El fin de un acuerdo entre Serbia y Kosovo para el tr¨¢nsito de veh¨ªculos amenaza con avivar la tensi¨®n en los Balcanes
El arreglo para desactivar el conflicto del tr¨¢nsito de veh¨ªculos entre los dos territorios expira a final de mes. Los disturbios de agosto ya pusieron en alerta a las fuerzas de la OTAN desplegadas en la zona
En el l¨ªmite entre Serbia y Kosovo, a la entrega del pasaporte se suma otro ritual para los conductores de algunos veh¨ªculos: cubrir con una insulsa pegatina blanca la insignia nacional de la matr¨ªcula, considerada ilegal por las autoridades del otro lado. El llamado conflicto de las matr¨ªculas es el ¨²ltimo desencuentro que enfrenta a Belgrado y Pr¨ªstina. Casi tres lustros despu¨¦s de la declaraci¨®n de independencia de Kosovo, promulgada en 2008 y reconocida por 100 de los 193 pa¨ªses miembros de la ONU (Espa?a no est¨¢ entre ellos), el Gobierno serbio no ha normalizado sus relaciones con las autoridades de la que todav¨ªa considera su provincia rebelde. Este es el m¨¢s intratable de los conflictos que a¨²n tensan las costuras de los Balcanes, la regi¨®n europea que ha vivido m¨¢s conflictos b¨¦licos en los ¨²ltimos 150 a?os.
El pasado verano se produjeron algunos disturbios en la frontera entre Serbia y Kosovo por la falta de reconocimiento mutuo de los documentos de identidad que expiden, lo que afectaba sobre todo a la minor¨ªa serbia en Kosovo, aproximadamente un 5% de la poblaci¨®n, que no llega a los dos millones de personas. En agosto, la mediaci¨®n del alto representante de la UE, Josep Borrell, logr¨® un acuerdo in extremis en una cumbre tripartita en Bruselas. El pr¨®ximo 31 de octubre expirar¨¢ ese pacto provisional sobre la cuesti¨®n de las matr¨ªculas (que permit¨ªa, entre otros puntos, tapar con pegatinas los s¨ªmbolos nacionales de un lado y otro), por lo que los cerca de 4.000 soldados de la KFOR (siglas en ingl¨¦s de Fuerza de Kosovo, dirigida por la OTAN) desplegados en Kosovo se preparan para estar otra vez en alerta ante posibles enfrentamientos. Besnik Bislimi, vice primer ministro kosovar, advert¨ªa en una entrevista con El PA?S hace dos semanas: ¡°Esperemos que no haya una escalada. Pero podr¨ªa haber tensiones en la frontera cuando nuestra polic¨ªa confisque las matr¨ªculas ilegales¡±.
Las entrevistas con responsables pol¨ªticos de ambos lados encadenan una retah¨ªla de reproches mutuos que muestra una completa falta de confianza entre ellos. ¡°El di¨¢logo est¨¢ en crisis por el comportamiento desastroso de Pr¨ªstina. Est¨¢n provocando constantemente escaladas, lo que podr¨ªa traer un desastre para todos en la regi¨®n. Encima, el premier kosovar [Albin] Kurti dice que no cumplir¨¢ los acuerdos ya pactados¡±, sostiene una alta autoridad del Estado serbio, que denuncia ¡°cientos de ataques¡± cada a?o contra la minor¨ªa serbia en Kosovo. Por su parte, Bislimi asegura que Belgrado fabrica estas falsas alegaciones de violencia ¨¦tnica y culpa al Gobierno serbio de la ausencia de progresos: ¡°Hay una falta de compromiso absoluto por parte de [el presidente serbio Aleksandar] Vucic en estas negociaciones¡±.
M¨¢s all¨¢ de los conflictos de tipo m¨¢s o menos simb¨®lico, ambas partes hace a?os que negocian una normalizaci¨®n de sus relaciones, ya que el reconocimiento de la independencia de Kosovo es un tab¨² en Serbia. Las posiciones est¨¢n bastante alejadas, m¨¢s a¨²n tras el ascenso al poder el a?o pasado del premier kosovar Albin Kurti, que ha endurecido la posici¨®n negociadora de Pr¨ªstina. El principal escollo es el estatuto de la Comunidad de Municipios Serbios, que re¨²ne a las 10 localidades de mayor¨ªa serbia en Kosovo. Belgrado sostiene que los acuerdos de Bruselas de 2013 preve¨ªan la creaci¨®n de esta instituci¨®n, algo que todav¨ªa no ha sucedido.
