La mayor¨ªa de los euroesc¨¦pticos del Partido Conservador que auparon a Johnson deciden darle la espalda
El exministro de Econom¨ªa Rishi Sunak, que tambi¨¦n defendi¨® con fervor el Brexit, es el primer candidato que logra m¨¢s de 100 avales
La capacidad de Boris Johnson de crear espect¨¢culo ha jugado siempre a su favor, porque la irresistible atenci¨®n que genera entre los medios acaba generando ¡ªe inflando¡ª nuevas expectativas. Cuando en la ma?ana de este s¨¢bado el avi¨®n que tra¨ªa de la Rep¨²blica Dominicana al ex primer ministro brit¨¢nico ¡ªque hab¨ªa decidido acortar sus vacaciones y regresar de inmediato al Reino Unido¡ª aterrizaba en el aeropuerto londinense de Gatwick, algunas televisiones retransmit¨ªan en directo el momento, como si se tratara de una visita de Estado. Y daban por hecho que Johnson volv¨ªa dispuesto a recuperar el poder que sus propios compa?eros de partido le arrebataron hace apenas cuatro meses.
Frente a esa poderosa narrativa, sin embargo, ten¨ªa lugar de modo paralelo un movimiento pol¨ªtico mucho m¨¢s relevante. Uno a uno, los principales defensores del Brexit, gran parte de los pol¨ªticos euroesc¨¦pticos que hab¨ªan aupado a Johnson hasta Downing Street para culminar el sue?o de la salida de la UE, le iban dando la espalda. Todos apoyaron al exministro de Econom¨ªa, Rishi Sunak, que se convert¨ªa en el primero de los tres candidatos a sustituir a Liz Truss en lograr m¨¢s de los necesarios 100 avales de parlamentarios, la cifra impuesta por la direcci¨®n del Partido Conservador para entrar en la competici¨®n de las primarias.
¡°Boris Johnson ser¨¢ siempre un h¨¦roe por haber culminado el Brexit. Pero ahora toca mirar hacia adelante. No debemos arriesgarnos a repetir el caos y la confusi¨®n del a?o pasado¡±, anunciaba a trav¨¦s de su cuenta de Twitter David Frost, el hombre que negoci¨® junto a Johnson el trascendental acuerdo sobre Irlanda del Norte, y que no tuvo empacho en boicotearlo a continuaci¨®n, y acusar a su entonces jefe de no haber sabido explotar las posibilidades que ofrec¨ªa la ¡°soberan¨ªa recuperada¡± del Reino Unido. ¡°El partido debe respaldar a un l¨ªder capaz, que pueda poner en marcha un programa conservador. Y ese l¨ªder es Rishi Sunak¡±, afirmaba Frost.
Su toma de posici¨®n, como la de otros muchos impulsores del Brexit, confirmaba lo que este corresponsal escuch¨® en 2019 de boca de unos de los euroesc¨¦pticos conjurados entonces para llevar a Johnson hasta Downing Street: ¡°Conocemos bien todos sus defectos, pero ya no existen soluciones de bajo riesgo¡±. Era entonces el pol¨ªtico, con su inmensa popularidad, una soluci¨®n de alto riesgo por la que les merec¨ªa la pena apostar. Ya no lo es.
A primera hora de este domingo, Steve Baker, el actual ministro para Irlanda del Norte, pero sobre todo el hiperactivo euroesc¨¦ptico, que entre conjura y conjura para reemplazar primeros ministros, tiene a¨²n tiempo para escaparse a Espa?a a practicar su afici¨®n, el paracaidismo, anunciaba su decisi¨®n: ¡°Siempre he admirado a Boris Johnson, pero este momento no requiere de su estilo de hacer pol¨ªtica. Su vuelta ser¨ªa un desastre garantizado¡±, ha dicho Baker en Sky News. ¡°Voy a apoyar a Sunak, porque es el ¨²nico que puede poner en marcha un Gobierno competente, capaz, y profesional¡±, anunciaba quien fue durante tiempo el presidente del European Research Group (Grupo de Investigaciones Europeas. ERG, en sus siglas en ingl¨¦s), la poderosa corriente anti-UE.
Tres factores han hecho que muchos de ellos cambien dr¨¢sticamente de posici¨®n. Sunak es un brexitero de primera hora. Sus credenciales euroesc¨¦pticas est¨¢n m¨¢s que demostradas. Su capacidad para tomar las riendas de la econom¨ªa del Reino Unido, todav¨ªa en la UCI despu¨¦s de las seis catastr¨®ficas semanas de Liz Truss, es notablemente superior a la de un Johnson que se aburre con los detalles, demostr¨® durante su mandato una notable inclinaci¨®n a prometer y gastar, y reh¨²ye cualquier decisi¨®n impopular, como podr¨ªa ser una nueva racha de recortes.
Y, en tercer lugar, siguen muy frescos en la memoria todos los esc¨¢ndalos que aceleraron la decadencia del pen¨²ltimo Gobierno, con sus fiestas prohibidas durante el confinamiento y sus esc¨¢ndalos sexuales encubiertos. ¡°Respeto enormemente a Boris Johnson, pero el pa¨ªs no se puede permitir dar un paso atr¨¢s, y volver a sufrir nuevos episodios del d¨ªa de la marmota o del culebr¨®n del Partygate. Debemos mirar hacia adelante¡±, exig¨ªa Dominic Raab, uno de los pol¨ªticos m¨¢s cortejados en su d¨ªa por el ERG. Raab fue ministro de Exteriores con Johnson. Incluso despu¨¦s del fiasco que supuso la retirada acelerada de las tropas y el personal brit¨¢nico de Afganist¨¢n, en agosto del a?o pasado, el ex primer ministro le retuvo en el Gobierno, y le puso al frente del Ministerio de Justicia. No ha prevalecido tampoco en su caso la fidelidad. Raab ha respaldado tambi¨¦n la candidatura de Sunak.
