Alemania da un golpe de tim¨®n a sus pol¨ªticas sociales con la ambiciosa reforma de Scholz
El plan desmonta el legado del excanciller socialdem¨®crata Schr?der con ayudas m¨¢s generosas y menos trabas burocr¨¢ticas. El Gobierno rebaj¨® algunos aspectos para lograr el apoyo de los democristianos y las ONG consideran insuficiente el resultado final
Alemania estrenar¨¢ el pr¨®ximo enero la renta ciudadana, el nuevo sistema de protecci¨®n social con el que el Gobierno del socialdem¨®crata Olaf Scholz ha emprendido la reforma del controvertido legado del anterior canciller de su mismo partido, Gerhard Schr?der. Tras la subida del salario m¨ªnimo a 12 euros la hora, el siguiente hito en la pol¨ªtica social del tripartito alem¨¢n consiste en corregir el subsidio de desempleo conocido como Hartz IV (un sistema que Angela Merkel hered¨® de Schr?der, pero que nunca toc¨® en sus 16 a?os en el poder). Su sustituto ser¨¢ no solo m¨¢s generoso en las ayudas, sino que estas se conceder¨¢n con menos trabas burocr¨¢ticas.
Scholz ha conseguido sacar adelante la gran reforma social de la legislatura, aunque se ha visto obligado a descafeinarla para conseguir el acuerdo de la oposici¨®n democristiana. La renta ciudadana que este viernes han aprobado las dos c¨¢maras del Parlamento alem¨¢n (Bundestag y Bundesrat) incrementa la cuant¨ªa de los subsidios y da un vuelco al esp¨ªritu del sistema: en lugar de criminalizar a sus perceptores, que se ve¨ªan constantemente amenazados con sanciones si no cumpl¨ªan los estrictos requisitos, conf¨ªa en ellos y les ayuda a formarse para encontrar un empleo adecuado.
La negociaci¨®n del B¨¹rgergeld (literalmente, dinero ciudadano) ha ejemplificado como pocas el clima constructivo del Parlamento alem¨¢n. De la inicial negativa de los conservadores a permitir un sistema que, seg¨²n ellos, desincentivaba la b¨²squeda de trabajo, se ha pasado en cuesti¨®n de d¨ªas a un acuerdo que satisface a ambas partes, al menos lo suficiente para votar a favor. La coalici¨®n de socialdem¨®cratas, verdes y liberales ha tenido que renunciar a algunas caracter¨ªsticas que al l¨ªder de la Uni¨®n Cristianodem¨®crata (CDU), Friedrich Merz, le parec¨ªan poco menos que regalar dinero a cambio de nada.
El principal objetivo del Gobierno de Scholz era no poner a los perceptores de ayudas sociales bajo sospecha general de fraude, como ocurre con el sistema que ha estado en vigor m¨¢s de 20 a?os y que actualmente perciben 5,3 millones de personas, entre adultos en edad de trabajar y sus beneficiarios. En lugar de eso, conf¨ªa en que usar¨¢n la prestaci¨®n para mejorar su formaci¨®n y optar a un empleo mejor.
El Hartz IV ¡ªbautizado con el apellido del exgerente de Volkswagen al que Schr?der encarg¨® el dise?o de la reforma a principios de los 2000, cuando el crecimiento alem¨¢n estaba estancado y el paro desbocado¡ª fusion¨® en un ¨²nico sistema prestaciones que hasta entonces iban por separado. El subsidio de desempleo y las ayudas sociales se juntaron para crear el Hartz IV, un sistema que presionaba al extremo a los desempleados para que aceptaran cualquier oferta de empleo, incluso por debajo de su cualificaci¨®n profesional o lejos de su domicilio. Si no lo hac¨ªan, perd¨ªan las prestaciones.
Una cuesti¨®n de ¡°respeto¡±
Para Scholz, el nuevo B¨¹rgergeld es una cuesti¨®n de ¡°respeto¡±, una reforma que ha calificado de ¡°hito en la pol¨ªtica social de Alemania¡±. ¡°Con un mejor asesoramiento, m¨¢s confianza y menos burocracia, ayudamos a los ciudadanos a salir del desempleo de larga duraci¨®n y de los trabajos no cualificados y a incorporarse al mercado laboral¡±, asegur¨® el canciller. El problema de Alemania hoy no es precisamente el paro, sino la falta de mano de obra cualificada. Por eso, la reforma est¨¢ enfocada a la formaci¨®n y prev¨¦ incluso un pago extra durante los cursos de cualificaci¨®n.