Pr¨ªstina se opone a la ambici¨®n de Belgrado de crear una regi¨®n aut¨®noma serbia dentro de Kosovo, y argumenta que el llamado ¡°proceso de Bruselas¡± de 2013 no recog¨ªa este punto. El viceprimer ministro kosovar, Besnik Bislimi, alega que aquel acuerdo no establece que la Comunidad de Municipios tenga poderes ejecutivos. ¡°El principal objetivo de Serbia¡±, sostiene, ¡°es manipular esta asociaci¨®n para que sea una autonom¨ªa y convierta el pa¨ªs en disfuncional. Es decir, crear una nueva Rep¨²blica Srpska [una entidad serbia en el interior de Bosnia]. La minor¨ªa serbia goza ya de una amplia protecci¨®n y representaci¨®n en nuestras instituciones¡±.
La recurrente invocaci¨®n entre los kosovares del precedente de la entidad aut¨®noma serbia en Bosnia Herzegovina como espantajo no es casual. Despu¨¦s de a?os jugando con la idea de la secesi¨®n para luego unirse a Serbia, el l¨ªder de la Rep¨²blica Srpska, Milorad Dodik, anunci¨® a finales del a?o pasado el lanzamiento de un proceso de secesi¨®n de Bosnia Herzegovina que deb¨ªa empezar con la retirada de algunas instituciones nacionales de ese territorio. Entre los planes de Dodik estaba la creaci¨®n de un ej¨¦rcito propio, algo que hizo sonar todas las alarmas en la comunidad internacional. Aunque en Sarajevo se considera que Belgrado incita estas aspiraciones independentistas, el Gobierno de Aleksandar Vucic, lo niega categ¨®ricamente. ¡°Defendemos el principio de integridad territorial recogido en la legalidad internacional para todos los Estados, y eso incluye Bosnia. Punto¡±, asegura una alta autoridad serbia.
Seg¨²n el analista independiente bosnio Jasmin Mujanovic, los movimientos del l¨ªder de la Rep¨²blica Srpska est¨¢n marcados por sus estrechas relaciones con el Kremlin: ¡°Dodik fue informado de la invasi¨®n de Ucrania con antelaci¨®n, y si los planes de [Vlad¨ªmir] Putin hubieran salido bien, probablemente habr¨ªa declarado la independencia. Solo la contundencia de la respuesta europea, y sobre todo las sanciones, le hicieron frenar¡±.
En cambio, el analista serbio Serdjan Cvijic, del Centro para la Pol¨ªtica de Seguridad de Belgrado, considera que se ha exagerado el peligro real de secesi¨®n: ¡°Dodik no est¨¢ loco ni es tonto. Sabe que si declarara la independencia perder¨ªa el poder. ?l utiliza la amenaza de la secesi¨®n por motivos pol¨ªticos internos y como estrategia para obtener concesiones¡±. Adem¨¢s, a Dodik le ha surgido recientemente un nuevo problema. La oposici¨®n ha denunciado que la ajustada victoria del l¨ªder serbobosnio en las elecciones del pasado 2 de octubre se debi¨® a un pucherazo, y se lanz¨® a la calle. La Comisi¨®n Electoral Central ha optado por hacer un recuento, abriendo la puerta a una repetici¨®n de los comicios.
Ascenso de la extrema derecha
Para Cvijic, el mayor peligro para la desestabilizaci¨®n de la zona lo representa el ascenso de los partidos de extrema derecha y ultranacionalistas, que ganaron posiciones en las elecciones serbias del a?o pasado. ¡°Los medios de comunicaci¨®n, controlados por el Gobierno, alientan estos mensajes y la poblaci¨®n se est¨¢ radicalizando¡±, advierte. Un concepto que se ha puesto de moda en estos medios es el del ¡°mundo serbio¡±, que parece inspirado, si no directamente copiado, del ¡°mundo ruso¡± defendido por el Kremlin con aspiraciones irredentistas.
El ministro serbio del Interior, Alexander Vulin, lo asimila al de ¡°la Gran Serbia¡±, popularizado durante las guerras de la antigua Yugoslavia en los noventa del siglo pasado, y en repetidas ocasiones ha apoyado el proyecto de unificar a todos los serbios bajo un mismo Estado. Al ser cuestionados por la prensa extranjera, los dirigentes serbios se limitan a decir que ¡°es una opini¨®n personal y no refleja la pol¨ªtica del Gobierno¡±.
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