Bolsonaro se queda con el Estado de S?o Paulo y la derecha controla el poder territorial

Lula da Silva, pr¨®ximo presidente de Brasil, tendr¨¢ un fuerte contrapeso regional. De los 27 estados del pa¨ªs, la mayor¨ªa estar¨¢n en manos de gobernadores conservadores, aunque no necesariamente bolsonaristas. El Estado de S?o Paulo, motor econ¨®mico del pa¨ªs y hogar de m¨¢s de 46 millones de brasile?os, estar¨¢ gobernado por el exministro de Infraestructuras de Bolsonaro Tarc¨ªsio de Freitas. La regi¨®n m¨¢s poblada de Brasil siempre estuvo en manos de la derecha moderada, pero ahora da una vuelta de tuerca m¨¢s y se lanza en brazos del bolsonarismo. El exministro Fernando Haddad, sustituto de ¨²ltima hora de Lula en las elecciones de hace cuatro a?os y exalcalde de S?o Paulo, consigui¨® el mejor resultado hist¨®rico del Partido de los Trabajadores (PT) en esta regi¨®n hostil, pero no bast¨®.

En su primera aparici¨®n p¨²blica tras su triunfo, Tarc¨ªsio Gomes de Freitas, puso, sin embargo, pa?os fr¨ªos a un posible enfrentamiento con Lula. ¡°Vamos a mirar por el inter¨¦s del estado de S?o Paulo. Entiendan que, para que podamos traer pol¨ªticas p¨²blicas es fundamental aliarnos con el Gobierno federal¡±, dijo. ¡°Entiendo que el resultado de las urnas es soberano. Fueron unas elecciones duras, apretadas. Y nos muestra que tenemos pensamientos que dividen el pa¨ªs, una m¨¢s progresista y otra m¨¢s conservadora. Pero el resultado es soberano¡±, advirti¨®, incluso cuando su jefe pol¨ªtico, Bolsonaro, demoraba el reconocimiento de su derrota.

A pesar del ¨¦xito en S?o Paulo, la estrategia de Bolsonaro de repartir nombres fuertes de su Gobierno para consolidar el poder regional ha funcionado solo en parte. La derecha predomina, pero no es necesariamente bolsonarista. En otro estado importante, Rio Grande do Sul, el exministro Onyx Lorenzoni, que part¨ªa como favorito, fue derrotado por el actual gobernador Eduardo Leite, un joven pol¨ªtico gay que el a?o pasado incluso intent¨® una candidatura presidencial. Leite pertenece al PSDB, que durante buena parte de la historia reciente de Brasil fue el principal partido del centro-derecha. Aunque ya no es lo que era, el partido no est¨¢ muerto del todo y gobernar¨¢ tres Estados: Rio Grande do Sul, Mato Grosso do Sul y Pernambuco. Es una derecha con la que Lula no tendr¨¢ tantas dificultades en dialogar.

La victoria en Pernambuco es especialmente curiosa. Raquel Lyra ser¨¢ una gobernadora conservadora en el Estado natal de Lula y en medio de la regi¨®n m¨¢s progresista del pa¨ªs, el noreste. La futura mandataria pas¨® la campa?a neg¨¢ndose a contar a qui¨¦n votar¨ªa en la segunda vuelta por miedo a perder votos, lo que sus adversarios identificaron como un apoyo a Bolsonaro. Su rival era otra mujer, Marilia Arraes, una rareza en unas elecciones marcadamente masculinas. En lo personal, Lyra tuvo que afrontar una campa?a muy dif¨ªcil: el d¨ªa de la votaci¨®n del primer turno, su marido, de 44 a?os, muri¨® s¨²bitamente.

Para el PT, uno de los pocos triunfos sin matices lleg¨® desde el estado de Bah¨ªa. El conocido alcalde de Salvador, ACM Neto, de centro-derecha, estuvo a punto de lograr el hito hist¨®rico de arrebatarle a la izquierda uno de sus bastiones, pero al final se impuso el candidato apoyado por Lula, Jer?nimo Rodrigues. El futuro gobernador baiano empez¨® la campa?a electoral siendo un absoluto desconocido, pero creci¨® gracias al respaldo de Lula y a algunos tropiezos verbales de ACM Neto, un hombre de piel clara que se autodefini¨® como mestizo en el Estado m¨¢s negro de Brasil.

De los 12 Estados que se decid¨ªan en esta segunda vuelta, cinco quedaron en manos de gobernadores abiertamente bolsonaristas (S?o Paulo, Mato Grosso do Sul, Rond?nia, Santa Catarina y Amazonas); cuatro fueron para el PT o m¨¢s afines a Lula (Bah¨ªa, Alagoas, Esp¨ªrito Santo y Para¨ªba) y tres estar¨¢n gobernados por un centro-derecha moderado (Rio Grande do Sul, Pernambuco, Sergipe).

De los 15 gobernadores elegidos el 2 de octubre, nueve declararon apoyo a Bolsonaro y seis a Lula. En esa primera ronda, el l¨ªder de la extrema derecha ya consigui¨® hacerse con bastiones importantes, sobre todo R¨ªo de Janeiro, donde inici¨® su carrera pol¨ªtica, y Minas Gerais, el segundo Estado m¨¢s poblado del pa¨ªs y que es clave para decantar el resultado electoral.

En Minas, se esperaba que el triunfo del gobernador Romeu Zema, un liberal que aparentaba ser neutral pero que acab¨® jurando fidelidad a la ultraderecha, fuera clave para conseguir votos para el presidente para decantar la balanza a nivel nacional, pero la estrategia no funcion¨®. Aunque Minas vot¨® a un gobernador conservador, para presidente la mayor¨ªa de sus habitantes optaron por Lula.

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