Para el l¨ªder de la oposici¨®n, el B¨¹rgergeld, tal y como estaba concebido inicialmente, era un peligroso precedente, un primer paso hacia una renta ciudadana incondicional, una bestia negra para su partido. Aunque en un primer momento criticaba tambi¨¦n las cuant¨ªas, finalmente ha aceptado las subidas que propone el tripartito. La prestaci¨®n b¨¢sica de manutenci¨®n para una sola persona sube a 502 euros al mes, 53 m¨¢s que ahora. En realidad, el importe apenas cubre la inflaci¨®n, que en octubre alcanz¨® el 10,4%.
Las ONG que se dedican a la asistencia social llevan meses advirtiendo de que el Hartz IV pr¨¢cticamente deja a sus perceptores en la pobreza. Este viernes han tildado de ¡°absolutamente decepcionante¡± el acuerdo pol¨ªtico y acusan a la CDU de liderar ¡°una campa?a de desinformaci¨®n contra los m¨¢s pobres¡± que describe a los perceptores del subsidio como ¡°perezosos¡± que no quieren trabajar. Seg¨²n los c¨¢lculos de la organizaci¨®n paraguas Parit?tische Gesamtverband, una asignaci¨®n que permita vivir con dignidad no deber¨ªa ser inferior a 725 euros.
Merz y otras figuras de los conservadores, como el l¨ªder de la CSU b¨¢vara, Markus S?der, han defendido en entrevistas y actos p¨²blicos que la renta ciudadana perjudica a los empleados de rentas bajas. ¡°Pone en desventaja a los grupos de menos ingresos que tienen que trabajar duro ¡ªcajeros, peluqueros, conductores de autob¨²s, jefes de polic¨ªa¡ª para llegar a fin de mes y que se dan cuenta de que no trabajar es casi tan lucrativo como trabajar. No es justo¡±, ha argumentado S?der. Merz repite tambi¨¦n la idea de la injusticia de que los trabajadores financien a ¡°quienes podr¨ªan trabajar¡± pero no lo hacen porque el Estado no les incentiva.
Para las organizaciones sociales, el B¨¹rgergeld es poco m¨¢s que un cambio de nombre. Una forma de superar el trauma socialdem¨®crata de los recortes sociales de Schr?der hace 20 a?os, que le costaron infinidad de protestas callejeras, graves tensiones internas y, en ¨²ltima instancia, la canciller¨ªa. Merkel le gan¨® las elecciones en 2005 y construy¨® la ¨¦poca de prosperidad alemana sobre la base de aquella dolorosa reforma. La denominaci¨®n Hartz IV, demasiado cargada de significado negativo, ten¨ªa que desaparecer. Aunque para ello el SPD de Scholz haya tenido que sacrificar parte de su esp¨ªritu.
Originalmente, la coalici¨®n de Gobierno pretend¨ªa establecer una moratoria a las sanciones. En los primeros seis meses, llamados ¡°periodo de confianza¡±, no se iban a imponer multas por no presentarse a entrevistas de trabajo o saltarse citas en la oficina de empleo. Estaban previstas excepciones para casos muy evidentes de falta total de cooperaci¨®n. Pero los democristianos han exigido retirar esa cl¨¢usula.
La reforma estuvo a punto de naufragar, lo que habr¨ªa significado que los perceptores del subsidio no cobraran la subida en enero. Tras aprobarse en el Bundestag, donde el tripartito tiene mayor¨ªa, los democristianos bloquearon la ley en el Bundesrat, la C¨¢mara alta donde est¨¢n representados los Estados federados. Lejos de enterrarse, la reforma se deriv¨® a un ¡°comit¨¦ de mediaci¨®n¡± creado ex profeso para llegar a un acuerdo. Sus 32 miembros, 16 del Bundesrat y 16 del Bundestag, se sentaron para encontrar puntos comunes y en cuesti¨®n de d¨ªas dieron con la propuesta com¨²n que se ha vuelto a votar.
El acuerdo le ha costado al tripartito ceder en otro punto controvertido. La norma permit¨ªa inicialmente mantener el patrimonio durante los dos primeros a?os de prestaci¨®n, siempre que este fuera inferior a los 60.000 euros, m¨¢s 30.000 euros por cada miembro adicional del hogar. La oposici¨®n argumentaba que dar ayudas sociales a una familia de cuatro miembros con 150.000 euros en el banco desincentiva la b¨²squeda de empleo. Finalmente, ese periodo de carencia se ha fijado en un a?o.
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