Junto a Frost, muchos pesos pesados de la corriente m¨¢s antieuropea de los tories se han sumado al bando del exministro de Econom¨ªa. David Davis y Steve Barclay, ambos negociadores durante un tiempo del Brexit con Bruselas, y, en el caso de Barclay, jefe de Gabinete de Johnson: los dos han respaldado a Sunak. ¡°Trabaj¨¦ con ¨¦l codo con codo cuando yo era secretario jefe del Tesoro. Estoy convencido de que posee los atributos adecuados para liderar el pa¨ªs¡±, ha dicho Barclay.
El diputado Desmond Swayne, un enemigo declarado de la UE, que con sus trajes cruzados de pr¨ªncipe de Gales y sus llamativas corbatas, desplegaba en muchas sesiones de la C¨¢mara de los Comunes su apoyo incondicional al entonces primer ministro Johnson, tambi¨¦n a favor de Sunak. William Hague, el exl¨ªder del Partido Conservador que pele¨® rabiosamente contra la adopci¨®n del euro por parte del Reino Unido, con Sunak.
Ha sido a ¨²ltima hora del s¨¢bado cuando Kemi Badenoch, ministra de Comercio Internacional, ferviente defensora del Brexit en 2016 y, para muchos de sus compa?eros, la que mejor encarna el futuro del Partido Conservador, ha a?adido su fuerza pol¨ªtica al equipo de Sunak. Su art¨ªculo en The Times, elegante con Johnson, pero realista en el diagn¨®stico, era contundente: ¡°Somos el partido m¨¢s longevo y fuerte del mundo. Y hemos sobrevivido a base de poner los intereses del pa¨ªs por encima de los nuestros¡±.
Los avales dudosos de Johnson
Ha habido apoyos p¨²blicos a Johnson por parte de personajes relevantes, como la exministra del Interior Priti Patel; el ministro de Defensa, Ben Wallace; o el exc¨¦ntrico euroesc¨¦ptico Jacob Reese-Mogg. Pero los aliados incondicionales del malogrado ex primer ministro han sido, sobre todo, diputados y cargos locales que entraron en la pol¨ªtica gracias a la ola de apoyo electoral de 2019, cuando el carisma y la popularidad del pol¨ªtico produjeron una victoria hist¨®rica para los conservadores. Muchos de ellos retienen en la memoria esa capacidad para atraer votos, y arrastran su irritaci¨®n por el modo en que fue forzado a abandonar Downing Street por los suyos. Son conscientes, sin embargo, de que para sacar este enorme conejo de la chistera necesitan crear una ilusi¨®n colectiva m¨¢s propia de la magia que de la pol¨ªtica.
¡°?Vuelvo. Estoy decidido, voy a por todas!¡±, aseguraba el diputado James Duddridge a la prensa que le hab¨ªa dicho euf¨®ricamente su amigo Boris desde la Rep¨²blica Dominicana, para dar por hecho que la batalla estaba cantada. Otros de sus fieles, sin embargo, matizaban el entusiasmo, y aseguraban que el ex primer ministro segu¨ªa midiendo la temperatura del agua antes de decidir si se arrojaba a la piscina. ¡°Ya tenemos los 100 avales necesarios¡±, aseguraba Duddridge este s¨¢bado. Lo cierto era que, mientras Sunak ya se hab¨ªa garantizado 114 apoyos p¨²blicos de diputados, con nombre y apellidos, el equipo de Johnson solo pod¨ªa aportar 50. La afirmaci¨®n de que hab¨ªan llegado a los 100 era acogida con escepticismo por los medios y por el bando contrario, que ve¨ªan detr¨¢s una maniobra de intoxicaci¨®n para aumentar expectativas y apoyos.
Prueba de las estrecheces de la improvisada campa?a a favor del regreso del ex primer ministro es que Johnson habr¨ªa hablado a lo largo del s¨¢bado al menos dos veces con Sunak, seg¨²n se?alaba la BBC y alg¨²n otro medio. Aparentemente, para buscar una soluci¨®n de consenso, o una salida honrosa. Ninguno de los dos bandos ha informado del contenido de esas conversaciones.
Sigue siendo muy posible que Johnson logre los avales necesarios y llegue a la ¨²ltima ronda del proceso de primarias. Si la elecci¨®n final, que en caso de que haya m¨¢s de un contendiente corresponder¨¢ a los afiliados la semana que viene a trav¨¦s de una votaci¨®n por internet, es entre el ex primer ministro y Sunak, se da casi por cantada la victoria del primero. Sunak arrastra el estigma de traidor, por haber forzado con su dimisi¨®n la ca¨ªda de Johnson. Y la popularidad de este ¨²ltimo entre las bases del partido, siempre m¨¢s gamberras y radicales que sus representantes parlamentarios, es a¨²n inmensa. El viernes se conocer¨¢ si el pol¨ªtico brit¨¢nico m¨¢s popular de las ¨²ltimas d¨¦cadas logra lo imposible: una resurrecci¨®n, menos de cuatro meses despu¨¦s de una bochornosa muerte pol¨ªtica. Y si, de ser as¨ª, es capaz de reconquistar lealtades, o reanudar¨¢ su mandato con la mitad del grupo parlamentario en su contra.
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