¡°No hemos visto a tropas bielorrusas combatiendo en Ucrania¡±, dijo Kirby, una afirmaci¨®n que desmienten testimonios militares ucranios, pero tambi¨¦n civiles, recogidos en la zona fronteriza. Galina Volechuk es la coordinadora del centro de ayuda humanitaria de Horodnia y fue testigo del mes y medio que el municipio pas¨® bajo ocupaci¨®n rusa. Volechuk confirma lo que explican soldados en la demarcaci¨®n: que entre las tropas ocupantes tambi¨¦n hab¨ªa infanter¨ªa bielorrusa, sin bandera identificativa de su pa¨ªs, pero con veh¨ªculos bielorrusos y uniformes diferentes a los rusos.
Como en todas las regiones fronterizas del mundo, en Horodnia la mayor parte de la poblaci¨®n tiene a conocidos y familiares al otro lado. Volechuk explica que sus allegados en Bielorrusia est¨¢n divididos entre los partidarios de la invasi¨®n, porque creen en la propaganda de su Gobierno que reporta supuestos intentos ucranios y de la OTAN para invadir Bielorrusia, y los que se oponen a la guerra, que suelen ser los m¨¢s j¨®venes. ¡°Tenemos a gente que nos avisa cuando ven que los rusos disparan desde Bielorrusia un misil hacia Ucrania. La presi¨®n policial al otro lado de la frontera se ha incrementado mucho para evitar este tipo de informaciones¡±, cuenta Volechuk.
¡°Tenemos constancia de que los soldados bielorrusos creen realmente que tienen que defender a su pa¨ªs de una invasi¨®n ucrania¡±, corrobora Sergu¨¦i, un alto mando del Ej¨¦rcito de Tierra en la frontera. ¡°Por otro lado¡±, a?ade este militar, ¡°tambi¨¦n sabemos que no tienen ninguna voluntad de entrar en Ucrania, tienen miedo¡±. Sergu¨¦i constata que la tensi¨®n ha ido en aumento desde que Putin y Lukashenko sellaran este mes el pacto para constituir fuerzas conjuntas, pero advierte de que las defensas ucranias esta vez est¨¢n ¡°preparadas al 100%¡±: ¡°No nos tomar¨¢n por sorpresa como en febrero, incluso la poblaci¨®n civil que era partidaria de ellos, gente mayor, ha cambiado de opini¨®n tras ver de lo que son capaces¡±.
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