El verdadero elefante en medio de la habitaci¨®n no era el Brexit, era Boris
Los tabloides de derecha populista salivan ante la idea del regreso del ex primer ministro brit¨¢nico
El secreto de muchos conservadores brit¨¢nicos, sobre todo de aquellos que gustan de frecuentar los selectos clubes londinenses ¡ªmuchos de ellos ¡°solo para caballeros¡±¡ª de Pall Mall y St. James, es que adoran que su excentricidad les convierta en el hazmerre¨ªr del mundo. Y Boris Johnson garantizaba risotadas en la bancada de los tories hasta en los momentos m¨¢s deprimentes de su mandato. Hay al menos una tercera parte del partido ¡ªest¨¢ por ver si ser¨¢ tambi¨¦n un tercio de los diputados¡ª que a?ora al pol¨ªtico m¨¢s popular en las ¨²ltimas d¨¦cadas del Reino Unido. El ¨²nico que ha alcanzado tal insuperable grado de intimidad con el electorado ¡ªla intimidad tambi¨¦n puede destilar odio¡ª como para que todo el mundo se refiera a ¨¦l con el nombre de pila.
La idea de su regreso ha estimulado la adrenalina de los tabloides populistas de derechas. Los mismos que se dejaron la piel para que Liz Truss resultara elegida, y derrotara as¨ª a Rishi Sunak, el Bruto de esta tragicomedia shakespeariana al que acusaban de apu?alar por la espalda a Johnson, no han dudado ni un segundo en despellejarla viva en las ¨²ltimas semanas. Y a otra cosa. ¡°BoJo: I?ll be Back¡± (Boris Johnson: Volver¨¦), proclama este viernes The Sun, recordando las palabras del film Terminator, con las que se despidi¨® el pol¨ªtico en la C¨¢mara de los Comunes. ¡°Boris v Rishi: Fight for Soul of The Tories¡± (Boris contra Rishi: La lucha por el alma de los conservadores), saliva el Daily Mail ante la idea de esa batalla final entre Johnson y el ministro que le traicion¨®, hoy favorito en el grupo parlamentario. ¡°He Couldn?t, Could he... Will Boris Bounce¡± (No es posible, ?o s¨ª? ?Regresar¨¢ Boris?). Una pregunta ret¨®rica en la portada del Daily Express que apenas disimula el entusiasmo.
La memoria, en pol¨ªtica, es a la fuerza de corto plazo. Suelen sobrevivir los que m¨¢s r¨¢pidamente olvidan el pasado inmediato. Por eso, no solo sus aliados ¡ªque ya se han lanzado a la batalla de la resurrecci¨®n¡ª, sino muchos otros diputados conservadores han comenzado a recordar la habilidad extraordinaria de Johnson para hacer campa?a y ganar elecciones; su optimismo irredimible ante la adversidad o su capacidad de salir de las situaciones m¨¢s embarazosas con una bufonada oportuna. Pero sobre todo, recuerdan su habilidad para utilizar siempre el Brexit como arma insuperable de cohesi¨®n interna. Con Boris, la interminable tensi¨®n entre Londres y Bruselas era siempre un work in progress, un guion recurrente al que no hac¨ªa falta rellenar de contenido. Johnson era el contenido. Por eso, cuando la bandera euroesc¨¦ptica la agarr¨® Liz Truss, todo se volvi¨® m¨¢s feo. Menos divertido.
Da lo mismo que el fin del mandato de Johnson fuera desagradable y doloroso. Que m¨¢s de 70 cargos de su Gobierno dimitieran en cascada para huir del esc¨¢ndalo y la indignidad en que se hallaba sumido aquel Camelot de enredos, traiciones, y fiestas salvajes en Downing Street durante el confinamiento. Los nost¨¢lgicos miran las encuestas, y recuerdan que en los peores momentos de la era Johnson, la oposici¨®n laborista solo lleg¨® a aventajar a los conservadores en nueve puntos. En el momento actual, la ventaja supera los 30 puntos. Y piensan que la resurrecci¨®n de su candidato podr¨ªa dar la vuelta a esa tragedia. No entienden que estos lodos son la consecuencia de aquellos polvos. La deriva hacia los extremos que protagoniz¨® Truss con su breve mandato es consecuencia de la rabia del ala derecha del partido, que prefiri¨® el precipicio a dar la m¨ªnima ventaja a los que hab¨ªan apu?alado a su l¨ªder. Y en medio de una descomunal crisis del coste de la vida, los brit¨¢nicos no est¨¢n para m¨¢s bromas.
Hay otro secreto mucho m¨¢s conocido. Johnson es solo leal a s¨ª mismo. Desde la Rep¨²blica Dominicana, donde deshoja la margarita mientras sus fieles proclaman el regreso, ha comenzado a pensar si tiene posibilidades de triunfar. Le basta con alcanzar el segundo puesto en la votaci¨®n que se realizar¨¢ en el grupo parlamentario. Si consigue que el duelo final le enfrente a Sunak, sus posibilidades de vencer entre los afiliados ser¨¢n muy elevadas. Y el elefante que desapareci¨® de la habitaci¨®n el pasado julio volver¨¢ a ocupar el centro de atenci¨®n que nunca ha renunciado a dominar.
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